Cuando hablamos de pensamientos en torno a la muerte, referimos una frase de Baltasar Gracián: «¡Qué diferente lenguaje es el de las ausencias!». Y qué bien expresado lo hallamos en este breve pero magnífico poema:
No están en parte alguna,
ya son hierba y estrellas,
pero su sombra enturbia las palabras
y sólo a veces pasan por la mente,
vagan por nuestras almas, reclamando
lo que nunca les dimos.
ya son hierba y estrellas,
pero su sombra enturbia las palabras
y sólo a veces pasan por la mente,
vagan por nuestras almas, reclamando
lo que nunca les dimos.
W. OSPINA, Nuestros muertos
En esa misma entrada pasada, decíamos que filósofos, pensadores y poetas habían ahondado en el significado de la muerte, buscando respuestas o consuelo. También los músicos, añadimos ahora. Y con música y poesía completamos esta entrada mortuoria, pero en cualquier caso esperanzada.
Marcha fúnebre - Federico Chopin
(III mov. de Sonata para piano nº 2)
Funeral, Franz Liszt
(nº 7 de Armonías poéticas y religiosas)
***
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de pasar
por tal manera.
J. MANRIQUE, Coplas por la muerte de su padre
–Lectura AQUÍ
POEMAS SOBRE LA MUERTE Y LOS MUERTOS [Poemas sobre la muerte]
—Duelo, Luto, Pena / Fúnebre / Macabro / Tóp. lit.: Omnia mors aequat / Ubi sunt
—Muerte natural, accidental, violenta, suicida...
A la memoria de un ángel (Stella matutina), Manuel del Palacio+
A la muerte de Carlos Félix (Éste de mis entrañas dulce fruto), Lope de Vega+
¡Ai! (¿Como foi?), Curros Enríquez+ –niño, hijo, dolor
Al ver mis horas de fiebre (Rima LXI), Gustavo Adolfo Bécquer++ –soledad
Canción de la muerte, José de Espronceda+++ –personificación de la muerte
Canción a una dama en la sombra, Paul Celan+++ [y AQUÍ]
Coplas por la muerte de su padre, Jorge Manrique+ [y AQUÍ. Ya visto AQUÍ]
Cuando deba dormir (When I Shall Sleep), Emily Brontë++
Cuando yo me vaya, Carlos Alberto Boaglio++ –Lectura AQUÍ
¿Cuándo vendrá la muerte?, Diego de Torres Villarroel++
Danza general de la muerte, Anónimo+++ [Fragmento/Fragmento]
Del oro, como muchos, no dependo, Tomás de Iriarte –dependencia de la muerte
Detrás de la oscuridad..., Antonio Gamoneda+++++
Donde habite el olvido, Luis Cernuda++ –olvido
Dulce sono (Dulce sueño), Rosalía de Castro+ –niña
El barco de la muerte (The Ship of Death), D. H. Lawrence
El camino de la muerte, Antonio Machado++
El viaje definitivo, Juan Ramón Jiménez++
Elegía a Ramón Sijé, Miguel Hernández+ –personaje, tristeza-dolor
Endechas a la muerte de Guillén Peraza, Anónimo+ –Canción AQUÍ
Enseña como todas las cosas avisan de la muerte, Francisco de Quevedo
(Miré los muros de la patria mía) [An. AQUÍ]
Era apacible el día, Rosalía de Castro+ –hijo [y AQUÍ]
Funeral blues, W. H. Auden+ [An. AQUÍ]
Gacela de la muerte oscura, Federico García Lorca –Lectura AQUÍ
Ir muriendo, Miguel de Unamuno
La muerte, Vicente Aleixandre++
La muerte de los pobres (La mort des pauvres), Charles Baudelaire –pobreza
Los muertos, Amado Nervo+++++
Los muertos, José Luis Hidalgo+++++ [del poemario Los muertos]
Los muertos van deprisa, Rosalía de Castro++++++ –olvido, herencia
Melancolía del desaparecer, Agustín de Foxá –tristeza de morir [y AQUÍ]
Miro un árbol (61 de Sexta Poesía Vertical), Roberto Juarroz++
Morir soñando, Miguel de Unamuno++ –Análisis AQUÍ. Lectura AQUÍ
–Lectura AQUÍ
No es que hayan muerto, se fueron antes, Amado Nervo+++++
Nocturno IV –de Nocturnos de la ventana–, Federico García Lorca –luna, agua
Nuestros muertos, William Ospina+++++
Para entonces (Quiero morir cuando decline el día), Manuel Gutiérrez Nájera
Piedra negra sobre una piedra blanca, César Vallejo++ –Lectura AQUÍ
Requiem por mim (Réquiem por mí), Miguel Torga++
Romance de don Beltrán (La muerte de don Beltrán), Anónimo –historia
–Canción AQUÍ
Romance del enamorado y la muerte, Anónimo/Juan del Encina+++ [y AQUÍ]
Sentado sobre los muertos, Miguel Hernández –guerra [y AQUÍ]
Ser o no ser (To be or not to be) [Soliloquio de Hamlet], William Shakespeare
Sermón sobre la muerte, César Vallejo
Una escena de muerte, Emily Brontë++++ –moribundo
Una silla vacía, Anónimo –ausencia
____
+Sobre alguien que ha muerto.
