Buscando información sobre el eterno problema del transporte para la atención domiciliaria, me encuentro con una consulta en la página de “CCOO Sanidad Canaria’’. A la pregunta “¿cómo realizo el desplazamiento?”, se da la siguiente respuesta:
“Las instrucciones anuales sobre retribuciones del personal de EAP prevén una compensación por desplazamientos (…) Por otro lado, se debe también considerar que el Tribunal Supremo, en sentencia de 1997, determinó que el complemento de dispersión geográfica compensa los gastos de desplazamiento en los Equipos de Atención Primaria, por lo que no procede facilitar medios de transporte al personal.”
Pues bien, si el status quo va a quedar así ad eternum, por la conformidad general de los profesionales sanitarios, no cabría plantearse nada. Pero si en vista de recortes salariales que afectan, entre otros, al complemento de dispersión geográfica, sin tener en cuenta el alza de combustibles y el incremento de gastos de mantenimiento de vehículos particulares, les pregunto a los interesados: ¿no sería pertinente reclamar ahora con firmeza la facilitación de medios de transporte para la atención domiciliaria? ¿No es esto tan importante, o más, que Internet en las consultas?
No sé si escucho el silencio, voces a favor o el soplo de la indiferencia… (Intuyo pocas reivindicaciones en este apartado)
Asnos salvajes (de El carnaval de los animales)– Saint-Saens
Indemnizaciones por razón de servicio. 2) Desplazamiento dentro del término municipal por razón del servicio.
Nota.- Un experto sindicalista me ha asegurado que el complemento de dispersión geográfica no se estableció para sufragar el desplazamiento, sino para compensar la "penosidad" de su realización.
Ya hemos reflexionado sobre la crisis económica, considerado sus causas determinantes, generales y particulares, y expuesto las propuestas de los expertos económicos. Y a tenor de la información mediática, la alarmante situación financiera –considerada en su conjunto– es consecuencia de una cadena económica desastrosa…
(INICIO DE LA CRISIS DEL CRÉDITO Y DEL MERCADO INMOBILIARIO)
El banco central decide bajar la tasa de interés para dinamizar la economía----La banca concede créditos a bajo interés y aumenta la captación de clientes (empresas y personas consiguen préstamos ventajosos)----Los ciudadanos se endeudan en la compra de vivienda con precios al alza (subida especulativa), iniciándose un boom del mercado inmobiliario (“burbuja inmobiliaria”)----El mercado financiero ve negocio en el inmobiliario en alza, los inversores compran paquetes de hipotecas que a su vez venden a otros, y así sucesivamente (se producen movimientos especulativos)----Para aumentar el negocio se conceden hipotecas de alto riesgo (subprime)----Muchos compradores no pueden hacer frente a los intereses y otros dejan de pagar las hipotecas porque no les compensa (aumenta la morosidad)----Los inversores se quedan con inmuebles de incierto valor----No hay forma de vender, la oferta supera a la demanda y los precios de la vivienda caen----Acaba reventando la “burbuja inmobiliaria”----Caen en picado los indicadores bursátiles----La banca se queda sin liquidez y deja de conceder créditos (algunos bancos quiebran)----El sistema financiero se congela----
(CRISIS DEL CRÉDITO Y REPERCUSIÓN EN OTROS SECTORES)
----Las empresas no disponen de capital y la producción disminuye----Se despiden trabajadores y el paro aumenta----El Estado no recauda lo necesario y crece la deuda pública----La caja de la seguridad social se vacía----Las pensiones peligran y se congelan----Se recortan salarios de trabajadores públicos----Se procede al inicio de reformas: laboral y de pensiones----Se considera la privatización de servicios públicos----Disminuyen las inversiones estatales en servicios básicos (educación, sanidad) y hay menos recursos para investigación----La pobreza emerge y las donaciones son menores----Los servicios sociales se desbordan y empeora la situación económica de ONGs como Cáritas----Los conflictos laborales aumentan (y las incapacidades laborales derivadas) y la desgana medra----Los trastornos de ansiedad son epidemia y se eleva el consumo de psicofármacos (y el gasto farmacéutico)----Se intuyen accidentes, de tráfico y laborales, por causa medicamentosa----Los inversores se retraen----La economía en general se debilita----El Estado se erige en salvador de la banca y le da liquidez (a costa de los ciudadanos, con la excusa de ayudarlos con la concesión de créditos a las empresas).
¡Es el ciclo que no cesa! Con la particular versión hispana:
“La crisis internacional tiene una particular versión española, compartida con otros países como EE UU, Irlanda o Reino Unido: la explosión de la burbuja inmobiliaria, que en el caso español coincide con unas cifras de desempleo sin parangón en el mundo desarrollado.”
Veamos un video ilustrativo sobre el inicio de la crisis del crédito.
