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domingo, 14 de julio de 2024

Música sobrevalorada vs. música infravalorada


Los juicios críticos sobre los compositores y sus obras pueden estar más o menos justificados, en función del conocimiento de quienes lo hacen, sin que intervengan factores extramusicales, es decir de un modo objetivo. Al respecto de la particular valoración crítica de piezas musicales, hemos hallado un artículo de Ángel Carrascosa Almazán en su blog «No es música todo lo que suena»: Obras indebidamente sobrevaloradas o injustamente olvidadas. Este crítico musical hizo una lista con obras musicales bastante conocidas que le parecen claramente sobrevaloradas y otra con obras muy buenas pero poco conocidas u olvidadas, ambas listas por orden cronológico de composiciones. El autor dejó abierta su propuesta para que otros melómanos opinasen al respecto. Y, como se podía esperar, los lectores que se animaron expresaron su concordancia o discrepancia. Lean y juzguen también, si lo desean, los lectores de este blog médico-melódico.

Y como ilustraciones sonoras, elegimos dos composiciones que forman parte, respectivamente, de cada una de las dos listas, es decir, una obra ciertamente famosa y en teoría sobrevalorada (1) y otra infravalorada u olvidada (2).

1
Francisco Tárrega: Recuerdos de la Alhambra

2
Edvard Grieg: Balada Op. 24

miércoles, 22 de mayo de 2024

Una crítica sobre el director de orquesta George Szell


Cada uno tiene sus gustos musicales y cada cual puede hacer de critico musical. Ya pusimos el ejemplo de una desconcertante crítica musical, por los criterios antagónicos entre dos profesionales sobre una interpretación del Concierto para violín de Sibelius, en concreto de la violinista solista. Ahora veremos el juicio crítico de un melómano sobre el gran director de orquesta George Szell, en particular respecto a la dirección de una sinfonía y en general sobre su modo de dirigir.

He tenido un problema de toda la vida con Szell porque no me gustan casi todas sus grabaciones de Cleveland. Del mismo modo, soy consciente de que muchas personas, incluidos muchos revisores profesionales, tenían y siguen teniendo los mismos sentimientos negativos. Ellos y yo admitimos sin reparos que ha creado una excelente orquesta en Cleveland; sin embargo, podemos recordar amablemente a los fanáticos de Szell que esos estándares orquestales se encuentran con bastante más frecuencia en el mundo de lo que la propaganda de Szell quiere hacernos creer. ¿No puede haber nadie tan ciego como para creer que Reiner, Karajan o Solti (por nombrar solo algunos) fueran capataces menos exigentes? Pero esta no es la esencia de la cuestión. Creo que lo que más nos molesta es el literalismo fanático de Szell: el hecho (y creo que es un hecho) de que con demasiada frecuencia no se pueda ver el bosque por los árboles en sus grabaciones. Se centra demasiado en las notas, muy poco en la respiración y el alcance de las frases y, en lo que respecta a la emoción, se niega constantemente a dejarse llevar, incluso en la música (como esta sinfonía de Tchaikovsky), que apesta a ella. Otro aspecto es desconcertante. Un día de 1963 dirigió la RSO de Berlín para Elisabeth Schwarzkopf y produjo una maravilla de belleza y sensibilidad*. Con la Filarmónica y Fournier hubo un relato maravillosamente vívido del Concierto para violonchelo de Dvorak. En Ámsterdam, dirigió un magnífico y grandioso relato de [las sinfonías de] Sibelius n.º 2 y Beethoven n.º 5. En Londres, una lectura verdaderamente magistral del Concierto n.º 1 de Brahms con Curzon. ¿Qué pasa aquí? Si me inclinara a especular, podría adivinar que «en casa» su creación musical tuvo que superar obstáculos que no existían en Berlín, Londres o Ámsterdam, lo que evitó la mayoría de las insistencias puntuales. Siguiendo una línea más basada en hechos, sus grabaciones en la CBS son todas muy secas, duras en los agudos y ligeras en los graves. Una vez hablé con un ingeniero que trabajó durante algún tiempo en Cleveland y culpó a Szell por ello, alegando que el director no publicaría ninguna grabación hasta que los agudos fueran lo suficientemente altos para su gusto en el ambiente muy acolchado de su casa. No puedo dar fe de ello, pero es evidente que todas las grabaciones europeas que he mencionado suenan mucho mejor, ¡mucho más humanas! (...) En 1959, el disco causó asombro (además de consternación) debido a su enfoque clínico de la música. A los que les gustó estaban hartos de las indulgencias de otros directores y elogiaron el hecho de limpiarse las telarañas. Pero para saborear esta novedad tendrías que viajar 50 años atrás en el tiempo. Desde entonces, casi se ha puesto de moda tocar la música sin implicación emocional, por ejemplo, Muti, Maazel, Abbado, Chailly, etc. Sus estándares orquestales no son ni un ápice inferiores a los de Szell. Sin embargo, por mi parte, me gustaría que la música tuviera al menos una apariencia de sentimiento romántico. Después de todo, es Tchaikovsky, no Stravinsky (quien, dicho sea de paso, admiraba mucho a Tchaikovsky). (...)
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*Cuatro últimas canciones de Richard Strauss.
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El autor de esta reseña manifiesta su preferencia por otras interpretaciones más emotivas de la Sinfonía n.º 5 de Tchaikovsky, como las de Fritz Reiner, Herbert von Karajan o Georg Solti. Pero la grabación de George Szell con la Orquesta de Cleveland es de impecable factura. ¿Sin emoción como señala? Juzguen ustedes...


