Hace tiempo nos preguntábamos:
Y recientemente leemos una dramática noticia relacionada:Adictos a drogas que exigen, amenazantes, psicofármacos y opioides a cualquier médico de forma brusca y urgente. ¿Cómo actuar en estos casos frecuentes?— José Manuel Brea (@xoselbrea) 8 de noviembre de 2017
Una doctora sufre un infarto tras ser amenazada por una paciente
...cuando una paciente solicitó a la doctora, de forma insistente, que le recetara más derivados mórficos y tranquilizantes... Ante la negativa, la paciente se puso agresiva y profirió amenazas verbales provocando una situación muy violenta... En este escenario, la doctora sufrió un fuerte cuadro de ansiedad que le provocó un intenso dolor en el pecho por lo que tuvo que ser trasladada al Hospital Morales Meseguer, donde le diagnosticaron un infarto de miocardio, del que se recupera.
En el amargo apartado de la violencia en los centros sanitarios, leemos que crecen las agresiones a los médicos. A pesar de medidas como el "botón del pánico" –que sólo sirve para avisar a compañeros próximos– o de la figura del "interlocutor policial sanitario", cuya existencia desconocíamos.
Según el registro del Servicio Galego de Saúde (SERGAS) y el informe realizado por el Consello Galego de Colexios Médicos (CGCM), "uno de cada cuatro incidentes se debió a que el médico no prescribió al paciente el fármaco que quería", verificándose en la atención primaria, en urgencias o en consultas, el 54 % de las agresiones. Se trata mayormente de agresiones no verbales (insultos, coacciones o amenazas), de situaciones violentas que condicionan la continuidad asistencial, pero en ocasiones hacen peligrar la seguridad de los médicos. Y, como se informa desde el CGCM, la empresa (en nuestro caso el SERGAS) debe garantizar la seguridad de sus trabajadores. Sin embargo, no son drogadictos y enfermos mentales los principales agresores, sino pacientes o familiares de pacientes sin patología mental, en un contexto de gran presión asistencial y de crispación social.
La Organización Médica Colegial (OMC) también constata en el conjunto del territorio hispano el aumento de agresiones a facultativos, a través de su Observatorio Nacional de Agresiones (creado en 2009 tras el asesinato de una médica a manos de un paciente). Informa de lesiones, amenazas, coacciones, maltrato, injurias y/o vejaciones, que cercenan la confianza médico-paciente e incrementan el estrés laboral del médico. De los agresores –dice–, el 59% son pacientes y el 41% acompañantes. Y recoge como causas principales de las agresiones: discrepancias en atención médica (40%), tiempo en ser atendido (10%), no recetar lo propuesto por paciente (12%), discrepancias personales (15%), informes no acordes a sus exigencias (10%), relacionadas con incapacidad laboral (6%), mal funcionamiento del centro (7%) y otras (15%).
Según el registro del Servicio Galego de Saúde (SERGAS) y el informe realizado por el Consello Galego de Colexios Médicos (CGCM), "uno de cada cuatro incidentes se debió a que el médico no prescribió al paciente el fármaco que quería", verificándose en la atención primaria, en urgencias o en consultas, el 54 % de las agresiones. Se trata mayormente de agresiones no verbales (insultos, coacciones o amenazas), de situaciones violentas que condicionan la continuidad asistencial, pero en ocasiones hacen peligrar la seguridad de los médicos. Y, como se informa desde el CGCM, la empresa (en nuestro caso el SERGAS) debe garantizar la seguridad de sus trabajadores. Sin embargo, no son drogadictos y enfermos mentales los principales agresores, sino pacientes o familiares de pacientes sin patología mental, en un contexto de gran presión asistencial y de crispación social.
La Organización Médica Colegial (OMC) también constata en el conjunto del territorio hispano el aumento de agresiones a facultativos, a través de su Observatorio Nacional de Agresiones (creado en 2009 tras el asesinato de una médica a manos de un paciente). Informa de lesiones, amenazas, coacciones, maltrato, injurias y/o vejaciones, que cercenan la confianza médico-paciente e incrementan el estrés laboral del médico. De los agresores –dice–, el 59% son pacientes y el 41% acompañantes. Y recoge como causas principales de las agresiones: discrepancias en atención médica (40%), tiempo en ser atendido (10%), no recetar lo propuesto por paciente (12%), discrepancias personales (15%), informes no acordes a sus exigencias (10%), relacionadas con incapacidad laboral (6%), mal funcionamiento del centro (7%) y otras (15%).
Medidas contra la violencia sanitaria: PREVENCIÓN + ACTUACIÓN.
Confiemos en que se garantice la seguridad de los profesionales de la sanidad, disminuya el estrés social y mejore el comportamiento ciudadano.
Escenificación de una situación violenta habitual
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Enlace relacionado
Los datos dejan en evidencia la absoluta indolencia del Sergas a la hora de defender a sus profesionales... Se sugiere al Sergas que sus propios servicios jurídicos respalden todas las denuncias presentadas y que sean los propios abogados de la empresa quienes presenten las denuncias en nombre de sus trabajadores en las comisarías de Policía y Guardia Civil... mejorar sus prestaciones, sin echar balones fuera...
En la última noticia que saltó a los medios, la del chiflado de 84 primaveras que apuñaló a un médico en Zaragoza, me acordé de ti y de lo que nos has contado acerca de este tema en más de una ocasión. Es inadmisible que los médicos y el personal sanitario en general estén expuestos a estas situaciones. Un abrazo.
ResponderEliminarEs una problemática que ha ido creciendo en los últimos tiempos. Reflejo de la deriva social imperante, sustentada en un perverso empoderamiento que esgrime derechos y se desprende de deberes. Nada que no sepas, Pablo, y que no constates también en el ámbito educativo, aunque no se llegue a los extremos del sanitario.
EliminarI really like and appreciate your post.Thanks Again. Keep writing.
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