viernes, 30 de octubre de 2009

Educación sanitaria mediante folletos informativos

Fuente
 

EDUCACIÓN SANITARIA. Enseñar a los profanos a mantener la salud por su propio esfuerzo. La OMS propone dos métodos: acción directa –prioritaria– e indirecta. Métodos directos: entrevista clínica y charla/conferencia. Métodos indirectos: medios visuales (murales o carteles, prensa, folletos y publicaciones) y medios sonoros (charlas radiofónicas o programas más complejos: noticiarios…). Debiendo ser prioritaria la educación para la salud, está olvidada en nuestro medio; la actual organización sanitaria sólo propicia la asistencia.
La educación sanitaria (educación para la salud)*, entendida como modificación en sentido favorable de conocimientos, actitudes y comportamientos de salud de individuos, grupos y colectividades, implica dos tipos de actuación: 1) acción directa, mediante contacto directo con los educandos (entrevista, charla, coloquio); y 2) acción indirecta, mediante sistemas visuales y/o sonoros (prensa, radio, TV, cine, diapositivas, carteles, folletos, cartas circulares).

La intervención directa ya se hace individualmente en las consultas, mediante la entrevista clínica y el Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS), y, cuando las condiciones de los centros lo permiten, se realiza también en grupos de pacientes crónicos e incluso en diferentes colectivos comunitarios.

La intervención indirecta es complementaria y, entre sus métodos, el empleo de folletos informativos se contempla coma una opción asumible y potencialmente eficaz, excepto en grupos no alfabetizados; sin olvidar que las cartas circulares pueden ser más eficaces en individuos o grupos más sensibilizados por un tema concreto.


*La Constitución Española en su art. 43.3 dice que «los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria».

FOLLETOS INFORMATIVOS

Basados en los principios de simplificación, claridad e interés general, los folletos informativos persiguen prioritariamente la promoción de la salud, instando a la modificación de hábitos y comportamientos perjudiciales (para uno mismo y para los demás) y a la prevención de la enfermedad, informando del beneficio de las medidas profilácticas, especialmente de las vacunaciones; son una estrategia de incitación al autocuidado. También sirven para notificar sobre los servicios sanitarios, en cuanto a la disponibilidad y normas de acceso, que convendrá acatar en beneficio de todos, sin que de ninguna manera supongan menoscabo de la accesibilidad o del derecho a la salud de los ciudadanos.

Sobre los folletos informativos para pacientes realicé una propuesta de educación sanitaria (texto en gallego), diseñando un folleto tipo:

Tema: ..................................................
1) ¿Qué significa o de qué se trata?
2) ¿Qué importancia tiene?
3) ¿Cómo se debe actuar?
4) ¿Qué no hay que hacer?
5) ¿Cuándo conviene acudir al centro de salud?
6) ¿Qué más debemos considerar? (prevención, puntualizaciones...)

De los varios ejemplos presentados en la referida propuesta, el más oportuno para esta época invernal –y de alarma gripal– es el de las infecciones respiratorias altas, que a continuación reproduzco, no sin antes reiterar la llamada a la calma.


INFECCIONES RESPIRATORIAS ALTAS

1) ¿Qué significa o de qué se trata?
  • Invasión de las vías respiratorias altas o superiores (nariz y garganta) por microorganismos o microbios, principalmente virus. 
  • Nos referimos aquí a las infecciones agudas, de breve duración, y no a las crónicas, de larga duración. 
Las infecciones respiratorias se propagan por gotitas de saliva diseminadas en el aire al hablar, toser o estornudar.

2) ¿Qué importancia tienen?
  • Representan la mayor parte de las consultas en el período invernal. 
  • Nadie ignora la incidencia del catarro (resfriado común), de la gripe o de las anginas (faringitis e amigdalitis). 
 Provocan molestos síntomas locales (obstrucción nasal, tos seca, dolor de garganta) y generales (fiebre, cefalea, dolor muscular, etc.).

3) ¿Cómo se debe actuar?
  • Nos limitaremos al alivio sintomático de dolor y fiebre (aspirina o paracetamol), congestión nasal (suero salino) y tos molesta (antitusivo). 
  • Puede ser conveniente guardar reposo, cuando la fiebre y otros síntomas así lo aconsejan, no olvidando la necesaria toma de líquidos. 
El catarro y la gripe son infecciones producidas por virus (víricas), y gran parte de anginas también son víricas.

4) ¿Qué no hay que hacer?
  • Automedicarse con fármacos inconvenientes y nunca con antibióticos. 
  • Tomar lo que le fue bien a otros sin tener en cuenta contraindicaciones o alergias propias. 
No hay tratamiento específico para los virus causantes de las infecciones respiratorias, por lo que sólo cabe tratar los síntomas.

5) ¿Cuándo conviene acudir al centro de salud?
  • Cuando no se mejora en unos días con el tratamiento sintomático (antitérmico, descongestivo, antitusivo). 
  • Cuando los síntomas sugieren complicaciones (sinusitis, otitis, bronquitis, neumonía...) o simplemente cuando existe cualquier duda. 
 6) ¿Qué más debemos considerar?
  •  En ocasiones se precisan antibióticos, caso de anginas o catarros complicados, pero la recomendación debe hacerla el médico.
  • En lo referente a la gripe, la vacunación antigripal en las personas de riesgo es la mejor medida preventiva.
            ***
            Bibliografía
            Brea Feijoo JM. Proposta de educación sanitaria: acción indirecta mediante folletos informativos. Publicación: Cad Aten Primaria 2007; 14 (2): 128-133.

            jueves, 29 de octubre de 2009

            El humorismo


            Humorismo (RAE): Modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad,
            resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas.