Otras interpretaciones notables
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Otras entradas sobre directores de orquesta
Póker de ases de la dirección orquestal (Walter, Klemperer, Reiner, Szell)

domingo, 15 de diciembre de 2019

Mejores compositores de música clásica


Recordemos que el conocido crítico musical Tommasini (The New York Times) se había embarcado en la demandante tarea de elegir y compartir con un público amplio sus preferencias sobre los mejores compositores de música clásica de todos los tiempos. (...) Los resultados así obtenidos destacaban en los primeros lugares, al igual que en el listado adjunto, a Bach, Beethoven y Mozart (aunque en la mayoría de los listados la preeminencia suele dársele a Beethoven). Las posibilidades de “errar en este intento” son muy bajas, pues, como ya lo hemos comprobado en el campo de las ciencias, y de la propia economía, existe una alta probabilidad de convergencia sobre “quiénes son los más grandes de todos los tiempos”. (...) Nótese cómo la hegemonía alemana-austríaca tan solo se vio perturbada por la aparición del sabor francés (Debussy) y la innovación rusa (Tchaikovsky). Sin embargo, llama la atención la aparición de Handel entre los 10 primeros, así como la ausencia de Stravinsky aún entre los 20 mejores. También hemos incluido en dicho cuadro nuestras preferencias; lo invitamos a que Ud. realice su propio ejercicio. Nuestro ranking coincide con la inclusión de al menos un representante de la escuela romántica rusa (Tchaikovsky) entre los 5 primeros, pero extrañamos que el ranking de la WEB excluya de los top-10 a exponentes de la prolífica escuela española (donde nosotros incluimos a Falla, así fuera solo por sus obras para piano).
Sergio Clavijo, La República

La opinión del crítico es discutible, como todas las opiniones, y el orden de prioridad de los grandes creadores musicales puede no ser del gusto de todos. Entre los melómanos se establecen controversias (lean los comentarios). Podemos argüir incluso que no tiene sentido establecer un ranking, porque no valen comparativas y cada compositor tiene sus virtudes y pertenece a un tiempo determinado, aunque sus creaciones sean intemporales. De cualquier manera, todos los que están, encasillados entre los "primeros" y los "segundos", son indiscutibles merecedores de toda nuestra admiración. Claro que han quedado fuera otros músicos que también tienen suficiente mérito para formar parte de la historia de la música. Pensemos, siguiendo un orden alfabético, en unos cuantos: Albéniz, Bartok, Bellini, Berg, Bizet, Berlioz, Britten, Bruckner, Corelli, Elgar, Fauré, Frank, Gershwin, Grieg, Janacek, Messiaen, Monteverdi, Mussorgsky, Paganini, Palestrina, Puccini, Rameau, Rimsky-Korsakov, Rossini, Saint-Saëns, Schoenberg, Scriabin, Sibelius, Strauss, Telemann, Vaugan Williams, Victoria, Villa-Lobos, Weber, Wolf.

