Un médico cura,
dos dudan, tres muerte segura.
Partimos de este refrán que recomienda
no ir mucho al médico (o hacerlo en la justa medida) y consultar sólo con un
galeno, en el que se deposita la confianza.
Sólo si
hay problemas relevantes, merece la pena ir al médico.
Es una
frase del Dr. Francisco Kovacs (38:08), refiriéndose
al dolor de espalda, su especialidad, pero que puede ser aplicada a la atención
médica en general.
Los médicos somos
peligrosos. Utilícenos sólo cuando sea necesario.
Lo dice el Dr. Juan Gérvas con clarividente contundencia, aunque la frase debe ser interpretada
en su justo sentido: la evitación de los excesos, no la negación de los
profesionales de la medicina.
Podríamos resumir estos tres pensamientos definitivos en
uno solo:
Confíe en un médico y consúltele sólo problemas de importancia.
Confíe en un médico y consúltele sólo problemas de importancia.
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Añadimos con posterioridad este vídeo clarificador sobre la medicina justa (ni por exceso ni por defecto), con la intervención del doctor Fernando Fabiani.
Medicina la justa: Más no siempre es mejor
Magnifica lección, practicamente en tres palabras y de sentido comun.
ResponderEliminarY contraria a lo que se suele aconsejar hoy en dia para todo : "consulte con su medico", al fin y al cabo, es facil y gratis, asi lo ofertan los politicos.
Además de sentido común, amigo Juan, es cuestión de seguridad y de anti-consumo. Respecto a esto último: el consumismo sanitario fomentado acarrea la perniciosa medicalización, que no mejora la salud -o la empeora- y genera gasto innecesario (= derroche).
EliminarCon referencia al mal uso que hacemos de la visita al médico, creo que en alguna ocasión he comentado, en tu blog, la anécdota de la viejecita que visitaba a diario a su médico.
ResponderEliminarUn día, el doctor, la echó en falta y al día siguiente, cuando la vio en la consulta, le preguntó:
-Doña María, ayer no vino usted ¿qué le pasó?
Y la señora le respondió:
Ayer no pude venir porque estaba mala.
Un abrazo, José Manuel.
Viendo la parte positiva, amigo Antonio, no hay que olvidar la tarea social que nos corresponde (como parte del enfoque integral o biopsicosocial de la atención primaria). Así que si la viejecita se alivia de sus cuitas o de su soledad con la visita médica, ya está justificada la consulta, aunque no sea en rigor "estrictamente necesaria". Pero, ¡ay!, lo malo es la consabida escasez de tiempo para cada paciente, al tener que repartir el médico de familia su jornada entre demasiados usuarios/pacientes. De ahí la conveniencia de evitar consultas por cuestiones irrelevantes, en favor de aquellas otras de verdadera importancia. Creo que no es preciso hacer un gran esfuerzo para entenderlo.
EliminarUn fuerte abrazo. (Y otro para Juan, que se fue desnuda la respuesta anterior)