jueves, 3 de diciembre de 2009

Reforma del sistema sanitario (3): sostenibilidad



La preocupación por la sostenibilidad del sistema sanitario hispano ha llegado al XXIX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), celebrado en Barcelona del 25 al 27 de noviembre, decidiéndose en el mismo presentar a las autoridades el documento “Sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS): propuestas desde la Medicina de Familia”.

Considerando urgente afrontar este grave problema, en un momento de crisis económica en el que existe un importante desequilibrio entre el aumento del gasto sanitario y la disponibilidad de recursos, la SemFYC le propone a las autoridades sanitarias un esfuerzo por conseguir una Atención Primaria más resolutiva, eficiente y desburocratizada, y medidas de participación ciudadana, llamando a una mayor compromiso de los ciudadanos en el cuidado de su salud.

Se apela además al Proyecto AP21 (Estrategias para la Atención Primaria del Siglo XXI), presentada por el Ministerio de Sanidad (y Política social) en noviembre de 2005, y puesta en marcha en 2007, con la venia del Consejo Interterritorial, porque en este bendito país hay que pelear a diecisiete bandas. Dicha estrategia partía de la base de que para lograr la sostenibilidad del sistema sanitario hay que disponer de una Atención Primaria de calidad, orientada al ciudadano, con gran capacidad de resolución y que potencie la continuidad asistencial.

Respecto a la cartera de servicios, dice el documento que “si no hay suficientes recursos habrá que aumentarlos o tener la valentía política de limitarla y explicarlo a los ciudadanos”. Considera insostenible la imagen actual: «vaya al médico cuando quiera, las veces que quiera, para lo que quiera y a la hora que quiera que se le dará un servicio a la carta». Y muestra la necesidad de definir la cartera de servicios “para que el ciudadano sepa a lo que tiene derecho y a lo que no.” Pero ejemplariza con dos exclusiones, la odontología integral y las lentes correctoras, que da por válidas. Yo prefiero reivindicar estas prestaciones como expuse aquí al referirme a la racionalización del gasto farmacéutico (punto 4: modificación del sistema de prestaciones), es decir recortar lo superfluo e introducir lo necesario.

En cuanto al mal uso y abuso de los servicios sanitarios, se advierte un incremento de la frecuentación y de la demanda de los servicios sanitarios en Hispania muy superior a la de otros países europeos, quizá por la priorización de la accesibilidad como valor principal, sin medidas de control que limiten el acceso por problemas banales. Por ello insta a la información sobre derechos y deberes en la utilización de los servicios sanitarios, además de plantear mecanismos de penalización a los ciudadanos que hagan un mal uso, ya que con su actitud están perjudicando al resto de los usuarios de la sanidad pública. Aunque me parece más sencillo el sistema de copago o tasas moderadoras de esos países europeos.

El documento de la SemFYC reconoce los “vicios” de nuestro sistema sanitario, ya denunciados desde el Informe Abril, e incluso antes sin tanta trascendencia mediática. Se vuelve a lo mismo, desde diferente ángulo: la necesidad de un cambio para garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario. Con los referidos “peros”, y tal vez otros, me apunto al necesario cambio, a las nuevas propuestas de reforma.

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