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lunes, 19 de octubre de 2020

Sanitarios hasta la médula

El oficio de la medicina en su lado más humano supone una entrega desinteresada hacia los pacientes, la razón de su existencia. Y todos los profesionales de la salud (médicos, enfermeras y auxiliares), mujeres y hombres con vocación de servicio, desempeñan una dura labor, no siempre gratificante, digna de encomio. Vaya, pues, nuestro poético homenaje a los sanitarios más íntegros.


SANITARIOS HASTA LA MÉDULA

Son aquéllos que se entregan
sin quejarse vanamente,
mujeres con luz constante
y hombres con sombra ausente.
Comprometidos en causas,
con objetivos perennes,
sin doblegarse al cansancio
y en el trabajo sonrientes.
Dueños de la incertidumbre,
curan y alivian si pueden,
hipocráticos discípulos
que al menos consuelan siempre.

Aconsejan y prescriben
lo mejor a sus pacientes.
Señalan peligros tóxicos,
alcohol y drogas al frente.
Tratan con un gran esmero
enfermedades frecuentes
y a afectados de raras
con todo el cariño atienden.
Hipertensión o demencia,
esclerosis o diabetes…,
ven dolientes programados
y a los que llegan urgentes.

Son dignos de admiración
los sanitarios decentes;
nadie puede criticar
su esfuerzo de cuerpo y mente.
Batallan con infecciones,
de traumatismos entienden,
curan úlceras y heridas
y en general se defienden.
Poseedores de la ciencia,
éticamente proceden;
pulcra llevan la conciencia
y recompensa merecen.

[2018, 4 feb.]

"Badinerie", de Suite orquestal nº 2 de J. S. Bach

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