Gogol, que fue el impulsor hacia la modernidad de la literatura rusa, escribió este cuento extraño, humorístico y surrealista antes de que el surrealismo existiera, y desde entonces ha estado intrigando a todos aquellos que lo han leído.
Escritor ucraniano en lengua rusa, inicia la narrativa realista que pronto habrán de continuar Iván Turguéniev, Leon Tolstói y Fiódor Dostoievski. En San Petersburgo, siendo profesor universitario de historia, conoció a Alexander Pushkin, con quien colaboró en varias publicaciones literarias, por cuyo éxito decidió dedicarse a la literatura. Escribió el poema épico Taras Bulba, sobre un héroe cosaco, la comedia El inspector, sátira de la corrupción burocrática, la novela Almas muertas, su obra más importante, cuadro sarcástico de la Rusia feudal, y El abrigo, cuento de enorme influencia en la literatura rusa. Cuando escribía la segunda parte de Almas muertas, una crisis espiritual lo llevó a peregrinar a Jerusalén, y al borde de la locura, poco antes de morir quemó el manuscrito.
«La peste escarlata» plantea una situación creíble: en 2013 aparece una enfermedad rápidamente contagiosa que acaba con la mayor parte de la población del mundo. La sociedad occidental se desmorona, por culpa de la muerte, la sospecha y el miedo. Los medios de comunicación y de transporte desaparecen, y la única manera de sobrevivir es el aislamiento más extremo. Aquellos que logran protegerse de la enfermedad se convierten en los únicos supervivientes, reducidos a la barbarie. Solo los más fuertes pueden aprovechar los escasos recursos que quedan, y la mayoría se dedica a la guerra y la destrucción gratuita. Un antiguo profesor universitario, que una vez se llamó James Howard Smith, les cuenta a sus nietos cómo apareció la peste escarlata, mientras ellos buscan algo que comer en la playa de San Francisco por la que vagan. Aunque la explicación le resulta difícil, ya que han desaparecido conceptos como el dinero, la numeración, la ciencia e incluso el propio lenguaje, del que no quedan más que unas pocas palabras útiles. No existen la religiosidad, la abstracción teórica o el legado de futuro. La Humanidad de ese mundo futuro existe tan solo para el ahora: la comida, las pieles de animales con las que abrigarse y la manera de defenderse de las bestias, que se han vuelto muy abundantes y peligrosas. Y a pesar de todo, el profesor Smith sueña con un nuevo progreso, que él ya no verá.
Este párrafo es parte de la reseña crítica de Gabriel Romero de Ávila, joven escritor y amigo, del relato apocalíptico de Jack London, escritor aventurero, cuya vida se proyecta en sus relatos y novelas de aventuras. En La peste escarlata (The Scarlet Plague, 1912), London sale de su línea habitual e imagina la posibilidad de una epidemia incontrolable y devastadora. Una epidemia de peste que hace que las víctimas adquieran un color rojo escarlata. ¡Que esta peste no se haga realidad!, como lo fue la peste negra (calificativo debido al color negro de manchas, bubones y gangrena en dedos de manos y pies).
A destacar: Diario del año de la peste (1722) de Daniel Defoe, La peste (1947) de Albert Camus, El amor en los tiempos del cólera (1986) de Gabriel García Márquez, Ensayo sobre la ceguera (1995) de José Saramago.
Valga una comunicación médica rigurosa y diáfana (benefactora) frente a otra inconsistente y confusa (perniciosa). Y a ser posible, concisa (en otra entrada propugnábamos una comunicación médica clara y breve) y afable.
Nuestro enfoque es el mismo para la educación sanitaria, en el ámbito de la salud, en las escuelas o en los medios de comunicación. Incrementar el nivel de salud de individuos y colectividades es el sano objetivo.
Pero habiéndose hecho todo lo contrario durante décadas —y sumándose un problema educativo general que ha ocasionado la pérdida del sentido común—, ahora nos llevamos las manos a la cabeza por el negativo efecto.
La gente viene al médico para TODO.
