domingo, 29 de mayo de 2016

Sobre el arte de la palabra escrita


A poco que ahondemos en la historia del arte de la palabra escrita y nos sumerjamos en las principales obras literarias, hallaremos que se repiten una y otra vez los mismos temas literarios, que los autores –diferentes en estilo, motivación, honradez, racionalidad, sensibilidad o capacidad de seducción– inciden en las mismas preocupaciones humanas. Se señalan las virtudes: el valor, la sinceridad, la amistad, la generosidad, la humildad, la fidelidad… Y se repara en los vicios o malas costumbres: la cobardía, la hipocresía, la hostilidad, el egoísmo, la soberbia, la deslealtad… Frente al desinterés aparece la ambición; ante la nobleza, se presenta la traición. Siempre se emparejan los opuestos: la inocencia y la maldad, la ternura y la brutalidad, la tranquilidad y el miedo, el conocimiento y la incultura, la abulia y la actividad, la superación y el abandono, el erotismo y la castidad, el realismo y el idealismo, el misterio y la evidencia, la luz y la oscuridad, el afecto y el odio, la salud y la enfermedad, el esplendor y la decadencia, lo particular y lo universal, lo individual y lo colectivo, lo absurdo y lo racional, el campo y la ciudad, el trabajo y el ocio, la guerra y la paz, el poder y la sumisión, la igualdad y la diferencia, lo serio y lo grotesco, el héroe y el ignorado, el seductor y el repugnante, el sociable y el solitario, el honesto y el villano, el triunfador y el perdedor, la ventura y la desventura, la esperanza y el desencanto, el autocontrol y la ira, el inconformismo y la resignación, la arbitrariedad y la justicia, la libertad y la esclavitud. Nada terrenal o espiritual que no haya sido tratado literariamente.

Por encima de esporádicas loas, se critica a la sociedad, a todas las sociedades. En el fondo los poetas sueñan con una comunidad perfecta, sabiendo que nunca podrá ser. Casi todo gira en torno al amor y a la lucha por la vida, en vaivenes incesantes de optimismo y pesimismo, se enaltece la capacidad de sufrimiento (incluso de resiliencia) y asistimos a un inacabable lamento por la inevitabilidad de la muerte, con o sin el consuelo que la religión o lo sobrenatural aporta. Todo envuelto por un bello y mágico manto lingüístico, donde la aventura, el humor, la intriga y el terror dan variedad a las diferentes formas de contar, con preponderancia de lo espontáneo o de lo reflexivo, partiendo de la fría realidad o desatando la estimulante fantasía.

Desde lo rosa a lo negro, desde lo angelical a lo satánico, desde la mayor candidez a la extrema malicia, todo sentimiento humano tiene cabida, así como los diferentes frutos de la inteligencia. Nada falta: ni la caza, ni la gastronomía, ni la naturaleza, ni la música, ni el deporte, ni el ejército, ni la política, ni la ciencia, ni el arte, ni la vida social, ni los acontecimientos festivos. Se cantan las más diversas celebraciones –espirituales o carnavalescas– y se lloran las pérdidas, personales y materiales, a través de desarrollos lineales y complicadas tramas, de decires prosaicos y poéticos. De la capacidad de perdón a la sed de venganza, las historias fluyen sin cesar, entre miserias, alegrías, dudas, descubrimientos, desengaños, dichas, frustraciones, triunfos, dolores y placeres. 


Relatos, novelas, poemas, dramas, ensayos... En cualquier forma que se manifieste su sentir, el hombre hace brotar sus palabras en un mundo que lo supera (que no alcanza a comprender, que encuentra injusto, que le parece absurdo, que lo oprime, que lo desconcierta, que lo empequeñece); las convenientes para aderezar los días, los meses y los años. Orgulloso del alcance de su conocimiento y sus habilidades, el ser humano se siente derrotado por lo que ignora. Capaz de acariciar y amedrentar, según la blandura de su corazón o la dureza de su espíritu, de respetar a los demás o manifestar una despreciable pobreza moral, puede mostrar su sonrisa más dulce u ostentar el gesto de ferocidad más inquietante. Desde la infancia a la vejez, lanza besos o vomita monstruos. Pero su mejor parte siempre procura la belleza. Y la literaria pervive a través de los tiempos, en un río de mil lenguas que discurre hacia la eternidad.

[Fotos del autor del blog]

Un viaje por la historia literaria europea
Un documental que resume la historia literaria europea, desde El Clasicismo Griego, pasando por el Oscurantismo de la Edad Media, Manierismo, Romanticismo, Realismo y más. Se habla sobre las obras mas representativas de cada movimiento: "El Mío Cid" en los Cantares de Gesta, "Don Quijote de la Mancha" en el Manierismo, "Lazarillo de Tormes" en la Novela Picaresca...


Canal educativo con vídeos literarios 
(biografías, resúmenes y análisis)

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Lírica, Narrativa (Épica) y Dramática.

Anexo: Los géneros literarios
Se denomina género literario a cada una de las clases en que se dividen los textos literarios, escritos por los autores con una finalidad determinada. Cada género literario (lírico, narrativo, dramático) comprende, a su vez, otros subgéneros literarios.
LÍRICA: subgéneros mayores (canción, himno, oda, elegía, égloga, sátira) y subgéneros menores (madrigal, epigrama, letrilla).
NARRATIVA (Épica)*: en verso (epopeya, poema épico, romance) o en prosa (novela, cuento, leyenda, fábula o apólogo).
DRAMÁTICA (Teatro): subgéneros dramáticos: tragedia, comedia, tragicomedia, entremés, auto sacramental.

*v. "Las raíces de la fantasía épica". 

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