—«¡Ai!» (¡Ay!), de Manuel Curros Enríquez (1851-1908): un padre se lamenta de la muerte de un hijo, víctima de la viruela («negras vixigas»: negras vejigas). Mayor es el dramatismo cuando se sabe que el padre es el propio poeta y la víctima su pequeño hijo. José Baldomir lo musicó en forma de melodía gallega con el título «¿Cómo foi?» (¿Cómo fue?).
Volvoreta de aliñas douradas
que te pousas no berce valeiro,
pois por el me perguntas, xa sabes
qué foi do meu neno.
–Melodía galega (de José Baldomir) AQUÍ
—Coplas por la muerte de su padre, de Jorge Manrique, es acaso el mayor poema de la lírica castellana. Su temática es amplia: la vida, el paso del tiempo (y la vejez), la fe, la historia, placer y dolor, los valores, la amistad... y, por supuesto, la muerte. De la Coplas dijo Lope de Vega que «merecían estar escritas en letras de oro». El poema está escrito en estrofas peculiares: coplas de pie quebrado o manriqueñas.
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando...
—«Era apacible el día», de Rosalía de Castro: la poeta expresa su dolor por la muerte de un hijo a temprana edad.
¡Jamás! ¿Es verdad que todo
para siempre acabó ya?
No, no puede acabar lo que es eterno,
ni puede tener fin la inmensidad.
—«Funeral blues», de W. H. Auden (1907-1973), es una elegía sobre los sentimientos asociados con el duelo; la voz poética pide que se pare todo («Paren todos los relojes...»), que no se emitan ruidos, que el luto se extienda y que el mundo comprenda su dolor, ya que quien ha muerto es insustituible («Él era mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste») y siente un vacío inmenso al comprender que nada es eterno, que todo acaba («Porque ya nada puede volver a ser como antes»).
–v. Poemas de Auden
—El poema «Ulalume», al igual que otros poemas de Edgar Allan Poe, como «El cuervo» (The Raven) y «Annabel Lee», relata la muerte prematura de una mujer, en este caso, la amante del narrador.
++Pensando en la muerte.
—«Al ver mis horas de fiebre», de Gustavo Adolfo Bécquer, es un pensamiento de muerte en el que el el yo poético trata de imaginar quién lo velará, quién le dará su mano amiga y, después de todo, quién lo llorará y se acordará de su persona.
Al ver mis horas de fiebre
e insomnio lentas pasar,
a la orilla de mi lecho,
¿quién se sentará?
(...)
¿Quién en fin, al otro día,
cuando el sol vuelva a brillar,
de que pasé por el mundo
quién se acordará?
—«Cerraron sus ojos», de Gustavo Adolfo Bécquer: el yo poético contempla a una niña muerta amortajada y advierte la soledad de los muertos; asiste a su traslado, entre tristeza y rezos, y al final, al irse el sepulturero, se pregunta si, como polvo, volvemos a la tierra o si el alma o asciende al cielo.
