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viernes, 14 de febrero de 2014

Vivir más despacio

El autor del blog
autorretratado en Buenos Aires

Tranquilidad, calma, quietud, sosiego, paz, serenidad...
vs. intranquilidad, inquietud, preocupación, lucha, agitación, desasosiego...

En ninguna parte puede hallar el hombre un retiro tan apacible y tranquilo como en la intimidad de su alma.
Marco Aurelio

En el prólogo del libro Estrategias para vivir mejor, del psicólogo Miguel Silveira, se puede leer: «lo primero que debemos aprender es a parar la prisa». Lo mismo que se aconseja en el escaparate de la foto: ¡VIVA MÁS DESPACIO! Es una recomendación que poco se sigue en esta larga época o era -entre dos milenios- de la ansiedad, que el mismo autor equipara a estrés.

Los médicos de familia comprobamos todos los días esta forma acelerada de vivir, que a nosotros mismos nos afecta (no sólo en las sobrecargadas consultas). Todo se quiere resolver o alcanzar ya, ahorita mismo, sin demora. La paciencia parece haberse volatilizado. El sosiego se hace inalcanzable. El estado de paz y armonía es quimérico... Entonces, la tranquilización –por la que aboga el doctor Lizardo Cruzado, nuestro psiquiatra de cabecera– se convierte en el objetivo prioritario.

La lucha contra el agobio es una necesidad, porque esta molesta sensación es fuente de sufrimiento. La palabra clave es CALMA. Y la forma de conseguirla es cuestión de estrategias -viejas y nuevas- que nos conduzcan al autocontrol y, con ello, a la paz mental o espiritual, al bendito SOSIEGO. También de sentido común que ponga freno a la desesperación. Ya me aconsejaba mi abuela no hacer dos cosas a la vez. 

La calma nos puede conducir a la paz interior. El estoicismo (filosofía) buscaba la tranquilidad, la serenidad de espíritu. Una búsqueda de Occidente y, desde luego, de Oriente. Atención a este proverbio oriental:

Si pierdes dinero, no has perdido nada. Si pierdes la salud, perderás algo. Pero si pierdes la paz interior, entonces… lo habrás perdido todo.

No es fácil aplicarse el cuento, y menos en los tiempos que corren, pero tampoco imposible. Intente conseguir que el cerebro mande sobre las emociones. Evitará males del cuerpo y del alma. No corra continuamente, tómese el suficiente respiro, airee libremente su interior y acabe con el miedo. Y una última recomendación del referido libro: «No vaya a los médicos si le han dicho ya que no tiene nada. Basta de gastar energías inútilmente. Viva la vida».

En definitiva, viva en la calma, sosegado, relajado, sereno, tranquilo, plácido, reposado, sin que lo aceleren las preocupaciones, sin inquietantes obsesiones, sin ansiedad, sin pernicioso estrés... sin prisas. ¡Viva más despacio!

Sinfonía nº 2 "The Age of Anxiety" (La edad de la ansiedad)
 de Leonard Bernstein, para piano y orquesta
[Inspirada en poema de W.H. Auden]
***
AFORISMOS SOBRE LA TRANQUILIDAD [Sosiego, Quietud, Calma...]
  • Bella cosa es la tranquilidad. (Periandro de Corinto)
  • Sí, la tranquilidad es una cosa buena, pero de la misma familia que el tedio. (Voltaire)
  • Un hombre no trata de verse en el agua que corre, sino en el agua tranquila, porque solamente lo que en sí es tranquilo puede dar tranquilidad a otros. (Confucio)
  • No hay tranquilidad sin buena conciencia. (Séneca)
  • En ninguna parte puede hallar el hombre un retiro tan apacible como en la intimidad de una conciencia tranquila. (Marco Aurelio)
  • La vejez conduce a una tranquilidad indiferente que asegura la paz interior y exterior. (Anatole France)
  • El hombre que desee estar tranquilo ha de ser sordo, ciego y mudo. (Prov. turco)
  • De algún modo, la tranquilidad se relaciona con la paciencia.
  • Calma chicha. (Expresión)
  • Vive despacio, pero no te duermas en los laureles.
vs. Intranquilidad, Inquietud, Desasosiego, Precipitación...
  • No hay que vender la piel del oso antes de haberlo cazado. (Frase proverbial) [No hay que precipitarse.]

Se llama calma y me costó muchas tormentas.
Se llama calma y cuando desaparece…. salgo otra vez a su búsqueda.
Se llama calma y me enseña a respirar, a pensar y repensar.
Se llama calma y llega con los años…
Se llama calma cuando el silencio se disfruta…
Se llama calma y me costó muchas tormentas
y las transitaría mil veces más hasta volverla a encontrar.
DALAI LAMA (?)
–Lectura AQUÍ

ANEXO: POEMAS SOBRE LA TRANQUILIDAD (Y EL SILENCIO)
[Paz, Serenidad, Sosiego, Silencio, Equilibrio, Ataraxia –Aurea mediocritas]
Balada del puente de Colonia, Jaime Siles –vida, deseo de tranquilidad eterna
En paz, Amado Nervo –vida, destino
Perdido (Lost), David Wagoner* [También AQUÍ]
Se llama calma, Mechi Mastandrea [atribuido al Dalai Lama]
Vida retirada –Oda I, Fray Luis de León [ya visto AQUÍ] –soledad
____
*Poema muy citado en prácticas de mindfulness (atención plena).

Se llama calma, Dalai Lama

–SILENCIO
(27 de Sexta Poesía Vertical)
Me gustas cuando callas, de Pablo Neruda
Silencio, Octavio Paz [Análisis AQUÍ]
Silencio, Jaime Siles
____
*El silencio del lenguaje.
Existe un alfabeto del silencio,
pero no nos han enseñado a deletrearlo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. 
... 
déjame que me calle con el silencio tuyo.
P. NERUDA, Me gustas cuando callas
–Lectura AQUÍ

...brota del fondo del silencio otro silencio,
aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende...
O. PAZ, Silencio

Silencio, Octavio Paz
[Lectura también AQUÍ]

Ver:

2 comentarios:

  1. ¡Cuánta razón! Hay otro libro muy tranquilizador, Elogio de la lentitud, de Carl Honoré.
    Lo presentaba yo en esta entrada: http://posturasanaconser.blogspot.com.es/2013/12/que-puedo-regalar.html
    La verdad es que yo creo que te bajan las pulsaciones solamente con leerlo.
    Un abrazo.

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    1. Y es que vivimos en un continuo frenesí. Tomo nota del Elogio de la lentitud, amiga Ana, uno de entra la impresionante bibliografía que recoges en tu sano espacio. El título me recuerda el dicho aquél: "Vísteme despacio que tengo prisa". También una frase de Gregorio Marañón: “La rapidez, que es una virtud, engendra un vicio, que es la prisa.” En fin, vayamos lentos para alcanzar la meta en plenitud de facultades. ¡Quién pudiera vivir sin reloj!...
      Besos.

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