Pero esto no ha ocurrido de forma espontanea, es el «esfuerzo» de varias décadas. La infantilización social es multifactorial pero el mensaje médico ha sido persistente en unas cosas y en otras confuso
Ya sabes...be careful what you wish. https://t.co/L6bTAMJQUL
La educación sanitaria, o educación para la salud, precisa habilidades. Es el modo de promoción de la salud, que puede realizarse mediante los diferentes medios de comunicación. Y la televisión es uno de ellos, el medio por excelencia en cuanto a su alcance: llega a más personas que los otros (folletos, prensa, radio, internet).
Frente a casos nefastos de educación sanitaria televisa, tenemos otros que por sus cualidades (rigor, claridad) y talante (buen humor) son dignos de aplauso.
Por otra parte, con independencia de errores comunicativos y educativos, o gracias a ellos, la educación sanitaria ha evolucionado desde un modelo de participación subordinada hasta otro de participación plena.
Todavía no les es permitido a las mujeres escribir lo que sienten y lo que saben.
ROSALÍA DE CASTRO, La hija del mar (prólogo)
Con todas las dificultades de la
mujer en el mundo literario, un territorio marginal como Galicia cuenta con
tres autoras que marcan otros tantos hitos. Las nombramos por orden
cronológico: Concepción Arenal (1820-1893), escritora realista y pionera del
feminismo hispano; Rosalía de Castro (1837-1885), poeta precursora, junto a
Bécquer, de la lírica moderna hispana; y Emilia Pardo Bazán (1851-1921), novelista,
ensayista, dramaturga, etc., introductora del Naturalismo en España, autora,
entre otras obras, de Los pazos de Ulloa,
La madre naturaleza y centenares de
cuentos. Son tres nombres importantes pertenecientes a épocas en las que el
papel de la mujer en la cultura era irrelevante, y además pertenecientes a una
comunidad (antes región) totalmente olvidada. Pero ahí está su obra, lo
suficientemente importante —a pesar de todos los obstáculos— para que sus
nombres se perpetúen. Y el de Rosalía es aquí el que nos atañe.
¡Necio afán el de la gloria póstuma, cuyo ligero soplo pasará como si tal cosa sobre el esparcido polvo de tus huesos! Cuídate de lo presente y deja de pensar en lo futuro, que ha de ser para ti como si no existiese.
ROSALÍA DE CASTRO, El caballero de las botas azules
APUNTE BIOGRÁFICO Y VALORATIVO DE ROSALÍA DE CASTRO
Rosalía de Castro (Santiago de
Compostela, 24 de febrero de 1837 - Padrón, 15 de julio de 1885), poetisa y
novelista, comenzó escribiendo en castellano y acabó haciéndolo también en este
idioma, aunque su fama procede mayormente de sus dos poemarios en lengua
gallega. Se ha dicho que su personalidad y su sentimiento vital son fruto de
sus orígenes. Hija ilegítima de un sacerdote, José Martínez Viojo, y registrada inicialmente en el HospitalReal de Santiago de Compostela como hija de padres desconocidos, vivió su
primera infancia con dos hermanas suyas, Teresa y María Josefa Martínez Viojo,
en Ortoño, aldea próxima a Santiago, supuestamente bajo los cuidados indirectos
del padre. No se sabe con exactitud cuándo se hizo cargo de ella la madre, María
Teresa de la Cruz de Castro y Abadía, hidalga de escasos bienes, pero sí que en algún
momento se la llevó a vivir con ella a Padrón y que en 1853 se trasladaron a Santiago.
En el invierno de 1853, contando
Rosalía dieciséis años, hubo una sonada hambruna en Galicia de la que
Compostela no se libró. Poco antes, en septiembre, había ido a Muxía en
compañía de Eduarda Pondal, hermana del poeta de nombre homónimo, siendo
víctimas ambas de una epidemia de fiebre tifoidea; Rosalía superó la enfermedad
y Eduarda falleció (su obligada convalecencia en Muxía le permitiría recoger información para la ambientación de la novela La hija del mar). Al año siguiente, en 1854,
habría de saber de la epidemia de cólera que produjo en A Coruña casi 6.000
muertos, en una ciudad de unos 20.000 habitantes. Estos impactantes sucesos
seguramente dejarían huellas indelebles en el espíritu de la escritora.