Top 10 Composers: Johann Sebastian Bach
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Enlaces relacionados 
1. Bach, 2. Mozart, 3. Beethoven, 4. Schubert, 5. Debussy, 6. Stravinsky, 7. Brahms, 8. Verdi, 9. Wagner, 10. Bartok.
Bach, Haendel, Haydn, Mozart, Beethoven...
Entrada relacionada

SOBRE APRECIACIONES Y GUSTOS MUSICALES
Sabido es que en el ámbito musical, como en el literario, hay discrepancias estéticas. Los gustos cambian, unos se enganchan a las innovaciones y otros se aferran a la tradición. Y son bien conocidas algunas opiniones de grandes compositores sobre sus colegas, vivos o muertos. (Dejamos aparte las opiniones de críticos musicales sobre compositores.) Veamos algunos ejemplos. Para Beethoven, Handel era el más grande compositor que había existido. Tchaikovsky manifestó que amaba a Mozart, pero no a Beethoven, a quien respetaba. Wolf admiraba a Wagner y Liszt y rechazaba a Brahms. Debussy tuvo un sentimiento de amor-odio hacia Richard Wagner; primero lo admiró y luego lo rechazó. Stravinsky dijo que Vivaldi había escrito 500 veces el mismo concierto... (Por cierto, para unos es Stravinsky el compositor más destacado del siglo XX y para otros lo es Debussy.) En fin, podemos estar de acuerdo con estas opiniones, discrepar o incluso considerarlas injustas.

jueves, 6 de junio de 2019

Las mejores sinfonías

Fuente: ABC Cultura

Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio. Anton Chejov

Según una encuesta realizada entre directores de orquesta, la mejor sinfonía de la historia musical es la Sinfonía nº 3 «Heroica» de Beethoven. Pero también la nº 9 «Coral» figura entre las diez elegidas (se quedan fuera la famosísima Quinta, mi querida Sexta y la exuberante Séptima). Sin embargo, es Mahler el compositor que destaca con tres sinfonías en el ranking, yendo la nº 9 en primer lugar. Por nuestra parte, echamos de menos a otros sinfonistas, como Bruckner (su Sinfonía nº 8 es preferida de Rattle) o Sibelius, de quien creemos que su Sinfonía nº 7, y última, es la cima de su creación sinfónica. También nos gustaría incluir alguna sinfonía de Mendelssohn, Liszt, Bruckner, Dvorak, Sibelius o Nielsen. Entonces habría que alargar la selecta lista.*

  
Aquí se incluyen sinfonías de Bruckner (n° 8 y n° 7), Sibelius (n° 7) y Shostakovich (n° 5), además de otras de Beethoven (n° 5, n° 7 y n° 6), Brahms (n° 3 y n° 2) y Mozart (n° 40). [Las sinfonías de un mismo compositor se indican por el orden en el que figuran en la lista.]

Sinfonía nº 3 «Heroica» de Beethoven

Buenas interpretaciones de cada una de las sinfonías elegidas AQUÍ
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Otra valoración crítica
Las diez mejores sinfonías. Incluye: Sinfonía nº 9 de Schubert, Sinfonía nº 2 de Schumann, Sinfonía nº 5 de Tchaikovsky y Sinfonía nº 1 «Clásica» de Prokofiev.

Sitio web sobre la sinfonía

Grabaciones de sinfonías recomendadas
—Sinfonías de compositores citados en ranking de mejores sinfonías
Sinfonías de Mozart (Discografía de las principales Sinfonías de Mozart) + 35-41
Sinfonías de Beethoven (Mis versiones "diez" de las 9 Sinfonías de Beethoven) + 9
—Sinfonías de otros compositores importantes
Sinfonías de Nielsen (+ otras obras orquestales)

domingo, 13 de noviembre de 2016

Desconcertante crítica musical


Ginette Neveu*, Brahms & Sibelius: Violin Concertos. Dos revisiones críticas
(*Excepcional violinista, niña prodigio, muerta a los 30 años en un accidente de aviación en las islas Azores)