—«Cuando deba dormir», de Emily Brontë (1818-1848), en su desesperanza, concluye que el sufrimiento sólo cesa con la muerte.
Oh, cuando deba dormir
Lo haré sin identidad,
ya no me importará el caer de la lluvia
o si la nieve cubre mis pies.
(...)
¡Cuando el Tiempo busque mi pecho para soñar
todas las batallas concluirán!
Pues llegará el día en el que deba reposar
sin volver a sufrir, nunca más.
—«Cuando llegue la muerte...», de Mary Oliver (1935-2019): la voz poética desearía haber dejado alguna huella.
No quiero encontrarme a mí misma suspirando y asustada,
o llena de argumentos.
No quiero acabar simplemente habiendo visitado este mundo.
I don't want to find myself sighing and frightened,
or full of argument.
I don't want to end up simply having visited this world.
—«El viaje definitivo», de Juan Ramón Jiménez: dice el poeta que, cuando se vaya definitivamente, lo que le rodea seguirá su curso vital.
…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
–Lectura AQUÍ
—«Miro un árbol», de Roberto Juarroz (1925-1995), es una visión anticipada de la muerte; en este poema, el 61 de Sexta Poesía Vertical, el yo poético mira un árbol imaginando que habrá de mirar por su pareja o que ésta lo hará en su lugar, cuando uno de los dos haya muerto; y espera «fundar una mirada que mire por los dos», cuando ambos ya no estén en ninguna parte.
Ya no nos basta
mirar cada uno con el otro.
Hemos logrado
que si uno de los dos falta,
el otro mire
lo que uno tendría que mirar.
–Los poemas metafísicos de Juarroz, interesantísimo poeta, están reunidos en una serie de volúmenes designados con el ordinal y el mismo título, desde Poesía vertical (1958) hasta Decimotercera poesía vertical (1994).
–v. Poemas de Juarroz [y AQUÍ]
–Poemas escogidos: «En una noche que debió ser de lluvia» [v. Poemas sobre la soledad], «Pienso en este momento» [v. Poemas sobre la vida], «Un amor más allá del amor» [v. Poemas sobre el amor], «Un caos lúcido» [v. Poemas de misterio]
—La muerte parece obsesión en Unamuno. En el poema «Muerte», hay una relación de la muerte con el sueño (parecida a la del poema «Morir soñando»).
¿Aurora de otro mundo es nuestro ocaso?
Sueña, alma mía, en tu sendero oscuro:
«¡Morir... dormir... dormir... soñar acaso!»
—«Piedra negra sobre una piedra blanca», de César Vallejo: el poeta hace un vaticinio de su muerte, en París, con aguacero, un jueves; y Vallejo falleció en París, con llovizna, pero un Viernes Santo.
Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
—«Requiem por mim» (Réquiem por mí), de Miguel Torga (1907-1995), es también una visión anticipada de la muerte.
+++Personificación de la muerte.
—«Canción a una dama en la sombra», de Paul Celan (1920-1970), entendemos que la dama es la muerte, definida como la ‘Taciturna’, que ha de llegar al yo poético, que se pregunta quién entonces saldrá ganando y quién perdiendo.
Cuando la Taciturna llegue y decapite los tulipanes,
¿Quién saldrá ganando?
¿Quién saldrá perdiendo?
¿Quién se asomará a la ventana?
¿Quién pronunciará primero su nombre?
—Dança general de la muerte es un poema alegórico castellano del siglo XV, escrito en dodecasílabos agrupados en coplas reales, que pertenece al género literario lírico-dramático de las danzas de la muerte o danzas macabras, con una personificación de la muerte en forma de esqueleto.
Yo só la muerte çierta a todas las criaturas
que son y serán en el mundo durante;
demando y digo, oh homne, por qué curas
de vida tan breve en punto pasante,
pues non hay tan fuerte nin recio gigante
que deste mi arco se pueda amparar;
conviene que mueras cuando lo tirar
con esta mi frecha cruel traspasante.
(...)
¿O piensas, por ser mancebo valiente
o niño de días, que alueñe estaré,
e fasta que llegues a viejo impotente
la mi vanida me detardaré?
