DESTINO Y COMBATE
[Profesional de la medicina]
DESTINO Y COMBATE
[Profesional de la medicina]
Mirador de Cabo do Mundo, Ribeira Sacra (Galicia) |
El patriotismo, ese sentimiento de amor a la patria, al país, a la tierra natal o adoptiva a la que uno se siente ligado, parece bueno si no se lleva a extremos. Hay términos relacionados que nos pueden llevar a confusión, como chovinismo (patrioterismo) o nacionalismo; no entraremos aquí en detalles. Sobre el patriotismo han escrito diferentes pensadores, siendo muy crítica una sentencia de Bertrand Russell: «El patriotismo es la disposición de matar y dejarse matar por razones triviales». De diferente modo han hablado los escritores; Galdós escribió: «Por primera vez entonces percibí con completa claridad la idea de la patria... Me representé a mi país como una inmensa tierra poblada de gentes, todos fraternalmente unidos...». [Trafalgar, X] Y sobre el sentimiento patriótico han escrito los poetas de distinta manera, refiriéndose a una nación, a una parte de su territorio, a una ciudad o a un pueblo. A veces no lo muestran claramente, sino de de modo difuminado; algunos poetas expresan ambivalencia o insinúan su incómoda sensación de amor-odio; otros incluso declaran desapego, que no son de un lugar, sino de todas partes. De modo que el canto patriótico es muy variable.
La patria, Jesús Helguera |
(Al libro «Castilla» del maestro Azorín)
–Canción AQUÍ
Alegoría del patriotismo, Francisco Pérez |
Podríamos resumir los problemas:
–Atención primaria sobrecalentada. No habiendo mejora ni con la pandemia, surge una vez más la dicotomía entre sistema sanitario de barra libre o de calidad.
–Insensibilidad político-gestora. La incapacidad y la mentira también toman parte.
El nivel político y de gestión sanitaria es el que es y, como ha quedado claro, tiene poca capacidad y humanidad tras dejar que sus profesionales ardan como pavesas... Bueno, promesas ha habido..., pero como tantas otras ya están en la papelera.
–Salud mental de médicos dañada. No es extraño con una presión asistencial insoportable, que depende del número de pacientes que un médico atiende al día.
Cualquier gestor sanitario conoce este número. Sabe que puede ser óptimo, subóptimo, sobrecargado e inadmisible... Y, por último, sabe que puede hacer bien poco para mejorarlo.
Esto nos lleva a una reflexión trascendente. Los gestores saben del nivel de sobrecarga y del número de pacientes inadmisible. Saben también de la conveniencia de un número óptimo o razonable, pero... —aquí la afirmación la hacemos interrogante— ¿poco o nada pueden hacer para mejorarlo? Si no actúan es por la insensibilidad referida y/o por incompetencia.
–Organización sanitaria que ahoga a sus médicos. Sumada al sobrecalentamiento actual, acarrea un extremo sufrimiento profesional, que, por supuesto, tiene que repercutir negativamente en la asistencia. Además, la rigidez del sistema ahoga a sus médicos en diferente medida, lo cual condiciona cambios de destino, en busca de plazas más "desahogadas" y en perjuicio de algunas zonas territoriales.
Y las soluciones podemos concretarlas en:
–Cambio organizativo y de comunicación. Algo repetido o reiterado en diferentes foros, desde organizaciones profesionales, en la voz del propio doctor Casado, e incluso en este blog, hasta la saciedad. Se han hecho razonables propuestas de mejora que no han hallado eco o se han ido, ¡ay!, a la papelera.
Conclusión:
Hacer una predicción sobre el futuro de la Atención Primaria es aventurado. Aquí ya hicimos una reflexión hace unos meses: "La futura Atención Primaria". Y no tenemos claro si estamos ante una A.P. de transición o de conclusión (esperemos que no de desaparición). Habremos de pensar positivamente...
La Barcarola es una pieza que puede ser tanto vocal como instrumental, dulce y tranquila, compuesta en compás de 6/8, casi siempre en tempo moderato y cuya característica más obvia es la que representa su música: simular y evocar las canciones y los movimientos de los gondoleros venecianos.
No estamos en Venecia, pero valga esta melódica y arrulladora pieza para sonorizar el 12º aniversario de este blog médico-melódico. En efecto, el tiempo vuela. Sí, ya van 12 años desde aquella tímida presentación en 2009.