La canción napolitana (canzone napoletana), propia de la ciudad de Nápoles y su región, es una composición vocal para voz masculina y acompañamiento instrumental de aire sentimental, generalmente con texto amoroso o que canta las excelencias del paisaje del Sur de Italia. Entre las canciones napolitanas más famosas figuran O sole mio, Torna a Surriento, Funiculì, funiculà, Core'ngrato y Santa Lucia. A su popularidad internacional contribuyó la emigración napolitana a otros países de Europa y América, así como el interés de cantantes de ópera, desde el mítico Enrico Caruso que las cantaba en el Metropolitan Opera House de Nueva York hasta los tenores actuales.
A continuación, una relación alfabetizada de las canciones napolitanas referidas y de algunas interpretaciones escogidas.
“Core'ngrato”, de Salvatore Cardillo (música) y Riccardo Cordiferro (letra)
Luciano Pavarotti
Otras canciones italianas no propiamente napolitanas han sido igualmente exitosas por su valor melódico, alcanzado también gran difusión. Hay ejemplos significativos que van desde la cinematográfica Parlami d'amore Mariùa la festivalera Volare (Nel blu dipinto di blu), pasando por La Serenata de Tosti, Serenata “Rimpianto”de Toselli o el Concerto d'Automno. Traigo el primer título y dejo enlances a los restantes. ¡Bella Italia!
Escrita para la película Gli uomini, che mascalzoni! (¡Qué sinvergüenzas son los hombres!), de 1932, dirigida por Mario Camerini, debía cantarla un joven Vittorio De Sica que debutaba en el cine como actor (escuchar AQUÍ).
El gran éxito de esta canción hizo que fuese interpretada por grandes cantantes: Gigli, Tavliavini, Lanza, Carreras, Pavarotti... Es una canzone conmovedora, con pequeñas variaciones según versiones. Traigo aquí la de los tres tenores (Luciano Pavarotti, José Carreras y Plcido Domingo), en un concierto en 1998 en París.
Nota.- Existe una grabación de canciones napolitanas y otras italianas a cargo de José Carreras y The English Chamber Orchestra que me satisface enteramente, pero de ella no he hallado muestras en la Red.
El Panis angelicus, un himno escrito por Santo Tomás de Aquino para la Fiesta de Corpus Christi, fue musicado por César Franck (1822-1890), quien creó una emocionante composición para tenor, órgano, arpa, cello y contrabajo. Más tarde el compositor lo incorporó a su Misa a tres voces (Messe à troi voix), en la que da opción a que lo cante una soprano.
Es una pieza tan popular y difundida que ha sido interpretada por muchos cantantes con diferentes acompañamientos instrumentales. Entre los más recientes intérpretes vocales: Luciano Pavarotti (tiene una grabación junto a Sting), Plácido Domingo, José Carreras, Juan Diego Florez, Andrea Bocelli, Renee Fleming…
Aquí traigo una antiquísima grabación del tenor irlandés John McCormack (1884-1945), que se hizo famoso por la interpretación de este himno inmortal, y otra moderna con el bellísimo timbre de Luciano Pavarotti. ¡Pura emoción!
Hemos medicalizado tanto la vida que sólo se considera sana a la persona que no ha sido lo suficientemente estudiada. José A. Mainetti
Sobre la cuestión palpitante de la medicalización de la vida, tan traída y llevada últimamente, preocupante desde las vertientes de salud pública y económica (¡ay, la crisis!), y favorecida por el fenómeno disease mongering ("invención de enfermedades"), encuentro un nuevo destello en ese sanitario faro orientador que es El Supositorio, y una sensata advertencia en ese otro introspectivo que es El Nido del Gavilán, que nos llevan a la intervención de los responsables de eses blogs (Vicente Baos y Enrique Gavilán) en un artículo periodístico y una entrevista de prensa. No, ni la menopausia es una enfermedad, ni la calvicie es peligrosa para la salud, ni la tristeza es depresión que haya que tratar con fármacos.
No tenemos derecho a crear una sociedad hipocondríaca emitiendo continuas alarmas sanitarias (¡las consultas se llenan de enfermos imaginarios!).
No debemos añadirle más problemas al sufriente ser humano.
Y si de la medicalización de la vida todos somos culpables, desde la Administración que no controla los excesos, la Industria Farmacéutica que fabrica medicamentos no siempre necesarios, los médicos que prescriben en demasía, los farmacéuticos que procuran vender sólo en busca de ganancia, los Medios que divulgan interesadamente y los usuarios/consumidores que se dejan manipular, creo que es la Administración –representada en sus organismos sanitarios– la principal responsable, en cuanto permite la publicidad engañosa y financia fármacos de dudosa eficacia (e incluso con alto riesgo de reacciones adversas). Por lo demás, cabe hacer un llamamiento general a la sensatez y al sentido común, en unos tiempos en los que se emplea poco el intelecto.
Ya me dice mi amigo Mariano:
—¡Hemos de procurar una sociedad menos débil y más libre, más sana y menos consumista!