As these self-proclaimed "Great Recordings of the Century" of the Brahms and Sibelius concertos make clear, Neveu was an individualistic violinist with a strong tone and a powerful technique, but she was not yet a great artist. 
Como estas autoproclamadas "grandes grabaciones del siglo" de los conciertos de Brahms y Sibelius dejan claro, Neveu fue un violinista individualista con un tono fuerte y una técnica poderosa, pero ella no era todavía un gran artista. 
Neveu's radiant tone, her blazing virtuosity, her unrelenting intensity, her complete control over every aspect of violin playing, and above all her total emotional commitment to the music mark her recordings as something special, something extraordinary, something, in a word, legendary. 
El tono de Neveu radiante, su virtuosismo ardiente, su intensidad implacable, su control completo sobre todos los aspectos de violín, y sobre todo su compromiso emocional total de la música marcan sus grabaciones como algo especial, algo extraordinario, algo, en una palabra, una leyenda. 


A veces la crítica musical es desconcertante, demasiado desconcertante. Buscando valoraciones críticas de interpretaciones del concierto para violín de Sibelius, hallé dos muestras de la misma interpretación, aunque en diferente edición discográfica, completamente dispares (¡me acordé de las discrepancias diagnósticas!). Una que señala sus defectos y la otra que la ensalza, recriminando y elogiando respectivamente al solista (la joven violinista Ginette Neveu). Y no sería sorprendente tratándose de dos críticos diferentes, pues hallamos a menudo análisis críticos enfrentados. Pero resulta que en este caso ambas reseñas, positiva y negativa, son emitidas por un mismo crítico. 

Sorpresas nos da la vida…

La vida te da sorpresas - Rubén Blades
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Enlaces relacionados
Los malos críticos, Ángel Carrascosa Almazán
Experimentos “maliciosos”, Ángel Carrascosa Almazán

ANEXO: AFORISMOS SOBRE CRÍTICA [censura vs. elogio/alabanza]
  • La crítica es análisis u opinión, juicio expresado.
  • La crítica es buena si su intención es de mejora.
  • La mejor crítica es la que no responde a la voluntad de ofensa, sino a la libertad de juicio. (Fernando Sánchez Dragó)
  • La crítica es la fuerza del impotente. (Alphonse de Lamartine)
  • El símbolo de la crítica es la avispa, el aguijón sin la miel. (Pierre Verón)
  • Quien se pica, ajos come. (Refrán)
  • Hay críticas acerbas y críticas benévolas.
  • Mejor la crítica que el papanatismo.
  • La buena crítica no es criticar por criticar.
[Criticar, Censurar, Reprobar, Reprochar]
  • Criticar sin ton ni son es despotricar.
  • Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien -me dijo- ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas. (Francis Scott Fitzgerald)
  • Poner en solfa. (Expresión) [Criticar, cuestionar] 
  • Hay reproches que alaban, y alabanzas que reprochan. (François de La Rochefoucauld)
  • Se corrige en privado y se felicita en público. A eso se le llama educación.
  • Hagas lo que hagas, siempre habrá alguien que te critique.*
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*Así lo dice Don Juan Manuel en El conde Lucanor: Cuento II [padre, hijo y burro].
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—Tolerancia crítica
  • Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas. (Tácito)
  • Ladran, luego cabalgamos. (Expresión) [A pesar de las críticas, avanzamos]
—Críticos
  • El crítico es un hombre que espera milagros. (James Gibbons Huneker)
  • Los críticos ven la música y oyen la pintura. (Valeriu Butulescu)
  • Los críticos son hombres que hubieran sido poetas, historiadores o biógrafos, de haber podido. Han ensayado su talento en una u otra cosa y han fracasado; por eso se convierten en críticos. (S. T. Coleridge)
  • En los mejores días del arte no existían los críticos del arte. (Oscar Wilde)
  • Un mal escritor puede llegar a ser un buen crítico, por la misma razón que un pésimo vino también puede llegar a ser un buen vinagre. (François Mauriac)
  • El crítico debe recordar constantemente a su lector que está leyendo la opción de un solo hombre, y que debe tomarla en lo que vale. (George Bernard Shaw)
  • Nunca prestes atención a lo que dicen los críticos... Recuerda, ¡nunca se ha erigido una estatua en honor a un crítico! (Jean Sibelius)
—Autocrítica
  • Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo, que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un verdadero sabio. (Antoine de Saint-Exupéry)
  • Autocrítica significa espíritu de mejora.
Censura, desaprobación, reprobación
  • Se elogia o se censura la mayoría de las cosas porque está de moda elogiarlas o censurarlas. (François de la Rochefoucauld)
  • Con censura se escribió El Quijote. (Máximo San Juan)*
  • Laudare parce, sed vitupera parcius –Sé parco al elogiar, pero más parco aún al censurar. (Proverbio en latín)
  • Nihil obstat –Nada se opone. (Locución latina)
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*La censura de libros fue crucial en la Inquisición, con su su Índice de libros prohibidos (Index Librorum Prohibitorum et Derogatorum), catálogo o relación de libros censurados. 
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  • La sátira es una crítica mordaz.
  • La sátira es el humor que ha perdido la paciencia. (Giovanni Mosca)
  • La sátira es el arma más eficaz contra el poder: el poder no soporta el humor. (Dario Fo)
  • Algunos de los grandes escritores satíricos de la literatura universal son Jonathan Swift, François Rabelais, Miguel de Cervantes, Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, y Voltaire.. Estos autores utilizaron la sátira para criticar aspectos de la sociedad, la política o la condición humana, a menudo con humor e ironía. 
  • Los escritores satíricos expresan sus críticas mediante sátiras.*
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*Grandes escritores satíricos: Juvenal, Arcipreste de Hita, Jonathan Swift, François Rabelais, Miguel de Cervantes, Voltaire... Utilizaron la sátira para criticar aspectos de la sociedad, la política o la condición humana.  [Ej.: Sátiras de Juvenal]

