viernes, 31 de julio de 2009

Financiación sanitaria




Financiar: sufragar, pagar, subvencionar...

Financiar lo necesario es de sabios; financiar lo innecesario, de estúpidos.

La financiación de la sanidad, de los servicios sanitarios, de los medicamentos y productos sanitarios, es un instrumento necesario para proporcionar cobertura asistencial a toda la población. Sin embargo, la financiación sanitaria no siempre es justa o acertada, por defecto (insuficiente) o por exceso (superflua).

Dejo aquí varias preguntas sencillas y directas sobre la financiación sanitaria en Hispania, por si alguien tiene alguna respuesta clarificadora.

—¿Por qué se continúan financiando fármacos prescindibles, inútiles o de dudosa eficacia, a pesar del gran dispendio que suponen y de haberse establecido en dos ocasiones una teórica financiación selectiva de medicamentos («medicamentazo»)?

—¿Por qué no se financia la atención a la salud bucodental en todos los grupos etarios y en todos los modelos de aseguramiento, siendo incuestionable su beneficio? Y, en el mismo sentido, ¿por qué no se financia la vacuna VPH en todos los grupos de riesgo, si se anuncia como una importante medida de salud pública?


—¿Por qué gastos sanitariamente necesarios, pero sin financiación pública, tales como la atención a la salud bucodental o las lentes correctoras, no conllevan siquiera la posibilidad de desgravación en la declaración de la renta?

Estas cuestiones, que permanecen en el aire desde hace mucho tiempo, deberían ser consideradas por los responsables de la financiación sanitaria. 

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Enlaces relacionados
Financiación significa origen de fondos. Los individuos son los financiadores últimos de la Sanidad, tanto por la vía de la financiación pública (impuestos, tasas y cotizaciones sociales) como por la vía de la financiación privada (seguros privados y pagos directos a proveedores).
La financiación sanitaria es un asunto de la máxima prioridad en todos los países de la OCDE y el crecimiento del gasto sanitario una amenaza para la estabilidad económica.

jueves, 30 de julio de 2009

Andando en círculo


No dejamos de explorar para, al final, llegar al punto de partida y descubrirlo por primera vez; son palabras de T. S. Eliot. Como andar en círculo*, retornando una y otra vez a nuestros orígenes. El mundo es así de inexplicable. Creemos conocer y lo desconocemos todo. Cuanto más indagamos, más dudas aparecen; nada sabemos de la vida y su misterio. Ya lo dijeron los sabios ignorantes que en el mundo han sido y lo habrán de decir los que vendrán. Y para no desesperar, lo dice el más ignorante de los no ilustrados.

*En la circunferencia, el principio y el fin coinciden. (Heráclito)

miércoles, 29 de julio de 2009

Música celta


En el artículo sobre “la música tradicional de nuestro tiempo” ya hice referencia a la llamada música celta.

Una denominación cuestionada que, a pesar de todo, identifica a los países con un pasado céltico: Irlanda, Escocia, Bretaña, Galicia y otros. De su tradición –extendida más allá de su territorio de origen– forman parte danzas populares como la giga o la muiñeira. La gaita, el bodhran, el violín, el harpa y el whistle son instrumentos representativos de la música de esos países de la Europa atlántica, ampliamente difundida durante la década de 1990 gracias a músicos que han logrado traspasar fronteras.

Grupos míticos como los irlandeses The Chieftains y Clannad, el francés Gwendal o el gallego Milladoiro, y grandes individualidades, como el bretón Allan Stivell, han dejado en la memoria colectiva las sonoridades de la música celta, con las peculiaridades de cada país y dejando aparte las veleidades de la mercadotecnia. No siempre interpretando piezas tradicionales pero, en general, con un mínimo respeto por las pautas de la tradición. Incluso músicos de la otra orilla atlántica, como la canadiense Loreena McKennitt, han experimentado con las líneas esenciales de esta música.

Manifestaciones como el Festival interceltique de Lorient, en Bretaña, el Festival internacional do mundo celta de Ortigueira o el Festival intercéltico do Morrazo, ambos en Galicia, mantienen viva la melódica llama céltica.
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Traigo aquí como ejemplo la interpretación de la Muiñeira de Chantada, por Carlos Núñez y The Chieftains:


lunes, 27 de julio de 2009

La tos en los conciertos


Desde siempre me ha intrigado la génesis de la tos en los conciertos de música clásica. Por qué en el momento mismo de comenzar los músicos a tocar, los cantantes a entonar o el director de orquesta a dar la entrada, surge alguna tos que ya no se acalla, que incluso incita a otras toses a mezclarse con las armónicas sonoridades hasta quebrantarlas. A veces una tímida tos marca la pauta y otras, más o menos discretas, se le unen como por contagio. No pocas veces toses en verdad estrepitosas surgen extremadamente molestas y alarmantes, haciendo pensar en fumadores empedernidos, acatarrados severos, bronquíticos crónicos o tuberculosos activos. Si las respiraciones jadeantes ya son bastante molestas, nada peor en un concierto que la expulsión violenta de aire de los pulmones por la contracción espasmódica de los músculos torácicos.

¿Y si no se debieran a ninguna irritación tabáquica, ni a patología broncopulmonar o de las vías respiratorias altas? No es posible que acudan a las salas de conciertos tantos adictos a la nicotina con carraspera y afectados por enfermedades respiratorias. Pudiera ser que el aire enrarecido irritase las mucosas de los oyentes; no así la de los intérpretes, porque entonces se produciría el caos. Tal vez la emoción, la tensión previa a las cautivadoras melodías y a los apasionantes ritmos, desencadenase esos espasmos estruendosos; un exceso de bienestar produciendo inquietud, expresada como tos nerviosa. Quién sabe si diversos conflictos psíquicos se manifestasen en forma de tos irreprimible, incontrolable. Se me daba por pensar si era inevitable tanta tos en los auditorios musicales, cuando por la calle, en el supermercado, en una cafetería llena de humo o, incluso, en las salas de teatro y de cine no se tosía tanto, o yo no tenía esa apreciación.


Hallé un artículo -extraído de un libro- en el que se reflexionaba sobre el ¿por qué tose la gente en los conciertos?, en el que además de especulaciones semejantes a las apuntadas se decía, en broma, de la existencia de una Academia de Tos, dedicada a impartir técnicas de control de los impulsos tusígenos (un nuevo aspecto de la educación musical), así como del proyecto de reparto de pastillas para la garganta y jarabes, a modo de preventivos del carraspeo, a la entrada de las salas de conciertos. Y es que si la medida educativa falla, o no es suficiente, sería bueno disponer estrategias terapéuticas para escuchar en paz, placenteramente, sin que nos perturben los sonidos broncos y disonantes de las poco melódicas toses; podría bastar un simple masaje en el cuello, un caramelo, una cucharada de miel u otro remedio natural. Pues nada mejor para el goce, y la salud del alma, que escuchar los silencios en respetuoso silencio.

Concierto de Tos (Cough Concert)
[Vídeo añadido con post.]

miércoles, 22 de julio de 2009

Léxico médico de la atención primaria (6): J-M


(Es recomendable leer primero la introducción al Léxico médico de la atención primaria y el preámbulo a la primera entrega)

J

JEFE DE SERVICIO / UINIDAD. Ver COORDINADOR DE EQUIPO.

