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domingo, 14 de enero de 2018

De catarros y gripes


La gripe dura siete días con tratamiento; y sin tratamiento, una semana.

DEFINICIONES [Según texto de primer enlace externo, abajo]

Catarro (resfriado, coriza). Infección viral aguda del tracto respiratorio que a menudo cursa con inflamación de las vías aéreas altas (nariz, senos paranasales, laringe, tráquea y bronquios) y no produce fiebre. Agentes causales: entre más de 120 cepas distintas de virus aisladas, los  más frecuentes en nuestras latitudes son el rinovirus (con más de 100 serotipos) y el coronavirus. Período de incubación: 1-3 días. Cuadro clínico: estornudos, rinorrea acuosa, picor de garganta, congestión nasal y malestar general. En un par de días las secreciones nasales se espesan y pueden ser incluso purulentas. Puede aumentar la producción de tos. En ausencia de complicaciones, los síntomas desaparecen en 4-10 días.

Gripe. Infección viral aguda de las vías respiratorias superiores que aparece bruscamente con un cuadro de fiebre (38-40°C), mialgias (zona dorsolumbar y piernas+), cefalea, tos seca, astenia, dolor al deglutir, cansancio y malestar general. Agente etiológico: virus influenza​. Como el resfriado tiene una evolución autolimitante; en 48-96 h. la fiebre empieza a remitir y los síntomas se hacen más leves. Si no surgen complicaciones, el cuadro desaparece como máximo en siete días. Complicaciones más frecuentes: bronquitis y neumonía, que en determinados grupos de riesgo pueden tener un pronóstico grave, incluso fatal.

EL CATARRO Y LA GRIPE: UN PROBLEMA DE TODOS LOS INVIERNOS

Todos los años, por estas fechas, las consultas médicas se llenan de pacientes con infecciones de vías respiratorias altas (nariz y garganta), producidas por microorganismos o microbios, principalmente virus. En ellas incluimos el catarro (resfriado común) y la gripe. Estamos, como siempre, en tiempo de catarros...

Generalmente, las infecciones respiratorias altas son benignas o autolimitadas, y el tratamiento es meramente sintomático. Es decir, nos limitamos a aliviar o paliar los síntomas, locales (obstrucción nasal, tos, dolor de garganta) y generales (fiebre, cefalea, dolor muscular, malestar general). Carecemos de tratamientos curativos.

En los catarros o resfriados predominan los síntomas locales, y si hay síntomas generales son leves. En cambio, la gripe se manifiesta con intensos síntomas generales que pueden ser incapacitantes e impedir la actividad laboral. Cuando no hay un límite claro catarro-gripal, solemos hablar de síndrome gripal.

LOS MOLESTOS SÍNTOMAS: TRATAMIENTO SIMPLE Y PACIENCIA

Es indudable que los mocos son muy molestos por la obstrucción nasal que producen, pero no son razón para dramatizar y acudir de urgencia a un centro sanitario (algo cada vez más habitual). La congestión nasal se trata con descongestivos nasales, siendo lo más sencillo hacer lavados nasales, mediante aplicación de suero fisiológico (o solución de agua y sal), evitando vasoconstrictores*. La tos molesta puede ser tratada con un antitusivo, y el dolor y la fiebre con analgésicos antitérmicos, como aspirina o paracetamol. 

Así de sencillo. Con el correspondiente aporte líquido (incluyendo infusiones o calditos) y el necesario reposo cuando la sintomatología así lo aconseja. 

Y paciencia, claro, como se deriva del dicho que encabeza este escrito.

*Riesgos de vasoconstrictores, orales (pseudoefedrina y fenilefrina) e intranasales (oximetazolina, nafazolina...): infarto de miocardio, ACV isquémico, rinitis medicamentosa o química. [Descongestivos nasales con vasoconstrictores –post.]

LAS RECOMENDACIONES GENERALES, ANTICATARRALES O ANTIGRIPALES

Por último, aconsejamos imponer el sentido común en esta época invernal de habituales epidemias catarrales, para huir de temores infundados y torpes apresuramientos. Sin olvidar la prevención gripal en grupos de riesgo, mediante la correspondiente vacuna (esperando que sea adecuada y efectiva), o la general de infecciones respiratorias mediante lavados de manos para evitar contagios, ni la posibilidad de complicaciones en pacientes crónicos o de edad avanzada, que pueden precisar tratamientos complementarios, incluso hospitalarios. 

Se discute el uso de fármacos antivirales, de los que hay dos grupos: 1. inhibidores de la proteína M2 (amantadina y rimantidina), que actúan sobre la proteína M2 del virus bloqueando en fase precoz la entrada del virus en la célula; y 2. inhibidores de la neuraminidasa (oseltamivir y zanamivir), que actúan bloqueando la replicación del virus e inhibiendo la liberación de los viriones de la célula infectada. [v. AQUÍ] No han demostrado disminuir las complicaciones ni la mortalidad. 

Los (mal) llamados medicamentos antigripales son combinados de fármacos, habitualmente analgésicos-antitérmicos, descongestivos nasales, antihistamínicos y antitusígenos, que no combaten el virus de la gripe (influenza), sino los síntomas. Y ojo con los que contienen pseudoefedrina (vasoconstrictor).

Por supuesto, los antibióticos son ineficaces, como en cualquier infección viral, y sólo están indicados si hay infecciones bacterianas secundarias.

MENSAJE GENERAL, EDUCACIÓN SANITARIA

Este sería nuestro mensaje general: tranquilidad a los pacientes, responsabilidad a las autoridades sanitarias y profesionalidad a los medios de comunicación. Porque no son recomendables las consultas inmediatas por síntomas menores (pensemos en el hacinamiento en las salas de espera, favorecedor de contagios y así de la difusión de las infecciones respiratorias), ni los mensajes oficiales equívocos, ni el tremendismo informativo. 

Es necesaria la educación sanitaria de la población, de modo continuado, y no solo por este motivo que hoy acapara nuestra atención. No queremos una sociedad neurotizada por procesos catarrales que saturan los servicios de urgencia año tras año. Por el contrario, deseamos una población capaz de asumir el tratamiento sosegado de las pequeñas dolencias. Una población activa y saludable.

1
Infecciones respiratorias como problema común

2
***
No suele haber razones para ir al médico por gripe,

Enlaces externos sobre catarro y gripe

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