El médico, en el ejercicio de sus funciones profesionales, no está exento de cometer errores; aunque aplique su arte con la mayor pericia y su ciencia con la mayor prudencia. En caso de actuación responsable, se le podría reclamar o demandar, pero en justicia no se le debiera sancionar o castigar. Por el contrario, sería comprensible que se le juzgase en caso de incumplimiento (denegación de socorro) o de cumplimiento negligente, siempre en base a las exigencias que determina la denominada lex artis ad hoc (literalmente, “ley del arte para esto”), uno de los conceptos esenciales para el Derecho Sanitario.
Veamos la definición de lex artis ad hoc propuesta por Luis Martínez Calcerrada, que parece haber tenido trascendencia:
“El criterio valorativo de la corrección del concreto acto médico ejecutado por el profesional de la medicina que tiene en cuenta las especiales características de su autor, de la profesión, de la complejidad y trascendencia vital del acto, y en su caso, de la influencia de otros factores endógenos –estado e intervención del enfermo, de sus familiares o de la misma organización sanitaria–, para calificar dicho acto de conforme o no con la técnica normal requerida.”
Es decir, se ha de valorar la actuación profesional en un determinado acto, en función de las características profesionales y de las circunstancias. Es por ello que la decisión de los jueces deberá basarse en las complejidades que encierra el concepto.
En definitiva, actuar conforme a la lex artis significa hacerlo de modo correcto, conforme a las prácticas médicas aceptadas como adecuadas para tratar a los enfermos en el momento presente –según los actuales conocimientos científicos–, un concepto por definición cambiante con el progreso técnico de la Medicina. Lo contrario sería la malpraxis, o sea no cumplir adecuadamente, no atenerse a la lex artis. La malpraxis puede llevar a un error médico. Pero éste no siempre se produce por una mala práctica, por lo que cuando sucede a pesar de una actuación correcta se habla de “error inevitable”.
La medicina es una actividad apasionante pero también de riesgo. Por mucho celo que se ponga en el ejercicio médico, es imposible no incurrir en errores. Y estos duelen, por muchas satisfacciones que los compensen.
brindando por continuar con buena salud médico-melódica.
¡Gracias por vuestra paciencia y consideración!
Y mientras el ánimo y las ideas no fallen, me propongo seguir tecleando…
Ahora que la máquina de escribir ha perdido su protagonismo, sustituida por el teclado de ordenador, es bueno recordar su pasado esplendor. Y nada mejor que con una obra musical de Leroy Anderson (1908-1975) a ella dedicada: The Typewriter (La máquina de escribir), tanto en la versión cinematográfica (“Lío en los grandes almacenes”, simulando teclear el actor Jerry Lewis) como en concierto (tecleando el percusionista Martin Breinschmid). ¡Disfrutad de los teclistas y de la música!
En esta octava parte presento otras sentencias concisas y frases extraídas de escritos diversos que he convertido mediante el juego del lenguaje en aforismos, considerando lo expuesto en la primera parte. De algunos, dejo constancia de la autoría; de otros no tengo certeza y prefiero dejarlos como anónimos. Comulgando o no con ellos, os dejo otra docena sobre error médico y lex artis:
El error médico puede ser verdadero o atribuido; en este caso el paciente entiende que se ha producido un fallo diagnóstico o terapéutico cuando todo el proceso asistencial ha sido correcto. (Anónimo)
Detrás de muchos errores médicos se encuentra la hostilidad. (F. Borrell Carrió)
La mayoría de las demandas encubren una falta de confianza. (E. Bellido)
Los fallos de los cocineros se tapan con las salsas, los de los arquitectos con flores y los del médico con tierra. (Anónimo)
El error de diagnóstico es la principal causa de demanda en el primer nivel asistencial. (Anónimo)
Se producen más errores en Medicina por no buscar que por no conocer. (J. Gérvas)
Sólo hay responsabilidad objetiva si se viola la lex artis, cuando no se actúa conforme a los conocimientos científicos o técnicos. (Doctrina jurisprudencial)
Si juegas a los médicos hazlo sin pacientes reales. (Anónimo)
La medicina es una profesión de riesgo. (Anónimo)
Ante las actitudes de acoso, los médicos adoptan una postura defensiva que no es conveniente. (Anónimo)
Un médico asustado por posibles responsabilidades judiciales nunca va a ser un buen profesional, porque la medicina defensiva no es buena. (Anónimo)
La solución ante el creciente número de litigios está en una buena praxis y en unos buenos abogados. (Anónimo)
***
El error médico es algo inevitable bajo la condición humana e inadmisible desde la óptica profana. El propio éxito de la Medicina parece volverse contra los médicos, antaño semidioses y hoy simples mortales. Los poderes públicos “venden” los avances tecnológicos puestos al servicio de la población, y ésta asume la infalibilidad de los profesionales. Y para protegerse, los médicos actúan a la defensiva: más pruebas y más coste, sin mayor eficacia. En todo caso, hay error inevitable, impericia, imprudencia y negligencia. Esto último implica una malpraxis, no atenerse a la lex artis, a las prácticas médicas aceptadas como adecuadas para tratar a los enfermos en el momento presente –según los actuales conocimientos científicos–, un concepto por definición cambiante con el progreso técnico de la Medicina.