sábado, 13 de septiembre de 2014

Grabaciones esenciales de música clásica


En una entrada anterior sobre discos de música clásica manifestamos la relatividad de las recomendaciones discográficas. Sin embargo, siempre son útiles, como guía para los neófitos y para deleite de los melómanos más versados. En la Red se pueden encontrar diversas páginas y algunos foros que tratan de orientar en este sentido, abarcando un mundo sonoro inacabable. Pero como introducción a los compositores más reconocidos, he encontrado una acertada guía clásica: Discoteca Básica de Música Clásica. Se inicia con una presentación y finaliza con reseñas biográficas de los compositores. Y lo que más nos importa, ofrece una relación discográfica alfabetizada, desde Albéniz hasta Wagner, complementada con índices de autores y obras, así como de las fuentes bibliográficas.


Sin que las grabaciones recomendadas deban ser excluyentes, creo que la referida guía nos da una garantía de que no hemos de ir errados con la elección. Podríamos decir que son grabaciones esenciales de música clásica, sabiendo que no están todas las que son pero son todas las que están. Entre las composiciones recogidas, y acaso descartando algunas o añadiendo otras (hay asombrosas discrepancias entre críticos y aficionados), cada cual podrá confeccionarse su particular selección para llevarse a la isla desierta.

Adenda.- Echamos en falta en esta Discoteca Básica algunos compositores de obras esenciales, entre ellos, y siguiendo el orden alfabético: BORODIN, BRUCKNER, GERSHWIN, GRIEG, HOLST, MENDELSSOHN, RIMSKI-KORSAKOV, ROSSINI, SCHUBERT, STRAVINSKI, VIVALDI.

Beethoven - Sinfonía nº 5
Orquesta Filarmónica de Berlín, W. Furtwängler‎ (1954)
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Calificativos críticos de una interpretación musical (positivos/negativos):
rigurosa/imprecisa, poderosa/anémica, intensa/superficial, refinada/tosca, sensual/fría, poética/insulsa, excelente/ordinaria, inolvidable/desechable...

Listas de grabaciones selectas de música clásica
—Discos para la isla desierta
Desert Island Classics, John J. Puccio
—Discografía básica
+
Interpretaciones favoritas I, II, III, IV, V y VI –íd. post.

Grabaciones básicas y muy buenas (introducciones, recopilaciones, selecciones)
WAGNER: El anillo de los nibelungos (selec.)

Sitios de crítica musical y valoración de discos de música clásica

Times Critics' Favorite Classical Recordings of 2013
(The New York Times)

jueves, 19 de marzo de 2009

Discos de música clásica


Con motivo de mi onomástica, me han regalado el libro 1001 discos de música clásica que hay que escuchar antes de morir (título original: 1001 Classical Recordings You Must Hear Before You Die), de Matthew Rye - Luís Suñén, Ed. Grijalbo. Es un libro-guía de grabaciones que ya había ojeado en alguna librería pero que no me decidí a adquirir, por disponer ya de bibliografía semejante y por no coincidir en algunas valoraciones.

