- Trabajo de calidad para todos y pensiones garantizadas.
- Justicia universal sin distinguir condición.
- Vivienda digna y stop a los desahucios.
- Eliminación de la corrupción y freno al despilfarro.
- Fin de la violencia de cualquier tipo.
- Funcionamiento óptimo de los servicios sociales.
- Mejora educativa real y del civismo.
- Freno a la contaminación ambiental.
- Despegue económico significativo y del bienestar social.
- Sanidad justa, responsable y satisfactoria.
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miércoles, 31 de diciembre de 2014
Mis candorosos deseos para el Año Nuevo
miércoles, 24 de diciembre de 2014
Un villancico y algo más
Este bello villancico gallego, Falade baixiño, cuya traducción es “Hablad bajito”, lleva un mensaje bienintencionado para no
despertar al Niño. Es un ruego divino.
Otro mensaje no celestial, proveniente de
quienes mandan en una parcelita del planeta, también nos invita a cerrar el pico,
pero de otro modo. Ya es una exigencia: “¡Callaos!, no habléis, no digáis (no nos contradigáis)”. O lo que es lo mismo: “¡No penséis!, seguid mis
instrucciones, obedeced lo que os mando”.
Leyendo un breve artículo de prensa pensé en los neologismos corruptolandia y corruptocracia, y casi deseé la llegada de un nuevo Mesías. Puede que haya remedio terreno para el abuso de poder y la desigualdad de trato, en la antidemocracia que padecemos. Pero creo que necesitamos un milagro divino.
Y mientras no llega, quiero olvidarme de mentiras, falsas promesas y latrocinios institucionalizados, para abrazar la sinceridad, la paz y el amor fraterno.
Leyendo un breve artículo de prensa pensé en los neologismos corruptolandia y corruptocracia, y casi deseé la llegada de un nuevo Mesías. Puede que haya remedio terreno para el abuso de poder y la desigualdad de trato, en la antidemocracia que padecemos. Pero creo que necesitamos un milagro divino.
Y mientras no llega, quiero olvidarme de mentiras, falsas promesas y latrocinios institucionalizados, para abrazar la sinceridad, la paz y el amor fraterno.
Bo Nadal
Feliz Navidad
Merry Christmas
Joyeux Noël
Froehliche Weihnachten
Buon Natale
Boas Festas
El autor del blog
sábado, 20 de diciembre de 2014
Eduardo Inestal, guitarrista
Hoy traigo a este blog la figura del joven guitarrista salmantino Eduardo Inestal, un músico que aúna méritos académicos, técnica instrumental y sensibilidad interpretativa. Sobre su formación y su carrera concertística, desarrollada en diversos países, así como sobre su actividad docente, pueden saber accediendo a su sitio web. Ahora solamente apuntar aquí que recibió clases magistrales de David Russel (a quien ya nos hemos referido en este espacio), que ha estrenado varias composiciones para guitarra que le han sido dedicadas, que le han sido otorgados importantes premios y galardones (entre ellos el Premio Francisco Tárrega), y que tiene varios trabajos discográficos.
Cuando edité una entrada sobre un capítulo de Platero y Yo de Juan Ramón Jiménez (Volvoreta d'aliñas douradas...), tuvo la delicadeza de hacerme saber de la existencia de la suite homónima para guitarra de Eduardo Sáinz de la Maza, y de paso pude conocer su propia y hermosa interpretación. Además de esta ejecución musical, ya enlazada en la entrada junramoniana, a la que se accede directamente entrando en su discografía, pueden disfrutar de otras interpretaciones de Eduardo Inestal en YouTube.
Y para ilustrar esta
entrada dedicada a este maestro de la guitarra con tanto futuro por delante, elijo tres interpretaciones: Danza española nº 5 “Andaluza” de
Enrique Granados, Tango en Skaï de Roland Dyens y Canción de Laura
de Carlos Fariñas. Disfruten del buen hacer del guitarrista Eduardo Inestal.
Danza española nº 5
“Andaluza” - Enrique Granados
Tango en Skaï - Roland
Dyens
Canción de Laura - Carlos
Fariñas
miércoles, 17 de diciembre de 2014
Ordenamiento asistencial: calidad frente a cantidad
Faltan médicos de
familia….
Los discursos de mejora suelen señalar la necesidad de más recursos humanos.
Pero, sin desatender la necesidad de personal, deberían plantear otra exigencia:
Es necesario mejorar
la organización asistencial.
Partamos del médico de familia integrado en un centro de
salud de nuestro sistema público. Nadie ignora la cantidad de actos absurdos
que tiene que realizar, o que se ve obligado a realizar. La pérdida de tiempo
que ello supone se ha expresado multitud de veces y de mil y una forma
diferentes. Si nos atenemos a la función médica esencial, incluso integral
(biopsicosocial), tal vez un médico de cabecera pudiese hacer lo que ahora
cuatro, y de mejor manera. Porque la cantidad no va pareja a la calidad. En el
ámbito de la salud, para aspirar a la calidad se necesita capacitación y
medios, responsabilidad y voluntad de los profesionales, pero también ordenar
la asistencia.
