Páginas

viernes, 10 de junio de 2016

Asumiendo riesgos

Temerario - Buenos Aires

Sin riesgo no se hace nada grande y memorable. Terencio

Es más peligroso un médico vanidoso que un médico ignorante, porque éste puede tener, al menos, la tentación de ser prudente. Florencio Escardó

¿Quién no asume riesgos? Los asume un niño –aunque sea inconscientemente– cuando se sube a una silla, un adulto cuando solicita un crédito bancario, un anciano cuando se empeña en una tarea impropia de su edad. Los asume un conductor cuando se pone al volante y los asume un médico cuando toma una decisión clínica. Asumen riesgos las personas “sanas” cuando se empecinan en malos hábitos y los enfermos que no aceptan los cuidados de su propia enfermedad. Y el riesgo puede ser individual o colectivo: quien se lanza en picado al mar desde lo alto de un acantilado arriesga su vida, el montañero que va en grupo escalando la vertical de una montaña comparte el riesgo con los demás.

Se define el riesgo como la asunción de una determinada vulnerabilidad frente a cada tipo de peligro. A mayor vulnerabilidad, mayor riesgo; a mayor peligro al que uno se enfrenta, mayor riesgo también. Asumen riesgos tanto hombres como mujeres, pero seguramente las mujeres en mayor proporción por su mayor vulnerabilidad. Y en ocasiones el riesgo no es una asunción voluntaria, sino obligada, como la del soldado que recibe la orden de un superior de atacar al enemigo o de atravesar un campo minado.

Además del riesgo natural, de la posibilidad de que se produzca un desastre natural (contra esta amenaza no siempre podemos prevenirnos), los riesgos humanos son diversos: el económico-financiero y el laboral están en la mente de todos. El riesgo sanitario está particularmente en las mente de los profesionales de la salud, por la posibilidad de perjuicio laboral y de daño del paciente. Ya hemos hablado de riesgos laborales de la profesión médica y de seguridad del paciente (tiene en este blog su propia etiqueta); incluso, medio en broma, de riesgos de la consulta telefónica. Y del aforismo médico de arriba podría relacionarse vanidad y riesgo.

La cuestión es medir la magnitud del riesgo para obrar en consecuencia, asumiéndolo o no, aplicando medidas preventivas para minimizar sus malas consecuencias o disponiendo de medios para reparar los daños cuando ya se han producido. No hemos de mirar para otro lado, obviando la realidad del riesgo; hemos de considerarlo en cada ámbito y en cada circunstancia.

En cualquier caso, imposible eludir el riesgo, pues no existe el riesgo cero. Aunque para evitarlo en cierta medida, o minimizarlo, hay medidas de prevención riesgos, de desastres naturales, laborales y de otra índole.

Que cada cual asuma sus riesgos, pero con cabeza…

Singing in the rain

***
ANEXO: AFORISMOS SOBRE EL RIESGO (Peligro, Amenaza) vs. Seguridad
  • El riesgo es la contingencia o proximidad de un daño.
  • Es poco atractivo lo seguro, en el riesgo hay esperanza. (Tácito)
  • Un placer sin riesgos satisface menos. (Ovidio)
  • No se puede vencer un riesgo sin otro riesgo. (Publio Siro)
  • No se han hecho ni han de hacerse cosas grandes e inmortales sin arriesgar el todo por el todo. (Sainte-Beuve)
  • ¿Evitar riesgos significa estar mitad dentro, mitad fuera de la vida? (Richard Diebenkorn)
  • Coger las de Villadiego. (Expresión) [Huir de un riesgo o compromiso.]
  • Alea iacta est –La suerte está echada. (Julio César) [El riesgo está tomado]
  • El riesgo cero no existe.
  • En cuanto hay vida, hay peligro. (R. W. Emerson)
  • Cuanto menor es el miedo, tanto menor es el peligro. (Tito Livio)
  • El constante peligro se torna placer. (Séneca)
  • Lo más seguro es no ponerse en peligro. (Quevedo)
  • Ante el peligro inminente, la fortaleza es lo que cuenta. (Lucano)
  • Nadie se acuerda de Santa Bárbara hasta que truena. (Refrán)*
*Falta de previsión ante el riesgo e ingratitud.


No hay comentarios:

Publicar un comentario