Avíate bien, que yo llegaré
a ti a dessora, que non he cuidado
que tú seas mancebo o viejo cansado
que cual te fallare tal te llevaré.
—«Romance del enamorado y la muerte», Anónimo/Juan del Encina: nótese las diferentes formas en el comienzo y otros cambios en el romance, sobre todo en la adaptación de diversas canciones.
++++Moribundos.
—«Una escena de muerte», de Emily Brontë, trata de un moribundo, probablemente un personaje de un mundo imaginario, Gondal, creado por la poeta.
Supe que él estaba muriendo:
Me arrodillé, y tomé su lánguida cabeza,
No sentí su aliento, ni oí ningún suspiro;
Entonces supe que estaba muerto.
+++++Pensando en los muertos.
—«Nuestros muertos», de William Ospina (1954) es un formidable poema que nos deja el sabor amargo del remordimiento, al comprender lo que no le hemos dado a nuestros seres queridos, ya muertos, cuando vivían.
–v. Poemas de Ospina
++++++Olvido de los muertos.
—«Los muertos van deprisa», Rosalía de Castro: los fallecidos son los de menos, pues los vivos corren tras la herencia de los difuntos.
¿Cuándo vendrá la muerte? No sabemos.
¿El cómo y el lugar? Ni en conjetura.
¿El detener su curso? ¡Qué locura!
Sólo es cierto y de fe que fallecemos.
D. DE TORRES VILLARROEL
Del oro, como muchos, no dependo (...)
Solamente dependo de la muerte,
ya que discurso no hay ni diligencia
que de su despotismo nos liberte.
Mas la espero sin miedo y con paciencia,
vivo sin desearla; y de esta suerte,
amigo, se acabó la dependencia.
T. DE IRIARTE
Débil mortal no te asuste
mi oscuridad ni mi nombre;
en mi seno encuentra el hombre
un término a su pesar.
(...)
Isla yo soy del reposo
en medio el mar de la vida,
y el marinero allí olvida
la tormenta que pasó;
allí convidan al sueño
aguas puras sin murmullo,
allí se duerme al arrullo
de una brisa sin rumor.
ESPRONCEDA, Canción de la muerte
Canción de la muerte, José de Espronceda
Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo;
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron.
(...)
Ante aquel contraste
de vida y misterio,
de luz y tinieblas,
yo pensé un momento:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!
(...)
¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es vil materia,
pobredumbre y cieno?
¡No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
que al par nos infunde
repugnancia y duelo,
aunque es fuerza hacerlo,
el dejar tan tristes
tan solos los muertos.
G. A. BÉCQUER, Rima LXXII
–Lectura AQUÍ
Cerraron sus ojos (Rima LXXII), Gustavo Adolfo Bécquer
El paraíso existe;
pero no es un lugar (cual la creencia
común pretende) tras el hosco y triste
bregar del mundo; el paraíso existe;
pero es sólo un estado de conciencia.
A. NERVO, Los muertos
The stars are not wanted now: put out every one;
Pack up the moon and dismantle the sun;
Pour away the ocean and sweep up the wood,
For nothing now can ever come to any good.
Ya no deseo las estrellas: apáguenlas todas;
Llévense la luna y desmantelen el sol;
Vacíen el océano y talen los bosques,
Porque ya nada puede volver a ser como antes.
W. H. AUDEN, Funeral blues
Funeral blues, W. H. Auden
Al estanque se le ha muerto
hoy una niña de agua.
Está fuera del estanque,
sobre el suelo amortajada.
F. GARCÍA LORCA, Nocturno IV
Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses...
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.
M. HERNÁNDEZ, Sentado sobre los muertos
¡Pobre corral de muertos entre tapias
hechas del mismo barro,
sólo una cruz distingue tu destino
en la desierta soledad del campo!
