Abril, sin tu asistencia clara, fuera
invierno de caídos esplendores;
mas aunque abril no te abra a ti sus flores,
tú siempre exaltarás la primavera.
Eres la primavera verdadera;
rosa de los caminos interiores,
brisa de los secretos corredores,
lumbre de la recóndita ladera.
¡Qué paz, cuando en la tarde misteriosa,
abrazados los dos, sea tu risa
el surtidor de nuestra sola fuente!
Mi corazón recojerá tu rosa,
sobre mis ojos se echará tu brisa,
tu luz se dormirá sobre mi frente...
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ, Primavera
La primavera estalla con su
hermoso colorido, con juvenil fuerza renovada. Las mariposas presumen y los
pájaros se pavonean. La vida esplendorosa nos maravilla. Y sin embargo, esta
bella estación también muestra su crueldad, pues favorece algunas dolencias que
irrumpen con más fuerza.
Entre ellas, sobresalen las alergias, algunas enfermedades exantemáticas o eruptivas, como la varicela, y algunos trastornos psiquiátricos. La varicela
es una enfermedad infecciosa viral que suele ser leve y para la que hay vacuna.
Respecto a los trastornos psiquiátricos, según algunos estudios hay relación
entre estacionalidad y psicopatología (se habla de meteoropatología
psiquiátrica), y la primavera parece tener repercusión en una mayor incidencia
de depresión y suicidio, así como de alcoholismo y drogodependencias. Pero
hemos de centrar nuestra atención en la patología estrella de la primavera: la
alergia.
SOBRE LA ALERGIA...
1. En torno a la
alergia, definida como “una
reacción de hipersensibilidad (
tipo I) a diferentes
alérgenos”, giran diferentes
enfermedades
alérgicas, siendo las más frecuentes: 1) la
rinitis alérgica (o rinoconjuntivitis alérgica), 2) el
asma
alérgico, 3) la
urticaria (
urticaria-angioedema),
la 4)
dermatitis atópica (o eccema atópico), 5) la
dermatitis de contacto, 6) la
alergia
alimentaria y 7) la
anafilaxia
(reacción alérgica más grave).
2. Las dos primeras, rinitis y asma alérgicas, están
muy relacionadas y son producidas por alérgenos inhalados. En la urticaria
pueden estar implicados alérgenos
alimentarios, medicamentosos o venenosos (picaduras animales). La
dermatitis atópica puede asociarse a enfermedades alérgicas respiratorias o alimentarias.
La dermatitis de contacto y la alergia alimentaria* están producidas,
respectivamente, por alérgenos de contacto y alimentarios. La anafilaxia es la reacción
de hipersensibilidad más grave, de instauración rápida y afectación
generalizada (sistémica) que amenaza la vida, producida por alérgenos
alimentarios, fármacos o venenos (picaduras de insectos).
3. Veamos los diferentes tipos de alergenos:
- Inhalados o aeroalergenos (pólenes, ácaros,
epitelios de animales…).
- Alimentarios (proteínas de leche de vaca, huevo,
frutas, frutos secos…).
- Fármacos (antibióticos, antiinflamatorios, anestésicos…).
- De contacto (níquel, cromo, perfumes…).
- Ocupacionales o laborales (látex, harina de
trigo…).
- Veneno de insectos (abeja, avispa…).
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4. El diagnóstico de una enfermedad alérgica se sospecha por la historia clínica y se confirma (certeza) mediante
pruebas in vivo (pruebas cutáneas y de exposición o provocación) e in vitro
(análisis de laboratorio).
5. El tratamiento se realiza en varios frentes, y según cada caso: a) evitación de alérgenos en lo posible, b) desalergenización (control ambiental), c) fármacos
antialérgicos (antihistamínicos), d) inmunoterapia (vacunas alergénicas). Por supuesto, la urgencia de la anafilaxia
exige premura, siendo esencial la administración de Adrenalina (Epinefrina), IM o IV.
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Antihistamínicos clásicos (1ª generación):
hidroxicina, clorfeniramina, dexclorfeniramina...
Antihistamínicos no sedantes (2ª generación):
ebastina, loratadina, desloratadina, bilastina...
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Disfrutemos de la primavera... y prevengámonos de ella.
Sinfonía nº 1 "Primavera" de Robert Schumann (Fragmento)