El exceso es el veneno de la razón.
Quevedo
En los países pobres la población muere por falta de medicina
y en los países desarrollados la gente pierde la vida por un exceso de medicina.
La medicina excesiva de nuestro tiempo, o el excesivo control de la salud, mediante el sobrediagnóstico y el sobretratamiento, nos puede etiquetar de enfermos estando sanos. No es fácil concretar las diferentes formas de medicina excesiva, a la que contraponemos una medicina sensata, pero lo hemos intentado en un poema.
MEDICINA EXCESIVA
I
Si impaciencia suscita actitud imprudente,
si el catarro se trata como la neumonía,
si vemos depresión en tristeza corriente,
si se hace una alerta de cualquier cifra fría,
si el más leve dolor es prioritaria urgencia…,
ni hipocrático arte ni galénica ciencia.
II
Ante sobrediagnósticos y sobretratamientos,
deprescribir intentan los médicos con alma;
ciertas exploraciones, ciertos medicamentos,
por primum non nocere dejan con justa calma.
(Medicalización frente al autocuidado:
disyuntiva presente que nos ha trastornado.)
III
En cribados y análisis hay peligros y costes,
y en las pruebas de imagen u otras intervenciones.
Chequeos no mejoran morbimortalidad
y su uso imprudente causa complicaciones.
¡Inflada medicina barre como huracán!
IV
—Puede el médico aliviar
con pastillas de empatía
y al paciente estimular
con gotas de simpatía.
—Pues entonces es mejor
curar con menos rigor.
Prokofiev: Suite escita (Extracto)
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