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sábado, 25 de marzo de 2023

Garcilaso, dios mayor del Parnaso español

Supuesto retrato de Garcilaso de la Vega

Garcilaso de la Vega (h. 1501-1536) es uno de los grandes poetas españoles; poeta renacentista, nacido en Toledo, que llegó a ser llamado «el Petrarca español», fue ensalzado por Cervantes y admirado por Lope de Vega, que lo llamó «el dios mayor del Paranaso español». Se le considera, junto a Juan Boscán, poeta amigo y confidente que editó su obra tras su muerte, el introductor de la lírica italiana en España. Usó tanto la espada como la pluma. Ingresó en la corte del rey Carlos I y tomó parte en numerosas batallas militares y políticas. Participó en el sitio de Rodas (1522), en un intento de recuperar esta isla que estaba bajo control de los otomanos, con Solimán el Magnífico al frente; y aunque las tropas del rey perdieron la batalla, Garcilaso tuvo un doble golpe de fortuna: conoció ahí a Juan Boscán y fue condecorado por su valentía y nombrado caballero de la Orden de Santiago, con cuyo título sirvió al Duque de Alba, de quien también sería gran amigo, y gentilhombre de la Casa de Borgoña, que junto a la Casa de Castilla apoyaba a la corona. En 1530 Garcilaso se desplazó con Carlos I a Bolonia, donde el monarca fue coronado emperador, permaneció allí un año y por una cuestión poco clara (al parecer por ser testigo de la boda de un sobrino*, menor de edad, como la novia, prohibida por una cédula del emperador a petición de los padres de la desposada), fue desterrado a la isla de Schut**, en el Danubio, y después a Nápoles***, donde residió de manera gozosa. En 1536, durante el asalto a la fortaleza de Le Muy (Provenza) resultó mortalmente herido en combate, por lo que fue trasladado a Niza, donde acabó muriendo.

Hombre atractivo, de talante grave y melancólico (según su contemporáneo Francesillo de Zúñiga) y reconocido por la mujeres de las cortes (según el poeta Fernando de Herrera), se casó con Elena de Zúñiga y tuvo cinco hijos. Había tenido un hijo anterior, fuera del matrimonio, con Guiomar Carrillo, una mujer de Toledo. Y tuvo una relación platónica con una dama de origen portugués llamada Isabel Freyre, o acaso Beatriz de Sá (portuguesa también, mujer de su hermano, Pedro Laso de la Vega, comunero refugiado en Portugal), a quien llamaría Elisa en su versos de amor. Ambas mujeres murieron jóvenes y, al parecer, de parto. 

La poesía de Garcilaso de la Vega es de gran musicalidad y de cuidadoso uso de la metáfora, con una temática centrada en el amor –principalmente–, la naturaleza y la mitología****. No trató temas patrióticos ni religiosos. En su lírica se encuentran unidas imágenes petrarquistas con otras algo más rudas de Ausiàs March; la influencia italiana es indudable, sobre todo de Petrarca, autor de Cancionero (en menor medida de Ludovico Ariosto, autor de Orlando furioso). Su obra es escasa, pero de gran calidad: una epístola (a Boscán), dos elegías (al Duque de Alba+ y a Boscán), tres églogas, cinco canciones (entre ellas Oda a la flor de Gnido, dama napolitana) y treinta y ocho sonetos, además de coplasobra en latín.*****
____
*Hijo de su hermano Pedro Laso de la Vega, uno de los jefes de los comuneros, por lo que se especula que pudo influir en su destierro.
**De esa isla habla Garcilaso en la Canción III.
***Además de llevar una vida placentera, fue testigo de los saqueos de los piratas de Barbarroja, de los que dio noticia en Barcelona por encargo del virrey de Nápoles.
****Fuente: Diccionario de Grandes Figuras Literarias (Espasa).


A Dafne ya los brazos le crecían (Soneto XIII) –Lectura AQUÍ
Oda a la flor de Gnido* (Canción V: «Si de mi baja lira...») –Lectura AQUÍ

*Gnido: barrio napolitano y antigua ciudad griega de Asia Menor.

Salid sin duelo, lágrimas, corriendo
(...)
¿Quién me dijera, Elisa, vida mía,
cuando en aqueste valle al fresco viento
andábamos cogiendo tiernas flores,
que había de ver con largo apartamiento
venir el triste y solitario día
que diese amargo fin a mis amores?
[SALICIO: 70, NEMOROSO: 282-287]
(...)
¿...contigo mano a mano, 
busquemos otro llano, 
busquemos otros montes y otros ríos, 
otros valles floridos y sombríos, 
do descansar y siempre pueda verte
ante los ojos míos,
sin miedo y sobresalto de perderte?
[NEMOROSO: 401-408]
Égloga I –Lectura AQUÍ/AQUÍ

Escrito está en mi alma vuestro gesto...
Cuando tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
Soneto V –Lectura AQUÍ

Cuando me paro a contemplar mi estado
y a ver los pasos por dó me ha traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;

mas cuando del camino estoy olvidado,
a tanto mal no sé por dó he venido:
sé que me acabo, y mas he yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.

Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme,
si quisiere, y aun sabrá querello:

que pues mi voluntad puede matarme
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacello?
Soneto I

Soneto I: Cuando me paro a contemplar mi estado
***
Señor Boscán, quien tanto gusto tiene
de daros cuenta de los pensamientos,
hasta las cosas que no tienen nombre (...)
Mas el amor, de donde por ventura
nacen todas las cosas (...)
cuanto más generosa y alta parte
es el hacer el bien que el recebille;
así que amando me deleito, y hallo
que no es locura este deleite mio.

ANEXO GARCILASIANO
La muerte de Garcilaso fue lamentada en España, Portugal e Italia. Boscán lo lloró en algunas composiciones y Francisco Sa de Miranda, poeta portugués (también enamorado de Isabel Freyre), le dedicó su égloga Nemoroso. Su influencia poética llegó a San Juan de la Cruz, Lope de Vega y  Góngora. De él dijo Dámaso Alonso: «De Italia le vino el metro y de Portugal la musa».Y Rafael Alberti, miembro de la Generación del 27, que rendía pleitesía a Góngora, dijo en un poema: Si Garcilaso volviera, / yo sería su escudero; / que buen caballero era.

Enlaces biográficos y poéticos
Garcilaso de la Vega –Biografías y Vidas
Garcilaso de la Vega –AboutEspañol
Garcilaso y Petrarca –Seres Pensantes
A diferencia de Petrarca, Garcilaso sabe velar su dolor con gesto de elegante recato, ocultándose a veces en la figura de un pastor. El tono lacrimógeno de Petrarca lo evita con la expresión desbordada de su sentimiento y sufrimiento amoroso.
La poesía de Garcilaso de la Vega –Blog de lengua castellana y literatura

Garcilaso de la Vega

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