Y aunque no debemos olvidar la formidable barcarola de Chopin, ni tampoco Junio "Barcarolla" de Las estaciones de Tchaikovsky, hoy traemos aquí la conocidísima de Los cuentos de Hoffmann, ópera de Jacques Offenbach. Primero en una versión orquestal y después una interpretación vocal en concierto.
Un sencillo brindis y... ¡disfruten de la música!
Ya hablamos aquí de la salud laboral en el entorno santuario, física y psíquica, Y del estrés laboral en el sector sanitario. Y de los riesgos laborales de la profesión médica. Y de los profesionales (de la salud) quemados.
Ahora enlazamos estos apartados, que forman parte de un mismo problema, con este anuncio: Una ola de mala salud mental amenaza a los sanitarios.
Después de más de nueve meses de pandemia coronavírica, se habla de «ola de mala salud mental». Si antes de esta crisis sanitaria las condiciones laborales ya eran estresantes, por una presión asistencial muy elevada, los nuevos factores situacionales provocan una mayor sobrecarga mental.
A continuación, extraemos algunas claves. Nada que no se supiera.
–Depresión, ansiedad, ataques de pánico, estrés postraumático y abuso de alcohol u otras drogas son los trastornos más comunes entre el personal sanitario a causa de la primera ola de la pandemia.
–La Organización Mundial de la Salud alerta de la llamada «fatiga pandémica»: hartazgo y desmotivación, agotamiento por la hipervigilancia y el estrés que supone la pandemia. Y lo más grave es el riesgo de suicidio.
–España está en la banda alta de prevalencia, probablemente ser un país con alta exposición y falta de preparación. Los profesionales ya arrastraban desde hacía años su hartazgo, por una carga de trabajo muy elevada.
–En 2012, en época de recortes, 8 de cada 10 profesionales se encontraban estresados y la mitad, quemados. En 2017, la situación había empeorado. Y en 2020, no digamos. Los médicos soportan la sobrecarga emocional, porque viven como un fracaso en su profesión estar afectados y no poder ayudar a su población.
Pero todo tiene un límite.
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Veamos algunas consideraciones sobre las vacunas anti-COVID (contra la COVID-19). Están basadas en el conocimiento científico actual y expuestas en forma de preguntas y respuestas (no exentas de humor). El doctor Juan Manuel Jiménez Muñoz, médico de familia sensato y aplicado, expone así los «aspectos prácticos de las nuevas vacunas de ARN mensajero» (vacunas de ARNm).
1-¿Es cierto que la vacuna de Pfizer frente al COVID19 es un producto químico sintetizado en un laboratorio? Sí. Igual que la Viagra. Y entonces no te preguntabas nada ni ponías tantos reparos. Pillín.
2-¿En qué consiste la vacunación? En dos dosis intramusculares en el deltoides (brazo) separadas por al menos 21 días. Los primeros en vacunarse serán los ancianos ingresados en residencias, los trabajadores de las mismas y los profesionales sanitarios en general. Después, el resto de la población.
3-¿Qué beneficios explica la autoridad sanitaria para justificar la vacunación masiva? a-Que "es la única herramienta de que disponemos actualmente para prevenir contagios por COVID19, y que forma parte de una estrategia mundial para frenar la pandemia". b-Que "la vacuna reduce la probabilidad de enfermar por el COVID19, de enfermar gravemente por el COVID19 y de morir por el COVID19". Lo primero, es absolutamente cierto. Lo segundo y lo tercero… son extrapolaciones del ensayo clínico de Pfizer sin una evidencia contundente.
4-¿Es obligatorio vacunarse? No. Pero los miembros de algunos colectivos concretos (profesionales sanitarios, por ejemplo) deberán firmar una carta de aceptación o renuncia a la vacuna y, en este último supuesto, expondrán los motivos para ello. Lo cual me parece un atentado a la libertad de las personas y un contrasentido a la supuesta voluntariedad de la vacuna.
5-¿Hemos de entregar a todas las personas que se vacunan una hoja explicativa de consentimiento informado? No. Como norma general, el consentimiento se prestará verbalmente. Esto agilizará la vacunación. Pero me genera dudas sobre si es éticamente aceptable. Se trata de un producto de nueva comercialización.
6-En el caso de pacientes con minusvalías cognitivas que les impidan prestar la autorización verbal a la vacuna, ¿quién dará o denegará la autorización? Se le entregará al cuidador o tutor un consentimiento informado donde, con su firma, autorizará o denegará la vacunación de su ser querido. Eso es éticamente irreprochable, ya que estamos hablando de decidir por terceros, y no por nosotros.
