La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.
Mario Vargas Llosa
La inseguridad (o incertidumbre), una forma del miedo, nos provoca ansiedad, incluso crisis de pánico. Y controlar la ansiedad es la clave para evitar, a la larga, el desgaste emocional. Combatir las preocupaciones, evitando las ideas obsesivas, es necesario para vivir relajadamente. El miedo al futuro nos impide disfrutar del presente. Frente al pesimismo de quien espera siempre lo peor, el optimismo del que siempre tiene la esperanza de hallar una salida.
Frente a los factores negativos, confrontamos otros positivos: seguridad, certeza, valentía, control, relajación…
Pero, claro, las circunstancias son cambiantes, y a veces demasiado adversas.
Leemos:
La ansiedad (sentimiento de preocupación o intranquilidad), el miedo, la incertidumbre, el enojo y la tristeza son sentimientos comunes que algunas veces los pacientes y sus familias tienen cuando se enfrentan al cáncer. Son respuestas normales a las muchas tensiones del cáncer. [Ansiedad, miedo y desgaste emocional, American Cancer Society]
No es fácil dominar el miedo, conseguir la calma y tener seguridad. No es fácil, pero tampoco es imposible; para combatirlo precisamos controlar las emociones, disponer de la necesaria fortaleza emocional; así conseguiremos disfrutar.
Uncertainty
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Y a propósito de los miedos, valga un poema de liberación (personal y colectiva).
Hemos encontrado un vídeo muy ilustrativo (al que quizá le sobra la música) que explica con claridad los principios de la genética establecidos por Gregor Mendel, conocidos como Leyes de Mendel. Son la base de la genética.
La genética es el estudio de los patrones de herencia,
el modo en que los rasgos y las características se transmiten de padres a hijos.
Prácticamente todas las células del organismo tienen el mismo ácido desoxirribonucleico (ADN). El ADN es el material hereditario. La mayoría del ADN se encuentra en el núcleo celular (ADN nuclear) y una pequeña cantidad en las mitocondrias (ADN mitocondrial).
El ADN contiene el código genético [instrucciones]. El código se lee según el orden o la secuencia de cuatro bases químicas: adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T). Las bases de ADN se agrupan en pares, A con T y C con G para formar unidades llamadas "pares de bases". Cada base está unida a una molécula de azúcar y a una molécula de fosfato. En su conjunto, la base, el azúcar y el fosfato, se denominan "nucleótido". Los nucleótidos se disponen en dos largas cadenas que forman un espiral o "doble hélice". La estructura es como una escalera, con las pares de bases que atraviesan el medio como travesaños y las moléculas de azúcar y fosfato en los laterales.
Los genes son secciones pequeñas de la larga cadena de ADN. Son las unidades básicas de la herencia genética. [Un gen es una unidad de información en un locus de ADN, lugar fijo en un cromosoma.] El Human Genome Project (Proyecto del Genoma Humano) calcula que los seres humanos tienen entre 20.000 y 25.000 genes. Cada persona tiene dos copias de cada gen, una de cada progenitor: alelos; determinan los rasgos de la persona. Los genes funcionan como instrucciones para la formación de proteínas. La modificación de un gen ("mutación") implica proteínas anormales. Las mutaciones causan enfermedades.
Muchos genes juntos forman cromosomas. Cada persona hereda dos grupos de cromosomas (uno de cada progenitor), motivo por el cual todas las personas tienen dos copias de cada gen. Los seres humanos tienen 23 pares de cromosomas. [22 pares de autosomas y un par de gonosomas o cromosomas sexuales: X e Y.]
Los viejos no son enfermos; son personas con muchos años.
