martes, 9 de marzo de 2010

Desastres naturales


En las desgracias propias hay que acordarse del estado de conformidad con que miramos las ajenas. Epicteto de Frigia

Continuamente la Natura nos avisa de nuestra pequeñez, y seguimos empeñados en demostrar vana grandeza. ¡Miseria de los hombres versus superioridad del Hombre! Ante la fuerza destructora de terremotos, inundaciones, huracanes o erupciones volcánicas, poco pueden hacer los mortales, salvo prevenirse de esos desastres naturales. Las consecuencias las sufren los pobres, indefensos por su condición; los ricos raramente llegan a percibir el alcance de las calamidades o los cataclismos. En los países opulentos tienen las de perder los indigentes, porque los doblemente afortunados habitan en sólidas casas, están asegurados y disponen de recursos para salir adelante. Con todo, frente a estas fuerzas incontrolables nada son los hombres, ni pudientes ni menesterosos. Entonces, sólo cabe respetar a la Natura y precaverse de su ira.
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Nota. Deberíamos aprender de la educación sobre desastres en Japón.

Desastres naturales
[Vídeo añadido post.]
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Desastres o catástrofes naturales.

ANEXO: POEMAS SOBRE DESASTRES NATURALES
Poema sobre el desastre de Lisboa, Voltaire –terremoto [Análisis AQUÍ]

*Sobre el terremoto de Lisboa (1755).

¡Oh infelices mortales! ¡Oh tierra deplorable!
¡Oh espantosa reunión de todos los mortales!
¡De inútiles dolores la eterna conversación!
Filósofos engañados que gritan: “Todo está bien”,
¡vengan y contemplen estas ruinas espantosas!
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El presente es horrendo, si no hay porvenir...
VOLTAIRE, Poema sobre el desastre de Lisboa

1 comentario:

  1. Ira que nosotros también achacamos a los fenómenos naturales, amigo José Manuel, pero los mismos carecen de sentimientos, al carecer de sistemas nerviosos evolucionados. El terremoto devastador es apenas un leve movimiento para las enormes placas tectónicas. De hecho la humildad debe ser alimentada por nuestra pequeñez ante tales fenómenos, sin deificarlos o personalizarlos, pero también sin menospreciarlos. Al final, cuando llueve todos se mojan.

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