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martes, 29 de agosto de 2017

El jazz y las drogas


DIZZY GILLESPIE.- Yo también dejé de tocar una vez. Y te voy a decir por qué. Nunca le he contado esto a nadie. Habíamos creado una nueva música. Pero aun así seguíamos siendo negros. En aquellos tiempos, en los EEUU no podías superar el estatus de los negros… Charly Parker era inteligente y joven…, ¿por qué tuvo que perderse? ¿Fue la droga o el hecho de que no pudiera soportar la presión? Lo mismo que Billie Holiday. Y muchos, muchos más que han muerto. Yo tenía muchos más amigos músicos muertos que vivos. Y el racismo era algo que no podía soportar; tenía que acabar con eso. Dejé de tocar y me vine a Europa.
Del film El invierno en Lisboa, basada en la novela homónima
de Antonio Muñoz Molina.
Al parecer, el trompetista Dizzy Gillespie fue de los pocos músicos relevantes del jazz que no se dejó someter por las drogas duras del momento (heroína, cocaína); era consumidor de marihuana, como la mayoría, por no considerarla peligrosa, pero no murió prematuramente a consecuencia de las drogas como otros instrumentistas y vocalistas de jazz de su tiempo. Con un buen sentido del humor y generosidad, supo disfrutar de la vida hasta el final de sus días.

Enlaces de interés
Muchos de los más grandes músicos de jazz han visto sus vidas afectadas por enfermedades mentales o abuso de drogas y alcohol, según un estudio de un psicólogo británico.
La historia del jazz y las drogas tiene muchas aristas, desde la persecución por parte de agentes de narcóticos hasta la influencia que tuvo en la locura sonora de genios como Parker, Armstrong, Baker, Davis, Gordon, Gillespie y Pastorius.
Pero no sólo es el jazz el que se relaciona con las drogas, también el rock y otras músicas urbanas. Música y drogas (o drogas y música), una relación complicada...

Drugs and Music - A Complicated Relationship
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Droga: toda sustancia que introducida en el organismo por cualquier vía de administración, produce de algún modo una alteración del natural funcionamiento del sistema nervioso central del individuo y además es susceptible de crear dependencia, ya sea psíquica, física o ambas. (OMS)

LAS DROGAS. Drogadicción/Drogodependencia y abordaje terapéutico
DROGAS. Algo inseparable de la práctica médica y, con su significado vulgar de “estupefaciente”, un mal que cuesta combatir. El problema de las drogodependencias también debe abordarse desde el ámbito de una Atención Primaria que de nada se ve libre y que, por ello, es digna del mayor reconocimiento.
Glosario de términos –Drogomedia
Léxico de las drogas [argot, jerga]
Infodrogas (Concepto, Clasificación, Tolerancia, Dependencia)
Dejando a un lado el resto de perspectivas [de clasificación], quizá lo más práctico sea seguir el criterio de la clasificación por el que opta la OMS, que ha agrupado las drogas según sus efectos sobre el sistema nervioso central. De acuerdo con este criterio, las drogas pueden ser: Depresoras, Estimulantes y Alucinógenas/Psicodélicas. 

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Perturbadoras: alucinógenas/psicodélicas
El LSD (Dietilamida del ácido lisérgico) se extrae del cornezuelo de centeno (hongo), que contiene ergotamina, alcaloide que puede producir ergotismo, pero también útil para tratar la migraña por su efecto vasoconstrictor.
Y hay plantas alucinógenas, como la ayahuasca (liana) y el peyote (cactus).

La drogadicción es una enfermedad crónica que se caracteriza por la búsqueda y el consumo compulsivo o incontrolable de la droga a pesar de las consecuencias perjudiciales que acarrea y los cambios que causa en el cerebro, los cuales pueden ser duraderos. Estos cambios en el cerebro pueden generar las conductas dañinas que se observan en las personas que se drogan. La drogadicción es también una enfermedad con recaídas. La recaída ocurre cuando una persona vuelve a consumir drogas después de haber intentado dejarlas.
Abordaje terapéutico –Plan Nacional sobre Drogas
Desintoxicación, Deshabituación, Programas de sustitutivos opiáceos.
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Medicamentos: ayudan a suprimir síntomas de abstinencia durante desintoxicación y a prevenir recaídas. 
Opioides. Para tratar adicción: Metadona, Buprenorfina y Naltrexona.
Tabaco (Nicotina). Terapias de reemplazo: parches, aerosoles, goma de mascar y pastillas. Para tratar adicción: BupropiónVareniclina.
Alcohol. Para tratamiento del alcoholismo: Naltrexona (bloquea receptores opioides que participan en efectos de recompensa generados por consumo de alcohol y en deseo intenso de bebida), Acamprosato (puede reducir síntomas de abstinencia duradera, como insomnio, ansiedad, desasosiego y disforia), Disulfiram (Antabus®: interfiere con descomposición del alcohol. Si paciente bebe alcohol, se acumula acetaldehído en el organismo, lo que produce reacciones desagradables que incluyen sofocos: enrojecimiento y calor en la cara, náuseas y latido irregular del corazón) y Topiramato (Topamax®). 
Trastornos concurrentes: medicamentos disponibles para tratar posibles trastornos de salud mental, como depresión o ansiedad, podrían estar contribuyendo a la adicción de la persona.
 
Lucha antidroga
La guerra antidroga se orienta a la persecución de la producción, comercio y consumo de ciertas sustancias psicoactivas consideradas drogas prohibidas, no medicinales; sus partidarios se basan en que causan grave perjuicio para la salud y generan redes de delincuencia y corrupción. Los partidarios de la legalización de las drogas se fundamentan en el derecho individual a elegir y/o que es un medio para erradicar las mafias del narcotráfico y en general el tráfico de drogas.

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