7-¿Pueden vacunarse las embarazadas? No. Y me parece perfecto ese principio de prudencia.
8-¿Pueden vacunarse las mujeres que amamantan a sus bebés? Como norma general, no. Podría valorarse la vacuna en mujeres sanitarias o altamente expuestas al virus. Me parece razonable.
9-¿Pueden vacunarse los niños menores de 12 años? Salvo casos excepcionales, no. Un grupo a valorar serían los niños con trastornos neurológicos ingresados en instituciones cerradas. Me parece perfecto. Los estudios en menores están comenzando ahora.
10-¿Pueden vacunarse los niños de entre 12 y 15 años? En teoría deberíamos aplicar lo dicho en el punto anterior, ya que en los ensayos clínicos con voluntarios la vacuna nunca ha sido probada en menores de 16 años. Sin embargo, la instrucción recibida deja abierta la posibilidad de la vacunación en este grupo de edad al inferir que no habrá diferencias significativas entre el comportamiento postvacunal de un adulto y el de un niño de 12 a 15 años. Mi opinión es que no. Mi catedrático de Pediatría me enseñó que los niños no son adultos en miniatura.
11-¿Pueden vacunarse los de edades comprendidas entre 16 y 17 años? Sí. Igual que el resto de la población adulta. Sin embargo, la instrucción no aclara si el menor tomará la decisión verbalmente y por sí mismo (al estilo de los anticonceptivos o del aborto) o si, por el contrario, serán sus padres quienes habrán de dar la autorización escrita (al estilo de hacerse un tatuaje o una excursión en el colegio). Misterio sin resolver.
12-¿Pueden vacunarse las personas con alergia a algún medicamento? Según las autoridades sanitarias europeas… sí. Sólo los pacientes que hayan sufrido reacciones graves a fármacos INYECTADOS, o quienes hayan necesitado alguna vez adrenalina para superar una crisis de anafilaxia, deberán abstenerse de esta vacuna. En Europa, la alergia a medicamentos por vía oral no contraindica la vacuna. El Reino Unido… sí la contraindica. Mi opinión personal coincide con la prudencia del Reino Unido. No aconsejaré la vacuna a nadie con antecedentes de alergias medicamentosas, sean del tipo que sean.
13-Si soy alérgico a ácaros, o a pólenes, o a animales domésticos, o a insectos, o a alimentos… ¿me puedo vacunar? Según la autoridad sanitaria europea… sí. Según la autoridad sanitaria del Reino Unido… no. En este caso, me parece excesiva la prudencia de los británicos. Yo no veo la relación de estos problemas con la vacuna del COVID19.
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14-Si estoy inmunodeprimido por una enfermedad grave, o por tomar corticoides, o por el SIDA, o por algún tratamiento contra el cáncer… ¿me puedo vacunar?
La autoridad sanitaria europea reconoce que no existe evidencia significativa sobre este asunto, pero aconseja la vacunación. Algunas Sociedades Científicas españolas se están manifestando positivamente. Por ejemplo, la de Reumatología. En mi opinión, en este caso, el beneficio es superior al riesgo.
15-Un paciente terminal, ¿se podría vacunar frente al COVID19? La instrucción no es clara: lo deja a la elección del paciente, de sus cuidadores y de los profesionales sanitarios que lo atienden. Me parece correcto.
16-Si yo ya pasé la enfermedad del COVID19 hace meses… ¿me debo vacunar? Sí. La protección que te queda tras la enfermedad tiene fecha de caducidad.
17-Si estoy pasando la enfermedad en este mismo momento… ¿me puedo vacunar? No. Sólo después de unos meses, tras curarte.
18-Si estoy sano, pero permanezco ahora en cuarentena preventiva tras haber estado en contacto con un enfermo o portador… ¿me puedo vacunar? No. Sólo tras haber superado la fase de cuarentena y seguir estando sano.
19-Si tengo anticuerpos protectores contra el COVID19… ¿me debo vacunar? Sí. Pero podrías esperar un poco. Ten en cuenta que esos anticuerpos protectores vienen a durar en sangre unos 4, 5, 6 ó 7 meses. Rara vez, más.
20-Si tomo anticoagulantes… ¿me puedo vacunar? Sí. Podría aparecer un hematoma en el lugar de la inyección (como en todas las inyecciones intramusculares), pero no se espera nada serio. La Sociedad Española de Cardiología es contundente al respecto: los beneficios de la vacuna superan con creces al pequeño riesgo de un hematoma en el brazo. Y no hace falta que suspendas el tratamiento antes de la vacunación.