Y el ordenamiento asistencial en la Atención Primaria pasa
por:
1º. Informar a la población con claridad de los que se le ofrece y de sus derechos. Nada más pernicioso que la desinformación y la
propaganda engañosa.
2º. Establecer obligaciones o deberes de uso de los
servicios. El acceso sin límite de usuarios (no siempre pacientes) atenta
contra la calidad en salud.
3º. Eliminar toda la burocracia inútil que provoca demanda innecesaria. El papeleo absurdo y repetitivo impide la adecuada atención clínica.
4º. Conectar el ámbito de la salud con los agentes sociales (empresas, servicios de empleo, centros educativos, medios de comunicación, etc), para generar
confianza y evitar conflictos.
Podríamos extendernos más sobre el ordenamiento asistencial en pos de la calidad, que en el ámbito de la salud -como en otros- se ve imposibilitada por la cantidad, dando por hecho que cualquiera comprende que no es lo mismo atender a diez pacientes que a cuarenta. Pero creo que bastan estas cuatro ideas (información, responsabilización, desburocratización, interrelación) para no enredar, entendiendo que la mayoría asume que es preferible la calidad a la cantidad. El ejercicio de la medicina se ve perjudicado por la prisa y la opacidad, el medio hostil y la desconexión social. O de otro modo: precisa calma y transparencia, ambiente propicio y comunicación adecuada. Son premisas esenciales para conseguir ser eficaces (no digo ya eficientes en el ámbito público) y lograr el objetivo de la calidad en salud. Quienes no lo tengan claro tal vez deban subirse a una mesa para verlo mejor.
¿O quizás necesitemos de la música y la física?...
La Música y la Física, el Orden del Universo
viernes, 12 de diciembre de 2014
Ganivet y Finlandia: la poesía finlandesa y el Kalevala
El escritor Ángel Ganivet (1865-1898), precursor de la Generación del 98 y conocido sobre todo por su Idearium español, fue cónsul en Helsingfors (la actual Helsinki), donde escribió Cartas finlandesas, una colección de ensayos en los que reflexiona sobre la política, las costumbres, las tradiciones, la gastronomía, las mujeres, los paisajes, las diversiones, la literatura y la vida en general del pueblo finlandés. Están consideradas como una verdadera obra maestra del periodismo literario. En la carta XX. La poesía épica popular finlandesa: el «Kalevala», Ganivet nos presenta la literatura finlandesa y su gran epopeya.
La literatura primitiva de Finlandia comprende géneros muy diversos; las composiciones de carácter lírico forman una gran colección titulada Kanteletar: son canciones cortas sobre toda clase de asuntos, propias para ser cantadas con acompañamiento del kantele, instrumento de cuerda, de forma original, inventado por el sabio héroe Waeinaemoeinen; los Loitsurunot son canciones relativas a la magia, que para los finlandeses primitivos era un saber muy elevado, una especie de filosofía natural, cuyo objeto era el conocimiento de las «palabras de origen» o términos mágicos, con los que se creía poder dominar las fuerzas naturales. Pero en ninguna de estas creaciones poéticas, ni en las leyendas o cuentos fantásticos que asimismo abundan, pudo tomar gran vuelo el espíritu finlandés, rudo y enérgico, obligado a vivir en lucha constante contra un clima inhumano; su obra capital, por no decir única, fue el relato poético de estos combates: el Kalevala.
El asunto principal de estos primitivos cantos épicos era la lucha entre dos regiones del país; una, al sur, Kalevala, era como la representación de Suomi o Finlandia; otra, al norte, en Laponia, era el reino de las tinieblas, el territorio de Pohja o Pohjola; y todos los combates tenían un motivo céntrico, giraban alrededor del molino de Sampo, que era un símbolo de la dicha humana, y que, aun después de desvanecerse en el mar, continúa dando días de felicidad a Finlandia. Ligados a este argumento había numerosos cantos episódicos, como el de la creación del mundo, el de Joukahainen, el de Aino, el de Kullervo, etc.
Tan interesante epopeya quedó en su forma fragmentaria primitiva hasta hace cosa de medio siglo; y la gloria de haberla resucitado y dado a luz corresponde a un modestísimo mancebo de botica, después médico de pueblo, Elías Loennrot, quien después de varios ensayos parciales publicó en 1835 su primera edición del Kalevala, y en 1849 una segunda más completa, que fue traducida al sueco por Castren y después por Collan. Aunque es probable que este último texto sufra aún modificaciones y sea completado en unos puntos y purgado en otros de ciertas interpolaciones que no tienen carácter épico, tal como hoy existe da perfecta idea del mérito de una epopeya que, sin esfuerzo, puede ser colocada entre las mejores. Ya que mi falta de paciencia para los trabajos de traducción no me permite dar a conocer íntegra esta obra admirable (cuya versión exigiría un año o dos de trabajo asiduo), daré al menos un breve extracto de ella para contribuir por mi parte a que España sea de las primeras naciones que tengan idea de tan notable monumento literario.
