Ahora que finaliza este caluroso mes de mayo, me apetece recordar uno de los grandes romances anónimos, del Romancero Viejo: el maravilloso «Romance del prisionero». Un romance lírico que en su versión corta produce una intensa emoción; dieciséis versos,llenos de imágenes, en los que late la naturaleza, el amor, la vida... y la libertad, lo que el prisionero no tiene y desea; y el único consuelo que tiene, de pronto se lo elimina un cazador. En resumen, un compendio de sensibilidad poética y una magistral concreción de la añoranza de libertad.
La mitología griega tiene ejemplos divinos para todo lo humano, como las virtudes y defectos de los hombres. De uno de éstos, la envidia, es muestra el mito de Andrómeda, cuya belleza ponía su madre, Casiopea, por encima de la de las nereidas, lo que despertó la ira de su protector, Poseidón. Para aplacarla, el padre de Andrómeda, Cefeo, decidió ofrecer a su hija al monstruo marino destructor que el airado dios había decidido enviar. Pero hubo un final feliz, con la intervención de Perseo, quien, enamorado de la bella, logró matar al monstruo. El mito lo recoge Lope de Vega en un soberbio soneto: «De Andrómeda» (Soneto 86).
Poesía y música tienen al agua –natural o artificial– como protagonista. Así que la controlada artificialmente en los jardines también es agua poética y agua musical...
No se puede negar la filiación con «Al borde de una fuente» (primer libro de Años de peregrinaje) y los «Juegos de agua en la Villa d´Este» (tercer libro de "Años de peregrinaje") de Franz Liszt. También se podría considerar precursora de «Jardines bajo la lluvia», última pieza de las Estampes de Claude Debussy.
El poeta sufriente que trae la sencilla vida pastoril a su mente, para liberarla de complicaciones y pesares, es una figura lejana, distante de este tiempo asimilado de ruido y de tumulto. El poeta inconforme de todo tiempo se debate entre las olas de un mar placentero y doloroso, intemporal, confundiendo el límite de la sinceridad y la mentira. El poeta modesto, de ayer y de hoy, busca sereno la luz de la verdad...
Curar a veces, aliviar a menudo, consolar siempre.
Muchas de las reflexiones del doctor Andoni Mendoza*, médico rural que ejerce en la Sierra de Gredos, son verdaderos poemas naturales de gran densidad humana. Y en una de sus poéticas meditaciones, a la cabecera del enfermo, nos recuerda las limitaciones de la Medicina, en concreto la limitación máxima: la mortalidad.
Medicina de cabecera.
En la cabecera de la cama del enfermo.
—Luciano, al hospital.
Trato de trasmitirle paz.
Pero ni mis ojos ni los suyos esconden que no volverá al pueblo.
Salgo de la modesta casa.
Ha nevado, el frío de la medicina en la cabecera me atraviesa el alma.
Hemos hecho un listado cronológico de poetas que han escrito en lengua inglesa, por supuesto incompleto y meramente orientativo para quienes quieran iniciarse en el conocimiento de la poesía en lengua inglesa, no para expertos, evidentemente. Se especifica la nación de cada poeta (Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda, EE.UU...), y si no, se trata de un poeta inglés. Se resaltan los autores más importantes, se indica algún detalle determinante y/o algún poema importante en cursiva, con enlaces a entradas del blog donde se comentan.
–Prácticamente todos han sido referidos en el blog en algún apartado poético.
EDAD MEDIA (siglos X-XV). Formación del idioma inglés
Beowulf (entre 975 y 1025), poema épico anglosajón anónimo
**Lakista. Se aplica a Wordsworth, Coleridge, Robert Southey, Thomas Campbell y otros poetas ingleses que utilizaron como tema de sus composiciones la descripción de los lagos del noroeste de su país, en la zona conocida como Lake District.
«El infinito» (Linfinito), de Giacomo Leopardi (1798-1837),Canto XII de Cantos (Canti), es la cima de la poesía de este autor italiano. Un impresionante poema metafísico [ya visto AQUÍ], en el que el poeta contempla la inmensidad del universo y se abisma en su interior, tan infinito. De entre las múltiples traducciones, reproducimos una versión que, si no con todos los versos endecasílabos como en el original, respeta bastante el ritmo del poema. Y la acompañamos de una lectura que nos parece excelente. Disfruten del infinito...