Las razones para el éxito de la educación en Finlandia (a la cabeza en este apartado) hay que verlas, según los propios docentes de ese país nórdico, en la elevada formación del profesorado, un respeto al docente instaurado en la sociedad, la presencia activa de los padres, la igualdad de oportunidades y un modelo comprensivo, lejos de la autoridad y la disciplina. De modo que en el modelo finlandés, de referencia, el fracaso escolar es muy bajo y pocos alumnos repiten; no se castiga y se premia el esfuerzo. Además, siendo los centros de enseñanza finlandeses públicos y gratuitos prácticamente en su totalidad.
Es de reseñar que el profesor finlandés no necesita un reconocimiento de autoridad regulada por ley, porque la propia ciudadanía ha interiorizado a lo largo de décadas el importante papel de aquellos que educan. Y como curiosidad: no existen expulsiones en caso de conflicto ("para una escuela sería como admitir que lo está haciendo mal"), se llama a la policía y se integra al estudiante en un grupo de enseñanza especial para corregir la conducta disruptiva.
En Hispania, la pretensión actual es devolver la autoridad a los profesores, víctimas de agresiones y tomados como “colegas”, a casusa de progresivas reformas (?) educativas que han otorgado muchos derechos a los alumnos y les han exigido muy poco. En fin… ¿Cuántas décadas necesitaremos aquí para alcanzar a Finlandia? (Si es que su éxito educativo no decae.) Y por correlación, ¿cuánto tiempo habremos de necesitar para alcanzar altas cotas en la atención sanitaria?
No podía dejar de traer a este blog al excelente pianista y buen amigo Alejo Amoedo, permanentemente referenciado en la columna lateral y referido en los artículos sobre las melodías gallegas y Rogelio Groba. Dejo el enlace a su currículum vitae y doy aquí algunas pinceladas biográficas.
Después de formarse en los conservatorios de Pontevedra y Vigo, se especializó en acompañamiento vocal con Miguel Zanetti (1935-2008), que fuera catedrático de la Escuela Superior de Canto de Madrid. Ha ejercido la docencia en diferentes conservatorios, asumido responsabilidades directivas y ocupado jefaturas de departamentos musicales. En la actualidad ejerce como pianista acompañante en el Conservatorio Superior de Música de Vigo y en la Escuela de Altos Estudios de Santiago de Compostela.
Su actividad concertística es muy intensa, acompañando a cantantes y a grupos corales, a dúo con otros instrumentistas y en grupos de cámara. Ha recibido varios galardones y realizado bellas grabaciones. He de decir que me parece un acompañante ideal, porque a su técnica y capacidad une el don de la generosa entrega; estoy convencido de que afianza la seguridad del acompañado, sea quien fuere, para dar lo mejor de sí mismo.
Alejo Amoedo es merecedor de un estudio más extenso. Pero valgan estas pocas líneas como muestra de mi admiración y agradecimiento. Y por supuesto unas ilustraciones audiovisuales de su arte, de las que sin ninguna duda van a disfrutar.
“Pasodoble” de la zarzuela La Chula de Pontevedra, de Pablo Luna y Enrique Brú Alejo Amoedo y la soprano Teresa Novoa
“Romance para trompa y piano”, de Alexander Scriabin Alejo Amoedo y el trompista Pablo Lago Soto
“Negra sombra”, de Juan Montes Alejo Amoedo y el contrabajista Carlos Méndez
Una de las canciones más conocidas del compositor argentino Carlos Guastavino (1912-2000) es La rosa y el sauce (letra de Francisco Silva y Valdés). De esta sencilla y encantadora pieza, traigo dos interpretaciones que me parecen modélicas. Una de madurez del tenor José Carreras, acompañado por el pianista Lorenzo Bavaj, en el Gran Teatro del Liceu de Barcelona. La otra de la soprano Teresa Novoa, acompañada por el pianista Alejo Amoedo, en una grabación de la Radio Gallega realizada en el auditorio de Mondariz Balneario (aunque me deje llevar por el sentimiento patrio, creo que soy objetivo). ¡Que las disfruten!
La rosa y el sauce - José Carreras y Lorenzo Bavaj
La rosa y el sauce – Alejo Amoedo y Teresa Novoa
La rosa se iba abriendo
abrazada al sauce.
El árbol apasionado
la amaba tanto!
Pero una niña coqueta
se la ha robado,
y el sauce desconsolado
la está llorando. ***
Nota.- Otra conocidísima canción de Guastavino: Se equivocó la paloma (letra de Rafael Alberti), un liedque la mayoría conoce en la versión de Serrat.
El suicidio no es sólo el tema mayor de la psiquiatría, sino de la existencia toda en cierto modo.
Dr. Lizardo Cruzado
En este blog he tratado el tema del suicidio (“El suicidio, un acto impactante”), impulsado por los interesantísimos escritos del Dr. Lizardo Cruzado en su bitácora “Desde el manicomio”. Sus analíticas consideraciones y su visión crítica me han hecho reflexionar muchas veces. Y su último artículo en torno a este acto impactante, propiciado por el suicidio del escritor Emilio Salgari (1862-1911), me ha llevado a editar esta entrada como complemento a la previa. No es más que un remedo de su pensamiento y una reproducción de mis comentarios, con una anotación complementaria sobre profesionales de riesgo.