JERARQUIZACIÓN MÉDICA. Algo conveniente para el buen funcionamiento de un servicio, si se realiza adecuadamente. Siendo arbitraria o caprichosa la distribución en categorías, rangos o niveles, nada bueno se puede esperar de ella. (Relacionada: LISTA DE ESPERA)

JUDICIALIZACIÓN DE LA MEDICINA. Consecuencia de llevar por vía judicial todo asunto médico. Algo a lo que no se debe llegar si queremos profesionales de la medicina eficaces, libres para ejercer su oficio, asumiendo que, siendo humanos, somos imperfectos. Puede conllevar un temor continuo a la denuncia que acaso paralice las habilidades e inhiba los buenos propósitos, siempre en perjuicio del paciente. (Relacionada: MEDICINA DEFENSIVA)

JURAMENTO HIPOCRÁTICO. Código de ética médica que acatamos los médicos por principio y en honor al padre de la medicina. Obliga a aceptar normas de comportamiento que exigen respeto, honradez, generosidad, entrega y discreción. De otros juramentos, que en silencio o entre dientes hacemos a diario en las consultas, Hipócrates se avergonzaría. (Relacionada: CÓDIGO DEONTOLÓGICO)

JUSTIFICANTE MÉDICO. Documento emitido en consulta para justificar la asistencia y, en definitiva, que la empresa no sancione al trabajador por su ausencia. Una parte más del cargante papeleo de la Atención Primaria (certificados, formularios, informes, partes, recetas), asumible hasta cierto punto si se consiguiera eliminar nuestra idiosincrásica picaresca. No siendo así, la excesiva demanda de justificantes –incluso por motivos no laborales y hasta para acompañantes de los interesados– llega a ser realmente irritante y degradante.


L

LEY DEL MEDICAMENTO. Norma superior que en Hispania incorporó criterios internacionales de seguridad, calidad y eficacia, con el objetivo de limitar el número de drogas y abaratarlas. Pero el tiro le ha salido por la culata respecto a esto último; el consumo ha aumentado (“medicalización”) y el gasto se ha ido disparando año tras año. (Relacionada: MEDICALIZACIÓN)

LIBERTAD. El bien más precioso que el ser humano puede poseer; aunque la salud sea prioritaria –sin ella de poco vale la libertad–, sin ser libres nuestro estado ha de ser poco saludable. Dejándonos de enredos, imprescindible también para ejercer la medicina.

LISTA DE ESPERA. Método de redistribuir recursos sanitarios para que, gracias a la demora, algunas patologías pasen a ser urgentes y otras dejen de ser patologías. En fin… Sin sarcasmo, en Atención Especializada existe una espera admisible y otra inadmisible (en Primaria siempre “demora cero”), pero las víctimas de la segunda callan o no son escuchadas. Por otra parte, recordemos que la desaparición de especialistas extrahospitalarios y la implantación generalizada de la “jerarquización” derivaron en un aumento de la espera en consulta especializada. En cualquier caso, se precisan soluciones, señor/a ministro/a. (Relacionadas: DEMORA CERO, JERARQUIZACIÓN MÉDICA)

LONGITUDINALIDAD. Una característica esencial de la atención primaria de salud, definida como el seguimiento de los distintos problemas de salud de un paciente por el mismo médico. Diferente del concepto de “continuidad”, referido a un problema específico del paciente. Precisa la estabilidad en el tiempo del personal sanitario y la conformidad del paciente, no fluctuando voluntariamente de unos profesionales a otros. (Relacionadas: ATENCIÓN PRIMARIA)

LOSGA. Ley de Ordenación Sanitaria de Galicia. Subordinada al Estatuto Marco y a su desarrollo, estuvo ahí, sin que se le hiciese demasiado caso hasta ser derogada por imperativo político de signo contrario. (Relacionada: ESTATUTO MARCO)


M

MALPRAXIS MÉDICA. Significa no atenerse a la lex artis, a las prácticas médicas aceptadas como adecuadas para tratar a los enfermos en el momento presente –según los actuales conocimientos científicos–, un concepto por definición cambiante con el progreso técnico de la Medicina. (Relacionadas: DERECHO SANITARIO, ERROR MÉDICO)

MASIFICACIÓN ASISTENCIAL. Carga asistencial o presión asistencial desmedida. Las consultas masificadas, o multitudinarias, son perjudiciales: obligan al médico a atender a un gran número de personas en una misma jornada y, en consecuencia, son contrarias a la calidad asistencial y atentan contra la seguridad del paciente. (Relacionadas: CARGA ASISTENCIAL, PRESIÓN ASISTENCIAL)

MEDICALIZACIÓN. 1) Ampliación del ámbito de la medicina a problemas de otros campos del saber (educación, sociología, filosofía, justicia, política, etc.), tales como el fracaso escolar, la soledad, la infelicidad, la pobreza o el desempleo. 2) Consideración de fenómenos normales como patológicos; v. gr. las fases del ciclo reproductivo y vital de la mujer (menstruación, embarazo, parto, menopausia) o la vejez. En suma, la medicalización es la intromisión en ámbitos no médicos y el proceso de conversión de estados normales en cuadros patológicos, pretendiendo darles soluciones médicas. Otra cuestión es medicar en exceso, atiborrar de medicamentos; una negativa consecuencia del desarrollo, atribuible a diferentes causas: presión de la industria farmacéutica, incitación al consumismo a través de los medios, carencia de educación sanitaria, mala gestión sanitaria, insuficiente aptitud e inadecuada actitud profesional.

MEDICAMENTAZO. Término con el que se ha querido demonizar la “Financiación selectiva de medicamentos”, recorte farmacéutico llevado a cabo en dos ocasiones y por gobiernos de distinto signo (el Real Decreto 1663/1998 amplió la lista de medicamentos excluidos de la financiación por la Seguridad Social, establecida inicialmente por el RD 83/1993). Pretendiendo eliminar lo que no era necesario, no dio el resultado esperado, porque no se explicó bien ni se aplicó con buen criterio.

MEDICINA. Dejando la acepción más pobre (medicamento) es, según Marañón, un compendio de ciencia, arte y oficio. Cuyo objeto, añadiríamos, es curar o aliviar la enfermedad y consolar al doliente. Por su parte, William Osler la definió como la ciencia de la incertidumbre y el arte de la probabilidad, y Edmund Pellegrino como la más humana de las ciencias y la más científica de las humanidades. Hay antagónicas miradas a la Medicina: la benevolencia corporativa empleó el término “sacerdocio” para referirse a una actividad sustentada en la entrega, y la ironía popular, en el otro extremo, ha tildado al oficiante de “matasanos”. Antes, lo esencial de la actividad médica era la relación personalizada médico-paciente basada en un “arte” ejecutado con medios primitivos. Hoy, quien la ejerce se asemeja más a un ingeniero que a un médico a la antigua usanza. Y lo más inquietante es pensar que todo lo pasado ha sido superado.

MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA. Traducción poco afortunada del inglés, para una “medicina basada en pruebas”. La medicina debe basarse en hechos demostrados, y éstos en Atención Primaria suelen ser escasos.