            Comenzaré por reflexiones humorísticas de El viejo Saladino

            El humorismo es un antídoto a los estados de aflicción, benefactor de todos los humores o líquidos corporales, promotor de salud y terapéutica del fracaso. Alguien sentenció: melancolía de un alma elevada que llega a divertirse incluso con aquello que le entristece (L. Pirandello); casi un dictado masoquista. Otro precisó: una forma especial de ironía. Un gran filósofo discrepó: todo lo contrario de la ironía, pues ésta es la broma oculta en la seriedad y el humor es la seriedad oculta en la broma (F. Schlegel).

            Quien tiene sentido del humor, el humorista verdadero, ve el anverso y el reverso de las cosas; descubre algo bueno en lo malo y viceversa: la nobleza de lo ridículo y la ridiculez de lo noble, la humildad de la vanidad y el orgullo de la modestia, la grandeza de lo pequeño y la pequeñez de lo grande, el sesgo virtuoso de la hipocresía y la mentira de la sinceridad. Una aporía que parece llevar a la aparente contradicción o antinomia. Pero es que el humorista huye de las nociones absolutas. Nada es verdad ni mentira.

            El humor no es la mera risa, la comicidad –justamente, uno de sus polos–, sino más bien una concepción de la vida, un modo de sentirla, un estado global del hombre. Hay una diferencia esencial entre el humor y la comicidad: ésta es incompatible con el sentimiento y el humor está vinculado con la simpatía, con la ternura, con la compasión. No es la carcajada de la hiena burlona, sino la mirada amable y confidente del perro fiel.

            Lo humorístico parece empalidecer al lado de lo cómico, vivamente coloreado. El humor oscurece totalmente si nos vamos hacia el negro, nutrido de elementos trágicos y tétricos. Habitual en mi entorno el humor negro, nunca me atrajo demasiado; no me agradan sus elementos fúnebres y grotescos. Posiblemente haya surgido como terapia; de lo que da miedo, porque se desconoce, es mejor reírse para curarse de espantos.

            Nadie podría soportar tantas tensiones y desgracias sin la válvula de escape del humor. Destensa la musculatura facial, cervical, escapular o dorsal; nos adentra en una placentera blancura que ampara de las preocupaciones; nos hace reconocer humildemente la propia pequeñez; nos hace reír con naturalidad infantil ante un mal chiste. Cualquier método puede ser válido para alcanzar el objetivo humorístico perseguido, siempre que no dañemos el entorno ni perjudiquemos al prójimo.

            ¿Y son compatibles humor y poesía? A pesar de la incapacidad para comprender el humor en los líricos “puros”, en los ensimismados, en los introvertidos, en la poesía hay lugar para las humoradas. Cervantes, novelista y poeta –no lírico puro–, fue el primer gran escritor humorístico. ¡Quién pudiera llegar a la suela de su zapato tan siquiera en este sentido!

            …para acabar en ajenas fuentes sonrientes, en las que Saladino ha bebido, donde manan «aforismos sobre el humor», que no chistosos:
            • El humor es todo lo contrario de la ironía; ésta consiste en “la broma oculta en la seriedad”, mientras el humor es “la seriedad oculta en la broma”. (Schopenhauer)
            • El humorismo no es amigo del llanto ni de la risa. Su elemento es la sonrisa (C. Fernández de la Vega)
            • Quien nos hace reír es un cómico. Quien nos hace pensar y luego reír es un humorista. (G. P. Burns)*
            • El humor es dolor que ríe. (Charles Chaplin)
            • Asegura Shakespeare que el dolor y la risa son los dos lados positivos de la vida. (R. Gómez de la Serna)
            • El humor es el caos emocional recordado con tranquilidad. (J. Thurber)
            • El humor es una válvula de escape de las miserias humanas.
            • El humor es la única arma que les queda a los débiles frente al poder opresor. El poder no usa el humor, porque el poder no admite bromas. (Máximo)
            • La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son. (W. Churchill)
            • Intentar definir el humorismo, es como pretender atravesar una mariposa usando a manera de alfiler un poste telegráfico. (E. Jardiel Poncela)
            • El humorismo chabacano, facilón, vulgar, prefabricado (= chiste) está al alcance de muchos, pero no se trata de auténtico humorismo. Es una deformación del humorismo. El término humorismo deriva del término humor y se refiere a una sutil y feliz disposición mental sólidamente basada en un fundamento de equilibrio psicológico y de bienestar fisiológico. (CM Cipolla)
            *Suele confundirse al humorista con el cómico. Éste es más bien bufón, payaso, clown. Así, hay que diferenciar lo humorístico de lo bufonesco.

            + Otros pensamientos sobre el humor
            • Nuestra sátira, nuestro sarcasmo, se parece más al humour inglés que no a la ironía francesa. (Unamuno, Malhumorismo)
            • El buen humor es el mejor traje que puede lucirse en sociedad. (W. Thackeray)
            • Se predica contra muchos vicios, pero no sé de nadie que haya predicado contra el mal humor. (Goethe)
            + Sonrisa [post., por aporte de lector]
            • La sonrisa es el idioma universal de los inteligentes. (T. de Iriarte)
            • Una sonrisa es un rayo de luz en la cara. (W. Thackeray)
            • La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz. (Prov. escocés)
            • El maquillaje que embellece más es una sonrisa sincera.​ (Anónimo)
            • Una gran sonrisa es un bello rostro de gigante. (C. Baudelaire)
            • Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada. (W. Shakespeare)
            • Una sonrisa es a menudo lo más esencial. Uno es recompensado con una sonrisa. Uno está animado por una sonrisa. (A. de Saint Exupéry)
            • No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa. (A. Casona)
            • Son necesarios cuarenta músculos para arrugar una frente, pero sólo quince para sonreír. (S. Sivananda)

            Humoresca nº 7, Antonín Dvořák
            ***
            Que esté la bella casada,
            bien vestida y mal celada,
            bien puede ser;
            mas que el bueno del marido
            no sepa quién dio el vestido,
            no puede ser.
            GÓNGORA, Bien puede ser
            (Que pida a un galán Minguilla)
            –Lectura AQUÍ

