miércoles, 23 de marzo de 2011

Día Nacional contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario


Estamos asistiendo a un importante incremento de las agresiones al personal sanitario en el ejercicio de su profesión. Aun cuando no disponemos de estadísticas que a nivel nacional reflejen su dimensión real, la OIT y la OMS denuncian que el 25% de los incidentes de violencia en el ámbito laboral se producen en el entorno sanitario.

El ejercicio de las profesiones sanitarias tiene un fuerte componente de servicio, deseado por el conjunto de la sociedad, en el que la confianza se constituye como un elemento fundamental. Por ello, la irrupción de la violencia en el escenario sanitario, en cualquiera de sus manifestaciones, además de repercutir gravemente en la salud y en la calidad de vida del profesional agredido, atenta contra ese principio fundamental y afecta de forma sustancial a la actividad sanitaria, uno de los pilares básicos de nuestra sociedad.

Detrás de la violencia contra el personal sanitario encontramos un entramado causal de gran complejidad. Nada justifica la agresión a otro ser humano, pero realidades como la extensión de una mentalidad individualista que entiende cualquier recurso como bien de consumo, las falsas expectativas que en la sociedad se van generando en torno a los sistemas sanitarios, y la condescendencia de los poderes públicos ante su uso abusivo, contribuyen en buena manera a la creación de un ambiente hostil incompatible con la actividad sanitaria.

Todo ello hace necesario un tratamiento multidimensional del problema que debe partir del principio de: “Ante las agresiones al personal sanitario, tolerancia cero” (como ante cualquier tipo de violencia). Se debe promover un conocimiento integral del problema mediante el establecimiento de buenos sistemas de registro, pero, sobre todo, se deben tomar las medidas necesarias para proteger a los profesionales y, con ellos, al conjunto del sistema sanitario, y asimismo promover una percepción positiva y realista de sus servicios ante el conjunto de la sociedad.

Aunque se han producido avances significativos en el tratamiento de este problema, se hace necesario un abordaje institucional, coordinado e integral, que garantice un completo apoyo al profesional agredido desde el primer momento, y avanzar en el diseño de procedimientos judiciales rápidos, expeditivos y ejemplarizantes, en los que la consideración como delito de atentado contra la autoridad pública es un elemento fundamental. Asimismo, se deben proporcionar las medidas de prevención y protección que sean necesarias para garantizar un ejercicio seguro de las profesiones sanitarias.

Exigimos un claro compromiso de los poderes públicos y una concienciación de la sociedad ante esta lacra, promoviendo una conciencia social positiva de los servicios sanitarios como bien público, que debe proporcionarse en las condiciones más adecuadas posibles a cada individuo que lo necesite, y utilizarse de forma responsable, respetando los derechos y asumiendo los deberes que ello conlleva. Un escenario de desconfianza, exigencia desmedida y agresividad sólo tiene consecuencias perjudiciales para todos, profesionales y ciudadanos.

4 comentarios:

  1. Todo mi apoyo para ti y para tu extraordinaria profesión, Pepe. Hoy he visto en la tele algunas escenas de agresiones a médicos y otros sanitarios; daba repugnancia verlas: ¿cómo puede haber gente tan cerril?

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  2. Gracias por tu respaldo, querido Pablo. En el siguiente post hago una puntualización al respecto que me parece crucial.
    Un abrazo.

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  3. El problema se ha incubado por estos años ya que los médicos tenemos recelo de admitirlo por no sentirnos víctimas, como que ser víctimas nos tira del pedestal en que se supone que estamos. Yo no tengo celo de admitir que he sido víctima de abusos, en una ocasión físicos, pero al final he aprendido a superar esas situaciones y a hacerlas compatibles con mi carácter indómito.
    Pero a veces me apena amigo mío, estar a la defensiva, con la palabra tajante, la actitud dura, la mirada de fuego listas como una parte del arsenal de elementos con los que ejerzo mi práctica médica.

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  4. Es una realidad que muchos no saben afrontar con tu entereza, querido Tony. Parece que la Humanidad -o parte de ella- poco o nada hubiera avanzado desde los tiempos de extrema hostilidad y desconfianza cavernarias. No le cabe entonces el calificativo de "civilizada".
    Saludos cordiales.

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