[Citas de Ganivet: Wikiquote]
Para mí ha sido un reciente y grato
descubrimiento el epistolario finlandés de Ángel Ganivet, un brillante
observador y pensador, con preocupaciones políticas y filosóficas, a quien
Santiago Valentí Camp en un ensayo califica de “espíritu inaudito,
contradictorio, arbitrario y desconcertante…, observador sagaz y pensador
clarividente, sutil y de una alteza incomparable”. Y no deja de ser curioso, que el escritor granadino naciese el
mismo mes y año que el gran compositor Jean Sibelius (músico que halló en el Kalevala una fuente de inspiración inagotable): diciembre de 1865, el primero el día 8 y el segundo el día 13.
Pero Ganivet murió prematuramente, en 1898, con sólo 32 años (se quitó la vida
en Riga), y Sibelius prolongó su vida hasta 1957. Y navegando por la Red, leo
en el artículo “Las mujeres finlandesas de Ganivet” que el escritor
conoció a Sibelius, y así lo dice el autor del escrito, José Luis Muñoz Mora,
en el quinto párrafo. Sin que quede claro hasta qué punto, el gran especialista
en Sibelius David Revilla Velasco me comenta en su blog “Jean Sibelius en Español”:
He hecho una pequeña búsqueda y no encuentro referencias a ese posible conocimiento, pero es más que posible que se llegaran a conocer, máxime si tenían amistades en común como la de Edelfelt (autor de uno de los retratos del compositor, justo en esa época). Además, si se movía en el círculo intelectual de Helsinki como parece más de una vez debieron coincidir, porque no era un círculo demasiado grande. Y de todas formas hay que tener en cuenta que en ese momento Sibelius ya empezaba a destacar, pero que hasta 1900 (la Primera Sinfonía, Finlandia y la gira internacional) el nombre de Sibelius era desconocido incluso para muchos finlandeses, por lo que a Ganivet probablemente ni le llamaría la atención.
Jean Sibelius por Albert Edelfelt |
Y como ilustración melódica de esta entrada literario-médico-musical (Ganivet-Lönnrot-Sibelius) finlandesa, traigo una interpretación del poema sinfónico Finlandia, de Jean Sibelius, tocado con el kantele, instrumento tradicional y símbolo musical de este interesante y atrayente país nórdico.
***
Nota.- La Asociación de Países Amigos (promotora de la lengua y cultura española en Finlandia) convoca anualmente desde 2007 el concurso literario Ángel Ganivet. Sobre el VIII concurso literario (2014) se habla AQUÍ.
martes, 9 de diciembre de 2014
Meritocracia y aptitud profesional
La valoración de los méritos de un
individuo, entendidos como “meritocracia”, para ser considerado apto para un determinado puesto profesional –o merecedor del mismo– en una teórica igualdad de condiciones –o de
oportunidades–, siempre me ha planteado serias
dudas. Porque hemos de tener presente que las variables de tiempo y lugar, o de circunstancias, pueden ser decisivas para que dicha igualdad no se cumpla. Pero sucede que para
alcanzar el objetivo laboral deseado, la voluntad precisa del mérito necesario
por el que se nos va a medir.
Si confrontamos capacidad (talento) y
mérito (aprovechamiento), o facultades y esfuerzo, no tendremos nada que
objetar a quien alcanza un objetivo por su entrega –y oportunidad–, aun sin
disponer de una facilidad innata para el aprendizaje. Tradicionalmente, siempre
se le había dado más valor al voluntarioso esfuerzo que a la ventajosa
inteligencia, reconociéndose al alumno entregado al estudio más que al
indolente e intelectualmente dotado.
Pero la visión distorsionada de la meritocracia, del acúmulo de méritos en forma de títulos, diplomas y
acreditaciones varias, ya es otra cosa: una deformación, un desenfoque de la
verdadera valía del individuo. En este caso se pondera la “titulitis” en el
mayor grado (no al alcance de todos, por razones económicas o por obstaculos de acceso) y no en cambio las
cualidades humanas. Se valoran másteres, doctorados y publicaciones sobre la
valía real del aspirante. De otro modo, prima lo técnico sobre lo humano.
Se me ocurre una comparación musical: es
como darle más valor al pianista que toca las notas mecánicamente, sin cometer
un error, pero sin sentimiento, que a aquel otro que, con algunos fallos de
digitación, consigue embelesar al auditorio y elevar el espíritu. El primero es
un meritorio robot; el segundo, un maravilloso –y beneficioso– artista. Y como ejemplo no melódico, el caso del médico con la posesión de un doctorado (para
el que muchos encuentran trabas en Hispania), título que no garantiza de ningún
modo su capacitación docente pero que, sin embargo, le abre puertas a la
docencia frente a otro que, sin poseerlo, acaso tenga más dotes para la enseñanza.