MEDICINA DE COMPLACENCIA. La que ejercen algunos facultativos para captar usuarios. Sus razones tendrán, pero el fin no justifica el medio complaciente. Si queremos mantener la sociedad del bienestar no es conveniente. (Relacionada: BIENESTAR)

MEDICINA DEFENSIVA. Una consecuencia nefasta de la “judicialización” en materia de salud, que implica la solicitud de pruebas superfluas y derivaciones innecesarias. (Relacionada: JUDICIALIZACIÓN DE LA MEDICINA)

MEDICINA GESTIONADA. Equivale a “autogestión”, que, según el diccionario, significa acción y efecto de organizar, dirigir y administrar una empresa los trabajadores de la misma. En el ámbito de la Atención Primaria, es un modelo de organización de los servicios en el que los profesionales gestionan con autonomía los recursos de que disponen, manejando el presupuesto global del Centro de Salud y asumiendo el riesgo derivado de una actuación deficiente.

MEDICINA PREVENTIVA. Ver SALUD PÚBLICA.

MEDICINA PRIVADA VERSUS PÚBLICA. La Privada, en general es elitista –discriminatoria–, su financiación es voluntaria, elude la prevención, sigue prioritariamente criterios de rentabilidad y persigue el lucro. La Pública es universal, su financiación es obligatoria para todos los trabajadores, la prevención es prioritaria, sigue criterios de equidad y su gestión pretende el gasto racional. Pero ahí están ambas, opuestas o complementarias, mejores o peores, necesarias en todo caso para dar cobertura a toda la población.

MÉDICO DE APD. Médico Titular o de “Asistencia Pública Domiciliaria”. Un médico de cabecera con atribuciones de Salud Pública, que suele ejercer en el medio rural y que, antiguamente, disponía de la llamada “Casa del médico” para ejercer su labor asistencial. Los más críticos con su existencia dicen que los demás no son suplentes y que las siglas significan ahora “A Punto de Desaparecer”.

MÉDICO DE ATENCIÓN PRIMARIA. La más reciente
 denominación del clásico MÉDICO GENERAL o MÉDICO DE CABECERA y del moderno MÉDICO DE FAMILIA. Desde el hospital lo reducen al acrónimo MAP.

MÉDICO DE CABECERA. Médico que quiere saberlo todo y por ello “cabezón”. O si se quiere, el que se mira con ternura cuando admite que sabe poco, con admiración cuando reconoce lo que no sabe y con odio o envidia cuando acierta el diagnóstico. Bueno, sin sarcasmo, médico general que asiste con continuidad al enfermo (antiguamente lo velaba a la cabecera de su cama), confesor y consejero, coordinador de los especialistas y pilar fundamental de la sanidad pública, si bien venido a menos en los últimos tiempos. Antes, el médico-persona, con nombre; en su memoria se bautizaron calles y se erigieron monumentos. Ahora, el funcionario-objeto, anónimo miembro del equipo. (Relacionadas: MÉDICO DE FAMILIA, MÉDICO GENERAL)

MÉDICO DE FAMILIA. Denominación relativamente reciente para referirse a quien antaño fue médico general (MG) o de cabecera (MC) y ahora se reconoce especialista en medicina familiar y comunitaria (MF o MFC). Los defensores del cambio pretendían la atención integral a la familia, basándose en una mejor formación técnica –postgrado, hospitalaria– y una concepción humanizada de las relaciones interpersonales; el tiempo justiciero los ha desengañado: la relación médico-paciente se ha empobrecido, las familias se han disgregado (se llega al absurdo para evitar la incoherencia: “familias monoparentales”) y, por encima, el “hospitalocentrismo” se ha consolidado. El MF seguirá siendo MG o MC, ¡y a mucha honra!, pero no habiendo general acuerdo, se ha intentado conciliar a los discrepantes con la denominación genérica de “MÉDICO DE ATENCIÓN PRIMARIA”; así que ya tenemos un nuevo acrónimo: MAP. ¡Uf…! (Relacionadas: MÉDICO DE CABECERA, MEDICO GENERAL)

MEDICO GENERAL. Ver MÉDICO DE CABECERA, MÉDICO DE FAMILIA.

MÉDICO RURAL. Médico general, de cabecera o de familia, como el de la ciudad, que ya no va a caballo al domicilio de sus pacientes y está motorizado como el urbano, pero que todavía se distingue por la reminiscencia de un trato más cordial, más cercano a la población. Algunos de sus pacientes lo siguen considerando como don..., no sólo como anónimo proveedor de servicios.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN. Instrumentos que difunden información mediante técnicas de transmisión, impresas, orales o visuales. Respecto a la sanitaria, útiles cuando son serios; inconvenientes y perjudiciales cuando transmiten sin adecuado asesoramiento. El mayor peligro está en que lo perverso vende más que lo salubre; por desgracia, la prensa y los demás medios, tienden cada vez más hacia el sensacionalismo, ya que un periodismo responsable y cauto no resulta demasiado rentable. A menudo refuerzan la idea de que la medicina puede solucionar todos los problemas de la humanidad, contribuyendo así a la “medicalización” de la vida, y no pocas veces sus mensajes producen efectos negativos en la relación médico-paciente.

MOBBING. Ver ACOSO LABORAL.

MODELO TRADICIONAL. El que obligaba a dos horas y media de presencia física en consulta y el resto de la jornada a estar localizado; brindaba la ayuda de personal auxiliar; permitía cierta flexibilidad sin agobiar en extremo; no estaba tan sobrecargado de papeleo; facilitaba, en cierto modo, un trato más respetuoso y cordial. Sin haber muerto totalmente, convive todavía, aunque de mala manera y muy tocado, con el “Nuevo modelo”. De lo dicho, y por otras carencias, no es lo ideal, ni mucho menos. (Relacionada: NUEVO MODELO)

MOTIVACIÓN PROFESIONAL. Lo que necesitan los trabajadores sanitarios para trabajar con entusiasmo. Si los futbolistas de élite, con sueldos astronómicos y tratados como si fuesen dioses, demandan primas e incentivos para no perder la ilusión, y se las dan, ¡pobrecitos!, los médicos que no piden ni la millonésima parte permanecen a la espera. Esperan, y los años pasan. (Relacionada: ENTUSIASMO)

lunes, 20 de julio de 2009

¡Milagro!


[Relato]

Acudí a visitar a sor Angustias en cuanto pude. La hermana del convento dominico llevaba dos semanas en cama sin poder moverse. ¡Noventa y dos años de nada! Me salió al encuentro sor Teresa y crucé el umbral de la comunidad de clausura tras la campanada* de rigor. Esta religiosa y diplomada en enfermería me explicó, mientras avanzábamos por el inacabable corredor, que lo habían probado todo, pero en vano. Yo ya concebía lo peor: “Accidente cerebrovascular irreversible, demencia ultrasenil, arteriosclerososis terminal, atrofia cerebral extrema...”. En fin, poco que hacer. Llegamos por fin a la celda, donde otra hermana, ésta además de sangre, sor Elena, estaba velando por la creyente anciana, yacente en su lecho. Tan frágil, tan enjuta y con una expresión de infinita inocencia, sor Angustias clavaba la mirada en el austero techo.

—No puede moverse desde hace quince días —recalcó sor Elena.

Acercándome a la enferma, reclamé su atención… Y sus ojos y su efímera sonrisa me alcanzaron. Embargado de seguridad y espíritu nazareno, la invité a que se sentara al borde de la cama… Y como si de una orden divina se tratara, obedeció al punto. Después le indiqué que se pusiera en pie… Y, sin ayuda, así lo hizo. Quedaba comprobar la deambulación… Y sor Angustias no sólo comenzó a caminar, sino a apurar el paso alrededor de la celda, desplazando sincrónicamente brazos y piernas, flexionando codos y elevando rodillas, en actitud atlética. Hubo que detener su ímpetu.