21-Si tengo fiebre… ¿me puedo vacunar? No. Hay que esperar unos días o semanas hasta que la fiebre desaparezca.
22-¿Qué efectos adversos produce la vacuna según la instrucción recibida? Esta vacuna de ARN mensajero es particularmente puñetera con los efectos adversos LEVES y a corto plazo (ya dijimos en otro artículo que nadie sabe si los puede tener a largo plazo, aunque es poco probable). Los canadienses y los estadounidenses comunican un 76% de personas con algún problema a raíz de la vacuna. Esto es superior a otras vacunas tradicionales. Y otra cosa interesante: los CDC americanos comunican que un 2,8% de los vacunados han necesitado baja laboral o asistencia médica por la intensidad de los síntomas. Los efectos adversos que mencionan las autoridades son más frecuentes tras la segunda dosis de vacuna, y ocurren especialmente en los menores de 55 años. A saber:
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Algorithm for the Triage of Persons Presenting for mRNA COVID-19 Vaccine (Algoritmo para la clasificación de personas que se presentan a la vacuna de ARNm COVID-19) |
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Los términos «conservadurismo» y «progresismo» nacieron a mediados del siglo XIX. El progresismo se suele enmarcar en el espectro de la izquierda política y, en teoría, persigue la igualdad económica y social (igualitarismo), frente al conservadurismo, relacionado con el espacio de la derecha política, opuesto a cambios radicales. Aquél perseguiría el beneficio de la mayoría, situada en los estratos socio-económicos intermedios e inferiores, y ésta mantener los privilegios de los estratos más elevados. La cuestión es que de la teoría a la práctica hay un abismo, y la mayoría de la población destinataria de una política de «progreso» puede verse afectada de modo imprevisto, perjudicada en vez de beneficiada: el estamento medio, o clase media, descendiendo al estamento bajo y éste yendo al subsuelo social; es decir, resultando un empobrecimiento general, salvo de los ricos muy ricos. De modo que progresismo no significa progreso (social), ni conservadurismo implica retroceso. La sociedad es compleja, la economía no digamos, y los individuos son difíciles de contentar.
Respecto a la evolución del progresismo, leemos sobre «dictadura cultural o progreso hacia la nada» que se está imponiendo en países democráticos, a modo de régimen progresista «descerebrado»*. Se trata de una reproducción, o interpretación, del pensamiento de Michel Onfray, filósofo francés.
Esta dictadura se caracteriza por los aspectos que siguen: destruir la libertad, empobrecer la lengua, abolir la verdad, suprimir la historia para poder reescribirla a voluntad, negar la naturaleza y propagar el odio. El común denominador de este nuevo mundo progresista es su fuerte componente nihilista.
Este artículo me hace rememorar un viejo refrán: «Quien siembra vientos recoge tempestades». Es como si el nihilismo se extendiese hasta negar las normas de urbanidad y cortesía, por antiguas o pasadas de moda, convirtiendo la modernidad en una jungla de maleducados. También me genera una ideación musical (¡la música como parte de lo cultural!): pasar de la música clásica al rap.**
Y me suscita la siguiente reflexión:
Mucho cuesta poner orden, hasta en el tráfico –o tránsito–...
En la Revolución Francesa surgieron los términos izquierda y derecha. Una idea central sustenta, en gran medida, el pensamiento de izquierdas: la redistribución (de la riqueza); según esta ideología, para que la sociedad funcione mejor hay que crear un Estado de bienestar del que puedan beneficiarse todas las personas (búsqueda de la igualdad), que al final se traduce en impuestos. Si la izquierda tiene como centro la redistribución, la derecha ha hecho de la libertad su bandera; y donde la izquierda pone énfasis en la sociedad (lo colectivo), la derecha lo pone en el individuo (también en la iniciativa privada frente a la iniciativa pública). El centro sería una opción intermedia, discutible. Si en el marco económico las diferencias de la izquierda y la derecha parecen claras, en el plano moral la cuestión es más borrosa: progresismo versus tradicionalismo; no siempre ha sido así: la izquierda comunista o marxista no era progresista en lo moral; la actual izquierda abraza la revolución sexual. Llevadas a los extremos, las ideologías se convierten en extrema izquierda (ultraizquierda) y extrema derecha (ultraderecha).
Es adoptado por los jóvenes como una forma de cambiar el mundo con la idea de progreso, pero a costa de la libertad y de la democracia.