Hemos de pensar, pues, en los riesgos de la meritocracia, sin olvidar que la valía se demuestra con hechos, lo mismo que el movimiento se demuestra andando.
Hemos de pensar, pues, en los riesgos de la meritocracia, sin olvidar que la valía se demuestra con hechos, lo mismo que el movimiento se demuestra andando.
I deserve it (Me lo merezco) - Madonna
***
La meritocracia pierde valor sin igualdad de oportunidades.
- La primera igualdad es la equidad*. (Victor Hugo)
- La igualdad tal vez sea un derecho, pero no hay poder humano que alcance a convertirla en hecho. (Honoré de Balzac)
- Todos los hombres nacen iguales, pero es la última vez que lo son. (Abraham Lincoln)
- La mal llamada igualdad resulta ser la negación misma de la igualdad y de la libertad; y por lo tanto, el obstáculo más grave a la capacidad creadora de los hombres y pueblos. (Salvador de Madariaga)
- Libertad, Igualdad, Fraternidad. (Lema de la Revolución Francesa)
- La democracia es igualdad y libertad.
- Donde la igualdad no se discute, allí también hay insubordinación. (George Bernard Shaw)
- Los fueros, con sus privilegios, rompen la igualdad.
- Creemos que las personas son desiguales, y reclamamos nuestro derecho a la desigualdad. (Margaret Thatcher)
—Igualitarismo
- El igualitarismo* ni siquiera es una utopía soñada; es una pesadilla imposible. (Gonzalo Fernández de la Mora)
- La izquierda, teóricamente defensora del igualitarismo, se ha vuelto elitista y supremacista.
*Igualitarismo. Tendencia política que propugna la desaparición o atenuación de las diferencias sociales.
miércoles, 3 de diciembre de 2014
Adherencia terapéutica farmacológica
La adherencia terapéutica, definida como “el grado de acatamiento de las prescripciones médicas (farmacológicas o no) por parte del paciente”, es un concepto que entraña beneficio cuando el tratamiento prescrito es favorable para su salud, acaso imprescindible para su curación o para paliar sus síntomas. Nada que objetar entonces al cumplimiento terapéutico. Pero hay campañas de adherencia terapéutica (farmacológica) que con apariencia benefactora presentan un trasfondo ganancial, a través de mensajes que infunden temor. Sabemos que la medicalización se impone a través de los medios, en ocasiones con la connivencia ministerial; se agitan las conciencias de los profanos y caen muchos potenciales consumidores de fármacos de venta libre, innecesario o perniciosos, en una sociedad cada vez más temerosa.
En el ámbito profesional, se imponen dogmáticos protocolos, que cambian por “modas” teóricamente consensuadas por sociedades científicas, aparentemente libres de intereses. Desde el nivel hospitalario llegan a Atención Primaria, la mayoría de los médicos de familia los asume ciegamente y se los aplica a los pacientes. Escasea el espíritu crítico. Después viene la inercia terapéutica, farmacológica, claro, en enfermedades crónicas de curso lento que habrían de modificarse mayormente con medidas generales (higiénico-dietéticas, cambios en estilos de vida) e incidiendo en los factores emocionales que en la actualidad son decisivos, descargando de temores infundados y propiciando la relajación general.
No es discutible, pues, la necesidad de adherencia terapéutica farmacológica en procesos graves, con diferente afectación de sistemas y curso evolutivo (neurológicas, reumáticas, inmunológicas, oncológicas…), que pueden ser invalidantes y que todos tenemos en mente. No hablemos ya de enfermedades raras que precisan líneas de investigación en el campo farmacológico y en las que hasta se justifica la experimentación desesperada. Pero en la mayoría de casos, sería más efectivo el adecuado proceso de comunicación humana, y la honesta educación general, sin coacciones paternalistas y respetando siempre el principio de autonomía del paciente.
***
Y para esta entrada sobre la adherencia, traigo una pegadiza canción infantil con prescripciones bienintencionadas que el enfermo parece acatar de buena gana...lunes, 1 de diciembre de 2014
El segundo himno nacional de Perú
La mayoría ha escuchado más de una vez una bella melodía, con diferente letra, que habla de un cóndor que pasa y que enseguida identifica con las altas cumbres andinas y los pueblos indígenas que los habitan. Pero poca gente sabe, o casi nadie, que El cóndor pasa… es una zarzuela con música del compositor peruano Daniel Alomía Robles y libreto de Julio de La Paz (seudónimo del dramaturgo limeño Julio Baudouin), publicada en 1913.
Esta zarzuela incluye la famosa melodía homónima que todo el mundo conoce, basada en la música tradicional andina del Perú, que fue declarada Patrimonio Cultural de esa nación en 2004. Y tanto se identifica este tema musical con el pueblo peruano que es considerado el segundo Himno Nacional del Perú.