Como bien dice Luis Suñén en el magnífico prefacio, la ponderación de las grabaciones corresponde al criterio personal de los autores. Reconozco que durante mucho tiempo me he dejado llevar por recomendaciones de revistas (Gramophone, Scherzo) y de otras guías discográficas, mayormente británicas como la presente, en concreto las que refiero a continuación por orden alfabético de autores/editores:
  • Camino, F: Clásica-Guia de las mejores grabaciones de música clásica. Ed. Ollero & Ramos.
  • Hoffelé, J-C & Kaminski, P: Les Indispensables du disque compact classique. Ed. Fayard
  • Jolly, J (ed.): The Gramophone Classical Music Guide. Gramophone Publications Ltd.
  • March, I & Otros: The Penguin Guide to Compact Disc. Penguin Books.
  • McLeish, K & McLeish, V: La discoteca ideal de la música clásica. Ed. Planeta. (discografía por A. Reverter)
    En el pasado, la opinión convincente de un crítico me llevaba a adquirir determinada grabación y a atesorarla como la mejor, hasta que otro después la echaba por tierra con mayor convicción aún, al tiempo que ensalzaba otra grabación que mi influenciada voluntad se disponía presto a adquirir. Cualquier melómano sabe bien de qué hablo. Ahora sigo bebiendo en esas fuentes atrayentes que son las guías discográficas, pero analizo las sugerencias, comparo y, pausadamente, saco mis propias conclusiones.

    Con relativa seguridad, rechazo algunas recomendaciones que no me satisfacen, por más que los popes de la crítica musical las consideren referencias indiscutibles. Pues todo es relativo, y más en cuestiones de gustos, sometidos a la subjetividad. Tengo en mis manos el atractivo libro-guía de los 1001 discos… que es causa de esta oportuna reflexión; agradezco sinceramente el agasajo y me dispongo a sumergirme en sus casi mil páginas. Sé que disentiré y echaré en falta muchas ausencias. Pero sé también que me deleitaré con sus mil y un comentarios.
    ***
    Nota.- La relación de los 1001 discos recomendados AQUÍ.

    Críticas musicales particulares

    viernes, 23 de enero de 2009

    Periodismo y crítica musical


    ¡Recuerden; nunca han puesto una estatua en honor a un crítico!

    La asistencia a un debate* sobre periodismo y crítica musical me abrió ventanas hacia una nueva luz. De entrada, un músico ponente manifestaba su preferencia por una actividad meramente informativa, difusora de acontecimientos y estimuladora de conciertos, frente a otra profanadora que osaba adentrarse en el arte de juzgar. Junto a otros miembros de la mesa (otro músico, un productor musical, un director de escena y un locutor de radio), daba la bienvenida a una comunicación simple, afable y sonriente, denostando la opinión reveladora, desagradable y agria. Los rostros de las mujeres y los hombres del público se encendían por el interés. Y siendo la contradicción frecuente manifestación humana, el mismo músico impetuoso que descalificaba a los críticos, porque cuestionaban la capacidad del intérprete sin ponderar su trabajo y su esfuerzo, pasó sin dilación a considerar que la crítica musical debería hacerse con rigor y con pasión. En su monólogo acabó admitiendo a un tiempo la imparcial objetividad y la subjetividad emotiva. Negaba a la crítica, pero, ya que existía a su pesar, instaba a los críticos a que hiciesen su trabajo con seriedad y ecuanimidad, y a que no se olvidasen del necesario ardor expresivo. El músico relator dejaba entrever cierto resentimiento con algún crítico que le hubiese perjudicado, y en irracional respuesta lanzaba su animadversión contra la generalidad. “Nadie tiene derecho –decía– a echar por tierra el esfuerzo continuado de un músico o de un colectivo por una actuación o una producción más o menos desafortunada”. ¿Pero era justo en su apreciación enardecida?

