Caso Metílico |
Por la avaricia de un empresario y la falta de control…
La muerte silenciosa e invisible, y en la mayor parte de los casos dolorosa, siguió actuando hasta que no se localizaron o destruyeron todas las partidas de bebidas elaboradas con alcohol metílico, cuyo uso estaba prohibido para el consumo humano. El balance dejó 51 cadáveres: 25 en Ourense -la mayoría, 13, en la comarca de O Carballiño-, 18 en Canarias, 7 en A Coruña y uno en el Sáhara español. De los 9 supervivientes -cinco en Ourense, dos en A Coruña y dos en Las Palmas-, cinco quedaron ciegos de por vida.
En el juicio por el caso del metílico, celebrado en 1967, el fiscal Fernando Seoane mostró su convencimiento de que «fueron miles» los fallecidos o intoxicados por las bebidas envenenadas, un dato que vaticinó que nunca se llegaría a saber con exactitud al no relacionarse los síntomas con las bebidas consumidas, por la distribución realizada y por la «mala imagen» asociada a la muerte por consumo de alcohol.
Medio siglo de un trago mortal
La intoxicación por alcohol metílico, o alcohol de madera, se produce principalmente por
adulteración de licores y produce trastornos visuales y acidosis, con
consecuencias letales, produciéndose el fallecimiento por insuficiencia
respiratoria. En el caso que suscita esta entrada, un problema de salud
pública, se puso de manifiesto la falta de control en el comercio de alcohol
metílico y la elaboración de licores.
Simón Boccanegra, ópera de Verdi
muerte por envenenamiento
muerte por envenenamiento
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