De esta conocida pieza musical existen multitud de versiones y de letras apócrifas, entre ellas la muy difundida del dúo Simon & Garfunkel, incluida en su álbum Bridge Over Troubled Waters (Puente sobre aguas turbulentas). Pero quedémonos ahora con el original de la zarzuela, inspirado en el folklore peruano, y disfrutemos también de la canción con (una) letra en la voz de Plácido Domingo sobre las majestuosas alas de un cóndor...
"Pasacalle" de El Cóndor pasa..., de Daniel Alomía Robles
(Parte 7 de la zarzuela, a cuya representación completa pueden acceder AQUÍ)
"El cóndor pasa", canción con letra
"El cóndor pasa", canción con letra
El cóndor de los Andes despertó
con la luz de un feliz amanecer.
Sus alas lentamente desplegó
y bajó al río azul para beber.
Tras él la Tierra se cubrió
de verdor de amor y paz.
Tras él la rama floreció
y el sol brotó en el trigal.
El cóndor de los Andes descendió
al llegar un feliz amanecer.
El cielo al ver su marcha sollozó
y volcó su llanto gris cuando se fue.
***
Un guiño a mis amigos peruanos Lizardo Cruzado y Tony Chávez.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
Obesidad, un problema mayor
Preocupados por
el problema de la obesidad, el señor Crítico y el doctor Decepcionado hablan de las medidas de prevención que habría que haber
tomado en cada momento y, desgraciadamente, no se tomaron.
SR. CRÍTICO.-
Hace ya muchos años se alertaba sobre la habituación y dependencia a las
drogas, no se adoptaron medidas preventivas y nos pusimos a la cabeza en consumo
y problemas derivados. Con su alto coste, claro. ¿Qué falló?
DR.
DECEPCIONADO.- Falló eso, la previsión. Mucho bla, bla, bla, y no se hizo nada. Y ya con la epidemia, se dejó en manos de entidades privadas para que sacasen provecho. Bueno, es mi
opinión.
SR. CRÍTICO.- Yo
también lo creo así. Tengo conocimiento de personas que fueron de centro en centro y que, siendo jóvenes, acabaron
prematuramente envejecidas, como parásitos sociales y sin esperanza vital.
DR.
DECEPCIONADO.- Es duro reconocerlo, pero esa es la realidad.
SR. CRÍTICO.- Después
se dijo que la obesidad iba en aumento y que se presagiaba como la epidemia del
siglo XXI, y fuimos ascendiendo posiciones hasta alcanzar a los de cabeza. Hay demasiada
gente con obesidad mórbida.
DR.
DECEPCIONADO.- Según la OMS, la obesidad es el problema de salud más importante
a nivel mundial en países desarrollados y en vías de desarrollo. No somos los
únicos, pero en problemas de salud hemos avanzado muchas posiciones.
SR. CRÍTICO.- Como
siempre, ganamos en lo malo...
DR.
DECEPCIONADO.- Yo he asistido a varios congresos de nutrición en los que se
advertía sobre un problema inminente de graves consecuencias, sobre todo
diabetes y morbilidad cardiovascular. La obesidad no es una cuestión estética,
sino de salud.
SR. CRÍTICO.- ¿Y
las autoridades sanitarias qué hicieron?
DR.
DECEPCIONADO.- Supongo que adivina mi respuesta. Lo de siempre: bla, bla, bla,
y hasta que la epidemia se expandió de modo alarmante, no se dispararon las
alarmas. Y en estos casos siempre es mejor prevenir que curar.
SR. CRÍTICO.- Pero aquí parece ser más barata la cirugía bariátrica... ¿Decepcionado con nuestra Sanidad?
DR. DECEPCIONADO.-
Usted que es tan crítico, ¿qué cree? Si no me equivoco, Hispania, que es impulsora de
la idealizada dieta mediterránea, va a la cabeza de Europa en obesidad
infantil, solamente superada por Chipre.
SR. CRÍTICO.-
Siempre nos sucede lo
mismo, que no predicamos con el ejemplo. Comprendo que se sienta
decepcionado. ¡Ay!, seguimos
siendo un país de coña, de charanga y pandereta.
***
DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN
La obesidad se define como un exceso de grasa perjudicial para la salud. En función del porcentaje de grasa corporal, se considera obesos: porcentaje de masa grasa >25% en varones y >33% en mujeres. El índice de masa corporal (IMC) o índice de Quetelet relaciona el peso con la talla de una persona. Es un método muy empleado para diagnosticar la obesidad, pero no determina el exceso de grasa. El IMC no permite valorar la distribución de grasa corporal y, por tanto, no es posible analizar el riesgo cardiovascular, mayor en caso de que la grasa se localice en el abdomen. Sin embargo, en la práctica determina la clasificación en grados (Fig. 1). Otra clasificación basada en la distribución de la grasa, que determina tres tipos de obesidad: central o androide, periférica o ginoide y homogéna (Fig. 2, a-b).