Por otra parte, parece que su madre se preocupó de que
adquiriese una buena formación (recibió clases de música, francés y dibujo), en un tiempo de analfabetismo y
de difícil acceso de la mujer a la cultura; con precocidad, a los doce años, escribió
sus primeros versos; y ya siendo escritora reconocida, la muerte de su madre en
1862 habría de inspirarle un hermoso poema: A mi madre. Con todo, como mujer, encontró
muchas dificultades en su aspiración artística. Quizás haya que buscar las claves en su decisión y el contacto
con el ambiente literario del compostelano Liceo de la Juventud (frecuentado por Aurelio Aguirre y Eduardo Pondal, poetas y
estudiantes, respectivamente de Derecho y Medicina), que le habría de servir de acicate. Y su encuentro en Madrid
con Manuel Murguía (1833-1923), historiador, escritor y galleguista, con quién
se casó en 1858, fue
decisivo para su carrera literaria; junto a él, llevaría una vida itinerante.
El matrimonio tuvo siete hijos: Alejandra,
Aura, los gemelos Gala y Ovidio, Amara, Adriano Honorato —que murió trágicamente
al caerse de una mesa— y Valentina, que nació muerta. La muerte de Adriano
sumió a Rosalía en un hondo pesar que habría de expresar poéticamente («Era apacible el día / y templado el ambiente, / y llovía, llovía / callada y
mansamente; / y mientras silenciosa / lloraba yo y gemía, / mi niño, tierna
rosa, / durmiendo se moría»). Imaginamos su fortaleza de carácter y su atrevimiento atemperados por su humildad y su exquisita
sensibilidad, en una mujer que refiere las contrariedades de una vida
desasosegada y una salud endeble.
Establecieron definitivamente su
hogar en Padrón, la villa de su madre, bañada por el río Sar, fuente de buena
parte de su inspiración; lo mismo que el mar, que tanto la atraía y la llamaba
a su encuentro, circunstancia que ha dado lugar a diversas interpretaciones de
índole psicoanalítico. La casa de A Matanza, en la aldea del mismo nombre, en
Padrón, donde pasó sus últimos años y murió, a los 48 años, es hoy Casa-Museo Rosalía de Castro. Aunque antes de morir, consumida por un cáncer de útero,
quiso ver el mar por última vez, y se instaló en Carril, en la ría de Arosa. El
mar, siempre el mar… Fue enterrada en el cementerio de Santa María de Iria,
Padrón. En 1891 sus restos fueron trasladados al Panteón de Galegos Ilustres
de San Domingos de Bonaval, en Santiago de Compostela.
OBRA ROSALIANA
Pero lo más importante
de Rosalía es su valiosa obra. En su momento, fue tal la repercusión popular de
su poesía en gallego que, hasta hoy, Rosalía ha quedado como símbolo del pueblo
gallego; la musicalidad de sus poemas llamó la atención de algunos compositores,
que la revistieron de melodías y favorecieron su difusión. Sin embargo, su obra
no se limita al terruño, sino que tiene una aspiración universal. No olvidemos
que está considerada la precursora de la poesía española moderna, junto con
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870), a quien llegó a conocer en Madrid a través
de Murguía. De ser ignorada en el ámbito literario, despertó la admiración de
escritores tan significativos como Azorín, de la Generación del 98, o Juan
Ramón Jiménez.
Rosalía de Castro
merece ser leída, en gallego y en castellano; es suficiente su calidad
literaria y su mensaje, frutos de una cautivadora figura, inteligente, culta y
sensible, que aborda temáticas trascendentes de índole filosófica y que entona un canto de libertad.
En un poema
polemiza sobre un tópico con ironía: «Daquelas que cantan as pombas i as frores
/ todos din que teñen alma de muller. / Pois eu que n'as canto, Virxe da
Paloma, / ¡ai!, ¿de qué a teréi?». Pero por encima de la poesía social,
patriótica, religiosa, costumbrista o intimista, es poeta que toca el alma y la
embellece. Aun en la insatisfacción de quien busca y no encuentra aquello que
le colme, ella consiguió en parte lo que quería, quedando así, de algún modo,
liberada. Rosalía merece ser leída independientemente de discutibles
clasificaciones y más allá de visiones puramente nacionalistas o feministas. Entonces,
libres de limitadores encorsetamientos, comprobaremos por qué merece ser
reverenciada.