    Tomó la palabra el segundo músico y, con aire más sereno, habló de
    malos críticos que vierten en el papel sus frustraciones y su ira, que no tienen en cuenta las circunstancias, que no saben refrenarse, que manifiestan sus desacuerdos sin elegancia, que son meramente destructivos. De aquellos que generan la repulsa de los músicos honestos y que, por el contrario, enaltecen la labor de aquellos otros que, desde la ética y amor a la música, orientan, aconsejan y atraen aficionados. El productor musical, por su parte, consideraba que tampoco era cuestión de aplaudirlo todo de modo pelotillero, en pos de una ganancia y en detrimento de la sana información que lectores y oyentes merecen. Sentenció que el engaño es malo en cualquier sentido, que debemos recelar tanto de los excesos de entusiasmo como de los ataques furibundos, ya que pueden conllevar adulación o inquina. El locutor de radio advirtió que hay que desconfiar igualmente de las valoraciones insulsas que hacen sospechar compromisos forzados, por no decir que quienes las suscriben hablan o escriben de oídas. Una mujer del público apuntó que en ocasiones se malinterpreta la opinión del crítico, como acontece con análisis operísticos, en los que una desaprobación de la escenografía se recoge como un desacierto interpretativo, a lo que asintió el director de escena. De manera que, alertados por hechos precedentes, según ella debiéramos ser cautos y extraer nuestras propias conclusiones, constatando lo que se ha escrito y no dejándonos llevar como papanatas por juicios ajenos, presuntamente ilustrados. O sea, que deberíamos fiarnos de nuestras propias lecturas.

    Periodistas y críticos musicales plasman sus informaciones y pareceres en periódicos y revistas, especializadas o no, de ámbito local, nacional o internacional. Prensa diaria y publicaciones periódicas recogen entrevistas, biografías, reflexiones, acontecimientos, crónicas, estrenos, grabaciones…; tratan de instrumentistas, cantantes, orquestas, directores, grupos de cámara, corales…; contienen artículos divulgativos y eruditos, dirigidos a profanos y a expertos en la materia. 

    Se hicieron comentarios al respecto, y varias intervenciones de espontáneos, algunas ciertamente intensas, fueron enriqueciendo el crítico debate, mixturando lo admirativo y lo burlón. Un enterado censuró la escasez de medios especializados, audiovisuales o escritos, en la buena música, y el locutor de radio le dio la razón. El mismo que hizo saber lo ya sabido: “en los medios de comunicación de masas priman los intereses mercantiles y económicos; la música ligera acapara más del noventa por ciento del mercado, ya que la música con mayúsculas es poco rentable, se vende poco, es sólo para una minoría sensible”.

    Respecto a la
    crítica musical local, los ponentes escogidos manifestaron unanimidad: su inexistencia en la periférica ciudad marítima de mis entretelas. Y el resquemor que se entreveía hacía patente otra vez la paradoja: la información de prensa se limitaba a someras reseñas de conciertos (la de radio y televisión era todavía más escueta o ignoraba tales acontecimientos culturales). Se echaban de menos, ¡ay!, los dilatados comentarios críticos, habituales en otras latitudes.

    Crítica sí y crítica no. Crítica moderada y crítica profunda. Crítica elemental y crítica trascendente… La visión era poliédrica. Finalmente, los dos músicos presentes coincidieron en que lo fundamental estriba en la
    educación musical, creyendo conveniente su comienzo en la enseñanza primaria, a fin de despertar la sensibilidad sonora desde la tierna infancia. Posteriormente, si fuese el caso, habría de reforzarse mediante estudios musicales en escuelas de música y conservatorios. Todo ello desde el impulso gubernamental, con las pertinentes inversiones establecidas por una adecuada política educativa, y esperanzados en recoger en un futuro excelentes frutos sonoros. El productor musical y el director de escena asintieron. Nada que objetar. Pero, como bien dijo el segundo músico, lo más difícil es educar. Y la enseñanza musical se hace primeramente dando a conocer la gran música, haciéndola asequible mediante la oferta de conciertos y difundiéndola a través de los medios; imposible que algo despierte sensibilidad si no se conoce. A fin de cuentas, ningún nuevo descubrimiento. Y sin gran originalidad, fueron interesantes los interrogantes que trajo a colación el dinámico locutor de radio:

    “¿Por qué no reconocer la labor periodística y crítica, por lo que supone de pedagógica? ¿Acaso el acercamiento de la musicología no contribuye a la formación musical? ¿No son los buenos críticos asimismo educadores que van más allá de la simple labor informativa? ¿Alguien pone en duda su dimensión educativa?”