            ANEXO: POEMAS DE HUMOR (Poemas humorísticos/cómicos, Poesía burlesca)
            [Humoradas, Epigramas...]
            A don Francisco de Quevedo, Luis de Góngora
            A Francisco de Quevedo, Luis de Góngora
            A un giboso delante (Epigrama), Baltasar de Alcázar+
            A una dama bizca y hermosa, Francisco de Quevedo*
            A una nariz, Francisco de Quevedo [y AQUÍ. Análisis AQUÍ]
            Adivinanza (Epigrama), Baltasar de Alcázar+
            Aquí yace mi mujer (Epigrama), Leandro Fernández de Moratín+
            Bien puede ser (Que pida a un galán Minguilla), Luis de Góngora
            Ciencia de los cortesanos de este siglo, Diego de Torres Villarroel** –Lectura AQUÍ
            ¡Cómo cambian los tiempos!, Vital Aza  –poesía. Lectura AQUÍ
            El Bosco, Rafael Alberti –personajearte. Lectura AQUÍ
            El camello cojito (Auto de los Reyes Magos), Gloria Fuertes –Lectura AQUÍ
            Fábula de Equis y Zeda, Gerardo Diego*** –amor [Análisis AQUÍ]
            Hoy comamos y bebamos, Juan del Encina gastronomía
            Humorada, Ramón de Campoamor [De Humoradas; selec. AQUÍ]****
            Saber sin estudiar (Epigrama), Leandro Fernández de Moratín+
            San Antonio bendito, Rosalía de Castro
            Soneto a Luis de Góngora, Francisco de Quevedo*
            Su modo de vivir en la vejez, Baltasar del Alcázar –humor
            Una cena, Baltasar del Alcázar –gastronomía
            Yo te untaré mis obras con Tocino, Francisco de Quevedo*

            +El epigrama es un poema breve, festivo o satírico, expresado de forma ingeniosa. [v. también: «El epigrama».] Destaca Baltasar de Alcázar por sus epigramas: A una mujer escuálida, Job, La nariz de clara... Uno de los conocidos epigramas de Moratín, Saber sin estudiar, comienza así:
            Admirose un portugués
            de ver que en su tierna infancia
            todos los niños en Francia
            supiesen hablar francés.

            *Estos poemas «humorísticos» de Quevedo son parte de la serie «satírica y burlesca», uno de los tres grupos principales de su poesía (los otros dos: poesía «ética» –incluida metafísica, moral, religiosa y heroica– y poesía «amorosa»). [Poesía satírica y burlesca. Francisco de Quevedo]

            **Diego de Torres Villarroel hace una crítica social con tono humorístico.
            Bañarse con harina la melena,
            ir enseñando a todos la camisa,
            espada que no asuste y que dé risa,
            su anillo, su reloj y su cadena...

            ***Se trata de una parodia humorística de las fábulas mitológicas, en la que Gerardo Diego hace un homenaje a Góngora. Irracional e indescifrable.

            ****¿Por qué a esas poesías cortas, tristes, risueñas, galantes o satíricas, se las llama «humoradas»? Porque en la mayor parte de esas expansiones de genio abierto, que el vulgo suele llamar salidas de tono, prepondera la tendencia cómico sentimental que se entiende por «humorismo». (Campoamor dixit)
            Háblame más... y más..., que tus acentos
            me saquen de este abismo;
            el día en que no salga de mí mismo,
            se me van a comer los pensamientos.

            Érase un hombre a una nariz pegado,
            érase una nariz superlativa,
            érase una nariz sayón y escriba,
            érase un pez espada muy barbado.
            QUEVEDO, A una nariz

            A una nariz, Francisco de Quevedo


            San Antonio bendito,
            dádeme un home,
            anque me mate,
            anque me esfole.
            R. DE CASTRO

            Ver:
            Poemas humorísticos, M. Cornejo González

            martes, 27 de octubre de 2009

            Grandes compositores y desequilibrio emocional (7): Otros músicos zozobrantes

            Con Gustav Mahler podríamos haber cerrado una relación significativa de músicos imperecederos y desequilibrados, considerando el desequilibrio con las reservas expuestas en la introducción a esta serie. Pero me parece conveniente recordar otras evidencias, anteriores y posteriores al gran sinfonista.

            Tengamos en cuenta que personalidades tan vitales como Nicolo Paganini (1782-1840) o Franz Liszt (1811-1886), con tumultuosas existencias entregadas a numerosos amoríos, tuvieron sus hundimientos morales, y en el caso de Liszt una vocación religiosa tardía (¿temor a la muerte cercana?) que recuerda a Lope de Vega. Que la imagen lánguida de Frédéric Chopin (1810-1849), víctima de la enfermedad romántica por excelencia, la tuberculosis, se mantuvo imperturbable a pesar de los cuidados de George Sand, su famosa amante, y de su estancia en Mallorca, por mor de su benignidad climática; tal vez por una melancólica idiosincrasia que le llevó a componer poéticos nocturnos y otras piezas pianísticas inigualables, que lejos de la languidez dan muestras de una gran energía. Que la personalidad de Richard Wagner (1813-1883) presenta estigmas de megalomanía o que Alexander Scriabin (1872-1915) se dejó embargar por la mística iluminación teosófica. Y que un americano singular y un británico diferente merecen distinción en el musical espacio del desasosiego: Gerswhin y Britten.

            El raro caso de George Gershwin (1898-1937), no heredero directo de la tradición europea sino hijo musical del siglo XX, es para maravillarse. Un americano de ascendencia rusa (su apellido en origen era Gershowitz), un judío que introduce punzantes ritmos jazzísticos y el estilo melancólico del blues cantado, con raíces africanas revestidas por su particular visión. Desdeñado por los puristas, que negándolo como compositor serio lo consideran un musiquillo de “music-hall”, se empapó del folklore de Carolina del Sur para realizar una obra maestra, única en la historia del teatro lírico, llena de canciones e himnos concebidos al estilo de los espirituales negros: Porgy and Bess. Con todo, es el más célebre de los compositores americanos. Pero como hombre sigue siendo un enigma para los estudiosos. Había sido un niño melancólico, y tras conquistar gloria y fortuna se sentía desgraciado, esclavo de sí mismo.