PRODUCCIÓN LITERARIA E HITOS DE ROSALÍA DE CASTRO
En 1856, después del sonado Banquete de Conxo (acto de confraternidad entre trabajadores y estudiantes), se trasladó a Madrid. Se duda si fue en busca de gloria literaria, por ser mujer alejada de vanidades, pero allí, tras recibir una crítica favorable de Manuel Murguía, su futuro marido,vio la luz su primer
poemario:La Flor (1857), escrito en castellano y publicado. Después publicó el artículo Lieders(1858), inspirado en el poeta Heinrich Heine, reivindicativo del canto y de las formas poéticas populares, y considerado hoy el primer manifiesto feminista de
Galicia. Le siguieron dos novelas: La hija del mar(1859), novela folletinesca un destacable prólogo (reivindica los derechos de la mujer en la vida intelectual y cita predecesoras destacadas del mundo de las artes y la política), y Flavio (1861), de mayor penetración psicológica y fuerza creadora, aunque se le señala cierta debilidad estructural. En 1863 publicaría A mi madre, un largo y sentido poema en castellano, y llegaría su primer poemario en lengua gallega: Cantares gallegos (1863).
Cantares gallegos es una prueba y un desafío que se había marcado para ennoblecer una lengua despreciada desde la época medieval, cuando los trovadores galaico-portugueses impulsaran la lírica peninsular, y una tierra maltratada por gentes de otros lugares. Podríamos decir que se trata de una rebelión individual, pacífica e incruenta. Rosalía dedicó esta obra a la escritora Fernán Caballero, por haber sido, al menos, respetuosa con su tierra. Iba a ser prologada por el escritor y político Nicomedes Pastor Díaz (1811-1863), pero falleció poco antes sin haber llevado a cabo su propósito. Su título derivó de El libro de los cantares del vizcaíno Antonio de Trueba. En cuanto al contenido, nuestra escritora no podía estar al margen del movimiento nacionalista europeo —tan marcado en la música—, en pleno Romanticismo europeo, que bebía del folclore propio, de la esencia popular de cada nación. Tras cuatro siglos de oscurantismo, ya en el siglo XIX, Rosalía inicia con esta obra (interpretada como un logrado canto colectivo) la revitalización de la lengua gallega y, de este modo, el Rexurdimento literario; es una de sus figuras clave, junto a Eduardo Pondal (1835-1917) y Curros Enríquez (1851-1908), sin olvidar a Manuel Murguía. Cantares gallegos, un verdadero canto a Galicia, un homenaje a su tierra y a sus gentes, supuso un hito, marcando un antes y un después. Humildemente, prologa su obra confesando el atrevimiento de un «pobre ingenio», y contundentemente expresa, con despecho o, mejor dicho, desahogo, su declaración de intenciones: mostrar a los ignorantes la belleza y las bondades de una tierra injustamente vilipendiada. Y al comienzo del libro hay un prólogo poético: «Cantarte hei Galicia…». Según Carballo Calero, es una obra fundamentalmente épica, más que lírica; una epopeya popular con héroes populares individuales. Su temática es costumbrista, amorosa, intimista, social y patriótica. Los Cantares fueron aclamados como una obra maestra. Y la fecha de su edición, 17 de mayo (día, por cierto, del aniversario de Manuel Murguía), ha quedado instituido como «Día das letras galegas».
Cantarte hei, Galicia,
teus dulces cantares,
que así mo pediron
na beira do mare.
Cantarte hei, Galicia,
na lengua gallega,
consolo dos males,
alivio das penas.
(De Cantares gallegos)
Una segunda edición de los Cantares habría de editarse en 1872, revisada y corregida por la autora, que además le añadió cuatro poemas. Es la que ha de tenerse por definitiva. Rosalía le hizo una dedicatoria a la Sociedad de Beneficencia de los Naturales de Galicia de La Habana, creada el año anterior. Sin duda, su primer poemario en gallego había alcanzado gran popularidad en Cuba, a donde tantos gallegos marchaban.