—¡Milagro! ¡Milagro!... —exclamaron al unísono sor Teresa y sor Elena, al tiempo que me hacían efusivas reverencias.

Las monjas, agradecidas, no me dejaron marchar sin un par de cajas de sus sabrosas pastas. Salí reconfortado, meditando sobre la importancia de la voluntad humana (sin negar la de la Providencia) y comprendiendo el valor de la persuasión. Pensar que a veces basta una palabra…

*tras hacer sonar la esquila.

[2001, 25 jun]

Jesus bleibet meine Freude (Jesús, alegría de los hombres), J.S. Bach

viernes, 17 de julio de 2009

El médico enfermo


Al leer el post “¿Con qué psiquiatra se atienden los psiquiatras?”, publicado en DESDE EL MANICOMIO, revivo el delicado tema que, calladamente, preocupa a los galenos: el médico enfermo. Porque ¡es tan difícil ser juez y parte, atender a diario a dolientes y asumir que uno puede pasar en cualquier momento al otro lado! Llegado el momento, ¿en quién confiar? ¿Cómo dar a entender a un compañero que se padece, que se sufre, que se necesita ayuda? 

Concedemos a diario bajas laborales a otros trabajadores, no pocas por procesos banales, algunas casi de complacencia, y cuando damos a entender que nosotros necesitamos un descanso recuperador los ojos de los colegas nos miran con recelo. ¡Cuánto cuesta la comunicación y cómo duele la incomprensión entre iguales! El médico es un ser humano que tiene necesidades como todos los mortales, que es tan frágil como los demás, que precisa palabras de aliento como cualquier doliente. Además, no olvidemos que el médico de nuestro sistema público es el profesional que padece más enfermedades relacionadas con el estrés laboral

El médico también es paciente y necesita comunicarse, depositar su confianza en otros seres humanos y recibir palabras de consuelo. Pero, ¡ay!, es duro hallarse bajo la piel de enfermo, y más todavía tropezarse con la pétrea frialdad de la incomprensión, que abisma al médico convertido en enfermo en una peculiar e indescriptible soledad. Por eso desde la Organización Médica Colegial (OMC), que agrupa a todos los colegios médicos españoles, se ha desarrollado el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME).

Escena de la película The Doctor (1991), de Randa Haines
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Enlace relacionado
El médico enfermo, por Jaume Padrós i Selma
El asunto de la salud de los médicos ha sido de siempre controvertido. (...) cuando el médico enferma, éste suele actuar por exceso o por defecto, pero en todo caso lejos de lo que él mismo acostumbra a recomendar a sus pacientes. Y lo que es peor, no sabe o es incapaz de pedir ayuda. Y cuando la afección o el trastorno está en la esfera mental o se relaciona con alguna adicción la respuesta es aún más negacionista, y llega incluso a arrogante y prepotente.
REFLEXIÓN FINAL
Cuando el médico es paciente, su percepción cambia; y hasta puede que alguno pierda su engreimiento y se vuelva más compasivo, sobre todo si prueba de su propia medicina... Valga el ejemplo del protagonista de la película The Doctor
Cuando a Jack MacKee, un médico frío y distante, le diagnostican una enfermedad, pasa a ser un paciente más de su propio hospital. Entonces sabe lo que sienten los enfermos, tiene que confiar ciegamente en un sistema médico que sabe que no es infalible y ha de soportar con paciencia unos trámites burocráticos que se eternizan, unos reconocimientos humillantes y unas abarrotadas salas de espera.
De todos modos, el médico también es un ser humano, una persona, y merece comprensión al hallarse en el papel que en principio no le corresponde.

jueves, 16 de julio de 2009

Los caminos de la vida


Peregrinatio vitae (tópico literario): viaje de la vida, vida como camino a recorrer.

Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.
ROBERT FROST, El camino no elegido

La vida de las colectividades es arrastrada por los cambios sociales, para bien y para mal, y la de los individuos se transforma sin sentir. El título de una obra de Ramón Otero Pedrayo, Os camiños da vida (Los caminos de la vida), me sirve de excusa para encadenar poderosos versos de tres excelsos poetas hispanos. La conformidad con la vida que nos ha tocado en suerte, la ponderación de la vida retirada y la vida de acción como justificación de la existencia, forman un tríptico vital que me parece revelador. Y valga la sentencia de un poeta-folclorista en boca de un viejo. Aunque a nuestro pesar, en frase atribuida a John Lennon, la vida es aquello que nos va pasando mientras hacemos planes.

Cuando me paro a contemplar mi estado,
y a ver los pasos por do me han traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado.
GARCILASO DE LA VEGA, Soneto I


¡Qué descansada vida, la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida senda,
por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
FRAY LUIS DE LEÓN, Oda I: Vida retirada

¡Tengo rota la vida! En el combate 
de tantos años ya mi aliento cede,
y al orgulloso pensamiento abate
la idea de la muerte, que lo obsede.
RAMON MARÍA DEL VALLE-INCLÁN, El pasajero

Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar…

Cuatro edades cumple el hombre,
al cabo de haber vivido:
la inocencia, en que ha nacido,
poco después la esperanza,
la dicha, que nunca alcanza,
y por último, el olvido.
BUENAVENTURA LUNA, Sentencias del Tata Viejo*
[*Letra de canción AQUÍ]


The road not taken (El camino no elegido), Robert Frost

martes, 14 de julio de 2009

Preservación de la música clásica (2): Aproximación musical


Se han venido citando tres elementos para la comprensión de la música clásica: nivel socioeconómico, educación y sensibilidad. Si bien el primero pudo –o puede todavía– conllevar al segundo, la sensibilidad es patrimonio individual e independiente. Ahora bien, si no hay para comer, menos habrá para educar; y por mucha sensibilidad innata que se tenga, poco se podrá hacer para aprovechar ese don del cielo. Es ineludible salvar el escollo de la supervivencia antes de aspirar a cotas de satisfacción espiritual.

Con esta premisa biológica, convendrá poner los medios para desligar a la música culta del elitismo de antaño, favoreciendo la estabilidad económica, dando oportunidades a los desfavorecidos y despertando el interés por lo bueno, mediante estímulos apropiados. Entonces será posible alcanzar las metas esperadas: profesionales de la música mejor formados y convencidos y auditorios más educados y sensibles. Restará acercar la música en vivo a los ciudadanos.

En nuestro medio, desde el punto de vista del disfrute musical, la situación ha mejorado enormemente en los últimos años, con proliferación de salas y orquestas sinfónicas. Ahora es más fácil el acceso a conciertos, próximos y asequibles para casi todos los bolsillos, en ocasiones incluso subvencionados. No obstante, continúa habiendo teatros de élite –especialmente en grandes capitales–, distantes para la mayoría y reservados para ciertos elegidos, no necesariamente de oídos más refinados.

Por otro lado, tengamos en cuenta que las especializaciones son múltiples y que uno no puede abarcar todo el corpus musical. Habrá quien tenga querencia por la música medieval, o renacentista, o barroca, o clásica, o romántica, o contemporánea en cualquiera de sus vertientes. Habrá quien muestre eclecticismo y trate de sumergirse en diferentes aguas sonoras, pero siempre con limitaciones impuestas. De modo que, inevitablemente, existirán diferentes grupos, con sus particulares afinidades, minorías al fin y al cabo, ni mejores ni peores, que podrán ser tildados de elitistas por no alcanzar a la mayoría.