            Gershwin fue ganado por el psicoanálisis y, al parecer, en sus desplazamientos desde Nueva York, ciudad donde nació y vivió, se hizo acompañar alguna vez por su psicoanalista. Posiblemente estaba acomplejado por sus carencias técnicas, abrumado por las complejidades armónicas de otros músicos coetáneos (como Ravel o Stravinsky), aunque en verdad estuviera sobrado talento. Aprisionado en el tiempo, quizás se sentía angustiado por no poder crear más obras de envergadura y tener que limitarse a sus sencillas canciones. Acaso sus males derivasen del tumor cerebral que le llevó a la tumba con sólo treinta y ocho años. Sea como fuere, igual que a la mayoría de homínidos pensantes se le negó la plena felicidad terrena.

            Foto de 1974 (Britten-Pears Foundation)
            Benjamin Britten (1913-1976), un músico relativamente cercano en el tiempo, sufrió un duro golpe a su ideal de juventud, que preveía un futuro de felicidad para toda la humanidad truncado por la guerra civil española y el ascenso del nazismo. Su tendencia a la melancolía –como la de otros grandes músicos– tal vez se vio agravada por los acontecimientos; prefirió el aislamiento al aplauso general, y su pesimismo queda reflejado en su testamento sonoro. Su Réquiem de Guerra (War Requiem) es la declaración de un pacifista convencido contra todo conflicto bélico y la inutilidad de la destrucción. Como todo hombre hipersensible, habría de herirle hondamente el violento mundo que le rodeaba. Precisamente la hipersensibilidad portadora de sufrimiento, no la inclinación sexual del compositor, justifica la inclusión de Britten en este capítulo.
            ***
            Este artículo es una parte de otro publicado en Filomúsica (revista de música culta):  
            (He realizado pequeños cambios y añadidos)

            ANEXO. Gracias a las aportaciones del doctor Carlos Delgado, psiquiatra y melómano, puedo añadir otros grandes nombres a la nómina de músicos desequilibrados en función de diferentes patologías. Alcohólicos: Alexander Glazunov (1865-1936) y Max Reger (1873-1916). Depresivos o con trastorno bipolar: John Dowland (1563-1623), George Frederic Handel (1685-1759), Gioachino Rossini (1792-1868), Mikhail Glinka (1804-1857), Edward Elgar (1857-1934), Gustav Holst (1874-1934), Charles Ives (1874-1954). Obsesivos: Antonin Dvorak (1841-1904), Erik Satie (1866-1952), Alexander Scriabin (1872-1915), Manuel de Falla (1876-1946).

            lunes, 26 de octubre de 2009

            Louis Armstrong, el comienzo grande del jazz

            Amo a Pops, amo la forma en que canta, la forma en que toca, todo lo que hace, excepto cuando dice algo en contra de la música de jazz moderna. Miles Davis

            Louis Armstrong (1901-1971), en quien convencionalmente se establece el punto de partida de la historia del jazz –en la ciudad de Nueva Orleans, donde nació– fue el principal responsable de que el Jazz dejara de ser un estilo colectivo para transformarse en un arte de solista. Su genio y su capacidad interpretativa son únicos, su voz ronca y su trompeta intensa inconfundibles. Habría que esperar a dos saxofonistas, Lester Young, a finales de la década de 1930, y sobre todo a Charlie Parker, a mediados de la década de 1940, para que se reconociesen y desarrollasen sus ideas brillantes de fraseo y ritmo melódico.

            El talento de este cantante y trompetista enérgico y vital, conocido como “Satchmo” (boca grande), “Satch” y “Pops”, se revela en su virtuosismo y su gran capacidad de improvisación. Nada tocable parecía resistírsele (¿qué fue lo que no tocó o cantó este hombre?) y todo lo interpretaba con mucha expresividad y un gusto exquisito. Pero además de tener un gran oído musical, su personalidad era irresistible. Creo que representa la extrema vitalidad del Jazz, junto a Dizzy Gillespie y Lionel Hampton. Satchmo es uno de esos músicos imprescindibles y entrañables sin los cuales la historia de la música no sería la misma.

            Su figura única me inspiró hace mucho una composición pretendidamente poética y titulada, simplemente, Louis Armstrong


            LOUIS ARMSTRONG

            “Parabá-parabá”
            El aire pasa nítido,
            se contornea y danza,
            aviva hasta la médula
            en su infinito ritmo,
            entrando por las venas
            inacabable y distinto.
            De la trompeta mágica
            pasión y humor y gran ternura.
            Jamás monotonía
            en melodías espontáneas
            que fluyen transparentes
            sin esperar la muerte.

            “Ah dubi-dubi-dá”
            ¡Y la quebrada voz tan cálida!
            Es maternal susurro,
            amigable encuentro,
            bocanada amante,
            enorme lago negro
            inmerso en noche sosegada.
            Un modo de comunicar
            inconfundible.
            Sólo esa boca irrepetible
            para boquilla deseosa,
            sólo esos dedos como mazos
            para pistones expectantes.

            ¡Oh Satchmo! ¡Toca fuerte!
            Ya sé el secreto del sonido
            extraordinario
            y del relato proverbial
            de tu metálico instrumento:
            el trato que es dulzura,
            el alma que le insuflas,
            la vida entre las amplias manos.
            ¡Oh Satchmo! ¡No nos dejes nunca!
            ¡Viva por siempre
            en los espacios celestiales
            la vibración multicolor
            de tu negrísima garganta!