En 1864 dio a la luz un cuento en lengua gallega: Conto gallego. Y de 1866 datan el artículo Las literatas, el cuadro costumbrista El cadiceño, con una buena carga satírica y diálogos en castrapo, y la novela Ruinas, mejor valorada que las dos anteriores, un cuadro costumbrista de humor satírico. Seguidamente, mostrando una indudable vocación de narradora, publicó su cuarta novela: El caballero de las botas azules (1867), la más valorada por la crítica de sus cinco novelas, todas en castellano; una fantasía satírica calificada por la autora de «cuento extraño». Y ya en 1880, tras trece años de «silencio» (es de suponer que seguiría escribiendo), publicaría su segundo poemario en gallego: Follas novas.
Follas novas es una obra más profunda que
los Cantares, llena de elementos
simbólicos; las sombras y el mar recorren este impresionante poemario, donde Galicia
es sólo la ocasión, aunque siempre el fondo del cuadro, y así lo dice ella,
frente a los Cantares, donde era el
objeto, el alma entera. Está estructurada en cinco partes o libros: I. Vaguedás,
II. Do íntimo, III. Varia, IV. Da terra, V. As viudas dos vivos e as viudas dos
mortos. En Follas novas se manifiesta
el yo personal de la autora, pleno de sinceridad, de autenticidad. Además, esta
obra cimera tiene múltiples registros, fluctuando desde un tono pesimista o
angustiado a otro enérgico o reivindicativo, sin dejar de revelar un sutil
humorismo, y alberga una gran variedad versificadora. Escrito, según refiere la
autora en el prólogo, «en el desierto de Castilla» (concretamente en Simancas, donde Murguía trabajó como archivero),
pero pensado y sentido en las soledades de la Naturaleza y de su corazón. Impregnado
de ontológica saudade y no exento de humor —de un humor fino, sutil—, aflora en
él el amor a la tierra, el lamento por el infortunio de aldeanos y marineros,
de la gente trabajadora, y el drama de la emigración que separa las almas. Con
humildad, se pregunta para qué escribe, si está todo dicho. Y lanza sus «hojas nuevas», que —dice— mejor se dirían viejas y últimas,
pues anuncia que, cumplida la deuda que creía tener con su tierra, difícil será
que vuelva a escribir versos en la lengua materna.
Ben sei que non hai nada
novo en baixo do ceo,
que antes outros pensaron
as cousas que ora eu penso.
E ben, ¿para que escribo?
E ben, porque así semos,
relox que repetimos
eternamente o mesmo.
(De Follas
novas)
En 1881 saldrían varias publicaciones suyas: El primer loco, una novela romántica de tipo psicológica, también
etiquetada de «cuento extraño», que
muestra a una Rosalía que sigue anclada en el Romanticismo, ignorante de la
nueva corriente del Realismo; Padrón y las inundaciones y El domingo de ramos (Costumbres gallegas), artículos
ambos, en el segundo resultó muy polémico, al referir la autora la costumbre
que existía en el litoral gallego de ofrecer una mujer de la familia a
cualquier marinero recién arribado.
Y en 1884 publicaría su gran
poemario en castellano, su obra maestra en lengua española: En las orillas del Sar, injustamente olvidado, o no reconocido como
merece, al que algunos estudiosos —Azorín incluido— colocan a la cabeza de la
lírica española del siglo XIX. Continúa el lirismo de Follas novas y amplía las innovaciones métricas iniciadas en que
había iniciado en este libro; señaladamente, la combinación del verso
endecasílabo con el octosílabo. En las
orillas del Sar es considerado por Alonso Montero como un tratado de
desolación, porque nadie en su siglo escribió versos más desazonadores, más
desolados, de más radical abatimiento, replegada sobre sí misma, en su «morada
oscura, desmantelada y fría». El libro está dividido en las diez partes: Orillas
del Sar, Margarita, Los tristes, Los robles, ¡Volved!, Las canciones que oyó la
niña, La canción que oyó en sueños el viejo, Santa Escolástica, A la luna y Las
campanas.
Ya que de la esperanza,
para la vida mía,
triste y descolorido ha
llegado el ocaso,
a mi morada oscura, desmantelada
y fría
tornemos paso a paso,
porque con su alegría
no aumente mi amargura
la blanca luz del día.