UNAMUNO, En un cementerio de lugar castellano
–Lectura AQUÍ
POEMAS DE CEMENTERIO [Poemas de cementerio–y AQUÍ]
—Enterramiento, Sepultura, Sepulcro, Tumba, Fosa..., inc. Epitafios—A una calavera, Lope de Vega*
Blues del cementerio, Antonio Gamoneda
Cementerio, Dionisio Ridruejo
¡Cómo callan los muertos!, Amado Nervo –silencio sepulcral
Elegía anticipada, Luis Cernuda [Análisis AQUÍ] –Lectura AQUÍ
En el entierro de un amigo, Antonio Machado
En la altura los cuervos graznaban, Rosalía de Castro –entierro [y AQUÍ]
En un cementerio de lugar castellano, Miguel de Unamuno [Análisis AQUÍ]
Epitafio, Nicanor Parra+ –autorretrato
Epitafio de María Pacheco, Diego Hurtado de Mendoza+ –historia, personaje
Epitafio para la tumba de un poeta, José Hierro+
Epitafio para mi tumba, Alfonsina Storni+/++
Flores de cementerio, Teófilo V. Méndez Ramos
Había tierra en ellos, Paul Celan++
Inscripción al sepulcro de Dominico Greco, Luis de Góngora –personaje
La buena sirvienta (La servant au grand coeur), Charles Baudelaire***
[Análisis AQUÍ] –Canción AQUÍ (Léo Ferré)
Na tomba do xeneral inglés sir John Moore, Rosalía de Castro****
O simiterio da Adina (parte II de «¡Padrón...! ¡Padrón...!»), Rosalía de Castro****
¡Qué bien están los muertos!, Amado Nervo
Sepulcro en Tarquinia, Antonio Colinas++ [Comentario AQUÍ]
Un cementerio quer mira al mar, Alfonsina Storni
____
+Epitafios, de diferentes estilos.
—«Epitafio», de Peter Sinfield, poeta y músico, es la letra de la canción ‘‘Epitath’’ del grupo de rock progresivo King Crimsom. Más que un epitafio es una elegía, o un lamento elegíaco por la confusión de la humanidad y su triste destino.
The fate of all mankind I see
Is in the hands of fools.
Confusion will be my epitaph.
El destino de toda la humanidad que veo
Está en manos de tontos.
Confusión será mi epitafio.
—«Epitafio de María Pacheco», de Diego Hurtado de Mendoza (1503-1575), es una reafirmación del ideario de su marido, el comunero Juan de Padilla.
Si preguntas mi nombre, fue María;
si mi tierra, Granada; mi apellido,
de Pacheco y Mendoza, conocido
el uno y el otro más el claro día;
si mi vida, seguir a mi marido;
mi muerte, en la opinión que él sostenía.
España te dirá mi cualidad,
que nunca niega España la verdad.
–María Pacheco era conocida como «Leona de Castilla» o «El último comunero», esposa del comunero Juan de Padilla, ejecutado tras la derrota en Villalar (enfrentado a las tropas realistas de Carlos I, rey al que se oponían los comuneros). [v. Guerra de las Comunidades de Castilla]
–El poeta Diego Hurtado de Mendoza era hermano de María Pacheco.
—Quevedo escribió el poema «¡Cómo de entre mis manos te resbalas! (Salmo XIX)» [v. Poemas sobre la vida], en el que dice cómo la muerte fría llega callada, en dos versos que aparecen como epitafio en su tumba.
¡Qué mudos pasos traes, oh muerte fría,
pues con callado pie todo lo igualas!
++Tumba, Sepulcro, Sepultura, Fosa...
—«Había tierra en ellos», de Paul Celan, habla de personas que cavan su propia fosa, al parecer, los padres del poeta, judíos, en un campo de concentración nazi; y parece haber una recriminación a Dios, por permitirlo.
Había tierra en ellos y
cavaban.
Cavaban y cavaban y pasaba así
el día y pasaba la noche. No alababan a Dios
que, según les dijeron, quería todo esto,
que, según les dijeron, sabía todo esto.