            [oct. 1998]

            A continuación una sintética biografía audiovisual de Louis Armstrong.


            Otros videos interesantes

             [Estándar del jazz]

            [Junto a Ella Fitzgerald]

            [Tango que inmortalizara Carlos Gardel]

            [De la película del mismo título]

            [Espiritual negro clásico]
            ***

            viernes, 23 de octubre de 2009

            La conquista de la felicidad


            Basándome en La conquista de la felicidad de Bertrand Russel, voy a referir los elementos que según este pensador frenan y favorecen la dicha terrena. Cada cual podrá añadir o eliminar lo que estime conveniente, en función de sus ideas o creencias. Entonces, el objetivo será liberarse de los primeros y avivar los segundos, sabiendo que influyen las circunstancias y que es decisiva la voluntad.


            Elementos que se oponen a la felicidad
            • La competencia, que supone la lucha por el éxito a través del dinero.
            • El fastidio o aburrimiento, que nos crispa, que nos devora, que nos hace sentir mal.
            • La excitación –sin placer–, lo mismo.
            • La fatiga –física o mental–, igual; la atribuida al excesivo trabajo es debida a la turbación y a la ansiedad, como cualquier preocupación o miedo.
            • La envidia, que es un mal devorador de bondad.
            • El sentido del pecado, que mucho hace sufrir.
            • La manía persecutoria, ídem.
            • El miedo al qué dirán, a la opinión pública, que nos colma de infelicidad.

            Elementos favorecedores de la felicidad
            • El entusiasmo, el signo más distintivo de los hombres felices.
            • El afecto, la convicción de que se nos quiere, el mayor estímulo para amar la vida.
            • La familia, seno de confianza, apacible refugio y fuente de afecto.
            • El trabajo, entendido como dignificación de la condición humana, no como degradación.
            • La admiración, como elemento opuesto a la envidia.
            • Los intereses impersonales o subsidiarios, los que nos atraen en las horas de ocio, aquello que disminuye la tensión de las preocupaciones.
            • El esfuerzo, imprescindible para lograr cualquier meta. 
            • La resignación, la conformidad con lo posible, la renuncia a lo que no puede ser; palabra odiosa y dura que tanto cuesta admitir. 
            ***
            Como complemento, enumero los elementos que parecen ser importantes para la felicidad según José M. Rodríguez Delgado en su libro La felicidad: 1. Salud, 2. Dinero (Nivel de vida), 3. Amor [hasta aquí la triada consabida], 4. Sexualidad, 5. Poder, 6. Éxito, 7. Fama, 8. Impacto histórico (entrar en la historia).

            jueves, 22 de octubre de 2009

            Racionalización del gasto farmacéutico


            En demasiadas ocasiones se buscan soluciones a los problemas, se hallan y no se aplican por no perjudicar intereses propios o ajenos. En cuanto a la pretendida racionalización del gasto farmacéutico público, podemos transmitir algunas ideas generales, ya tratadas y debatidas en diferentes foros, pero que permanecen en el candelero.
            1. La financiación adecuada de los medicamentos. El ahorro como fin y el condicionamiento en la prescripción de fármacos “superiores” a otros más baratos, son medidas políticas que van contra la ética, pero tampoco es admisible la financiación de medicamentos inútiles o de dudosa eficacia.

            2. La “integración farmacéutica, a través de la medida (¿utópica?) de la integración efectiva de los profesionales de farmacia en el sistema. Se corregiría el desequilibrio mediante la justicia distributiva, pagando por el servicio dado y no por lo vendido, y sobre todo se evitarían las dispensaciones de conveniencia. Una alternativa sería la opción intermedia de la “liberalización” que propone la Plataforma para la Libre Apertura de Farmacias (PLAFARMA)

            3. El copago farmacéutico, que los países de nuestro entorno aplican –y no sólo en este aspecto–, ha sido propuesto en varias autonomías. Hay fórmulas que impedirían el perjuicio de los más desfavorecidos: subida significativa de las pensiones, exención en crónicos de fármacos que precisan para tratar su enfermedad (aplicable también en los no pensionistas), redefinición del “punto negro” o cícero (aportación reducida), desgravaciones fiscales, etc. Tengamos en cuenta que no sólo hay que considerar la cuantía de la pensión, sino también el patrimonio, y en los trabajadores en activo su situación laboral, social y familiar. Por eso, en principio, pienso que todos los enfermos crónicos deberían tener una aportación reducida o nula en lo que concierne a su/s dolencia/s, pero ¡ojo!: no en el resto de productos de farmacia usados en procesos puntuales; ya sabemos que lo que nada cuesta, en nada se valora. El despilfarro es incompatible con la calidad y, más tarde o más temprano, hará inviable la sostenibilidad del sistema. Pero una decisión tan transcendente habrá de pasar por el tan cacareado Pacto de Estado por la Sanidad, que nunca llega. 

            4. La modificación del sistema de prestaciones. Hemos de recordar que los funcionarios, acogidos a la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE), si bien participan en el copago farmacéutico aunque sean pensionistas –pagan siempre un porcentaje del importe de las recetas–, tienen la ventaja de las prestaciones complementarias: prestaciones dentarias (prótesis, empastes, etc.), prestaciones oculares (gafas, lentillas, etc.) y otras (audífonos, laringófonos, colchones antiescaras, etc.), con lo que “compensan” su aportación en el gasto de farmacia. Me pregunto si no sería factible hacer extensible el modelo de MUFACE a la generalidad.
            ***
            No me parece justificado mantener el actual sistema de homologación de recetas, más conocido como visado de recetas, una peculiaridad hispánica mediante la cual farmacéuticos destinados a tal fin dan el visto bueno a determinadas prescripciones médicas, porque su finalidad puramente economicista ha entrañado resultados discutibles y porque genera molestias a usuarios y facultativos.

