Las actividades relacionadas con la Medicina han sido recogidas a lo largo de la historia por la literatura y por las bellas artes. La narrativa, la poesía y la dramaturgia no han ignorado los sucesos que se relacionan con la salud. Literatura y Medicina es un frecuente binomio. La pintura también ha plasmado escenas de dolientes, de enseñanzas médicas y de galenos abnegados en el arte de curar, y la escultura ha inmortalizado a los protagonistas, célebres o desconocidos. El cine ha recogido historias de médicos y pacientes e incluso la música ha participado en la relación Arte y Medicina. Esta realidad es estudiada por la Estética Médica. Si la estética (del gr. aisthetikós, lo concerniente a la sensación o percepción) en general es la ciencia del conocimiento sensible cuyo objeto es determinar la esencia de lo bello, específicamente médica es la enfocada al campo de la Medicina, desde la Literatura y el Arte.
The doctor (1891), de Sir Luke Fildes |
En las obras literarias se incluyen tanto las de ficción como las de no ficción, que tratan de hechos reales. En el primer caso tenemos novelas, relatos, obras de teatro y poemas. En el segundo memorias, diarios, biografías y ensayos, incluyéndose aquí estudios históricos y artísticos, así como libros de divulgación y textos académicos médicos. Podemos recordar novelas como La peste (1947), de Albert Camus, El amor en los tiempos del cólera (1985), de Gabriel García Márquez, El médico (The Physician, 1986), de Noah Gordon, o La enfermedad de Sachs (1998), de Martin Winckler; relatos como El pabellón número 6 (1892), de Anton Chéjov, y otros cuentos del mismo autor; u obras de teatro como El médico a palos (Le médecin malgré lui, 1666), de Molière. Y entre los escritos de no ficción, podemos citar memorias o diarios como De profundis (2006), de José Cardoso Pires, y Diarios 1984-1989, de Sándor Márai; autobiografías como Despertares (1974), de Oliver Sacks; o textos académicos como Sobre la muerte y los moribundos (1993), de Elisabeth Kübler-Ross.
Entre los cuadros pictóricos famosos cabe recordar: Lección de anatomía del doctor Tulp (1632), de Rembrandt; Autorretrato con el doctor Arrieta (1820), de Francisco de Goya; La loca (c. 1822), de Theodore Gèricault; Lección clínica en la Salpêtrière* (1887), de Pierre André Brouillet; Dr. Washington Epps, my doctor (1888), de Sir Lawrence Alma-Tadema; The doctor (1891), de Sir Luke Fildes; Ciencia y caridad (1897), de Pablo Picasso; Triste herencia (1899), de Joaquín Sorolla; Le tubage (1904), de George Chicotot; Vejez, adolescencia, infancia (Las tres edades) (1940), de Salvador Dalí; Before de shot (1958), de Norman Rockwell. Y no hay que olvidar las miles de ilustraciones, anatómicas y clínicas, del médico-acuarelista Frank H. Netter, cuya claridad expositiva hace válida la sentencia de que una imagen vale más que mil palabras.
*Un caso de histeria.
El séptimo arte ha tratado sobre vidas de médicos y avatares de pacientes que sufrían enfermedades incurables, trastornos psiquiátricos o adicciones destructoras, muchas veces elaborando sus guiones sobre obras literarias. En capítulo aparte se trata de “Médicos generales de cine” (en realidad de televisión), y se citan algunos films clásicos que han narrado, con mayor o menor acierto, historias relacionadas con el arte de curar. Pero podemos citar otros títulos más recientes de la gran pantalla, con indicación de sus directores: El doctor (Randa Haines, 1991), Trainspotting (Dannny Boyle, 1996), Bailar en la oscuridad (Lars von Trier, 2000), Mi vida sin mí (Isabel Coixet, 2002), Las invasiones bárbaras (Denys Arcand, 2003), 21 gramos (Alejandro González, 2003).
***
Referencias bibliográficas
- Arís A. La medicina en la pintura. Ed. Lunwerg Editores: Barcelona 2002.
- Díaz JP. Medicina y literatura. Rev Med Uruguay 1994; 10: 5-12. Disponible aquí.
- Fisterra.com. La Medicina en los Libros y Literatura
- Loscos J, Baños JE, Loscos F, De la Cámara J. Medicina, Cine y Literatura: una experiencia docente en la Universitat Autónoma de Barcelona. Rev Med Cine 2 (2006): 138-142. Disponible aquí.
Y un blog de referencia: Medicina y Arte, del Dr. Francisco Doña.
Quedo muy agradecido, amigo José Manuel, por la especial referencia y el enlace a "Medicina y Arte".
ResponderEliminarDe forma magistral -como siempre- presentas el novedoso concepto de Estética Médica, acompañado de una magnífica relación de obras, que casi constituye un índice temático de la materia.
Enhorabuena por la entrada. Muchas gracias, una vez más, y un entrañable abrazo.
La referencia a tu blog de Medicina y Arte, amigo Francisco, me parece justa y necesaria. Por mi parte, intento condensar las disciplinas humanísticas en artículos como éste, a modo de guía. Próximamente intentaré compendiar la Historia de la Medicina, en dos capítulos. ¡Vaya tela!, dirás, pero estos retos me sirven para ordenar las propias ideas.
ResponderEliminarUn humanístico abrazo.
La medicina se vale de tantas ciencias, que es necesario el arte para poder darle algún sentido a tan variopinta amalgama. Yo disfruté mucho con la lectura de "El médico" de Noah Gordon así como de las películas "El aceite de la vida" dirigida por un médico cineasta (mi ídolo y ejemplo) George Miller y "El hombre elefante" dirigida por David Lynch.
ResponderEliminarBreve y perfecta justificación de la estética médica, amigo Tony. Y buen aporte literario-cinematográfico; emotivos títulos que me hacen suponer tus proyectos.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Yo, como Tony, disfruté mucho con "El Médico" de Gordon y también con la película "La ciudad de la alegría"; en cuanto a la pintura...¡anda que no aprendemos con Francisco ¿eh?!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la entrada.
Moitos bicos
Bienvenida tu aportación, querida Lola. Tony, además de dominar otras materias, es un experto cineasta, y ya ves que a Francisco lo tengo por faro orientador en lo pictórico. Ni que decir tiene que tú iluminas lo melódico.
ResponderEliminarEstéticos bicos.