(De En las orillas del Sar)
Además, podríamos señalar poemas sueltos, entre ellos el titulado A la memoria del poeta gallego Aurelio Aguirre, poeta muerto prematuramente ahogado en el mar que tanto había
atraído a Rosalía, y que algunos tienen por su primer amor. Pero, en
definitiva, según Carballo Calero, son cuatro los libros fundamentales que se
conservan de Rosalía de Castro: Cantares
gallegos y Follas novas para la
literatura gallega. El caballero de las
botas azules y En las orillas del Sar para
la literatura castellana o española.
Finalmente, nos apropiamos de un
resumen cronológico de las obras de Rosalía, el de Marina Mayoral que figura en
la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes —en el que sin embargo faltan algunas
piezas menores— y resaltamos las esenciales.
La Flor (poesía), Madrid
1857.
La hija del mar (novela), Vigo 1859.
Flavio (ensayo de novela),
Madrid 1861.
A mi madre (poesía), Vigo 1863.
Cantares
gallegos (poesía),
Vigo 1863.
El cadiceño (cuadro costumbrista),
Lugo 1866.
Ruinas (novela), Madrid
1866.
El
caballero de las botas azules (novela), Lugo 1867. Su prólogo
dialogado lleva por título «Un hombre y una musa».
Follas novas (poesía), Madrid 1880.
El primer loco (novela), Madrid
1881. Lleva al final un cuadro de costumbres: «El domingo de Ramos».
En
las orillas del Sar (poesía), Madrid 1884.
BIBLIOGRAFÍA SOBRE ROSALÍA DE CASTRO
ALONSO MONTERO, Xesús: Rosalia de Castro. Madrid: Ed. Júcar, 1972.
CARBALLO CALERO, Ricardo: Introducción a «Cantares gallegos». Madrid: Ed. Cátedra, 1989.
CARBALLO CALERO, Ricardo: Sobre el sentido de las innovaciones métricas de Rosalía de Castro. 1616: Anuario de la Sociedad Española de Literatura General y Comparada, Vol. IV (Año 1981), pp. 45-52. Disponible en: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
GARCÍA NEGRO, María Pilar: Rosalía de Castro: una feminista en la sombra. ARENAL, 13:2; julio-diciembre 2006, 335-352. Disponible en: Dialnet.
Rosalía siente y sabe expresar lo sentido. Emilio Castelar
POESÍA DE ROSALÍA DE CASTRO
Rosalía de Castro cultiva una poesía que se plantea el sentido de la vida desde una visión solitaria y desolada del mundo. Esta perspectiva adelanta el carácter existencial que se percibe en algunos autores como por ejemplo Antonio Machado o Miguel de Unamuno.
Como la mayoría de poetas románticos, Rivas, Espronceda y Bécquer, Rosalía prefiere el romance porque es la forma métrica que le permite expresarse con mayor libertad sin someterse a la rigidez de los metros y de las rimas... Y usa a menudo el dodecasílabo y el alejandrino.
Como suplemento, enlazamos 6 poemas significativos (dos de cada poemario) que nos pueden servir de introducción a la poesía rosaliana.
Traemos una presentación sobre TUMORES CUTÁNEOS MALIGNOS Y LESIONES PREMALIGNAS que esperamos pueda ser de utilidad a los profesionales de atención primaria, en especial a los médicos de familia.
Técnica diagnóstica no invasiva que permite visualizar en profundidad lesiones de la piel a través de una lente de mano o dermatoscopio. Permite distinguir lesiones benignas de malignas.
Debate sanitario elecciones Madrid
(Sanidad de la Comunidad de Madrid)
BREVES REFLEXIONES
Jornada de 35 horas semanales (ahora 37,5) en todo el SNS, no sólo en ciertas CCAA. Por encima de ellas, cubrir con otros recursos humanos o pagarlas.
Carrera profesional y derechos iguales en todo el SNS.
Horario de AP hasta 21:00 es absurdo. ¿Lo tiene otro país?
Actual relación público-privada (no al revés) es perversa.
Medio ambiente y eficiencia energética se han convertido en nuevo negocio. Y siendo determinante el medio ambiente en la salud, ¿por qué no hay un “Ministerio de Salud y Medio Ambiente”.
