- Practicar una medicina prudente, mínimamente disruptiva o poco perturbadora (minimally disruptive medicine).
- Priorizar la prevención cuaternaria, es decir, las actividades sanitarias que atenúan o evitan las consecuencias de las intervenciones innecesarias o excesivas.
- Combatir la promoción de enfermedades (disease mongering), o sea, la interesada invención de dolencias.
- Deprescribir en pacientes polimedicados, entendiendo por deprescripción la retirada de fármacos previamente prescritos y por polimedicación el consumo de más de 6 medicamentos.
- Favorecer la atención a enfermos polipatológicos, mediante una reorganización que implique a los dos niveles asistenciales.
En realidad, todo se reduce a una cuestión de sentido común y confianza. Pero ya sabemos -y más en este complicado país- que del dicho al hecho...
Una interpretación "auténtica": con instrumentos originales
Y no olvidemos que también la música puede ayudar al enfermo crónico.El contacto entre el enfermo crónico y el medio hospitalario es inevitable; la cuestión no estriba en establecer qué nivel asistencial gestiona la cronicidad y su correlato, la dependencia, sino en conocer cómo se debe gestionar la cronicidad y la dependencia en cada uno de los niveles asistenciales.