—«Na tomba do xeneral inglés sir John Moore, de Rosalía de Castro», cuyo título completo es «Na tomba do xeneral inglés sir John Moore morto na batalla de Elviña (Coruña) o 16 de xaneiro de 1809» –En la tumba del general inglés sir John Moore muerto en la batalla de Elviña (Coruña) el 16 de enero de 1809), larga denominación para un extenso poema elegíaco, incluido en Follas novas, en homenaje a John Moore, militar británico que murió en aquella batalla de la Guerra de la Independencia Española (enmarcada en las Guerras Napoleónicas) contra los franceses, a causa de una bola de cañón. En esta elegía, con dedicatoria de la poeta «A mi amiga María Bertorini, nativa del País de Gales», cuyo nombre de soltera era Mary Margaret Jones, Rosalía comienza con una evocación de la tierra que vio nacer al protagonista («britanas islas»), lamentando que haya tenido su último descanso lejos de sus seres queridos, y lo remata con el deseo que descanse en paz y diciéndoles a los hijos de Albión que han de estar tranquilos, porque yacen en un lugar inmejorable en el que sólo puede añorar el abrazo de los suyos.
—«Sepulcro en Tarquinia», de Antonio Colinas (1946): largo poema de más de 500 versos, con potentes imágenes y ambigüedad de contenido –lo leemos AQUÍ–.
–Tarquinia es una ciudad en el Lacio, Italia, que tiene una importante necrópolis etrusca que es Patrimonio de la Humanidad.
—En relación a los sepulcros, podemos añadir una estrofa del poema «A mis soledades voy», de Lope de Vega. [Ya visto AQUÍ]
Mirando estoy los sepulcros
cuyos mármoles eternos
están diciendo sin lengua
que no lo fueron sus dueños.
*«A una calavera», de Lope de Vega, es un soneto sobre una calavera [de mujer], símbolo de mortalidad o muerte.
Esta cabeza, cuando viva, tuvo
sobre la arquitectura destos huesos
carne y cabellos, por quien fueron presos
los ojos que mirándola detuvo.
**«Elegía escrita en un cementerio rural», de Thomas Gray (1716-1771), es uno de los grandes poemas de cementerio, en estilo anticipado al romanticismo y al gótico; incorpora elementos macabros, lúgubres, con referencias a tumbas, lápidas y epitafios. Y sí, los senderos de gloria conducen a la tumba...
La gloria de la heráldica, la pompa del poder,
y todo lo que aportan la riqueza y belleza
aguardan por igual la inevitable hora:
los senderos de gloria conducen a la tumba.
–Lectura AQUÍ
–Thomas Gray es uno de los poetas de cementerio (‘‘Graveyard Poets’’), grupo de poetas prerrománticos ingleses del siglo XVIII, caracterizado por meditaciones melancólicas sobre la mortalidad, los 'cráneos y los ataúdes, los epitafios y los gusanos' en el contexto del cementerio. Otros poetas de cementerio: Thomas Parnell, Thomas Warton, Thomas Percy, James Macpherson ‘‘Ossian’’, Robert Blair, William Collins, Mark Akenside, Joseph Warton y Edward Young.
***«La buena sirvienta», de Charles Baudelaire, sobre una sirvienta que yace en el cementerio muerta y olvidada, es un poema sin título que, sin embargo, aparece titulado de diferentes maneras («A la sirvienta...», «A la criada...»), y lo elegimos según la versión de Antonio Martínez Sarrión.
A la buena sirvienta que un día os tuvo celosa
Y que su sueño duerme bajo la humilde hierba,
Pese a todo, debiéramos llevarle algunas flores.
(...)
Si en una noche azul y helada de Diciembre
La encontrara encogida en un rincón del cuarto,
Grave y recién llegada de su lecho perenne,
Ciñendo al niño grande con maternal mirada,
A aquella alma piadosa ¿qué le respondería
Viendo caer las lágrimas de sus profundos párpados?
****En «O simiterio da Adina» (El cementerio de Adina), parte II del poema «¡Padrón...! ¡Padrón...!», Rosalía de Castro muestra su tierna emoción por un lugar de enterramiento que le parece encantador, por un camposanto entrañable, a pexar de que también imponga por los restos mortales que alberga.
Moito te quixen un tempo,
simiterio encantador,
cos teus olivos escuros,
máis vellos que os meus abós;
cos teu cregos venerables,
que se iban sentar ó sol,
mentras cantaban os páxaros
as matutinas cancións,
e co teu osario humilde
que tanto respecto impón
cando da luz que nel arde
ve un de noite o resprandor.