            A la prescripción médica y el gasto consecuente ya me referí en un artículo anterior, un resumen de un pequeño estudio propio publicado en la revista médica Cadernos de Atención Primaria, editada por la “Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria” (Agamfec). Dejo el enlace al texto completo en formato PDF:


            Nota sobre este estudio: la tabla 1 (Factores condicionantes de la PM y del GF) y la tabla 2 (Determinantes del uso racional de medicamentos) tienen sus contenidos intercambiados.

            miércoles, 21 de octubre de 2009

            Aforismos médicos 4


            En esta cuarta parte presento otras sentencias concisas y frases extraídas de escritos diversos que he convertido mediante el juego del lenguaje en aforismos, considerando lo expuesto en la primera parte. De la mayoría dejo constancia de la autoría; del que no tengo certeza prefiero dejarlo como anónimo. Comulgando o no con ellos, os dejo otra docena sobre el dolor y el tratamiento:
            • El prudente no aspira al placer, sino a la ausencia de dolor. (Aristóteles)
            • El dolor propio es insufrible; el ajeno, exagerado. (Anónimo)
            • Pretender esquivar todo sufrimiento significa sustraerse a una parte esencial de la vida humana. (K. Lorenz)
            • Si la necesidad de cuidados es intensa, la dolencia se hace también más intensa. (D. Morris)
            • Tres grandes componentes nos ayudan a interpretar el dolor ajeno: la expresividad facial, la manera de explicar el dolor y el estado emocional global. (F. Borrel i Carrió)
            • Dolor contado, al punto aliviado. (Refrán)
            • La relación médico-enfermo es la mejor arma terapéutica del profesional. (Anónimo)
            • Considerar que no puede ayudarse con nada al enfermo no tiene excusa y raras veces es verdad. (Smithiers)
            • Lo peor de las medicinas es que una de ellas hace necesarias a las otras*. (E. Hubbard)
            • El médico, con tanto prescribir y prescribir, no hace otra cosa que atender a personas que piden medicamentos y a personas que sufren las consecuencias de esos medicamentos*. (I. Illich)
            • El mejor médico es el que conoce la inutilidad de la mayor parte de las medicinas. (B. Franklin)
            • La regla de oro en el tratamiento del insomnio es no convertir al paciente en un drogadicto, en un adicto a fármacos. (J. Gérvas)
            * Sobre el tratamiento farmacológico llevado al extremo de lo negativo:
            • Casi todos los hombres mueren de sus remedios, no de sus enfermedades. (Molière)
            ***
            El dolor, tanto físico como psíquico, es el principal síntoma a combatir. Es una experiencia sensorial y emocional desagradable, sentida y expresada por cada cual de diferente forma; egoístamente, el propio es incomparable con el ajeno. El médico precisa liberarse del egoísmo y adoptar una buena dosis de empatía para lograr el propósito de aliviar el sufrimiento de sus pacientes, inequívoco en la expresividad facial y en las contorsiones corporales. Será necesario precisar la etiología del dolor para tomar las medidas terapéuticas que consigan erradicarlo, a ser posible con los menores efectos secundarios; no vaya a ser que sea peor el remedio que la enfermedad. El dolor como necesaria parte de la existencia, e inequívoca señal de que estamos vivos, pertenece al campo de la filosofía. "El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional", dijo Buda. "No os espante el dolor; o tendrá fin o acabará con vosotros", sentenció Séneca. Y Marco Aurelio recordó los límites del dolor: "El dolor no puede ser nunca ni insoportable ni de larga duración, a menos que tú lo agrandes a fuerza de la imaginación; debes verlo dentro de sus límites naturales"; y "Cuando el dolor es insoportable, nos destruye; cuando no nos destruye, es que es soportable". Valgan como final estos cuatro rotundos aforismos.

            lunes, 19 de octubre de 2009

            En busca de la inspiración


            A veces uno tiene la sensación de que la inspiración se hubiese ido para no volver jamás. Es una percepción de vacío, de sequía creativa, que mi admirado Lizardo, psiquiatra y poeta, expresó maravillosamente en su blog Desde el manicomio: “Realmente son estos momentos insondablemente horrendos...”. Al saber de su transitorio estado, recordé que había escrito un mal poema sobre la inspiración perdida (¡ay!, el olvido de las musas), muchos años antes de la época bloguera, y se lo brindé con el cariño que se merece y con el deseo de que su musa retornase cuanto antes. Lo había titulado simplemente NUMEN


            Se esconde Inspiración,
            la pícara y esquiva damisela.

            Escucho su burlona risa fría,
            intuyo el rostro informe en los rincones.
            Mas no acude a llamadas
            ni se ablanda ante ruegos.
            Larga espera... y nada. (No es ella compasiva.)

            Desde el dolor, enconos,
            exabruptos y maldiciones
            contra la musa acrecen... Y la malvada no habla.
            Oculta entre tinieblas de desprecio,
            dolida por agravios —y ofendiendo—, duerme.

            Desde el amor, paciencia,
            cariñosos susurros y suaves bendiciones,
            mil cantos a la más bella... Lo mismo en su silencio.
            ¿Qué debo hacer para que tuerza el rumbo,
            complacida y benévola hacia mi ávido puerto?

            Se esconde Inspiración,
            la pícara y esquiva damisela.

            [1995]

            Alegoría del escritor Jean de la Fontaine y su musa

            viernes, 16 de octubre de 2009

            Sergei Rachmaninov, la melancolía rusa


            En una producción no muy extensa, el piano de Rachmaninov se erige como protagonista: Conciertos para piano, donde el segundo descuella por popularidad y el tercero por refinamiento; la Rapsodia sobre un tema de Paganini, otro concierto atípico donde piano y orquesta dialogan sensual y poderosamente; 24 Preludios que suponen la esencia de su música para piano solo, junto a los Etudes-Tableaux. Pero aparte, su maestría orquestal le permitió elaborar 3 Sinfonías numeradas, donde la segunda sobresale por su embriagador embrujo melódico antes que por su estructura formal; sin olvidar la sinfonía coral Las campanas –para soprano, tenor, barítono, coros y orquesta–, basada en un poema de Edgar Allan Poe, las Danzas sinfónicas –tres piezas para orquesta– y el poema sinfónico La isla de la muerte, inspirado en un cuadro de Arnold Böcklin.