La prestación buco-dental es la gran carencia de nuestro sistema sanitario. ¿Por qué no procurarla recortando en gasto superfluo sin necesidad de aumentar la fiscalidad?
"Sistema sostenible" es el mantra que se repite. Lo mismo que "fortalecer la AP", que en teoría queda. Y, por supuesto, el paciente es el centro del sistema; pero desatendido quedará si no se cuida a los profesionales de la sanidad.
***
Y al margen, una reflexión ajena sobre la sostenibilidad del sistema sanitario:
Autor de un único libro, Lizardo Cruzado es hoy, a sus 43 años, un mito viviente. Alejado de los circuitos literarios y el establishment editorial, el escritor y médico psiquiatra trujillano —que fuera considerado un talento precoz y adolescente por poetas como Javier Sologuren y Blanca Varela— se ocupó de cultivar durante más dos décadas un enigmático silencio.
Lizardo Cruzado es un extraordinario pensador y un absoluto dominador del idioma. Con el océano por medio, nos hicimos amigos virtuales a través de nuestros respectivos blogs. Aprendí muchísimo con sus inteligentes entradas, y además sus intensos comentarios nutrieron mi particular espacio bloguero. Su blog "Desde el manicomio" es una auténtica fuente de sabiduría. Lástima que, por alguna razón, cesase su actividad a finales de 2014. ¡Mi enhorabuena a Lizardo!
La progeria es una rarísima enfermedad genética que produce un rápido envejecimiento, de modo que los niños que la padecen tienen apariencia de ancianos. Retraso en el crecimiento con baja estatura final, calvicie, macrocefalia y voz aguda son algunas de sus manifestaciones clínicas. La apariencia de los enfermos es muy característica y sus problemas de salud son importantes: enfermedad cardiovascular progresiva, esclerodermia, problemas articulares, alteraciones dentales... Su esperanza de vida es corta, hasta la adolescencia o poco más allá de los 20 años. Sin embargo, los pacientes preservan su inteligencia y suelen mostrar un carácter dulce. Es admirable comprobar cómo algunos —acaso suceda también con los demás—, reconociendo su enfermedad, asumen con resignación la brevedad de su vida, viendo la parte buena de lo que les ha deparado el destino. Sorprenden los casos conocidos de Sammy Basso y Sam Berns, porque dan conferencias, mostrando desparpajo, entusiasmo y buen humor, algo sorprendente a ojos ajenos. El estadounidense Sam Berns, hijo de pediatras, falleció con 17 años, pero contribuyó al conocimiento de su enfermedad con la aparición en los medios. Podemos verlo conferenciando AQUÍ (“Mi filosofía para una vida feliz”) y un avance del documental sobre su vida AQUÍ. Por su parte, el italiano Sammy Basso, que se tiene por el paciente con progeria más longevo, consiguió graduarse en Biología Molecular con el propósito de investigar sobre su enfermedad. En fin, sólo cabe aplaudirles, por ser grandes tipos y admirables pacientes.
***
Diagnósticos extraordinarios
Una serie televisiva estadounidense muy interesante, con el título original de Body Bizarre, presenta casos médicos de personas que sufren enfermedades raras o desconocidas, entre ellas la progeria, que suponen un reto para la medicina. Algunas precisan tratamientos médicos y/o quirúrgicos generalmente complicados o en fase experimental. Asistiendo a casos extremos (grandes malformaciones, tumores deformantes o destructivos, etc.)*, mucha gente preocupada por problemas estéticos menores asumirá que lo suyo es una minucia.
*Malformaciones: malformaciones craneofaciales (microcefalias, macrocefalia, etc.), ausencia congénita de miembros, miembros supernumerarios... Tumores: Fibroma osificante gigante, Neurofibromatosis I (enfermedad de von Recklinghausen), Epidermodisplasia verruciforme (enfermedad del hombre-árbol).
Genodermatosis: Epidermólisis bullosa (piel de mariposa). Trastornos endocrinos: Enanismo hipofisario, Gigantismo, Síndrome de Prader-Willi (deficiente producción de hormonas del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal), etc.