En una sociedad medicalizada, los fármacos pueden ir más allá de sus bondades y acarrear malas consecuencias; a veces por encadenamiento: “Prescripción encadenada de medicamentos”. Es habitual el despropósito de las prescripciones encadenadas en una medicina centrada en la enfermedad, no en el individuo. Un medicamento puede ir llevando a otros de manera secuencial e imparable, a modo de “cascada terapéutica”, conduciendo a un empeoramiento indeseable del paciente, en vez de a la mejora que en principio se buscaba. He ahí la paradoja terapéutica. Y siendo los viejos víctimas propiciatorias, el “empastillamiento” tóxico en la vejez me ha inspirado este saludable poema.
En esta guía de los estudios universitarios dedicada a la Medicina*, se habla de su historia, de sus objetivos, de la patología humana, de los métodos de estudio y de las especialidades médicas. Pero también de sus aspectos humanísticos.
Ya en la introducción, considerando la etimología de la Medicina (del gr. mederi: cuidar), se dice que, como arte y ciencia, cuida del hombre en la enfermedad, y que desde la facultad debiera impulsarse la preocupación básica por el enfermo.
En «El médico y su profesión», se habla del trato directo y personal con los pacientes, en especial de los clínicos (del gr. klinikós: de la cama), por trabajar a la cabecera del enfermo. Y de los códigos de comportamiento del profesional médico.
Sobre esto último, se hace referencia a la Declaración de Ginebra de 1948, en la que la Asociación Mundial de Médicos adoptó el juramento hipocrático como pilar básico de la conducta y ética médicas. Es la actualización de dicho juramento.
Dejan claro los autores de la guía que en este código de comportamiento se destaca el sentido de servicio que ha de presidir la actuación médica. Un espíritu que lleva implícitas varias disposiciones, entre ellas: disponibilidad, esfuerzo y dignidad.
En este espíritu de servidumbre, que entraña sacrificio personal —que va más allá del horario de trabajo—, puesta al día en conocimientos y habilidades y conducta digna, quizá estriba lo que se ha dado en llamar «vocación de médico».
Los autores se preguntan si existe la vocación de médico. En todo caso, no la entienden como carisma especial, sino como una suma de aptitud, para aprender y ejercer la profesión, y actitud: un interés por esta rama del saber y modo de vivir.
En «La relación médico-enfermo», se recuerda que la historia clínica, o anamnesis, es un diálogo con el paciente (y/o sus familiares o acompañantes), que comienza con una simple pregunta: ¿Qué es lo que le pasa a usted? (Motivo de la consulta.)
Se establece la comunicación como puntal, pues gran parte de su tiempo lo dedica el médico a comunicarse con pacientes y familiares, enfermeras y colegas. Por eso debe estar bien formado en la habilidad de la comunicación, oral y escrita.
Y se apuntan dos expresiones populares sobre las que debemos reflexionar: «Letra de médico», por ilegible, y «visita de médico», por breve. La letra debe ser clara para evitar confusiones, y la visita ha de durar lo que necesite el paciente.
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*Prieto JM, Fuster M. Guía de los estudios universitarios: Medicina. Pamplona: Eunsa, 1981. [Jesús Prieto Valtueña, Manuel Fuster Siebert]
—¿Qué es la mente? Hay dos cosas: el cerebro, el soporte material de todo (de movimientos, de pensamientos), y las consecuencias mentales, la mente. Los científicos, en general, se interesan por la materia y no se interesan por el espíritu. Cerebro y mente son dos partes de la misma cosa.
—Implantación de electrodos. A un toro bravo (genéticamente programado para arremeter) le implantaron un electrodo en el núcleo caudado* que inhibió su agresividad; se quedó dando vueltas sobre sí mismo.
Se han utilizado electrodos, además de campos magnéticas y otras técnicas no invasivas, para cambiar la emotividad, la motivación, la agresividad...
—El cerebro lo dirige todo. En un experimento, estimulando la segunda circunvolución temporal se provocaba el aumento del número de palabras por minuto pronunciadas por el enfermo, y tenían una orientación sexual.