Desde las piezas más almibaradas hasta los más indigestos ladrillos musicales, la música nos muestra su extensa gama de colores y perfumes; sin pretensiones extramusicales o con supuesto mensaje intelectual, directa al corazón o incomprensible en su simbolismo, muy fácil o extremadamente difícil de aceptar y entremedias todas las posibles variantes. Queramos o no, parte de la música estará destinada a una minoría o, mejor, será asimilada por unos pocos. Lo que no debe impedir la permanente aproximación musical a la mayoría, para que en todo momento conozca, discierna y elija.
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Este artículo es una parte del publicado en Filomúsica (revista de música culta): 

lunes, 13 de julio de 2009

Músicos atrapados en las redes del tiempo


En la primera mitad del pasado siglo, Jean Sibelius y Sergei Rachmaninov acaparan musicalmente, junto a Richard Strauss y otros compositores, el espacio que podemos considerar de retaguardia. De las biografías de ambos creadores parece derivarse un talante discreto, un carácter más bien introvertido y a veces angustiado, una vida sin grandes aspavientos –a pesar de los avatares–, una espontaneidad creativa y una sinceridad comunicativa. Tildados de conservadores, ambos han sido criticados hasta el menosprecio; podría decirse de ellos que son dos músicos atrapados en las redes del tiempo.


En los inicios del siglo XX, la característica individualidad del Romanticismo decimonónico continuaba bien representada por colosos del ámbito germánico como Gustav Mahler (1860-1911) y Richard Strauss (1864-1949), mientras soplaban vientos innovadores que parecieran querer llevarse por delante todo lo pasado. Mahler falleció prematuramente nada más entrar en la segunda década del nuevo siglo, pero dejando un patrimonio sinfónico colosal en el que el Lied se yuxtapone delicadamente. La mayor longevidad de Strauss le permitió continuar su labor compositiva, entre el poema sinfónico y la ópera, durante toda la primera mitad del nuevo siglo y permaneciendo fiel a los principios postrománticos. Mahler y Strauss son dos grandes individualidades, dos músicos de la misma generación –separados por apenas cuatro años–, herederos de las formas clásicas y románticas y, sin embargo, renovadores del lenguaje musical e inconfundibles, dos creadores ampliamente reconocidos y admirados.

Cercanos en el tiempo, otros dos compositores periféricos bien conocidos prefirieron permanecer como ellos al margen de rupturas y seguir, hasta cierto punto, la línea continuista, emulando a sus predecesores: el finlandés Jean Sibelius (1865-1957) y el ruso Sergei Rachmaninov (1873-1943). Pero mientras los primeros gozan en general del favor de la crítica, éstos son a menudo cuestionados, incluso menospreciados por conservadores o reaccionarios, quizás siguiendo valoraciones pretéritas de modo extemporáneo. Y no es que estos músicos no experimentasen; eso sí, dentro de los límites que ellos mismos se marcaron. Rachmaninov compaginó su virtuosismo pianístico con una importantísima obra original, fruto del eclecticismo estilístico, de su alma profundamente rusa y de una extrema sensibilidad, además de una habilidad para la orquestación parangonable a la de Mahler o de Strauss. Y Sibelius, otro mago de la orquesta, llegó en su cúspide creadora hasta el borde del abismo innovador, deteniendo su labor compositiva mucho antes de su término vital, al estimar que no tenía nada más que decir o tal vez consciente de que su voz ya estaba fuera de lugar. Las sinfonías sibelianas, no pretendiendo abarcar el mundo como las mahlerianas, son evocadoras construcciones musicales, y sus mejores poemas sinfónicos, no descriptivos como los straussianos, son maravillosos cuadros sonoros.

Ambos músicos reconocieron su chaikovskiana admiración. Ambos demostraron un gran dominio de la orquestación. Ambos se relacionaron con Mahler. Ambos recibieron la llamada americana. Ambos asistieron al desarrollo de las técnicas de grabación sonora y a la grabación de sus propias composiciones, en el caso de Rachmaninov siendo partícipe al piano. Ambos fueron degradados a músicos menores por la crítica caprichosa, radical y despiadada. Y ambos son merecedores de reconocimiento como grandes maestros por el valor intrínseco de sus respectivas obras.
***
He presentado el resumen y la introducción del artículo publicado en OpusMusica (revista de música clásica), con retazos biográfico-musicales de estas dos importantes figuras de la música y una relación de sus obras esenciales. Si te interesa puedes acceder desde AQUÍ.

viernes, 10 de julio de 2009

Pesimismo


Va cundiendo entre los hombres del mundo occidental algo todavía más negativo que el mero pesimismo: un como desencanto integral de que jamás sirva nada para nada. Salvador de Madariaga

Pocos acontecimientos duelen tanto como el sentirse traicionado por quienes creíamos amigos o camaradas. Sólo superan esa sensación amarga la pérdida de un ser querido o el amoroso abandono. Dejando esos duros trances, las traiciones profesionales, laborales o sociales, pueden destrozar los corazones sensibles. Se pierde la confianza de tal modo que uno llega a rechazar toda creencia, de lo agrio que se revela el sabor del deshonor o de la afrenta. De los continuos desengaños, del general desencanto, nace un pesimismo que impide creer en nada, confiar en nadie. Y el pesimismo tiene un halo negro de tristeza.

Decepcionado, reparo en que el mundo es y será una porquería, y me acuerdo del tango Cambalache. El mundo está plagado de ladinos, malevos, traidores, estafadores, ladrones, irrespetuosos, caraduras y otros individuos de baja ralea. En él, los nobles, honorables, leales, generosos, honrados, educados, trabajadores y otras gentes de buena fe, se sienten desplazados o igualados. ¡Todo es igual, nada es mejor…! De la letra de Enrique Santos Discépolo, extendida desde el siglo XX al XXI, y hecha intemporal, la siguiente estrofa lo resume todo:

Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador.
¡Todo es igual, nada es mejor!,
lo mismo un burro que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón
.


Esta visión tremendista es sólo un estado pasajero: siempre procuro liberar la mente de malos pensamientos (¡bendita catarsis mental!) y superar toda desilusión; hay motivos para recuperar la sonrisa y el moderado optimismo. Pero no dejo de disfrutar con el inmortal tango...

miércoles, 8 de julio de 2009

Léxico médico de la atención primaria (5): F-I


(Es recomendable leer primero la introducción al Léxico médico de la atención primaria y el preámbulo a la primera entrega)

F

FARMACÉUTICO. Experto en fármacos que, en Hispania, si tiene acceso a oficina de farmacia (negocio privado que no es de libre apertura) se convierte en privilegiado del sistema público, beneficiándose de su presupuesto, con poca competencia, sin arriesgar y con escasa responsabilidad. Saca incluso ventaja del empleo de medicamentos genéricos y, no satisfecho con dispensar, en ocasiones pretende controlar y condicionar el trabajo del galeno, entrometiéndose en su labor sin ser clínico, por su propia conveniencia y provecho. Pero tomemos el aserto en general, porque, afortunadamente, hay honrosas excepciones. (Relacionada: ATENCIÓN FARMACÉUTICA)

