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miércoles, 25 de noviembre de 2009

Reforma del sistema sanitario (2): Nuevas propuestas


En 2009, casi veinte años después del Informe Abril, de la reforma truncada, la pregunta permanece en el aire: ¿Es posible rescatarlo y mejorarlo? Porque las propuestas de reforma del sistema sanitario se suceden. Se sigue hablando de la necesidad de transformación radical del sector público de salud, en un país poco dado a cambios bruscos, insistiéndose en la necesidad de un equilibrio entre la financiación y las prestaciones, además de replantearse el copago en época de crisis y los seguros complementarios. Vemos que se vuelve a entrar en terrenos pantanosos.
Parece como si retornásemos una y otra vez a lo mismo, andando de puntillas y sin llegar jamás a decisiones firmes, permaneciendo enredados en disputas y paralizados en desacuerdos, sostenidos en la nada. Pero cada vez son más las voces partidarias del necesario cambio, de la reforma que garantice el futuro de la Sanidad Pública, la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, la protección adecuada de los habitantes de la Hispania. A pesar de que se nos ha vendido –y se sigue vendiendo– el actual sistema hispano como ejemplar, pleno de bondades, universalizado y de fácil acceso para propios y extraños.

Sin embargo, el reciente estudio Euro Health Consumer Index, EHCI de 2009 sitúa la sanidad española en la posición vigésimo primera de Europa, entre 33 países. El orden de clasificación de sistemas sanitarios europeos (página 15) en este estudio es el siguiente: 1º)Holanda, 2º)Dinamarca, 3º)Islandia, 4º)Austria, 5º)Suiza, 6º)Alemania, 7º)Francia, 8º)Suecia, 9º)Luxemburgo, 10º)Noruega, 11º)Bélgica, 12º)Finlandia, 13º)Irlanda, 14º)Reino Unido, 15º)Italia… 21º)España… 33º)Bulgaria. Este resultado fue recogido en la revista Jano. Saliendo al paso de este resultado desfavorable, el Ministerio de Sanidad (y Política Social) criticó la metodología y el planteamiento. Y en consecuencia, uno se pregunta: ¿El estudio es metodológicamente correcto? ¿Los resultados son fiables? ¿La clasificación es justa? No sé. Hemos alcanzado el plausible logro de la universalización asistencial, a la que ahora aspira la reforma sanitaria norteamericana promovida por Barack Obama, pero tenemos indicadores de calidad bajo mínimos.

Centrándonos en la reforma de la Atención Primaria de 1984, después de 25 años hallamos un modelo envejecido y obsoleto. Va a comenzar el 2010, un año redondo, propicio para iniciar un cambio que, con fidelidad a la historia, habrá de tardar muchos años en desarrollarse. Dejad que sueñe unos instantes… Al fin un modelo racional y satisfactorio, en el que no tiene sentido el gerencialismo y la fiscalización continua, en el que salen ganando todos, médicos y pacientes; que dice hasta nunca a la burocracia desquiciante y a la estupidez circundante, que deja autonomía al médico, que valora la dedicación, la entrega y el buen hacer... Dejo de soñar, bajo a la tierra y me pregunto si es posible aquí un cambio general de rumbo, en un sistema fragmentado y donde la cuestión sanitaria nunca va sola (sanidad + consumo / política social). ¿Hay dejar que las cosas rueden y conformarnos con lo que tenemos? ¿O hemos de decir ¡basta!, para no seguir lamentándonos de lo que pudo ser y no fue?
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