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lunes, 14 de agosto de 2017

Medicina defensiva, indeseable y regresiva

 
MEDICINA DEFENSIVA. Una consecuencia nefasta de la “judicialización de la medicina”, que implica la solicitud de pruebas superfluas y derivaciones innecesarias. 
De un artículo referente a la medicina defensiva ("La medicina defensiva: cómo los médicos evitan las demandas"), extraemos algunas conclusiones:

Las demandas por mala praxis a los médicos han ido en aumento; el paciente ya es consciente de que puede denunciar si no está contento con el resultado

El médico opta por ejercer una medicina defensiva, en vista de lo anterior, que le protege ante un eventual reclamo futuro del paciente

Es esta situación de temor a una demanda y actitud defensiva la práctica médica se altera. La medicina defensiva distancia más al médico del paciente.

Frente a la indeseable práctica de la medicina defensiva se propone una medicina asertiva, humanizada, que requiere unas condiciones adecuadas, tiempo y recursos, todo lo cual compete a la administración pública.

Y de los comentarios a dicho artículo traemos una interesante selección que nos parece adecuada para complementar la visión de la medicina defensiva.
Lo de la medicina asertiva está muy bien... Pero, como dicen los anglosajones, cuando la mierda llega al ventilador, todo se va al garete. Los médicos cometemos errores. Es un hecho. Y los cirujanos más, porque ya no se trata de que andes con cuidado, se trata de que un día no estés tan certero como sueles. Tipos que ganan millones y millones de euros fallan un penalti en la final de una Copa del Mundo que supone la culminación de sus vidas, de todo lo que han luchado por ser... ¿cómo no va a haber errores en una práctica cotidiana? Y no vale que me digan que se trata de vidas humanas: lo humano es humano y un humano no puede estar siempre igual de acertado o concentrado. En España como siempre importamos las cosas solo a medias. (…) Y de USA se han importado las demandas y las indemnizaciones, pero no los sueldos. 

La medicina defensiva es cara. Ante la disyuntiva de pedir pruebas caras y posiblemente innecesarias o asumir más riesgos de ser demandado el médico opta muchas veces por lo segundo. Es lógico. Los pacientes tienen derecho a demandar a los médicos si consideran que su actuación no fue la correcta y les ha perjudicado. Es lo lógico. Resultado: más listas de espera, sanidad más cara para los mismos resultados y abogados más ricos. Quizás haya que poner algo de orden en todo esto para evitar tanto despilfarro. 

Y uno de los principios fundamentales de la relación médico-paciente es la confianza. (…) Desde el mismo momento en que detecto la pérdida de la confianza del paciente, tengo que inhibirme por definición, y la razón es bien sencilla: con mucha frecuencia, en el tratamiento de una enfermedad, hay que asumir un riesgo, porque la medicina no es una ciencia exacta, y no es fácil asumir ese riesgo cuando el enfermo ya ha dejado bien claro que te va a hacer responsable de todo lo que le pase, sea o no culpa tuya. Y el paciente tiene derecho a tener un médico que no esté mediatizado. 

Creo que se está olvidando la vieja y sana relación humana entre médico y enfermo. Soy psicólogo y a veces [pocas por suerte] usuario del sistema estatal de salud y a veces [por necesidad] del sistema privado. A la sanidad pública solo puedo criticarle la masificación y la falta de tiempo que tienen los profesionales de la salud para tratar como seres humanos a los pacientes. Es que si se dedicaran a emplear el tiempo necesario en cada enfermo, las colas y listas de espera serían astronómicas. En la privada te atienden mejor, tienen más tiempo porque te lo cobran y eres además un "cliente" que puede volver o recomendarlo. En la pública tienen el sueldo asegurado, y con que el enfermo no se queje a la inspección o te denuncie, o no te insulte o te agreda ya es suficiente. El problema es la falta de educación e información, pero sobre todo la EDUCACIÓN. El paciente debe saber que la medicina no es una ciencia exacta, que el médico es humano y puede equivocarse, aunque quiera hacerlo bien, y cada persona responde de forma distinta al mismo tratamiento. El médico por su parte debe tratar al enfermo con humanidad, ya que el 50% del tratamiento es el trato, el diálogo con él.
Y como suplemento, considerando que la masificación asistencial y la excesiva protocolización de los procedimientos limitan el tiempo disponible para cada paciente en el sistema público, nos parece oportuno traer un tuit relacionado.

En definitiva, creemos que hay que alejarse de la medicina defensiva (medicina ofensiva, al decir del doctor Juan Gérvas), peligrosa y costosa, indeseable desde la óptica de la razón y comprensible desde la más pura emoción, una práctica regresiva y probablemente incompatible con un futuro sanitario sostenible. Hemos de darnos cuenta de que la medicina defensiva viene a ser una "medicina de complacencia". Y las palabras claves para orientarnos hacia la preferible medicina asertiva (buena comunicación, sujeción del acto médico a la lex artis ad hoc, respeto de los derechos del paciente y respeto de los derechos del médico) bien podrían ser: confianza, profesionalidad, comprensión y sensatez. Una medicina ideal que supone dignificar la asistencia, en un marco de humanización que precisa recursos y tiempo (por lo tanto, decisiones políticas y cambios organizativos, además de educativos). Ojalá la medicina asertiva se impusiera.

Take Five - Dave Brubeck
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Podremos entender algo más de la medicina defensiva en los siguientes enlaces:
Medicina Defensiva: Una revisión para estudiantes y residentes
De la medicina defensiva a la medicina asertiva

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