Sempre caro mi fu quest'ermo colle,
e questa siepe, che da tanta parte
dell'ultimo orizzonte il guardo esclude.
Ma sedendo e mirando, interminati
spazi di là da quella, e sovrumani
silenzi, e profondissima quïete
io nel pensier mi fingo, ove per poco
il cor non si spaura. E come il vento
odo stormir tra queste piante, io quello
infinito silenzio a questa voce
vo comparando: e mi sovvien l'eterno,
e le morte stagioni, e la presente
e viva, e il suon di lei. Così tra questa
immensità s'annega il pensier mio:
e il naufragar m'è dolce in questo mare.
[Poema original, en endecasílabos]
Siempre amé esta colina solitaria,
y esta espesura que me oculta en parte
esa línea final del horizonte.
Mas, mirando a lo lejos, imagino,
más allá de estas frondas,
espacios insondables, sobrehumanos silencios,
y una quietud tan honda
que calma y estremece.
Y al oír, dentro de este silencio infinito,
el susurro del viento entre las plantas,
pienso en la eternidad y en los tiempos que han muerto,
La fragilidad física de Leopardi lo llevó a una entrega total al estudio de los clásicos griegos y latinos, de los moralistas franceses del siglo XVII y de los filósofos de la Ilustración, adquiriendo una gran erudición. La extensa biblioteca de su padre, cabeza de una familia aristocrática, le facilitó adquirir una vasta cultura. Y su salud empeoró con tanto estudio. Pero no le impidió escribir poemas y ensayos, sobre todo sus Cantos, de carácter romántico y melancólico, donde recoge las afecciones de su alma y transfigura el paisaje real en ideal. Su inestabilidad emocional y repetidos fracasos sentimentales marcaron su vida y sus escritos.
Traemos un apunte biográfico sobre Bécquer, el poeta romántico, de carácter retraído y soñador y de exacerbada sensibilidad, cuya lírica se desmarca –con la excepción de Rosalía de Castro– de los otros poetas españoles de su época, más centrados en el colorido y la belleza plástica de los versos...
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)* es una de las figuras más importantes del Romanticismo y sus Rimas supusieron el punto de partida de la poesía moderna española. Nació en Sevilla, hijo de un pintor y hermano de otro, Valeriano. También él mismo practicó la pintura, pero, después de quedarse huérfano y trasladarse a Madrid, en 1854, la abandonó para dedicarse exclusivamente a la literatura. No logró tener éxito y vivió en la pobreza, colaborando en periódicos de poca categoría. Posteriormente escribió en otros más importantes, donde publicó crónicas sociales, algunas de sus Leyendas y los ensayos costumbristas Cartas desde mi celda. Obtuvo un cargo muy bien pagado, en 1864, de censor oficial de novelas. Hacia 1867 escribió sus famosas Rimas y las preparaba para su publicación, pero con la Revolución de 1868 [la Gloriosa] se perdió el manuscrito y el poeta tuvo que preparar otro, en parte de memoria. Su matrimonio, con la hija de un médico, le dio tres hijos, pero se deshizo en 1868. Bécquer, que desde 1858 estaba aquejado de una grave enfermedad, probablemente tuberculosa o venérea, se trasladó a Toledo, a casa de su hermano Valeriano. Este murió en septiembre de 1870 y el poeta el 22 de diciembre, a los treinta y cuatro años.
...y una pequeña selección de sus poemas (de su único poemario: Rimas), cuyos temas principales son el amor, la soledad, la muerte, la naturaleza y la propia poesía, sin que falte la música.
*El yo poético contempla a una niña muerta amortajada y advierte la soledad de los muertos; asiste a su traslado, entre tristeza y rezos, y al final, al irse el sepulturero, se pregunta si, como polvo, volvemos a la tierra o si el alma o asciende al cielo.
**El poeta dice que la poesía existirá siempre, aunque no haya poetas.
***El yo poético desea ser llevado por las gigantes olas del mar, por las ráfagas del huracán, por las nubes de tempestad..., fundirse con la naturaleza en definitiva, por el temor de quedarse solo con su dolor, acaso debido a una pérdida amorosa. De inconfundible espíritu romántico, el poeta deja al descubierto un alma torturada.
****La voz poética es un hombre que se dirige a la mujer que ama y concluye su amor supremo: nadie podrá amarla como él la ama.
*****El poeta supo expresar la humana necesidad de amor; porque no basta con contemplar la naturaleza, comer y dormir.