*****El «Réquiem» de Stevenson está grabado como epitafio en su tumba, en Samoa, en el Pacífico Sur, donde pasó los últimos años de su vida.
Under the wide and starry sky,
Dig the grave and let me lie.
Glad did I live and gladly die,
And I laid me down with a will.
This be the verse you grave for me:
Here he lies where he longed to be;
Home is the sailor, home from sea
And the hunter home from the hill.
Bajo el vasto cielo estrellado
cavad mi tumba y dejadme yacer allí.
Alegremente viví y alegre moriré,
acostado con un último deseo.
Que sea éste el verso que graben para mí:
“Aquí yace donde quería yacer;
ha vuelto el marinero, ha vuelto del mar;
y de la colina ha regresado el cazador”.
Elegy Written in a Country Churchyard, Thomas Gray
¡Qué bien están los muertos,
ya sin calor ni frío,
ya sin tedio ni hastío!
A. NERVO
—Y tú, sin sombra ya, duerme y reposa,
larga paz a tus huesos...
Definitivamente,
duerme un sueño tranquilo y verdadero.
A. MACHADO, En el entierro de un amigo
–Lectura AQUÍ
¡Fiesta de todos los muertos!
Son tantos que me figuro
Su aglomeración por masas
De silencio sin asunto.
J. GUILLÉN, 2 de noviembre
—Día de los Fieles Difuntos*, Día de los Muertos
2 de noviembre, Jorge Guillén
Día de difuntos, José Asunción Silva
____
*La iglesia Católica conmemora el 2 de noviembre el Día de los Fieles Difuntos.
POEMAS SOBRE EL SUICIDIO
A un suicida en una piscina, Luis Hernández*
Co seu xordo e constante mormorío, Rosalía de Castro** –humor
¡Ea!, ¡aprisa subamos de la vida...!, Rosalía de Castro**
El suicida, Jorge Luis Borges [ya visto AQUÍ]
¿Por qué, Dios piadoso?, Rosalía de Castro** [ya visto AQUÍ]
Suicidio en las trincheras (Suicide in the trenches), D. H. Lawrence
Una balada de suicidio (A Ballad of Suicide), G. K. Chesterton [An. AQUÍ]
Voy a dormir, Alfonsina Storni
____
*Luis Hernández (1941-1977), poeta y médico, al parecer se suicidó; sufría un trastorno mental. Podemos leer poemas suyos AQUÍ, y escuchar su voz –de una entrevista– AQUÍ. «La poesía hace que se sufra menos...».
**Rosalía de Castro toca el tema del suicidio en el ámbito marino, como si el mar ejerciese una atracción con su oleaje. [v. La muerte en su poesía]
—En «Co seu sordo e constante mormorío» (Con su sordo y constante murmullo) habla de esa tentación o invitación al definitivo descanso, con cierto humor.
Co seu xordo e constante mormorío
atráime o oleaxen dése mar bravío,
cal atrái das serenas o cantar.
«Neste meu leito misterioso e frío
–dime–, ven brandamente a descansar».
El namorado está de min... ¡o deño!,
i eu namorada del.
Pois saldremos co empeño,
que si el me chama sin parar, eu teño
unhas ansias mortáis de apousar nel.
—En «¡Ea!, ¡aprisa subamos de la vida...!», la misma llamada del mar que invita, ya muerta la esperanza terrena, ansiando de la muerte la ‘soledad terrible’ y esperando tal vez otra vida mejor en el más allá, una incierta vida celestial.
Ruge a mis pies el mar, ¡soberbia tumba!
La onda encrespada estréllase imponente
contra la roca, y triste muere el día
como en el hombre la esperanza muere.
¡Morir!; esto es lo cierto;
y todo lo demás mentira y humo;
y del abismo inmenso,
un cuerpo sepultóse en lo profundo.
Lo que encontró después posible y cierto
el suicida infeliz, ¿quién lo adivina?
¡Dichoso aquel que espera
tras de esta vida hallarse en mejor vida!
***«Una balada de suicidio», de G. K. Chesterton (1874-1936), se aleja del optimismo habitual del autor, pero tampoco es trágico, pues la intención suicida es poco clara, dubitativa, y finaliza cada estrofa en un tono irónico.