            Es de denotar la afectación que le produjo el fracaso de su Primera sinfonía y especialmente la crítica destructiva de César Cui, uno de los miembros del famoso “Grupo de los Cinco”. El compositor ruso, nacido el 1 de abril de 1873, había pretendido una composición continuadora de la obra de Tchaikovski, y la carencia del triunfo esperado le produjo un derrumbe moral, hasta el punto de quedar momentáneamente paralizado para la creación musical, postrado por una verdadera depresión. Es sabido que buscó ayuda médica en el Dr. Nicolás Dahl, de quien le llegara noticia de sus prodigios (había curado a varios enfermos mediante la terapia de hipnotismo), y el prestigioso especialista le hizo recuperar la confianza, animándole mediante su poder hipocrático a que siguiese escribiendo música. La psicoterapia de sugestión surtió efecto en el compositor y éste, agradecido, le dedicó a Dahl su famosísimo Concierto para piano nº2.

            A pesar de este hecho feliz, su labor compositiva y su itinerario vital no fueron fáciles. Las primeras intentonas revolucionarias en contra de la política zarista y la Primera Guerra Mundial lo habrían de llenar de confusión, hallando el necesario apoyo moral en la escritora Marietta Shaginian, que además le aconsejó textos inspiradores de sus canciones. Dirigió el teatro Boshoi de Moscú de 1904 a 1908 y realizó giras como pianista por diferentes países europeos (Italia, Francia, Suiza…), llegando a establecerse en Dresde, atraído por el ambiente musical de esta ciudad alemana. En 1909 hizo su primera gran gira por Estados Unidos, estrenando en Nueva York su Concierto para piano nº 3 y repitiendo su interpretación bajo la dirección de Gustav Mahler. Tras la revolución bolchevique de 1917, partió para Estocolmo y después residió en París, emigrando en 1918 al gran país norteamericano y asentándose precisamente en la ciudad de los rascacielos. En su etapa americana se dedicó fundamentalmente a la labor interpretativa en detrimento de la compositiva, desde entonces discontinua; llegó a convertirse en un ídolo de multitudes, rindiéndose el público americano a aquellas grandes manos que se posaban magistralmente sobre el teclado, mientras en la recién nacida Unión Soviética su música era prohibida por burguesa y peligrosa.

            Sus firmes convicciones artísticas, de índole conservadora, al igual que su posicionamiento político, le hicieron ser blanco de los defensores de las vanguardias; allí estaba experimentando su compatriota Stravinski, también exilado, y por entonces andaban investigando Schöenberg y Bartók, después de que Debussy ya hubiera revolucionado el mundo musical. Y sin embargo, cuando el prudente Sergei hizo un tímido guiño a las avanzadillas y se desvió de la senda prefijada, el éxito le volvió la espalda, como sucedió con el estreno en Filadelfia del Concierto para piano nº 4. Paradojas que acaecen.

            Al final de su vida, el pianista-compositor decidió trasladarse desde su residencia neoyorkina a Beverly Hills, en el condado de Los Ángeles-California, ciudad donde falleció el 28 de marzo de 1943, un año después de que le hubiesen diagnosticado un melanoma avanzado, en medio de la Segunda Guerra Mundial, nostálgico de su tierra natal, y a sólo cuatro días de su septuagésimo cumpleaños. Al parecer esbozando una sonrisa que anunciaba el imaginario viaje de vuelta, y sin retorno, a su añorada Rusia. Quién sabe si con los ecos del Dies irae –tema omnipresente en sus composiciones– resonando en sus oídos.

            Acusado a menudo de romántico trasnochado, este gran músico que prefirió ser epígono de Tchaikovski (a cuya memoria dedicó su Trío elegíaco para piano, violín y violonchelo) en lugar de un creador original, a la manera de un Mussorgski, es digno al menos de un mínimo aprecio. Si no por excelso arquitecto sinfónico o inventor de nuevas sonoridades, sí por extraordinario pianista e imaginativo pintor de inolvidables cuadros melódicos, amables confesiones de sus afectos. Un hombre honesto, compasivo e inefable –como Vocalise, su célebre canción sin palabras–, que merece no ser olvidado.

            Obras esenciales de Sergei Rachmaninov (orden cronológico)
            • 4 Conciertos para piano: nº 1 en fa sostenido menor, Op. 1 (1890, rev. 1917); nº 2 en do menor, Op. 18 (1901); nº 3 en re menor, Op. 30 (1909); nº 4 en sol menor, Op. 40 (1927).
            • Preludio en do sostenido menor, Op. 3 nº 2 (1892), piano.
            • Trío elegíaco en re menor, Op. 9 (1893), piano, violín y chelo.
            • 10 preludios, Op. 23 (1903), piano.
            • Sinfonía nº 2 en mi menor, Op. 27 (1907).
            • La isla de la muerte, Op. 29 (1909), poema sinfónico.
            • 13 preludios, Op. 32 (1910), piano.
            • 6 Etudes-Tableaux, Op. 33 (1911), piano.
            • Vocalise, Op. 34 nº 14, de 14 canciones, Op. 34 (1912).
            • Las Campanas, Op. 35 (1913), sinfonía coral.
            • Las Vísperas, Op. 37 (1915), composición coral.
            • 6 canciones, Op. 38 (1916), voz y piano.
            • 9 Etudes-Tableaux, Op. 39 (1916), piano.
            • Rapsodia sobre un tema de Paganini, Op. 43 (1934), piano y orquesta.
            • Sinfonía nº 3 en la menor, Op. 44 (1936).
            • Danzas sinfónicas, Op. 45 (1940).