IMPORTANCIA
Enfermedad de gran trascendencia sociosanitaria y económica; constituye un problema de salud pública. Deja de ser un problema meramente estético cuando adquiere un grado tal que aumenta la morbimortalidad y altera la calidad de vida. Pevalencia ha aumentado llamativamente en últimos anos, adquiriendo proporciones epidémicas. Especialmente la de distribución central, supone un incremento de morbilidad por su asociación con enfermedades que afectan a la mayoría de sistemas del organismo. Segunda causa de muerte evitable después del tabaco. El riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular está aumentado, y la forma grave se relaciona con acortamiento de la esperanza de vida.
Fig. 3a
HISTORIA CLÍNICA
ANAMNESIS. Fundamental realizar historia dietética. Importante averiguar presencia de trastornos de comportamiento alimentario, especialmente atracones o bulimia nerviosa. Debe indagarse sobre actividad física, tanto programada como relacionada con actividades de la vida diaria.
EXPLORACIÓN FÍSICA
Se buscan signos de obesidad secundaria a endocrinopatía o consecuencia de la propia obesidad. Se determina perímetro abdominal, siendo de riesgo el superior a 102 cm en varones y a 88 cm en mujeres. La determinación de pliegues cutáneos es una manera de estimar indirectamente la cantidad de grasa corporal.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Analítica: hemograma y bioquímica que incluya glucemia, perfil lipídico, función tiroidea, función renal y hepática y uratos. Otros estudios: ecografía abdominal, polisomnografía, pruebas funcionales respiratorias o ecocardiograma en caso de sospecha de patología asociada o como preoperatorio de cirugía bariátrica.
TRATAMIENTO
En casos menos graves, el tratamiento consiste en dieta (indicaciones dietéticas, modificación de hábitos alimenticios) y ejercicio físico. Puede esta indicada terapia conductual. En casos medianamente graves se pueden valorar fármacos. Si IMC entre 40 y 49,9 o ≥50. Este grado de obesidad implica gravedad, principalmente cardiovascular. La cirugía bariátrica es a menudo el tratamiento de elección.
CLAVES DE LA OBESIDAD (Obesidad. Consenso SEEDO 2007)
DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN
La obesidad se define como un exceso de grasa perjudicial para la salud. En función del porcentaje de grasa corporal, se considera obesos: porcentaje de masa grasa >25% en varones y >33% en mujeres. El índice de masa corporal (IMC) o índice de Quetelet relaciona el peso con la talla de una persona. Es un método muy empleado para diagnosticar la obesidad, pero no determina el exceso de grasa. El IMC no permite valorar la distribución de grasa corporal y, por tanto, no es posible analizar el riesgo cardiovascular, mayor en caso de que la grasa se localice en el abdomen. Sin embargo, en la práctica determina la clasificación en grados (Fig. 1). Otra clasificación basada en la distribución de la grasa, que determina tres tipos de obesidad: central o androide, periférica o ginoide y homogéna (Fig. 2, a-b).
IMPORTANCIA
Enfermedad de gran trascendencia sociosanitaria y económica; constituye un problema de salud pública. Deja de ser un problema meramente estético cuando adquiere un grado tal que aumenta la morbimortalidad y altera la calidad de vida. Pevalencia ha aumentado llamativamente en últimos anos, adquiriendo proporciones epidémicas. Especialmente la de distribución central, supone un incremento de morbilidad por su asociación con enfermedades que afectan a la mayoría de sistemas del organismo. Segunda causa de muerte evitable después del tabaco. El riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular está aumentado, y la forma grave se relaciona con acortamiento de la esperanza de vida.
Fig. 3a
Fuente |
Fig. 3b
ETIOLOGÍA
En la mayor parte de los pacientes es difícil establecer una causa única, pues se debe a la interacción de los genes con el ambiente. Resulta de un desequilibrio entre ingestión excesiva, disminución del gasto energético o ambos factores. Hay que descartar una enfermedad endocrinometabólica como causa, así como el empleo de fármacos que pueden favorecer una ganancia ponderal.
En la mayor parte de los pacientes es difícil establecer una causa única, pues se debe a la interacción de los genes con el ambiente. Resulta de un desequilibrio entre ingestión excesiva, disminución del gasto energético o ambos factores. Hay que descartar una enfermedad endocrinometabólica como causa, así como el empleo de fármacos que pueden favorecer una ganancia ponderal.
ANAMNESIS. Fundamental realizar historia dietética. Importante averiguar presencia de trastornos de comportamiento alimentario, especialmente atracones o bulimia nerviosa. Debe indagarse sobre actividad física, tanto programada como relacionada con actividades de la vida diaria.
EXPLORACIÓN FÍSICA
Se buscan signos de obesidad secundaria a endocrinopatía o consecuencia de la propia obesidad. Se determina perímetro abdominal, siendo de riesgo el superior a 102 cm en varones y a 88 cm en mujeres. La determinación de pliegues cutáneos es una manera de estimar indirectamente la cantidad de grasa corporal.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Analítica: hemograma y bioquímica que incluya glucemia, perfil lipídico, función tiroidea, función renal y hepática y uratos. Otros estudios: ecografía abdominal, polisomnografía, pruebas funcionales respiratorias o ecocardiograma en caso de sospecha de patología asociada o como preoperatorio de cirugía bariátrica.
