domingo, 17 de enero de 2016

Canciones infantiles en las zarzuelas


Tres son los modos en que el folklore infantil puede verse incluido en la zarzuela. En un ambiente infantil, donde los niños son el centro de la escena, como es el caso de Agua, azucarillos y aguardiente (1897), de Federico Chueca, en cuyo número "Niñeras, Niños y Amas" se introducen varias canciones infantiles: Las ovejuelas (Arrión) y La viudita del Conde de Cabra. O porque se trate de una feria o ambiente festivo, como es el caso de Gigantes y Cabezudos (1898) de Manuel Fernández Caballero: Antón Pirulero y El berrugón. O, con menos frecuencia, como refuerzo descriptivo o de evocación en alguna escena cantada por un grupo de adultos. Un ejemplo representativo de esta variante es El año pasado por agua (1889) de Federico Chueca: Que llueva, que lluevaLa canción de Mambrú* y Los toros del pueblo. La primera pieza infantil (Que llueva, que llueva) será utilizada por José Serrano en El amigo Melquiades (1914), que incluye también Ramón del alma mía
Fiestas y ferias son un recurso para que los adultos canten este repertorio. Así sucede en Las Golondrinas (1914) de José María Usandizaga: Quisiera ser tan alta... También en una feria incluye José Serrano Es un muchacho excelente* (aunque no como canción, sino en la parte instrumental), en la zarzuela Moros y cristianos (1905). Otro ejemplo de este tipo de inclusión es Don Manolito (1942) de Pablo Sorozabal: Morito PititónEn Madrid hay una niña y En los palacios del rey. Muchas son las zarzuelas que incluyen piezas de folklore infantil en su música: Cu-cú cantaba la rana aparece en Aquella canción antigua (1952) de Joan Dotrás Vila; Antón Pirulero en La zapaterita (1941) de Francisco Alonso; Bateo pelao en El bateo (1901) de Federico Chueca; El vito en El baile de Luis Alonso (1896) de Gerónimo Giménez... 
El folklore infantil conforma uno de los procesos más fuertes del proceso de enculturación del individuo, proceso mediante el que toda comunidad transmite a sus nuevos miembros su propia cultura, haciéndoles partícipes de la identidad étnica grupal. Este proceso conforma la primera parte de uno más amplio, como es la socialización (que conlleva asimilación de la cultura, interiorización e identificación). Las canciones llevan en si mismas unas mentalidades, situaciones y vivencias que, analizadas y comparadas nos permiten sumergirnos en la sociedad cotidiana; y esta cotidianidad, este carácter familiar es lo que da valor a la zarzuela: la mayor parte de las melodías zarzueleras suenan a algo ya conocido, que no siempre se sabe bien qué pueda ser. El compositor busca la cercanía con el espectador y, ¿qué mejor modo de hacer sentir próxima la música al público que con las canciones que más tempranamente aprendieron? 
Del artículo "La zarzuela y el folklore infantil", por Enrique Encabo Fernández

*La canción Mambrú se fue a la guerra procede de la francesa Malbrough s'en va-t-en guerre, cuya música pertenece a una composición de Beethoven: La Victoria de Wellington (dedicada a la victoria del Duque de Wellington en la Batalla de Vitoria). Y a su vez, Es un muchacho excelente proviene de Mambrú.
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Como vemos, todo un muestrario de canciones infantiles que nuestros compositores de zarzuela han querido inmortalizar incluyéndolas en sus obras, ya por propia iniciativa o por sugerencia de sus libretistas. Canciones que se han ido olvidando y que los niños de ahora apenas conocen, del mismo modo que las composiciones de nuestra particular opereta han quedado relegadas por diferentes motivos, siendo muy poco interpretadas y difundidas, lo que nos impide apreciar en su justa medida los valores culturales de un género en el que, aparte de estas canciones de la niñez, de la comicidad, de las costumbres de los diversos pueblos ibéricos y de las sempiternas tramas amorosas, no faltan los problemas sociales, las reivindicaciones políticas y el canto a la libertad. Por no faltar, ni faltan escenas referentes a la medicina (baste recordar el "Coro de doctores" de El rey que rabió, de Ruperto Chapí y los libretistas Miguel Sánchez Carrión y Vita Aza). 

«Coro de niñeras» (de Agua, azucarillos y aguardiente), Federico Chueca
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NOTA:
ESTA ENTRADA COINCIDE CON EL 7º ANIVERSARIO DEL BLOG
¡7 años ya! Y todavía sigue siendo un niño
Médico-melódicas gracias a todos los seguidores

8 comentarios:

  1. Mi querido José Manuel: ¡me ha encantado la entrada! Como bien sabes adoro la zarzuela, soy absolutamente forofa de las canciones infantiles y, además, no puedes imaginarte cuantísimo me ha emocionado escuchar ese coro de niñeras; mi padre me lo cantaba cada noche para dormirme y yo lo hice, igualmente, con cada uno de mis hijos.
    ¡Muchas gracias y moitos bicos!

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    1. Sé que la zarzuela te chifla, querida Lola, y me alegro del acierto en la elección del número ilustrativo final. Tenía que ser Chueca, con su gracia y su salero.
      Zarzueleros (o zarzuelísticos) besos.

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  2. GRACIAS JOSE MANUEL!!! GRACIAS !!! ME ALEGRASTE EL DIA!!!!

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    1. ¡Cuánto me alegro, Marina! La tierna infancia es todo alegría.
      Gracias por tu luminosa visita. ¡Muaaa!

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  3. BICOS MIL!!! NO CONOCIA LA ZARZUELA HASTA LLEGAR....PUFFFF....YA 25 AÑOS...PERO ME ENCANTA,NO ES GENERO CHICO...DE NADA... ES PRECOSA...MUY MELODICA Y MUY ALEGRE!!!! Y HAY QUE PONER COLOR Y ALEGRIA A LA VIDA...BICOS!!!!

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  5. BICOS MIL !!!!! NO CONOCIA LA ZAEZUELA ANTES DE LLEGAR AQUI....PUFFF...YA 25 AÑOS....ES PRECIOSA Y DE GENERO CHICO NADA, DE NADA...ES MUY MELODICA Y MUY ALEGRE...Y HAY QUE PONER COLOR Y ALEGRIA A ESTA VIDA...BICOS!!!!

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