FARMACÉUTICO CLÍNICO. Variante pública del anterior. Su teórica misión como profesional de la salud es informar sobre medicamentos, detectar necesidades de formación y docencia en este apartado y ejecutar actividades y programas dirigidos a mejorar su uso. En la práctica, demasiadas veces fiscaliza al médico, condiciona su prescripción o le llama la atención por lo mal que cubre los impresos de visado –u homologación, que suena más técnico– de ciertos fármacos y artículos sanitarios. Con el fin de ahorrar, no es extraño (¡oh Señor!) que consiga aumentar el gasto. (Relacionada: HOMOLOGACIÓN DE RECETAS)

FARMACOECONOMÍA. Parte de la economía de salud relacionada con el gasto farmacéutico. Esta disciplina ha ido cobrando importancia, y más en tiempos de crisis. (Relacionadas: ECONOMÍA DE LA SALUD, GASTO FARMACÉUTICO)

FATIGA CRÓNICA. Enfermedad grave de causa desconocida y, por tanto, sin tratamiento etiológico, que en muchos casos conlleva la invalidez operativa; es motivo de incapacidad absoluta de carácter permanente. En cierto modo, se hace cada vez más frecuente en el sector sanitario, quizás por unas condiciones de trabajo estresantes, o por cambios bruscos que dificultan la adaptación. Viendo la situación, y aunque sea predicar en el desierto, digo que urge velar por la salud laboral de los profesionales que por eso mismo velan, previniendo el cansancio permanente, el agotamiento y la extenuación irreversible.

FINANCIACIÓN SELECTIVA DE MEDICAMENTOS. Ver MEDICAMENTAZO.

FORMACIÓN MÉDICA CONTINUADA. Instrucción constante para mantener la competencia profesional medicina. Sus objetivos: actualizar conocimientos (técnicos, éticos, legales, sociales y económicos) y favorecer la comunicación entre los profesionales. Desde los inicios de la carrera universitaria, pasando por la licenciatura y los estudios de posgrado, hasta el final de nuestra actividad profesional no dejaremos de aprender. Nos veremos obligados a una puesta al día mediante una formación continuada, porque los avances y los descubrimientos no cesan. Siendo un deber, se le reconoce al profesional el derecho a que su empresa le facilite la formación; pero no siempre es así, porque del dicho al hecho…

FRECUENTACIÓN. Es la presión que ejerce cada paciente (visitas/paciente/año), equivalente a “intensidad de uso” de los servicios, que en exceso significa “hiperfrecuentación”; a quien se excede en la frecuentación se lo califica de “hiperfrecuentador”. (Relacionada: HIPERFRECUENTADOR)

FUNDACIÓN SANITARIA. Un invento para confundir lo público con lo privado y sacar provecho de aquél por medio de éste.

FUTURO SANITARIO. Un gran enigma. Superada la euforia de los 80s y la búsqueda desesperada de la eficacia de los 90s, en el 2000 aún nadie posee una infalible bola de cristal que vislumbre el mañana. Sospechemos de algunos visionarios e iluminados, y que cada cual haga sus cábalas. Como resultado del aumento de la demanda y de la limitación de tiempo, ¿harán los médicos una medicina terapéutica y no diagnóstica? Como respuesta a las exigencias de los usuarios, ¿serán meros prescriptores al servicio de peticiones compulsivas? Por idéntica razón, ¿se crearán unidades especializadas en Atención Primaria?... Chi lo sa?

G

GALLAECIA. Unha terra distinta nun estado diferente (no creo que precisen traducción los no gallego-hablantes). Tuvo su propia y controvertida Ley de ordenación sanitaria. (Relacionada: LOSGA)

GASTO FARMACÉUTICO. El derivado del consumo de fármacos y productos sanitarios (absorbentes, tiras de glucosa…), que ha experimentado un crecimiento desmedido, a pesar de las medidas aplicadas, ya en forma de recorte de la oferta de medicamentos (“medicamentazo”), ya con maniobras disuasorias (cambio de receta, “homologación” o visado, etc.) o presiones de los gestores sobre los médicos. Probablemente hayan sido contraproducentes por haberse adoptado de espaldas al colectivo médico o contra el mismo. (Relacionadas: FARMACOECONOMÍA, HOMOLOGACIÓN DE RECETAS, MEDICAMENTAZO)

GERENCIALISMO. Modelo de gestión de empresa introducido en la Sanidad Pública, basado en técnicas gestoras y equipos directivos similares a los de la empresa privada. Iniciado a principio de la década de 1980, con el propósito de corregir algunos “desajustes” y controlar costes en los hospitales, con el tiempo ha ido generando otros en todo el ámbito sanitario. En este modelo politizado –de nombramientos directos–, la máxima autoridad está representada por un gerente, del que dependen diferentes directores sanitarios (director médico, director asistencial, director de gestión, director de enfermería); su modo de proceder despertará miradas de admiración, recelo o indiferencia. (Relacionada: GESTIÓN SANITARIA)

GESTIÓN SANITARIA. Como la gestión en general, entraña la función de dirección del personal y las actuaciones para lograr un resultado u objetivo. Significa tramitar, diligenciar, dirigir y administrar en el ámbito de la sanidad. Se realiza a tres niveles: macro-gestión (política sanitaria), meso-gestión (centros sanitarios) y micro-gestión o gestión clínica (profesionales de la salud o clínicos). Entre las funciones gestoras están la planificación, la regulación –p.ej. cartera de servicios o catálogo de prestaciones–, los sistemas de información sanitaria y el diseño de contratos que lleva a la firma con proveedores (p.ej. contratos programa y conciertos). Ideal si: 1) persigue un fin con efectividad; 2) adecua los recursos en busca de la eficiencia, sin cicatería; 3) pretende objetivos útiles y realistas, no experimentación baldía y proyección personal; 4) intenta prestar un buen servicio al usuario sin descuidar la satisfacción del trabajador; 5) es clara y transparente, se impregna de firmeza y objetividad; 6) se acerca a la realidad y la palpa; 7) procura la mejora continua de la calidad... ¡Una bella entelequia! (Relacionadas: ORGANIZACIÓN SANITARIA, PLANIFICACIÓN SANITARIA)

GUARDIA MÉDICA. Un sacrificio, a veces innecesario, para proporcionar una atención continuada y conseguir un dinero extra a costa de la propia salud.

GUÍA CLÍNICA. Ver PROTOCOLO CLÍNICO.

H

HABILIDADES MÉDICAS. Lo que más cuesta mantener sumidos en tanto conocimiento teórico y tanto papeleo absurdo; sin práctica, la destreza se pierde enseguida. Es una pena que se desperdicie tanta capacidad, tanto potencial humano.

HIPERFRECUENTADOR. Se denomina así a quien consulta doce o más veces al año, excluyendo visitas burocráticas y programadas. Parecen ser tres las variantes que influyen en el requerimiento de servicios sanitarios públicos: una percepción negativa del estado de salud, un nivel de estudios bajo y una necesidad subjetiva de recibir cuidados sanitarios. Ésta última es fundamental, la que más condiciona la utilización de los recursos; muchos mayores sanos están excesivamente preocupados por su salud y en cambio otros con importantes problemas son muy poco demandantes. Comprobamos que siguen mandando los extremos. ¡País! (Relacionadas: ABUSUARIO, FRECUENTACIÓN)

HISPANIA. Alguien dijo para nuestra deshonra: el país de la chapuza, de la improvisación y de la picaresca. Y el ámbito sanitario no es ajeno a estos rasgos o peculiaridades.

