viernes, 31 de mayo de 2019

El médico de "La nariz" de Gogol


En el cuento La nariz de Nikolai Gogol encontramos este párrafo en el que interviene un médico, que se nos muestra generoso y ridículo:


La nariz [Recensión o reseña literaria]
Gogol, que fue el impulsor hacia la modernidad de la literatura rusa, escribió este cuento extraño, humorístico y surrealista antes de que el surrealismo existiera, y desde entonces ha estado intrigando a todos aquellos que lo han leído.

Gogol SuiteAlfred Schnittke
[Vídeo post. por eliminación del previo]
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Sobre Nikolai Gogol (1809-1852)
Escritor ucraniano en lengua rusa, inicia la narrativa realista que pronto habrán de continuar Iván Turguéniev, Leon Tolstói y Fiódor Dostoievski. En San Petersburgo, siendo profesor universitario de historia, conoció a Alexander Pushkin, con quien colaboró en varias publicaciones literarias, por cuyo éxito decidió dedicarse a la literatura. Escribió el poema épico Taras Bulba, sobre un héroe cosaco, la comedia El inspector, sátira de la corrupción burocrática, la novela Almas muertas, su obra más importante, cuadro sarcástico de la Rusia feudal, y El abrigo, cuento de enorme influencia en la literatura rusa. Cuando escribía la segunda parte de Almas muertas, una crisis espiritual lo llevó a peregrinar a Jerusalén, y al borde de la locura, poco antes de morir quemó el manuscrito.

N. Gogol (1840), F. Moller

2 comentarios:

  1. Pepe, es un relato decimonónico, como el "Vuelva usted mañana" de Larra, que en su tiempo sirvieron para criticar las deficiencias de oficios e instituciones y que con su crítica sirvieron para mejorarlas. En cuanto a los médicos, no sé en Rusia, pero en la España actual están (estáis) estratosféricamente por encima de lo que equivaldría hoy a este tópico, esperpéntico e hiperbólico personaje literario. Por fortuna (añado).

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    1. Por supuesto, es una sátira, en un ambiente absurdo y tragicómico que nos anticipa a Kafka. Y el médico es un profesional liberal de antaño, que dice trabajar desinteresadamente sin dejar de justificar sus honorarios. O sea, un modelo de fariseo, que además elude su intervención profesional "por el bien del paciente", excusando así su incompetencia. Para colmo, remata su actuación con desternillante cinismo.

      Ahora, Pablo, las deficiencias en el ámbito de la salud se enmarcan en un sistema público que hace agua, a pesar de la competencia y entrega de los sanitarios. Como alguien dijo, con "hipertrofia burocrático-administrativa". Nada que no sepas; en cierto modo algo parecido a lo que ocurre en el ámbito educativo.

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