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martes, 6 de junio de 2023

En torno al miedo


El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal.
Aristóteles

Miedo, temor, terror, pavor, aprensión...

El temor humano, causa de tanto sufrimiento, nos hace volver a reflexiones pasadas y retornar a una entrada de nuestro particular Léxico médico de la AP.

TEMOR. Emoción humana desagradable por la percepción de un peligro, real o imaginario. Se puede experimentar ante el acecho de la enfermedad, propia o de nuestros allegados. El miedo, en mayor o menor grado, exteriorizado o no, nos atrapa a todos, pero si es irracional se convierte en una amenaza por sí mismo; recuérdese el viejo aforismo: mayor es el peligro cuanto mayor es el temor. En la Clasificación Internacional de Atención Primaria (CIAP) vienen recogidos treinta y tantos tipos de miedos, a los que ahora podríamos sumarle el nuevo “miedo a la gripe A”. Otro tipo de miedo es el que experimentan los profesionales de los centros de salud por el fenómeno de la violencia en los centros, expresada en agresiones físicas o intimidaciones verbales por parte de usuarios exaltados. En especial los médicos de familia, han de mantener el tipo y no dejarse atemorizar; deben resistir los envites y convivir con la cara amarga de su quehacer diario. No vayamos a tener que incluir en la CIAP el “miedo al usuario”.
Es conveniente controlar el temor... 

Superar el miedo pasando miedo, Dr. Fernando Sarráis

2 comentarios:

  1. Interesante tema, amigo José Manuel. Y quizá por lo profundo y complicado requeriría todo un tratado, Sin duda el miedo es un sentimiento de los más primitivos del ser humano y podría ser bueno para evitar peligros pero también ha sido el medio habitual para dominar personas y sociedades o manipularlas, de forma más elaborada.
    El miedo paradójicamente crecería con la experiencia pues a mayor conocimiento de la realidad quizá mayor percepción de situaciones incontrolables, Y todo dependería de las respuestas al mismo. Las tácticas para dominarlo si no llegan a la raíz, tal vez serian fallidas, y por el contrario una de los grandes beneficios de buscar, creer o confiar en el Creador, es que nos rebaja a nuestra limitada condición humana y ofrece la posibilidad de confiar en quien todo depende, menos nuestra libertad.
    A este respecto, alguna vez recomendé a algún paciente en la encrucijada del miedo o la desesperanza, la lectura de los libros “Razones para vivir”, “para la alegría”, “para la esperanza”, de Martin Descalzo, y la verdad es que les resultaron muy eficaces y fecundos, según me dijeron.
    Y es que como dice la canción de Bob Dylan, que en estos días recorre nuestras tierras de Hispania, “la respuesta está en el viento”, osea en Dios.

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    1. Muy interesante tu aportación, amigo Juan.
      Desde luego el creyente tiene una convicción que le da seguridad para superar los temores, se aferra a una esperanza que el no creyente no tiene.

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