HISTORIA CLÍNICA. Principal sistema de registro sanitario. Refleja la atención prestada y sirve para evaluarla y realizar actividades comunitarias, para docencia e investigación y como prueba documental judicial. Sobre su estructura ideal hay diferencias de criterio, pero debe constar de cuatro partes: 1) anamnesis o interrogatorio (datos de filiación, motivo de consulta, antecedentes, enfermedad actual, síntomas por aparatos); 2) exploración física; 3) curso o evolución; y 4) epicrisis (comentario final, discusión, juicio clínico). Lo demás son cuentos. (Relacionada: SISTEMA DE REGISTRO)

HISTORIA DE LA MEDICINA. Rama de la historia que trata de los conocimientos y prácticas médicas a lo largo del tiempo, así como de sus protagonistas, desde los orígenes de la Medicina hasta nuestros días. O una sucesión cronológica de hitos médicos en la que la mayoría de anónimos mortales no entrará a pesar de sus desvelos. (Relacionadas: HUMANIDADES MÉDICAS)

HOMOLOGACIÓN DE RECETAS. Nueva denominación del anterior “visado”, que pretendiendo frenar el gasto farmacéutico consigue frenar el curso de las consultas y crispar todavía más los ánimos de los médicos, quienes ya no sólo se sienten amanuenses sino, ¡oh Dios!, burros de carga. (Relacionadas: FARMACÉUTICO CLÍNICO, GASTO FARMACÉUTICO)

HOSPITAL. En general, un adefesio arquitectónico, espantoso y poco acogedor –“complejo”–, donde se proporciona asistencia secundaria y terciaria (casos que la Atención Primaria no puede resolver); alguno, monstruoso, hace enfermar a los sanos que visitan a los enfermos. De manera formal, un hospital (del latín hospes, «huésped», «visita», y hospitale, «habitación para huéspedes») es un establecimiento donde se proporciona asistencia médica y que, a diferencia de un centro de salud, dispone de camas de hospitalización. Históricamente, en Hispania, la situación hospitalaria ha sido cambiante, pudiéndose señalar como antiguos recursos hospitalarios: 1) Red de hospitales del INSALUD o Instituto Nacional de la Salud (Residencias, HH. clínicos universitarios y HH. de enfermedades del tórax), ya transferidos a las autonomías; 2) Hospitales provinciales y psiquiátricos; y 3) Hospitales privados.

HOSPITALIZACIÓN SOCIAL. Una consecuencia del desmembramiento familiar, agravada por la carencia de “hospitalización a domicilio”, que da lugar a escasez de camas para agudos.

HUMANIDADES MÉDICAS. Bajo este epígrafe, o el de “Ciencias socio-médicas”, tendríamos por orden alfabético: antropología médica (cultural y filosófica), bioética, comunicación médica (entrevista clínica, relación médico-paciente), derecho sanitario, economía de la salud, educación médica, estética médica (literatura y arte en general), historia de la medicina, psicología, sociología de la salud, teoría y método de la medicina (información, documentación y terminología). El Humanismo médico se aleja de la despersonalización reinante en la actualidad.

I

IATROGENIA. Del gr. iatro, médico, y génesis, producción, significa acto médico dañoso, aun realizado debidamente. Todo efecto perjudicial en el paciente producido por el médico se considera “iatrogénico”; o de otro modo, cualquier reacción adversa en el paciente como resultado del tratamiento aplicado por el galeno. Aunque a veces sea inevitable, hay que procurar no dañar, recordando el aforismo hipocrático: primum non nocere.

IMPROVISACIÓN. Una de las tres características hispanas y, desde luego, de la (mala) gestión sanitaria hispana. (Relacionada: HISPANIA)

INCAPACIDAD TEMPORAL, GESTIÓN DE LA. Los trámites derivados de una situación de baja laboral que supone una Incapacidad Temporal (IT) –antiguamente Incapacidad Laboral Transitoria (ILT)–, consistentes en la emisión de un parte de baja y periódicos partes de confirmación, hasta el definitivo parte de alta, cuando el paciente ya está en condiciones de reincorporarse a su puesto de trabajo y prestar sus servicios. El cambio de denominación y de normativa, con participación de las mutuas en el control de la IT de causa no laboral (accidente o enfermedad profesional), no ha aliviado la carga burocrática del médico de cabecera, que continua con el engorroso papeleo generado, a pesar de la informatización. El médico de cabecera sigue obligado a gestionar las IT de pacientes a los que no presta asistencia, caso de los hospitalizados, y aun cuando la causa entra en la competencia de las mutuas, caso de los accidentes de tráfico, contraviniendo la normativa (“El reconocimiento médico del trabajador es obligado para el facultativo que expide el parte de baja médica y el de confirmación”). Me pregunto si se realizará algún día un cambio sensato en la gestión de la IT.

INCERTIDUMBRE. Rémora de la ciencia médica acrecentada en Atención Primaria. Se ha dicho que el médico de familia es el “especialista de la incertidumbre”.

INFORME MÉDICO. Documento médico-legal mediante el cual el médico informa –a petición particular, por motivo legal o público– sobre los trastornos de un paciente, los métodos diagnósticos y terapéuticos que se le aplicaron y, en su caso, sus limitaciones funcionales. Es solicitado por distintos motivos (procedimientos de separación, de guarda y custodia de menores, de solicitud de incapacidad o invalidez, de continuación de baja laboral o en cualquier otro tipo de procedimiento judicial por secuelas, p.ej. accidente de tráfico), sin que se exijan formalismos en el tipo de soporte material (no impreso oficial). Lo emite el médico responsable del paciente, o quien lo ha atendido en un determinado episodio asistencial, dejando constan
cia de un estado de salud incluso anterior al de la fecha de petición (vigencia no limitada a un periodo de tiempo: diferencia con el “Certificado médico”, que da fe de un estado actual). Muchas veces el galeno se ve en un brete, porque los datos clínicos le llegan de oídas, y más ahora que se piden informes médicos –formularios diversos en forma y fondo– para todo: visados de recetas, residencias de ancianos, residencias de verano, balnearios, campamentos escolares, prestación de maternidad, prestación de riesgo durante embarazo y lactancia, dependencia funcional, adopciones internacionales… Como dicen los jóvenes, ¡una pasada! (Relacionada: CERTIFICADO MÉDICO)

INMIGRACIÓN. Llegada a un país de personas de otras nacionalidades para establecerse, que en el caso de Hispania es un fenómeno relativamente reciente pero en continuo crecimiento. Ha suscitado nuevos retos en materia de salud pública, señalándose como gran error el no haber dispuesto medidas previsoras dirigidas a impedir abusos (particularmente el “turismo sanitario”) y el deterioro del sistema sanitario. No se ha dado información sobre los servicios que se brindan ni sobre el correcto acceso a los mismos, ni se ha dotado con los suficientes recursos humanos en respuesta al incremento poblacional. Seguramente, la Administración no intervendrá –léase “improvisará”– hasta que la situación se le escape del control o el engranaje deje de funcionar con suficiente normalidad.

INTEMPORALIDAD. Una positiva condición. Independientemente de los cambios de rumbo de la gestión sanitaria, debemos lograr que prevalezcan los valores eternos, consustanciales al ejercicio médico, huyendo de la medicina despersonalizada y teniendo siempre en mente la máxima marañoniana: “no hay enfermedades sino enfermos”.

