¡Oh amigos, dejemos esos tonos!
¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría!
¡Alegría! Alegría!
Friedrich Schiller, Oda a la alegría
De la Oda a la alegría (An die Freude) del poeta alemán Friedrich Schiller (1759-1805), el compositor y compatriota Ludwig van Beethoven hizo una selección para el cuarto y último movimiento de su Sinfonía nº 9 “Coral”. [El texto original y su traducción a varios idiomas pueden consultarse AQUÍ.] El preludio fue adoptado como himno europeo en 1972.
En la mañana de Navidad de 1989, año de la caída del muro de Berlín, Leonard Bernstein realizó en esa ciudad una interpretación de la 9ª sinfonía, al frente de una orquesta especial para la ocasión formada por miembros de otras, dos alemanas (del este y del oeste), una rusa, una norteamericana, una francesa y una británica: Staatskapelle de Dresde, Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera y Coro, Orquesta del Teatro Kirov de Leningrado, Orquesta Filarmónica de Nueva York, Orquesta de París y Orquesta Sinfónica de Londres, además del Coro de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín. Con las voces solistas de June Anderson, Sarah Walker, Klaus Konig y Jan-Hendrik Rootering. De esta interpretación, traigo aquí la introducción a la famosísima Oda a la alegría:
***
Sonreír con la alegre tristeza del olivo.
Esperar. No cansarse de esperar la alegría.
Sonriamos. Doremos la luz de cada día
en esta alegre y triste vanidad del ser vivo.
M. HERNÁNDEZ
–Lectura AQUÍ
ANEXO: POEMAS SOBRE LA ALEGRÍA (Felicidad, Dicha, Disfrute, Optimismo)*
¡Aleluya!, Rubén Darío
Canción primaveral, Federico García Lorca
Donde fuiste feliz alguna vez, Félix Grande [y AQUÍ. Análisis AQUÍ]
Fabulita, Joaquín María Bartrina –ciencia
Hoy la tierra y los cielos me sonríen... (Rima XVII), Gustavo Adolfo Bécquer –amor
La gran alegría, Pablo Neruda
La risa, Concha Méndez
Llegué por el dolor a la alegría, José Hierro –dolor
Me dijo una tarde, Antonio Machado
Navacerrada, abril, Pedro Salinas –automóvil
Oda a la alegría (An die Freude), Friedrich Schiller [Wiki]
Pascua de Resurrección, Antonio Machado
____
*Incluyendo: Risa y Sonrisa.
Donde fuiste feliz alguna vez
no debieras volver jamás: el tiempo
habrá hecho sus destrozos, levantando
su muro fronterizo
contra el que la ilusión chocará estupefacta.
F. GRANDE
–Lectura AQUÍ
Anímate con el día y comienza de nuevo.
(Take heart with the day, and begin again.)
S. COOLIDGE, Nueva cada mañana
–OPTIMISMO, Entusiasmo, Esperanza, Ilusión
A la esperanza, Lupercio Leonardo de Argensola
Busco en la muerte la vida, Miguel de Cervantes [Don Quijote]
La esperanza es la cosa con plumas, Emily Dickinson* [y AQUÍ]
Los que a través de sus lágrimas, Rosalía de Castro** [y AQUÍ]
Mignon (“¿Conoces el país donde florece el limonero…?’’), Johann W. von Goethe
Nueva cada mañana (New Every Morning), Susan Coolidge
Salutación del optimista, Rubén Darío***
Sonreír con la alegre tristeza del olivo, Miguel Hernández
Sursum corda, Gregorio Marañón****
Vamos bebendo, Rosalía de Castro
____
*En una poeta oscura, retraída y solitaria como Emily Dickinson (1830-1886), que pasó gran parte de su vida recluida en una habitación y cuyos poemas fueron en la mayoría publicados tras su muerte, no deja de sorprender este poema esperanzado.
La esperanza es esa cosa con plumas
que se posa en el alma,
que entona su melodía sin palabras,
y nunca se detiene ante nada...
Hope is the thing with feathers
That perches in the soul,
And sings the tune without the words
And never stops at all...
–Mujer solitaria, Emily Dickinson creció en un ambiente puritano y pasó gran parte de su vida recluida en una habitación de la casa de su padre.
–En vida publicó sólo cinco poemas de modo anónimo y tras su muerte se rescataron unos 1800 poemas suyos, todos breves; numerados, se agrupan en cuatro apartados: La vida, La naturaleza, El amor, El tiempo y la eternidad.
–Poemas escogido: «El cerebro» [v. Poemas sobre el pensamiento].