El suicidio ritual y otras formas más profanas
De los diferentes caminos de consumar la muerte voluntaria (ahorcamiento, arma de fuego, envenenamiento, ahogamiento, desangramiento, defenestración, fuego a lo bonzo, harakiri, inanición...), el Dr. Cruzado repara en el seppuku, la vía elegida por el escritor Emilio Salgari (perteneciente a una familia de suicidas), y sus variantes.
“Uno imaginaba a Salgari como el Sandokán de sus libros: siempre triunfador, invicto y arrogante. Salgari desdeñó el pistoletazo, el láudano o la horca. Para su muerte, optó por el seppuku.
Si uno husmea mínimamente en la información acerca del seppuku, más conocido como haraquiri, será sorprendido por la plétora de términos japoneses relacionados a él: chugibara, verbigracia, era el suicidio como muestra de lealtad al señor y kanshi designaba al suicidio como protesta ante un acto injusto efectuado por el superior. Shinju (literalmente, 'dentro del corazón') era el suicidio doble, específicamente de una pareja sentimental, donde debía acontecer primero y caballerosamente el suicidio del amante varón antes que la dama, aunque, si ambos amantes eran varones, el deber imponía simultaneidad. Incluso, muestra de la refinada y para nosotros exótica idiosincrasia nipona, antes del seppuku era bien visto escribir un poema de despedida, el zeppitsu ('última pincelada') o yuigon ('declaración que uno deja atrás').
Cuán diferente a la visión que campea occidental entre nosotros, un sólo suicidio, siempre, y del todo psiquiatrizado.”
Aunque la conducta suicida suele acontecer en individuos con alguna enfermedad psiquiátrica (depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, toxicomanía), adquirida o genéticamente condicionada (como parece ser el caso de Salgari), y desencadenada por diversas situaciones (envejecimiento, enfermedad grave, trauma emocional, duelo patológico, desempleo, ruina económica, meteorotropismo…), siempre me ha parecido que alrededor del suicidio suele girar el monstruo de la soledad. La soledad con todo su cortejo: el abandono, el desprecio, el rechazo, la inseguridad, la inadaptación, el ensimismamiento, el sufrimiento, la desesperación… La soledad del náufrago y la soledad en la muchedumbre. Pero puede que esté en las musarañas y me equivoque.
En una búsqueda exhaustiva de factores favorecedores de suicidio, se han recogido datos epidemiológicos que parecen apuntar a los lunes –generalmente el primer día laboral de la semana– e incluso, rizando el rizo, a viñetas humorísticas.
Conocía algunos datos epidemiológicos sobre el suicido (consumado), con tasas similares o mayores a las de accidentes de tráfico*, que apuntan a factores de riesgo: sexo masculino (en Hispania tasas triples en hombres); estado civil de viudo, separado o divorciado (la cara autodestructiva del maltrato de género para algunos analistas); la estacionalidad de primavera y verano; la situación laboral de desempleo; el medio urbano en jóvenes y el rural en viejos; los antecedentes psiquiátricos (depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia); la toxicidad de drogodependencias y de ciertos fármacos; la situación social de incomunicación y soledad; las enfermedades crónicas discapacitantes y la fases terminales del cáncer; el desarrollo económico (¿el malestar del bienestar?, ¿la marginación engendrada?)… y los determinantes genéticos. Pero no conocía, el día fatídico de la semana: el lunático lunes. Será porque todo comienzo es difícil, conflictivo, dramático y, en el peor de los casos, trágico.
En lo referente a las viñetas humorísticas, reproduzco una selección del texto "El humor y la muerte", del Dr. Lizardo Cruzado:
“Ayer 10 de setiembre fue el Día Mundial de Prevención del Suicidio (…) El suicidio es enormísimo, inagotable tema. Como leíamos en algún afiche, cada 40 segundos se suicida alguien en el mundo: y cada 41 segundos muchos otros empezarán a tratar de encontrar algún sentido a semejante hecho. Por si fuera poco, por cada suicidio consumado se producen más de 25 tentativas francas de tal cometido. (...) irónicas viñetas…
El humor y la muerte, la muerte y el humor, pareja indivisible son: el mayor temor humano y el gran mecanismo de defensa que la desacraliza, la pone en entredicho y la tutea. Inmensos telones de fondo devienen sobre los que proyectamos nuestras iras reprimidas y nuestros más acendrados prejuicios.
¿Podrá creerse que un cómic ha sido acusado de inducir al suicidio? (…) Devanando ideas gratuitas, ¿no representarán de alguna manera aquellos conejitos nuestra propia indiferencia ante el suicidio que luego -maravillosa proyección- nos escandaliza? ¿No graficarán sus peludos y palpitantes cuerpecillos nuestra inerme condición ante la desnuda realidad que cada suicidio nos arroja a la cara violentamente -cada 40 segundos-?”