    Tras un silencio, hubo murmullos. Y se esparció una
    reflexión crítica… Es posible que haya que priorizar la información, la crónica y la reflexión artística sobre la sanción crítica. Pero ésta también debe tener cabida, siempre que no entrañe ensañamiento o mala fe. Hecha con tino, supone una guía conveniente para los desorientados y un sabroso alimento para los melómanos versados. A juicio de los profesionales, preferiblemente realizada por no profesionales; opinan ellos que no son los más idóneos para hacer crítica, quizás porque piensan que las cosas se ven mejor desde afuera, tal vez por no estar mediatizados por prejuicios u otras lacras de índole psicológica. En mi opinión, tampoco en esto debe haber normas estrictas ni asunción de verdades absolutas.

    Cuando el intérprete musical de la apertura –u obertura– criticaba a los críticos, ¿no estaba haciendo a su vez extrema crítica de la crítica, metacrítica destructiva? Eso parece. Y parece conveniente que, en las opiniones artísticas, como en general en otros ámbitos, prime siempre la
    moderación (¡reparemos en la humana imperfección y en la relatividad de las cosas!). 

    Entre un allegro vivo y un adagio lamentoso suele haber un moderador scherzo burlesco; es saludable distenderse de exacerbadas penas y extremas alegrías, mostrando entremedias irónicas sonrisas. De igual modo, es plausible el razonable equilibrio crítico, sin demonizar ni endiosar a la crítica, viéndola en su justa medida: como analizadora del arte supremo, con aciertos y desaciertos en su afán constructivo. ¿No os parece la postura más inteligente? Siempre que entrañe honesta voluntad, la crítica musical debiera ser merecedora de un mínimo reconocimiento.

    *La asistencia a ese debate celebrado en 2005 en la ciudad olívica, me llevó a expresar mis impresiones en forma de un análogo de este escrito editado en Filomúsica (revista electrónica de música culta): Sinfonía crítica


    El crítico, ese insecto maligno…

    El periodismo musical consiste en gente que no sabe escribir entrevistando a gente que no sabe hablar para gente que no sabe leer. Frank Zappa

    ANEXO: CRÍTICA MUSICAL Y CRÍTICOS MUSICALES
    La crítica musical​ se define como "la actividad intelectual de formular juicios sobre el valor y el grado de excelencia de las obras musicales individuales, o grupos o géneros completos" (Bojan Bujic). En consecuencia, crítico musical es quien ejerce la crítica musical. En la literatura antigua se pueden encontrar referencias críticas a la música (a menudo, desaprobando a intérpretes o estilos), incluidas las Leyes (diálogo) de Platón y los escritos de los teóricos de la música medieval. Hay quien afirma que la crítica musical nació en Inglaterra, pero las primeras revistas dedicadas a la crítica musical parecen haberse desarrollado en Alemania a comienzos del siglo XVIII. En la década de 1750, hubo en Francia ensayos de crítica operística, uno de ellos firmado por Rousseau. El compositor inglés Charles Avison publicó el primer trabajo sobre crítica musical en lengua inglesa: Ensayo sobre expresión musical (1752). Y en los últimos años de este siglo una nueva generación de críticos comenzó a interesarse más por la música instrumental; entre ellos se destacó E. T. A. Hoffmann. En 1798, el periódico Allgemeine Musikalische Zeitung (AMZ, Diario general de música), editado por Friedrich Rochlitz, comenzó a publicarse en Leipzig, siendo considerado el precursor de un nuevo género de crítica dirigido a un público más amplio, no sólo a los entendidos. En los años siguientes aparecieron varias revistas periódicas dedicadas a la crítica musical en los principales centros europeos. Algunas revistas de esta época publicaron extensos escritos sobre música: Hector Berlioz escribió para el Journal des débats parisino, Heinrich Heine informó sobre música y literatura en París para el Allgemeine Musikalische Zeitung de Stuttgart, el joven Richard Wagner escribió artículos para la revista Zeitung für die elegante Welt de Heinrich Laube, y durante su estancia de 1839 a 1842 en París para la editorial Schlesinger y varios periódicos alemanes. En 1835 James William Davison (1813-1885) comenzó su larga carrera como crítico musical, escribiendo durante 40 años para The Times.