**«Los que a través de sus lágrimas», Rosalía de Castro (1837-1885), es un largo y soberbio poema, en seis partes, un emotivo canto de optimismo.
I
Los que a través de sus lágrimas,
sin esfuerzo ni violencia,
abren paso en el alma afligida
al nuevo placer que llega…
(…)
...y, en fin, todos los dichosos,
cuyo reino es de este mundo,
y dudando o creyendo en el otro
de la tierra se llevan los frutos…
(…)
—Cada cual en silencio devore
sus penas y sus afanes
—dicen—, que es de animosos y fuertes
el callar, y es la queja cobarde.
(…)
¡Poeta!, en fáciles versos,
y con estro que alienta los ánimos,
ven a hablarnos de esperanzas,
pero no de desengaños.
II
¡Atrás, pues, mi dolor vano con sus acerbos gemidos
que en la inmensidad se pierden, como los sordos bramidos
del mar en las soledades que el líquido amargo llena!
¡Atrás!, y que el denso velo de los inútiles lutos,
rasgándose, libre paso deje al triunfo de los Brutos,
que asesinados los Césares, ya ni dan premio ni pena...
(…)
III
¡Pensamientos de alas negras!, huid, huid azorados,
como bandada de cuervos por la tormenta acosados…
(…)
Allí, donde nunca el llanto los párpados enrojece,
donde por dicha se ignora que la humanidad padece…
(…)
Frescas voces juveniles, armoniosos instrumentos,
¡venid!, que a vuestros acordes yo quiero unir mis acentos
vigorosos, y el espacio llenar de animadas notas,
y entre estatuas y entre flores, entrelazadas las manos,
danzar en honor de todos los venturosos humanos
del presente, del futuro y las edades remotas.
IV
Y mi voz, entre el concierto de las graves sinfonías,
de las risas lisonjeras y las locas alegrías,
se alzó robusta y sonora con la inspiración ardiente
que enciende en el alma altiva del entusiasmo la llama,
y hace creer al que espera y hace esperar al que ama
que hay un cielo en donde vive el amor eternamente.
(…)
V
(…)
Y con agudos silbidos y entre sonrisas burlonas,
renegaron de mi numen y pisaron mis coronas,
de sus iras envolviéndome en la furiosa tormenta;
y sombrío y cabizbajo como Caín el maldito,
el execrable anatema llevando en la frente escrito,
refugio busqué en la sombra para devorar mi afrenta.
VI
No hay mancha que siempre dure, ni culpa que perdonada
deje de ser, si con llanto de contrición fue regada…
(…)
Y a mi corazón le dije: «Si no es vano tu ardimiento
y en ti el manantial rebosa del amor y el sentimiento,
fuentes en donde el poeta apaga su sed divina,
sé tú mi musa, y cantemos sin preguntarle a las gentes
si aman las alegres trovas o los suspiros dolientes,
si gustan del sol que nace o buscan al que declina».
–Lectura AQUÍ [muy post.: 2025]
–Perteneciente al último gran poemario de Rosalía: En las orillas del Sar, no hemos podido a resistirnos a reproducir muchos de sus intensos y emotivos versos.
***«Salutación del optimista», de Rubén Darío (1867-1916), es una llamada a la unión hispanoamericana, un canto hermanado bajo el espíritu de la Hispanidad.
****Sursum corda (arriba corazones): expresión lat. en prefacio de misa cristiana.
Busco en la muerte la vida,
salud en la enfermedad,
en la prisión libertad,
en lo cerrado salida
y en el traidor lealtad.
CERVANTES
–Lectura AQUÍ
Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda,
espíritus fratemos, luminosas almas, ¡salve!
(...)
Únanse, brillen, secúndense tantos vigores dispersos;
formen todos un solo haz de energía ecuménica.
Sangre de Hispania fecunda, sólidas, ínclitas razas,
muestren los dones pretéritos que fueron antaño su triunfo.
RUBÉN DARÍO, Salutación del optimista
Salutación del optimista, Rubén Darío
Sin palabras...sencillamente genial, apoteósica esta Oda a la Alegría de la 9º Sinfonía como todas las del genial compositor.
ResponderEliminarNo hay nada de Beethoven que no me guste y daría lo que fuera por asistir a un expectáculo de esta magnitud en directo. Creo que lloraría de emoción.
Sí, querida Annun, es una creación fascinante y única. Beethoven arropó musicalmente los versos de Schiller, un emocionante canto de libertad, enalteciéndolos todavía más con su aliento melódico. Es la culminación de la inmensa obra del genio de Bonn.
ResponderEliminardiría Kant: esta obra no es linda, es SUBLIME
ResponderEliminarYo pienso lo mismo, Flavia. Un saludo.
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