INTERSUSTITUCIÓN. Ver ACUMULACIÓN DE CUPOS.

INTRUSISMO PROFESIONAL. Realización de actividades profesionales sin capacitación ni titulación, es decir, sin autorización. Significa meternos en un terreno ajeno sin estar legitimados. En el caso de la medicina, comete intrusismo la persona que sin ser médico actúa como tal.

INVESTIGACIÓN EN ATENCIÓN PRIMARIA. Francamente, una quimera. En nuestro medio, con excesiva carga asistencial y burocracia desmedida, no parece viable una investigación de calidad. Aunque cabe el heroico tesón investigador, la paciente revisión bibliográfica o el individual placer de indagación del médico de cabecera fuera de la jornada laboral, en tanto en cuanto no se eliminen las conocidas rémoras, seguirá siendo un proyecto quimérico. Y continuaremos ateniéndonos a estudios de otros países –especialmente anglosajones–, en los cuales sí es posible el adecuado seguimiento de los pacientes y la preceptiva recogida de datos.

lunes, 6 de julio de 2009

El verano y el sistema sanitario


Después de la tempestad viene la calma. Refrán

Ahora en el verano ardiente de la Gallaecia, ante la carencia de médicos sustitutos, compruebo más que nunca el desatino de nuestro sistema sanitario. Las listas siguen al completo y las “urgencias” se multiplican, porque todo tiene que ser inmediatamente: el parte de confirmación de una baja, el formulario para los baños termales o para una minusvalía, la receta para una pomada de dudosa eficacia. Casi nadie dispone de un mínimo de paciencia y la escasa valoración de los servicios sanitarios públicos se vuelve desprecio. Vemos al usuario inquieto y al galeno asfixiado, con la lengua fuera, por el aire caldeado y el ambiente enrarecido; como nunca, en los centros de atención primaria se hace patente la absoluta desatención a la salud laboral y se sufren las consecuencias de los malos arquitectos, sádicos diseñadores de espacios agobiantes. La incomunicación entre niveles asistenciales continúa igual o va a peor. Los formularios de diferente forma –siendo al cabo para lo mismo– brotan en el estío como los hongos en otoño. La polimedicación aumenta imparable, los inhibidores de la bomba de protones –o “prazoles”– se usan para proteger el estómago de todo (hasta de un mal pensamiento), los ansiolíticos se consumen como churros, los antiinflamatorios se administran a la ligera, los antibióticos se dispensan sin receta. Las tarjetas de salud se pierden como los paraguas, e igualmente los medicamentos que no cuestan. Los conflictos laborales se transforman en neurosis, los esguinces o “latigazos” cervicales por accidentes de tráfico tardan más en curar que las fracturas de tibia y peroné, las presuntas depresiones son escusa fácil para eludir obligaciones. El médico de cabecera se ahoga en su impotencia, convertido en burócrata; el político mira para otro lado, ajeno a la triste realidad; el gestor se encierra en su despacho, alejado de los problemas. El gasto inútil crece exponencialmente y el necesario se contrae cicateramente. Y a pesar de todo, el sistema aguanta milagrosamente; a pesar de los malos augurios no revienta... De momento, sólo de momento, no revienta.

Son demasiadas las tempestades...

sábado, 4 de julio de 2009

Anecdotario médico 2


Lo mismo que en la primera parte, las anécdotas que a continuación voy a referir fueron vividas personalmente o, siendo ajenas, se asemejan a otras que me han sucedido durante mi ejercicio profesional como médico general (hasta el momento, claro). ¡La consulta es una enorme caja de sorpresas! Os recuerdo que entre paréntesis concreto su temática o lo que me sugieren. Y sin más preámbulo, os dejo otra decena de mi personal anecdotario médico:

(Humor oftalmológico) Entra una señora con estrabismo extremo y exclama: “¡Buenos ojos le vean, doctor!”. Verdaderamente, humor sombrío.

(Nesciencia) Estoy explicándole a un paciente las medidas higiénico-dietéticas pertinentes para prevenir el meteorismo (abultamiento del abdomen por gases acumulados en el tubo digestivo) y finalizo de esta guisa: “Y para evitar la hinchazón del vientre no tome tampoco bebidas gaseadas, como refrescos de cola...”. Sorprendido, exclama: “¡Ah, no sabía que la coca-cola era gaseada!”.

(Torpeza) Una mujer refiere dolor de cabeza por darse golpes repetidamente contra las alacenas. Sí, golpes una y otra vez. Le aconsejo que tenga cuidado o que las coloque a más altura, pero su respuesta deshace mis argumentaciones: “Ya lo hice… ¡y sigo dándome golpes igual!”.

(Tragón) Un hombre de mediana edad refiere molestias en el vientre y le pregunto si comió algo inhabitual. Me mira prevenido y, titubeante, me responde: “Bueno, unos higos..., bastantes, tres días seguidos... ¡Ah!, y ciruelas…, muchas; y chocolate con avellanas; y empanada de calamares; y también...”.

(Patente de corso) En vista de sus antecedentes, en el servicio urgencias le prescriben a una paciente paracetamol para aliviar sus dolores musculares. Va con la receta a la oficina de farmacia y, sin justificación clínica, le aconsejan otro fármaco: un antiinflamatorio de uso común al que es alérgica. Al tomarlo confiadamente (ya saben de la reiterada recomendación: ¡consulte a su farmacéutico!), acaece la grave consecuencia: un choque anafiláctico, que precisa movilización de sanitarios –incluido el médico que bien obró–, traslado al hospital, ingreso en UCI… Y el causante del desaguisado, de rositas.

(Vicio lácteo) Una madre a la que le indico un tratamiento, me dice preocupada: “Le estoy dando pecho a la niña... ¿no le perjudicará el medicamento?” Pregunto por la edad de la niña, la madre me responde que ya tiene 3 años y, ante mi gesto fruncido, añade: “Es que tiene el vicio de la leche materna”.

(Vivir para ver) Un hombre rudo de mediana edad entra a la consulta sin llamar: “Vengo a que me haga otra receta de esto…”.  Ante mi extrañeza, porque le había hecho la receta el día anterior, aclara: “Iba a matar una mosca y rompí el envase”.

(Despiste absoluto) Cubriendo el parte de baja laboral de un joven que está encamado con gripe, le pregunto a su madre: "¿Cuándo nació su hijo?". Y, sorprendentemente, la progenitora duda: “No me acuerdo bien... A ver, que creo que tengo aquí el libro de familia. Ah sí, el 7 de julio de...”. ¡San Fermín!, y ni con esa referencia se acordaba del día del parto.

(Despropósito) Acude un joven desgarbado para que le haga un certificado de aptitud para un puesto de trabajo. Me pongo en guardia, pues hace poco que lo envié al psiquiatra por un brote psicótico; le pido el informe del especialista de la mente y compruebo que lo considera incapacitado para toda actividad laboral. Entonces, ante mi extrañeza, reconoce: “Sí, ya presenté los papeles para solicitar la incapacidad”. En verdad es un enfermo y, como tal, merece nuestra compasión.

(Tedio) Dispuesto a retomar un fármaco comercializado para la "mejora del riego sanguíneo", Olegario, un paciente jubilado, me anticipa que no se lo dé en comprimidos, sino en gotas. El motivo alegado dejará estupefacto a más de uno: “Duran menos, doctor, pero así vengo más a menudo y me distraigo”.