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lunes, 4 de enero de 2010

Los médicos y la jubilación


Partiendo de la normativa vigente, que determina la edad de jubilación, y de un debate entre profesionales de la medicina, que no excluyó la confrontación dialéctica médicos jóvenes vs. médicos veteranos, he extraído mis propias conclusiones sobre la jubilación de los médicos –un derecho con un significado crucial–, hechas de datos e ideas, no exentas del juego verbal, que llaman a la reflexión, a la humildad y a la benevolencia, que giran en torno a la edad cronológica, el bienestar/malestar profesional, la experiencia, el desprecio de la vejez, la soberbia de los jóvenes, el eterno ciclo existencial y el respeto como valor.


(Edad de jubilación)* En Hispania, los médicos funcionarios pueden jubilarse voluntariamente a los 60 años y todos (funcionarios y estatutarios) han de hacerlo forzosamente a los 65, aunque podrán aguardar hasta los 70 según los supuestos del Estatuto Marco.

(Bienestar/malestar profesional) Algunos médicos (quemados) querrían jubilarse antes de la edad reglamentaria y no los dejan; otros (optimistas) firmarían por permanecer en su puesto indefinidamente. Nunca llueve a gusto de todos; mientras unos se ahogan, otros continúan sedientos.

(Experiencia profesional) La experiencia médica es un valor, pero no ha de ser un obstáculo para los médicos no experimentados. Y aunque los médicos en edad de jubilación deben dejar paso a los jóvenes, los veteranos en buenas condiciones psicofísicas podrían ser útiles asesores.

(Desprecio de la vejez) Los viejos ya son arrinconados desde hace tiempo y es un error seguir viéndolos como un estorbo; apliquemos el cuento y pensemos en los médicos viejos que pasan al olvido.

(Soberbia de los jóvenes) La arrogancia juvenil niega las bondades de quienes les precedieron; la humildad les hará ver con objetividad. No todo tiempo pasado fue mejor, no todo médico de antaño fue mayor; no todo lo de ahora tiene más grandor, no todo médico actual es superior.

(Ciclo existencial) Los jóvenes ven a los viejos con recelo, y viceversa; la soberbia juvenil de estos ha pasado a aquellos. Quienes ahora disfrutan de la juventud serán viejos, darán el relevo a otros jóvenes soberbios y se acordarán de los viejos precedentes; y así sucesivamente. Se repite la historia con los médicos, por más que avance la ciencia médica y el mundo gire.

(Respeto por los jubilados) No siendo la razón de nadie, ni de los médicos jóvenes ni de los viejos, el arte médico a todos pertenece. Y no debiendo significar la jubilación lo que ahora representa (inutilidad, estorbo, carga, olvido… muerte en vida), los médicos jubilados tendrían que ser vistos con admiración y, sobre todo, con respeto.

*Respecto a la edad de jubilación, no viene mal recordar una frase de William Osler:
Estudie hasta los 25, investigue hasta los 40, ejerza hasta los 60, edad a la que yo lo retiraría con doble paga.
La palabra jubilación, relacionada con júbilo, tiene una significación de alegría, aunque emane de ella un efluvio de tristeza por lo dejado atrás...

«Andante cantabile» (Serenata) del Cuarteto op. 3 nº 5 – Joseph Haydn

2 comentarios:

  1. Estimado José Manuel:
    Soy médico, como usted, pero de la otra punta de "Hispania", la que linda con África.
    No hace más de tres meses que me aficioné a este mundo del blog o bitácora (palabra que me parece más hermosa, aunque destinada a perderse en lo que se refiere a joyas como ésta que usted publica u otras piedras no preciosas, que de todo hay). Tuve la suerte de encontrarle muy pronto y le he seguido anónimamente: a partir de ahora lo haré de manera pública. No sólo por la entrada de hoy, sino por el conjunto de sus publicaciones. Podré estar más o menos de acuerdo con lo que dice (en general, lo estoy absolutamente), pero me gusta -siempre- como lo dice. Por eso, me permito expresarle mis mejores deseos para el nuevo año 2010 y rogarle que siga haciéndonos disfrutar con sus palabras.

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  2. Gracias, Francisco, por tu interés y por tus amables palabras. Y en adelante tutéame, por favor. Por cierto, buena declaración de intenciones en tu bitácora “Tiempo para la memoria”; la seguiré. Un saludo desde el noroeste (en un día soleado) y ¡feliz año!

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