Valga el humor, aunque sea negro, como antídoto del miedo a la muerte; pero no parece admisible que viñetas humorísticas puedan ser causa de muerte. Parece evidente la multicausalidad del suicidio.
El aumento de la tasa de suicidio es el mejor indicador de infelicidad social.
Medicina, estrés y suicidio
Aquí me detengo en un artículo sobre “Odontología y estrés”, del que extraigo las siguientes conclusiones:
La odontología está catalogada como uno de los ejercicios profesionales más estresantes. La relación interpersonal, el ambiente de trabajo y las condiciones sociales son factores que influyen.
Se considera que los mayores índices de suicidios en salud se deben a odontólogos, psiquiatras y anestesiólogos.
Hay cuatro factores que lo generan: autoeficacia, la facultad y su administración, la sobrecarga de trabajo y la presión para el desempeño.
El nivel de estrés se incrementa al combinar la práctica clínica con la docencia.
Existe evidencia sobre los niveles de estrés en médicos, odontólogos, docentes y conferencistas. Los factores implicados son la baja autonomía, la sobrecarga de trabajo y la pérdida de congruencia entre poder y responsabilidad.
El estrés laboral es un gran problema en países desarrollados pero en algunos casos es mayor por las crisis económicas de cada país.
Se muestra la relación entre estrés de trabajo y la frustración, considerados como los más serios riesgos profesionales en odontología.
Los odontólogos por encima de 18 años de práctica muestran que el mayor factor de ansiedad se relaciona con problemas psicológicos de los pacientes hacia los tratamientos.
Los aspectos psicológicos de la práctica dental tienen gran significado y se requieren más herramientas para aprender a manejar dicha ansiedad y el estrés profesional.
El ambiente laboral es una constante fuente de estrés para el odontólogo por la posibilidad de contagio de enfermedades en el consultorio tales como hepatitis B, VIH, hepatitis C.
La odontología está muy relacionada con el arte, lo que lleva a generar una actitud de perfeccionismo. Hamilton y Schweitzer en 2000 muestran la relación existente entre la idea del perfeccionismo y el suicidio.
Si damos por válidas estas conclusiones aplicadas a la práctica odontológica, podríamos aplicarlas a otros campos profesionales, a fin de controlar el estrés laboral como factor de riesgo. Así que ¡ojo!: cuidado con la sobrecarga de trabajo, la presión laboral, el perfeccionismo…
Sociedad estresante y suicidio
Una sociedad que llaman frívolamente del 'bienestar', en la que aumenta el número de suicidas, mejor debiera llamarse del 'malestar'. Insatisfacción, inseguridad, miedo, intranquilidad, estrés, soledad..., nos llenan de infelicidad. Necesitamos vivir más despacio.
El suicidio es el acto último de un hombre libre. Séneca
Matarse por no morir es ser igualmente necio y cobarde.
Quevedo
El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del hombre, porque indudablemente es más fácil morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras.
Goethe
Abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado.
Napoleón I
Creo que es mejor finalizar en un buen momento y de pie una vida en la cual la labor intelectual significó el gozo más puro y la libertad personal el bien más preciado sobre la Tierra. Stefan Zweig
Los que matan a una mujer y después se suicidan debían variar el sistema: suicidarse antes y matarla después.
R. Gómez de la Serna
No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. (Albert Camus)
A un día de la festividad de los Reyes Magos (epifanía), parece que poco cabe esperar de generosidades sanitarias. Vistas las medidas de contención del gasto y las declaraciones de políticos que tuvieron o tienen responsabilidades, podemos vislumbrar tiempos cicateros en el horizonte de la sanidad, autonómica y estatal. Aunque en Hispania cada comunidad autónoma tiene sus particularidades, la situación parece globalmente preocupante en este periodo crítico. Valga considerar tres asuntos como botones de muestra.
1. La Xunta de Galicia acaba de establecer un “catálogo de fármacos”, con el objetivo de frenar el gasto, a pesar de que el Ministerio de Sanidad (y otros asuntos) haya considerado que no tiene competencias para ello y procedido a recurrir en los tribunales esta medida unilateral.
2. El recientemente nombrado conseller de economía de Cataluña alerta de un excesivo gasto sanitario, califica de "dramática" la situación económica de la sanidad de su comunidad y dice que hay que hacer algo para solucionar este problema.
"Este sistema de financiación (copago) tiene poco de recaudatorio, pero sí sería disuasorio y permitiría al ciudadano compartir la responsabilidad de la gestión de su salud". (Soria)
"Viendo lo que pasa en Europa, donde el copago es una fórmula extendida, no podemos pensar que todos están equivocados y que no podría ser aplicable en España". (Romay)
"El gran problema del modelo español es que se financie todo para todos y además gratis; es lo peor que se puede hacer". (García Vargas)
Y un cuarto sobre la organización:
"Los problemas de eficiencia provienen de un modelo organizativo que es demasiado rígido, burocrático, sin motivación científica y económica para los profesionales" (Romay)
¡Quién lo diría, después de lo visto y pasado! Parece que las mentes políticas se transmutan cuando ya no tienen responsabilidades. Pero observando las intenciones de quienes sí las tienen, todo apunta a que las alforjas de los tres Reyes Magos vendrán vacías... o cargadas de amargo carbón.
Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad. Albert Einstein
Quienes afortunadamente no padecemos ninguna discapacidad y nos quejamos de la imposibilidad de hacer algo, nos sonrojamos cuando comprobamos la voluntad de superación de los que sufren alguna. Entonces nos damos cuenta de que querer es poder.
Hay multitud de personas limitadas por una minusvalía, ya sea física, sensorial o intelectual, que consiguen alcanzar metas impensables para los –en apariencia– enteramente capacitados. Sus ejemplos parecen confirmar la teoría de que el ser humano se supera en las dificultades.
Aunque bien es cierto que las personas discapacitadas no conseguirán hacer frente a sus dificultades sin el ambiente propicio y la colaboración de otros. De ahí la importancia de padres, compañeros, educadores, médicos, psicólogos… en un clima adecuado.
Las sociedades avanzadas han ido propiciando la ayuda a los discapacitados, limitando las barreras, favoreciendo su integración, minimizando la marginalidad, reconociendo derechos. Y todo ello con variaciones en el modo de afrontar los problemas, según la evolución sociológica.
En los últimos años se ha verificado un cambio cultural que hace ver la diferencia con más naturalidad; las claves: información y educación. Se ha ido más allá del mero trueque lingüístico que retrata al ciego de invidente o al paralítico de individuo con movilidad reducida.
En ese sentido se ha conseguido importante logro humano, se ha producido un progreso real. No hay más que pedir cuando una persona ve a otra como semejante, independientemente de sus limitaciones. Es comprensión, no lástima; el paso primero hacia la colaboración.
Sabemos de proezas deportivas de discapacitados y de la celebración de Juegos Paralímpicos. Sabemos de la consecución de titulaciones académicas por deficientes psíquicos. Sabemos de las cotas artísticas alcanzadas por minusválidos físicos. Y de otros triunfos del espíritu humano.
***
TERMINOLOGÍA
Incapacidad, invalidez, minusvalía y discapacidad. Incapacidad e invalidez se solapan, aunque el segundo término se aplica a efectos laborales y de prestaciones económicas. Con minusvalía y discapacidad, sucede otro tanto.
Ya hemos visto aquí un ejemplo de superación personal: el barítono alemán Thomas Quasthoff. Fue una de las víctimas de la talidomida, lo mismo que el del músico que hoy traigo: el nicaragüense Tony Meléndez. Verdaderamente, querer es poder…
Tiempo. Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro.
El paso del tiempo es uno de los temas principales de la poesía, y es preocupación general de los seres humanos. Porque sabemos que la vida es perecedera. «Desde la cima de los cincuenta se vislumbra ya la muerte», escribió Miguel Delibes, tal vez exageradamente, viendo acortarse su futuro. Sin llegar a tal extremo, traemos unos cuantos aforismos y algunos poemas significativos sobre el tiempo y su paso.
El tiempo es la imagen de la eternidad en movimiento. (Platón)
El tiempo no se mide con el reloj, sino con el aburrimiento. (Sófocles)
El tiempo es la cosa más valiosa que el hombre puede gastar. (Teofrasto)
¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. (San Agustín)
Tiempo: lo que los hombres siempre tratan de matar, pero acaba por matarlos. (H. Spencer)
Lo único que realmente nos pertenece es el tiempo: incluso aquel que no tiene otra cosa cuenta con eso. (B. Gracián)
El tiempo es oro. (Refrán)*
El tiempo hace llevaderas las desgracias. (Séneca)
El tiempo libra a los necios de la aflicción y el buen juicio a los sanos. (Epicteto)
El tiempo todo lo cura y todo lo muda. (Refrán)
El tiempo es un gran maestro que arregla muchas cosas. (P. Corneille)
El tiempo, excelente médico de nuestras pasiones. (Montaigne)
El tiempo hace estragos.
El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto. (C. Chaplin)
La única razón para que el tiempo exista es para que no ocurra todo a la vez. (A. Einstein)
In illo tempore –En otros tiempos, hace mucho tiempo. (Loc. latina)
No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho. (Séneca)
Al que tiempo toma, tiempo le sobra. (Refrán)
Sólo falta el tiempo a quien no sabe aprovecharlo. (G. M. de Jovellanos)
Hay que evitar que nos roben los ‘ladrones de tiempo’, sean personas o cosas.
Nunca es tarde si la dicha es buena. (Refrán)
Mejor que disponer de tiempo para obligaciones es poder aprovecharlo para devociones.
*Para aprovechar el tiempo hay que disponer de él. Quien lo tiene y lo aprovecha se diferencia de quien no sabe cómo llenarlo o ‘matarlo’.
