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martes, 5 de noviembre de 2019

Anotaciones sobre la atención primaria


Los políticos son una instancia atrapada entre los imperativos de las instituciones globales y el electorado. Juan Irigoyen

Invisibilidad de la atención primaria...

La atención primaria es políticamente invisible. Para los políticos es una cuestión de tercer orden, o algo inexistente, salvo como teórica barrera de contención del gasto sanitario. Y solo interesa a los medios como noticia amarillista. Entendida como “nuevo modelo”, convivió —y todavía sigue conviviendo— malamente con el “viejo” o tradicional. Con el esperanzador nuevo modelo, sus protagonistas fueron pasando de la ilusión inicial a la sobrecarga asistencial progresiva, del afán de entrega total al único y legítimo deseo de sobrevivir.
NUEVO MODELO. El que pretende oponerse al “Modelo tradicional”, en principio con la buena intención de mejorar la asistencia, de procurar la calidad en Atención Primaria. Obliga a siete horas de presencia física continuada; sin ayuda de personal auxiliar, por mucho que teorice con el trabajo en equipo; con menos flexibilidad que antes, lo que propende al agobio; distorsiona a menudo la relación con el paciente; no pocas veces frustra al profesional, impotente de realizar bien su trabajo; y a pesar del calificativo, lleva mal su prematura vejez. ¡Convendría buscar un punto de equilibrio! (Relacionada: MODELO TRADICIONAL)
Medicalización permanente...

Desgraciadamente, la medicalización nunca ha estado contenida, ni con los “medicamentazos”, ni con la presión sobre los prescriptores, ni con los tímidos mensajes a la población. Siempre estuvo desbocada. Hay contradicciones en la financiación de fármacos e inducción al consumismo sanitario desde la propia administración (*). La cultura de la demanda de medicamentos (al libre albedrío, como en un mercado), singularidad hispana merecedora de estudio por la sociología de la salud, pone el resto para alcanzar el caos medicamentoso.

Posible solución...

No sé si hace falta un libro blanco de la atención primaria, pero creo que es preciso una reconversión urgente o, sin más, imitar algún modelo foráneo que sea más racional. Nuestro modelo ya ha tocado fondo hace mucho, se ha quedado obsoleto (es al fin y al cabo una antigualla), y no vale permanecer brazos de cruzados.

Comentario a:

(*) Ver enlace. Se habla de "responsabilidad de gestores y políticos, por acción y por omisión", reconociendo la responsabilidad principal de los profesionales y la concerniente a usuarios y pacientes, que tampoco son inimputables.

Fuente

Moment's Notice - John Coltrane
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El consumo sanitario inapropiado y la trivialización de la medicina
Uno de los problemas de nuestro sistema sanitario es el consumo inapropiado cuyas consecuencias más notorias son el despilfarro de recursos y la iatrogenia que no está justificada por la expectativa de ningún beneficio en términos de salud. Entre las posibles causas del consumo inadecuado se destaca la banalización de la medicina, que conlleva la pérdida de respeto y la ausencia de miramientos y por eso facilita cuando no estimula la temeridad en el consumo. Una temeridad de la que son responsables tanto pacientes como sanitarios y seguramente todavía más gestores y políticos. Sin una efectiva emancipación que lleve a los usuarios y ciudadanos a controlar los determinantes de su salud no parece posible disminuir el consumo inapropiado ni la iatrogenia asociada.

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