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lunes, 4 de octubre de 2021

Atención primaria: promesas incumplidas


Más vale un «toma» que dos «te daré». Refrán

Capítulo 11 de La encrucijada del galeno. Párrafos: AP: promesas incumplidas. [Carlos Abré repara en las promesas sobre la mejora de la atención primaria.]
Se hablaba mucho de potenciar la atención primaria de salud, por su importancia crucial en el sistema sanitario, como centro coordinador y de algún modo «filtro» del nivel especializado u hospitalario, pero se invertía cada vez menos en ella. De modo que se debilitaba tanto que algunos pronosticaban su desaparición; permitirlo sería para Abré más que una torpeza (no digamos para Rilke, que siempre abogara por fortalecerla). Se hablaba de estimular o motivar a sus profesionales, pero se les desincentivaba con recortes salariales y supresión de derechos laborales. Se hablaba de reformar las estructuras obsoletas del nivel primario, pero se seguían acrecentando las distancias con las del nivel hospitalario. Se hablaba de prestigiar la labor profesional del médico de familia, pero se le condenaba a lidiar con cuestiones burocráticas que nadie quería, en detrimento de las funciones propiamente médicas. Se hablaba de coordinar la asistencia, mediante una pertinente reorganización asistencial, pero se mantenía la misma estructura rígida que la aislaba y la complicaba. Se hablaba de dignificar el espacio físico de actuación profesional, pero se mantenían muchas consultas indignas en centros de salud. Se hablaba de gestionar con eficacia mediante una prometedora «gestión clínica», pero sin definirla con claridad, y así se generaba desconfianza en los destinatarios.

–Desarrollar, estimular, reformar, prestigiar, coordinar, dignificar... Todo se queda en promesas incumplidas. Demasiado bla, bla, bla..., para no conseguir nada, o casi nada; para no llegar a materializar las ideas portadas en tantas bellas palabras –seguía diciendo Abré con furioso ánimo rebelde, pero todavía esperanzado. 

–Deja de darle vueltas y desconéctate de las preocupaciones laborales –le aconsejaba Viéitez, con su recobrado temple habitual–, o te acabarán afectando las coronarias. No seas tan analítico e imponte como objetivo el mínimo desgaste.    

The Promise – John Coltrane
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