TRATAMIENTO
En casos menos graves, el tratamiento consiste en dieta (indicaciones dietéticas, modificación de hábitos alimenticios) y ejercicio físico. Puede esta indicada terapia conductual. En casos medianamente graves se pueden valorar fármacos. Si IMC entre 40 y 49,9 o ≥50. Este grado de obesidad implica gravedad, principalmente cardiovascular. La cirugía bariátrica es a menudo el tratamiento de elección.
Retrato de Daniel Lambert (c. 1800), atribuido a Ben-Marshall |
***
Come poco y cena poco; que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago. CERVANTES, Don Quijote (II, XLIII)
Enlaces relacionados
Riesgos de la obesidad para la salud (MedlinePlus)
Diabetes, hipertensión, dislipemia (factores de riesgo cardiovascular), enfermedad hepática, problemas osteoarticulares, trastornos respiratorios (apnea del sueño), riesgo de cáncer...
Los lactantes y niños obesos probablemente seguirán siendo obesos en la edad adulta y, por lo tanto, tendrán más probabilidades de desarrollar diversos problemas de salud en la edad adulta.Clasificación del sobrepeso y de la obesidad (L. Ferreira Fernández)
Obesidad (L.A. Moreno Aznar, M. Alonso Franch)
Obesidad. Guía de actuación clínica en A.P.
Obesidad (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición)
Cálculo IMC (Grados de sobrepeso y obesidad)
La obesidad, por sí misma, no es un trastorno psiquiátrico; sin embargo, la alta prevalencia de psicopatología en los pacientes obesos y la mayor tasa de padecimientos psiquiátricos entre los mismos, que buscan la ayuda médica, en comparación con la población general, permite visualizarla como un problema psiquiátrico...
Hoy, los datos epidemiológicos sobre el aumento del sobrepeso y la obesidad son leídos por los expertos sanitarios como síntomas de que la sociedad industrializada va mal… Si bien los programas están basados en acciones comunicativas positivas y dicen alejarse de la teorías que culpabilizan y responsabilizan al individuo de su enfermedad, definiendo el problema de la obesidad como un mal de carácter social y colectivo, lo cierto es que el trasfondo ideológico de las intervenciones no es otro que el que recordar que, al fin y al cabo, estar gordo sólo depende de uno mismo: "La persona es, en última instancia, responsable de su estilo de vida y del de sus hijos".
Obesidad: un problema de salud pública
Un reportaje sobre la obesidad en Panamá
ANEXO. REFLEXIONES FINALES EN TORNO A LA OBESIDAD
- La obesidad es un problema de malnutrición.
- Es la segunda causa de mortalidad prevenible, tras el tabaquismo.
- Mejor prevenir que llegar al extremo de la cirugía bariátrica, antes una medida extraordinaria y ahora casi rutinaria.
- La cirugía de la obesidad se reserva para la obesidad mórbida.
- Los alimentos ultraprocesados* no son saludables y contribuyen a la obesidad, por lo que deben limitarse o eliminarse de la dieta.
- Antes la obesidad era de cosa ricos, ahora de pobres. Los alimentos ultraprocesados* baratos («comida basura») son la respuesta al porqué.
- La pobreza no es factor determinante de obesidad, sino la malnutrición.
- Se puede comer bien –saludablemente– y barato (p.ej. legumbres: «platos de cuchara»), sin necesidad de alimentos ultraprocesados*.
- Hay una responsabilidad individual, condicionada por la madurez y la educación; disponemos de la facultad de elección ante la oferta alimentaria, incluida la de menor costo (saludable o no saludable).
- En parte, la solución a las altas tasas de obesidad en nuestra sociedad pasa por una vuelta a hábitos alimenticios pretéritos.
- Además de la malnutrición, el sedentarismo es decisivo; por eso el ejercicio físico es decisivo para controlar esta «pandemia» del siglo XXI.
- Las enfermedades asociadas con la obesidad suponen gran coste para el sistema sanitario y una sobrecarga del mismo.
- La obesidad puede acarrear trastornos psiquiátricos (sobre todo depresión), pero estos también pueden estar implicados en el desarrollo de la obesidad.
- Depresión y obesidad, dos epidemias no microbianas del siglo XXI.
*Los alimentos ultraprocesados (altamente procesados: con adición de sustancias) aportan un alto valor calórico y tienen un bajo valor nutricional.
sábado, 22 de noviembre de 2014
Consulta médica telefónica plus
He aquí una reflexión dramatizada sobre la consulta médica telefónica, hace poco implantada en la Atención Primaria del sistema público de salud. Sí, sólo en el primer nivel asistencial, que no en la Atención Especializada u hospitalaria.