—Matar el tiempo*
Mi misión es matar el tiempo y la de éste, matarme a su vez. Se está bien entre asesinos. (E. Cioran)
Quien mata el tiempo no es un asesino, es un suicida. (Millôr Fernándes)
*Expresión que equivale a combatir el aburrimiento. Al parecer viene del mito de Cronos (Saturno), titán que personifica el tiempo, porque su hijo Zeus (rey de los dioses del Olimpo) intentó matarlo.
En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto. (Séneca)
Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo. (Prov. árabe)
El pasado es la única realidad humana. Todo lo que es, es pasado. (A. France)
No sufras por el pasado ni te preocupes por el futuro, sólo disfruta el presente.
Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros. (J. de la Bruyere)
Tiempo pasado, nunca más tornado. (Refrán)
Tiempo ido, tiempo perdido. (Refrán)
El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por que se nos escapa el presente. (G. Flaubert)
El porvenir es un lugar cómodo para colocar los sueños. (A. France)
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy*. La procrastinación es la ladrona del tiempo. (C. Dickens)
Coged las rosas mientras podáis, / veloz el tiempo vuela. / La misma flor que hoy admiráis, / mañana estará muerta... (W. Whitman)
Ni el pasado existe ni el futuro. Todo es presente. (G. Torrente Ballester)
Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora. (J. Lennon)
El mejor profeta del futuro es el pasado. (Lord Byron)
Me gustan más los sueños del futuro que las historias del pasado. (T. Jefferson)
La poesía es un arma cargada de futuro. (G. Celaya)
Proyectos de futuro: a largo plazo**, a corto plazo.
*Dicho relacionado con prontitud (rapidez) y lentitud (tardanza).
**Expresión clásica de proyecto a largo plazo: «Largo me lo fiáis».
—Las horas y el reloj
Las horas son largas y la vida es corta. (F. Fénelon)
El placer y la acción hacen aparecer breves las horas. (Shakespeare)
Las horas que limitando están los días, / los días que royendo están los años. (Góngora)
Nuestras horas son minutos / cuando esperamos saber, / y siglos cuando sabemos / lo que se puede aprender. (A. Machado)
Las horas canónicas marcan la vida religiosa.*
El reloj nunca marca las horas para los dichosos. (F. Schiller)
El reloj no existe en las horas felices. (R. Gómez de la Serna)
*Horas canónicas: división del tiempo que seguía el ritmo de los rezos religiosos de los monasterios. Cada hora indica una parte del oficio divino (liturgia de las horas), es decir, el conjunto de oraciones pertinente a esa parte del día.
+Temática de la brevedad de la vida y del carpe diem. La vida es corta y hay que aprovecharla. Uno de los tópicos literarios es el Collige, virgo, rosas (coge, muchacha, las rosas), originado en el Renacimiento, que invita a disfrutar de la belleza de la juventud, porque el tiempo pasa inexorablemente.
—En «A las vírgenes, para que aprovechen el tiempo», Herrick habla del paso veloz del tiempo y, como Horacio («Carpe diem»), recomienda aprovecharlo.
—En «Aprended, Flores, en mí», de Góngora, el yo poético le dice a Flores [marqués de Flores de Dávila] que, después de todo, por el deterioro que produce el paso del tiempo, ya no es ni la sombra de lo que fue, para que tome nota y aprenda de su caso. Y en «De la brevedad engañosa de la vida» expresa lo inevitable:
Mal te perdonarán a ti los las horas,
las horas que limando están los días,
los días que royendo están los años.
—Horacio aconseja aprovechar el tiempo, el día: «Carpe diem».
Abraza el día y dale el mínimo crédito al futuro.
—Hay quien relaciona «El pasado efímero» con las «Coplas a la muerte de don Guido», del propio Antonio Machado (v. AQUÍ). Así comienza y acaba:
Este hombre del casino provinciano
que vio a Carancha recibir un día,
tiene mustia la tez, el pelo cano,
ojos velados por melancolía;
(...)
Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
sino de nunca; de la cepa hispana
no es el fruto maduro ni podrido,
es una fruta vana
de aquella España que pasó y no ha sido,
esa que hoy tiene la cabeza cana.
—Igual que Horacio, Garcilaso aconseja aprovechar el tiempo.
—En el reloj de Valle-Inclán se suceden las horas de cada cosa y de cada cual: la hora de los enigmas, de la paloma, de la culebra, de la gallina, de la doncella, de la lechuza, de la raposa, del alma en pena, del lubricán (crepúsculo).
Es la hora del lubricán:
acecha el mochuelo en el pino,
el bandolero en el camino,
y en el prostíbulo Satán.
¡Es la hora del lubricán!
*Nicanor Parra repara en la subjetiva velocidad del tiempo.
**Borges habla de los límites del espacio y del tiempo.
Creo en el alba oír un atareado
rumor de multitudes que se alejan;
son los que me han querido y olvidado;
espacio y tiempo y Borges ya me dejan.
***A. Machado expone su pensamiento filosófico sobre el tiempo a través de Abel Martín, uno de sus dos apócrifos o heterónimos (el otro es Juan de Mairena).
De la brevedad engañosa de la vida, Luis de Góngora