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miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ciclo eterno


El mismo ciclo confirma que todo cambia para que todo siga igual… Dice la abuela: “En mis tiempos…”. Dice el padre: “Esta juventud…”. Dice el joven: “Nadie me comprende…”. Y dice el niño –mirándolos a todos, boquiabierto–: “No sé qué decir…”. El niño será joven, será padre, será abuelo, será viejo. Habrá gozado, habrá sufrido, habrá amado, habrá soñado. Tras victorias, tropiezos, penas y alegrías, volverá sus ojos a la edad de la inocencia. Vemos que todo se repite. Juego y lucha, admiración y desencanto, placer y aflicción, amistad y enfrentamiento, comprensión e intransigencia, lucidez y ofuscación, paz y discordia, decisión y temor, creencia y duda… Vaivén eterno, para concluir que no podemos entender este mundo incomprensible.

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