Se anunció a bombo y platillo, sin
explicar sus limitaciones…
—Podría explicármelo, doctor Telesforo, que
no sé bien de qué va la cosa –le preguntó una usuaria del servicio de salud.
—Verá, señora Felicia, el paciente solicita cita telefónica y el médico de
cabecera tiene que llamarlo a la hora prevista.
—¿Y qué hay de malo en eso?
—En principio nada. Al contrario, se
pueden evitar desplazamientos innecesarios, lo que beneficia sobre todo a los habitantes del medio rural. Pero…
—¿Pero qué?
—Iré por partes. Primero, en la agenda del
médico, o sea, en la lista de pacientes, figuran estas consultas... digamos que a distancia,
de manera aleatoria (una aquí y otra allá), no agrupadas.
—¿Y?
—Pues verá, señora Felicia. Trabajando
sin auxiliar, no se necesita un gran esfuerzo para que me imagine a mí, o a
otro galeno, haciendo la llamada correspondiente mientras otros pacientes, con
citas presenciales, aguardan en la sala de espera.
—Pues que esperen, doctor Telesforo. Que
tengan paciencia, que yo también la tengo cuando me toca esperar.
—Ya, ya. Pero la gente puede pensar que su médico
está ocioso, o que se ha quedado dormido, porque tarda en llamarlos. ¡Vaya
usted a saber lo que pensarán algunos!
—La gente no es tan mal pensada. Bueno, yo no creo que lo sea.
—Hay de todo, señora Felicia…
—Entonces, ¿piensa usted que la consulta
telefónica no es buena?
—No, no quiero decir eso. Me explicaré con claridad. La consulta
telefónica sólo es adecuada para dos cuestiones: renovar recetas electrónicas
de enfermos crónicos y resolver una duda concreta.
—¿Para nada más, doctor Telesforo?
—Pues no. Por teléfono es imposible hacer una exploración; ni siquiera inspeccionar la
cara del paciente. Decidir sin verlo tiene demasiado
riesgo, señora Felicia. Créame. La consulta telefónica no puede suplantar a la ordinaria, con médico y paciente frente a frente.
—Tiene usted razón, no había caído. Para otras cosas tendrían que tener los médicos facultades adivinatorias. Cuando pida una consulta telefónica será para recetas o para que me aclare alguna
duda. ¿A cualquier hora, no?
—Sí, puede pedir para cualquier momento;
dentro del horario, claro. Pero en mi opinión los usuarios de este tipo de
consulta deberían estar agrupados en una franja horaria determinada, para
evitar suspicacias e interferencias.
—Usted conoce mejor su trabajo y ahí no
me meto.
—Si yo le contara las anécdotas con estas
consultas donde ya han empezado. Si yo le contara, señora Felicia.
—Cuénteme, cuénteme, doctor Telesforo –dijo
la paciente con humana curiosidad.
Y el galeno le fue refiriendo a la paciente anécdotas e informándole de llamadas improcedentes y peregrinas que superaban lo anecdótico. Algunos no cogían el teléfono, aun reiterando la llamada. Otros abrían la puerta de la consulta porque se habían equivocado al pedir cita y estaban presentes en la sala de espera. A veces entraba el contestador automático, invitando a dejar un mensaje o informando de que tal número telefónico no existía. En ocasiones salía un familiar y decía no saber nada del paciente en cuestión. Otras preguntaban por decisiones o por "errores" de especialistas hospitalarios (con los que no había posibilidad de consulta telefónica). También solicitaban información sobre trámites administrativos, como renovar la tarjeta sanitaria. También llegaron a pedir por teléfono la baja laboral o el justificante de ausencia, siendo imposible constatar la incapacidad. Incluso habían preguntado por el horario de autobuses en la zona del centro de salud. En fin, mil y un asuntos generados por la teleconsulta para esclerosar las arterias más flexibles.
Y el galeno le fue refiriendo a la paciente anécdotas e informándole de llamadas improcedentes y peregrinas que superaban lo anecdótico. Algunos no cogían el teléfono, aun reiterando la llamada. Otros abrían la puerta de la consulta porque se habían equivocado al pedir cita y estaban presentes en la sala de espera. A veces entraba el contestador automático, invitando a dejar un mensaje o informando de que tal número telefónico no existía. En ocasiones salía un familiar y decía no saber nada del paciente en cuestión. Otras preguntaban por decisiones o por "errores" de especialistas hospitalarios (con los que no había posibilidad de consulta telefónica). También solicitaban información sobre trámites administrativos, como renovar la tarjeta sanitaria. También llegaron a pedir por teléfono la baja laboral o el justificante de ausencia, siendo imposible constatar la incapacidad. Incluso habían preguntado por el horario de autobuses en la zona del centro de salud. En fin, mil y un asuntos generados por la teleconsulta para esclerosar las arterias más flexibles.
El médico-teclista convertido en telefonista...
Comunicando – Arturo Millán