            Esta es una aproximación somera a la vida y obra de Sergei Rachmaninov, que forma parte del artículo Músicos atrapados en las redes del tiempo, publicado en OpusMusica (revista de música clásica).

            Como ilustración musical, traigo dos muestras:

            Las siete últimas variaciones de la soberbia Rapsodia sobre un tema de Paganini (desde la famosísima nº 18 hasta la nº 24), por Mikhail Pletnev al piano, la Orquesta Filarmónica de Berlín y Claudio Abbado a la batuta.


            [Vídeo añadido post., por eliminación del previo]

            El tercer movimiento de la Segunda sinfonía, con su sensual solo de clarinete, por la Nippon Hoso Kyokai Symphony Orchestra dirigida por André Previn.

            ***
            Enlace de interés:

            miércoles, 14 de octubre de 2009

            Musicología vs. Musicografía


            Trataré de sintetizar dos conceptos musicales, que en la práctica se funden en uno, siguiendo una idea de Baltasar Gracián: Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

            El estudio de todos los fenómenos relacionados con la música es el cometido de la musicología. Se reconoce también como ciencia de la música y a quienes la estudian, a los versados en musicología, se les considera musicólogos. Se imparte en importantes universidades de todo el mundo y en los conservatorios superiores, y comprende diferentes campos o especialidades: historia de la música o musicología histórica, teoría de la música, etnomusicología, etc. La carrera dura entre 3 y 5 años, dependiendo de planes de estudios, países e instituciones (4 años en la Universidad Autónoma de Barcelona).

            Puede haber confusión con el término musicografía, en cierto modo equivalente a musicología, sin una distinción clara. Sin embargo, parece aceptarse que la labor musicográfica tiene una intención divulgadora –de temas generales o monográficos–, sin el rigor y la metodología de la musicológica. Entre los elementos musicográficos estarían las referencias literarias y las sociológicas. Es evidente que los temas musicales tratados en este blog corresponden, en general, al ámbito de musicográfico, y en este sentido quien los escribe estaría adscrito al grupo de los musicógrafos. Entrar en más detalles ya no es función de este modesto divulgador.
            ***
            Enlaces relacionados

            martes, 13 de octubre de 2009

            Calidad laboral


            Sabemos sobradamente de los factores que inciden en la calidad laboral, que el bajo rendimiento está relacionado con la escasa motivación, que la insuficiencia productiva es consecuencia de la falta de profesionalidad, que las bajas laborales dependen en buen número de la inadaptación al medio el trabajo o de la mala relación con los jefes, que los accidentes laborales van unidos a la precariedad laboral, que el estrés y el acoso laboral –mobbing– conducen al desgaste profesional o burnout… Lo sabemos y teorizamos continuamente, pero no acabamos aplicando las convenientes soluciones prácticas. 

            Y olvidamos que la mala calidad laboral, siendo un factor de riesgo, puede acarrear consecuencias trágicas...

            Construção – Chico Buarque
            [Vídeo añadido post.]

            domingo, 11 de octubre de 2009

            Amanuenses y teclistas


            Contaré una anécdota significativa. A finales de 2008, un paciente acudió porque el cardiólogo le había hecho cuatro recetas tradicionales –o sea, de las que se cubren manualmente– y en la oficina de farmacia se las habían rechazado por no tener clara la fecha. Concretamente, el dígito final del año se insinuaba: el “ocho” era incompleto o era un cero que renegara de su insignificancia, pretendiendo desdoblarse sin éxito. ¿2000 o 2008? This Is the Question!

            De poco vale que, por fin, el segundo nivel haga las primeras recetas si el resultado es nulo, por descuido, desmotivación o desastre caligráfico (acaso por excesivo celo del boticario). Pero lo más lamentable no es esto, sino que vayamos por diferentes derroteros y hablemos distinto lenguaje. El primer nivel emite recetas en modelo informático, deja constancia de la prescripción y elude de paso el problema de la mala letra. El nivel especializado no aprovecha el novedoso programa informático y le carga al primero la prescripción, cuando actúa simplemente como emisor.

            ¡Qué desastre! ¿Quién coordina este sistema? Me refiere al propio, uno de los diecisiete existentes, no ya al sueño imposible de la interconexión total. Evidentemente nadie... En cualquier caso, mi preciosa letra también degeneró por las opresivas circunstancias y, aunque en consulta soy teclista de ordenador, de ello dejo diaria constancia en mi obligada labor de amanuense.

            Dicho todo esto, consigo olvidarme de los pequeños contratiempos. Alguien me recuerda que este país es diferente y que no tiene remedio, que asuma la realidad y que no le dé más vueltas; de lo contrario, a la deformación estética se le añadirá el desequilibrio emocional. Ya sabes: si quieres pasar ratos felices, no analices… Always Look on the Bright Side of Life!



            Este fue el comentario –con pequeñas variaciones– al artículo de opinión Mala letra y mala leche (7DM, nº 765, 24 octubre 2008), de Ana de Santiago Nocito, quien clamaba por la burocracia infinita en la consulta que deforma la letra y hasta el carácter. No pensaba editar este post burocrático, tras otro de la misma índole, pero el intercambio de correspondencia y otras lecturas en la Web me impulsaron a ello. Sé que algunos médicos, por principios, eluden el teclado en la consulta y persisten en la escritura manual, a pesar de los avatares. Pero aun aplicando al límite la inteligencia para no caer en actitudes mecánicas, continuamos (in saecula saeculorum?), en contra de nuestra voluntad, como amanuenses y teclistas, burocráticamente hipotecados, sin tiempo para lo que sanitariamente importa. De modo que se hace imposible una atención de calidad y menos integral; el modelo biopsicosocial permanece aquí como concepto teórico.

            The typewriter (La máquina de escribir), de Leroy Anderson
            por Jerry Lewis en Lío en los grandes almacenes