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Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo,
en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia.
Santiago Ramón y Cajal
La medicina es una actividad apasionante pero también de
riesgo. Por mucho celo que se ponga en el ejercicio médico, es imposible no
incurrir en errores. Y estos duelen, por muchas satisfacciones que los
compensen.
Escribimos esto en su momento, al hablar sobre la “lexartis ad hoc”. Y en efecto, todos los médicos cometen errores, pero, ¡ay!, lo difícil es
reconocerlos o no negarlos, aun siendo lo deseable para no volver a tropezar en
las mismas piedras que obstaculizan el ámbito de la ciencia médica.
Por el doctor Antonio R. he sabido de un vídeo en
el que el médico canadiense Brian Goldman se despacha a gusto sobre este
asunto, invitando a sincerarnos con nosotros mismos, para ayudar a otros y a la
vez ayudarnos.
La verdad, me encantó esta charla porque pienso exactamente como él y nunca he entendido que un médico se crea Dios, que él no más sabe, que otra opinión no sirve, cuando muchas veces bastaría con pedirle una opinión a un colega ya que cuatro ojos ven más que dos.
ResponderEliminarSon muy saludables las curas de humildad. Y como bien dices, Gabriela, en ocasiones (especialmente en situaciones de duda) es mejor comprobar si el parecer de otro compañero coincide con el nuestra. No es demérito, sino sabiduría.
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