I think I will not hang myself to-day.
Creo que hoy no me ahorcaré.
–También titulada: «La balada del suicidio», «La balada del suicida».
–Chesterton es un maestro de la ironía y la paradoja.
No quedará en la noche una estrella.
No quedará la noche.
Moriré y conmigo la suma
del intolerable universo.
Borraré las pirámides, las medallas,
los continentes y las caras.
Borraré la acumulación del pasado.
Haré polvo la historia, polvo el polvo.
Estoy mirando el último poniente.
Oigo el último pájaro.
Lego la nada a nadie.
J. L. BORGES, El suicida
El suicida, Jorge Luis Borges
[Vídeo post.]
POEMAS DE EJECUCIÓN (Pena de muerte, Sacrificio)
A la muerte de Torrijos y sus compañeros, José de Espronceda –historia
A varios amigos, Manuel del Palacio –garrote
El cadalso, Antonio Machado*
El elegido, Luis Cernuda –sacrificio
El reo de muerte, José de Espronceda –Lectura AQUÍ
Garrote vil, Ramón M. del Valle-Inclán [y AQUÍ] –Lectura AQUÍ
Mi último adiós (Despedida), José Rizal –Lectura AQUÍ
____
Y POEMAS SOBRE LA INMORTALIDAD
De profundis, Christina Rossetti* –deseo de inmortalidad [y AQUÍ]
El muerto, José Hierro** –conciencia de inmortalidad
Himno a la inmortalidad, José de Espronceda+
Oda a la inmortalidad (Ode: Intimations of Immortality), William Wordsworth+
Su inmortalidad (Her immortality), Thomas Hardy –dolor de ausencia
–Canción AQUÍ
¿Y ha de morir contigo el mundo mago...?, Antonio Machado*** –duda [An. AQUÍ]
Y la muerte no tendrá dominio, Dylan Thomas**** –conciencia de inmortalidad
(And Death Shall Have No Dominion)
____
*«De profundis», de Christina Rossetti (1830-1894), expresa el deseo de escapar a la mortalidad y acceder a los misterios de la eternidad.
Porque estoy atado con ataduras carnales,
la alegría y la belleza están más allá de mi alcance;
esfuerzo mi corazón, estiro mis manos,
y me aferro a la esperanza.
–Hermana de Dante Gabriel Rossetti, pintor y poeta prerrafaelita, Christina Rossetti es probablemente la poeta más importante de la poesía victoriana.
**«El muerto», de José Hierro (1922-2002), ya en su arranque expresa el alegre motivo de la inmortalidad, con conciencia de inmortalidad.
Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar la alegría
no podrá morir nunca.
***El poeta, Antonio Machado, duda y se pregunta qué nos deparará la muerte, si nuestro mundo, como creación del alma,
desaparecerá con nosotros.
¿Y ha de morir contigo el mundo mago
donde guarda el recuerdo
los hálitos más puros de la vida,
la blanca sombra del amor primero...?
****«Y la muerte no tendrá dominio», de Dylan Thomas (1914-1953): el poeta parece expresar la conciencia de inmortalidad del alma.
+Himnos y odas a la inmortalidad.
—«Oda a la inmortalidad», de William Wordsworth (1770-1850), poema literalmente titulado «Oda: Insinuaciones de inmortalidad», se ha traducido con ese otro título y reducido el poema a una versión particular.
...Though nothing can bring back the hour
Of splendour in the grass, of glory in the flower?
I We will grieve not, rather find
Strength in what remains behind.
...aunque nada puede hacer volver la hora
de esplendor en la hierba, de gloria en la flor;
no nos afligiremos, más bien encontraremos
fuerza en lo que queda atrás.
Ode: Intimations of Immortality/Oda a la inmortalidad
–El título de la película Esplendor en la hierba (1961)
de Elia Kazan procede de este poema.
Lectura en esta película AQUÍ
Oda a la inmortalidad, William Wordsworth
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Alegoría de la inmortalidad (h. 1540), Giulio Romano |
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Memento mori (Recuerda que morirás) Frase latina que nos recuerda la mortalidad |
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