—La motivación humana: depende de la recompensa, pero también del castigo (físico o intelectual). Recompensa y castigo condicionan la motivación.
—Emociones y motivaciones. Las emociones y las motivaciones en los seres humanos pueden ser influidas por estímulo eléctrico cerebral de zonas específicas.
—Lógica neuronal. Las limitaciones del cerebro dependen de la «lógica neuronal», de cómo funcionan las neuronas. ¿Sería posible tener una lógica no neuronal? No se puede separar el pensamiento de la actividad neuronal.
—Problema de la ciencia en España. El problema es organizativo; hay mucho dinero malgastado. Se necesita más inteligencia y menos motivación política. Hay que hacer algo que perdure; las vidas son pequeñitas, las ideas son muy grandes.
—Trabajo científico más relevante. Comunicación cerebro-ordenador-cerebro (retroalimentación) en el chimpancé, modificando su propia actividad.
—Humanismo. La actividad del prof. Delgado se orienta hacia el humanismo, porque el objetivo fundamental de la ciencia es la felicidad personal y social.
*El núcleo caudado es una estructura subcortical, que forma parte de los ganglios basales, o núcleos basales, y que junto con el putamen y el núcleo accumbens conforma el cuerpo estriado, vinculado al control de movimiento.]
Nota. El doctor Delgado, célebre por sus investigaciones en la estimulación eléctrica del cerebro, escribió un libro divulgativo: La felicidad, referido AQUÍ.
Los ojos en la poesía están presentes en general con un sentido amoroso. Inspiran a los poetas su forma, su color o su gesto, cambiante según la apertura de los párpados; en suma, su belleza y su expresión. Pero también llama la atención de los creadores el aspecto psicológico de la mirada, por su hondura (lo vimos en «La hondura de lo humano. Semblanza y elegía de don Gregorio Marañón», de Luis Rosales), su penetración, su efecto amedrentador, etc. Podemos apoyarnos en el escrito de una página oftalmológica que relaciona ojos y poesía: La mirada en la poesía (aunque el poema atribuido a Neruda no sea del famoso Pablo) y en una recopilacion de «poemas con la palabra ojos». Por otra parte, cuando el precioso sentido de la vista se pierde, también es motivo de expresión lírica.
Y sin más preámbulo, pasamos a nuestra selección poética.
Disección en el laboratorio de anatomía. Colegio de Medicina Osteopática de Filadelfia en 1908. [Leuenda en mesa de disección: "Vivió para otros, murió para nosotros"]
Quien está volcado de siempre en la medicina tradicional (denominada alopática por contrarios), no deja de sorprenderse por la evolución de la enseñanza de la medicina en EEUU. Frente a un único modelo de formación europeo, allí cabe la opción de elegir entre el aprendizaje, en facultades o en escuelas de medicina, que conduce a la capacitación como M.D. (Medical Doctor), doctor en medicina, o D.O. (Doctor of Osteopatic Medicine), doctor en medicina osteopática.
En contra de lo que aquí podríamos suponer (pensando en el concepto limitado de osteopatía, medicina alternativa o pseudociencia), un doctor en medicina osteopática puede ejercer la medicina tradicional, prescribir fármacos y realizar intervenciones quirúrgicas, igual que un M.D. Entonces..., ¿cuál es la diferencia?
Según la Asociación Estadounidense de Osteopatía, la diferencia entre un M.D. y un D.O. (ambos physician) es que "los médicos de medicina osteopática consideran el cuerpo como un todo integrado en lugar de tratar solo síntomas específicos, y la medicina alopática se centra más en el tratamiento de enfermedades".
¡Humm! Podemos entender esta afirmación como tendenciosa, desde luego, y mirar la medicina osteopática con reservas. Desde aquí mostramos dudas y recelos.
Y aún así, accedemos a escuchar las explicaciones de un D.O. norteamericano...
The difference between an M.D. and D.O.
[Vídeo vinculado al texto de nuestro último enlace]