jueves, 19 de mayo de 2016

Velando por la seguridad del paciente


La seguridad del paciente, definida como reducción de riesgos innecesarios o eventos adversos, durante la atención sanitaria, es una dimensión clave de la calidad asistencial, como parte de la calidad en salud. Es algo prioritario, ya establecido por Hipócrates con su premisa de no dañar: Primun non nocere. Después del padre de la medicina, se han venido realizando diversos estudios de seguridad en paciente, sobre todo en hospitales, evidenciándose problemas de seguridad y necesidades de mejora. Pero la atención primaria suele ser la entrada al sistema sanitario y, por lo tanto, también cobra importancia la seguridad del paciente en los centros de salud, en el primer nivel asistencial. 

La seguridad del paciente es esencial por sus consecuencias: daños en los pacientes, sobre todo, pero también costes económicos y costes personales de terceros (familiares y sanitarios). Sabidas las consecuencias, el mayor problema en nuestro medio surge a la hora de aplicar medidas correctoras que mejoren la seguridad del paciente y, por tanto, la calidad asistencial. Porque la mayoría de los problemas ya están detectados y, como ya hemos dicho, la sobrecarga asistencial es el principal problema para la seguridad del paciente, además de para la salud del médico y el coste del sistema. Y la sobrecarga asistencial en atención primaria no parece preocupar demasiado a los responsables de la organización  asistencial, quienes deberían de velar expresamente por la seguridad del paciente. 

Repercusiones negativas de la sobrecarga asistencial

Desgraciadamente, más que atajar las causas parece preocupar el acopio de datos extraídos de notificaciones de incidentes, para al final, me temo, conformarse los gestores con el conocimiento estadístico. Pero aparte de la gestión de incidencias, los sanitarios han de velar por la prevención de incidentes relacionados con la seguridad del paciente, a fin de evitarle daños o efectos adversos, mediante el conocimiento necesario (aptitud) y su buena disposición (actitud). Es lo que en realidad importa, y no la gestión baldía. Los profesionales de la sanidad han de esforzarse en mantener una buena comunicación, entre ellos y con el paciente, en minimizar errores diagnósticos y terapéuticos, ya por el empleo de medicamentos o el uso de procedimientos y técnicas, y al registrar su actividad. 

Veamos a continuación, a modo de ilustración, un vídeo del NHS con diálogos traducidos, sobre la seguridad del paciente, aunque aplicada al medio hospitalario. Con la regla P.I.N.K. para recordar cuatro formas de ayudarse el propio paciente: Participate (Participar), Inform (Informar), Notise (Avisar) y Know (Conocer).

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Seguridad del paciente desde la práctica diaria

CONSIDERACIÓN FINAL. Sobre el trabajo en equipo y la seguridad del paciente (procurando minimizar los errores), nos valemos de la comparativa entre la seguridad en la aviación y la medicina que se analiza en el blog El Gerente De Mediado: Cosas que se aprenden cuando un avión se cae.
…al entrar en el avión eran un conjunto de individuos; pero se convirtieron en un equipo de trabajo gracias al hecho de que en cada vuelo (en los que afortunadamente no suele ocurrir nada) repiten una y otra vez las mismas rutinas: hacer el briefing (decirse unos a otros algo tan sencillo como “que van a hacer”), o repasar de forma abreviada, pero completa, todas las fases del procedimiento de despegue, vuelo y aterrizaje a través de un checklist

2 comentarios:

  1. Amen.
    Seguridad para un paciente de 90 años al que se tiene que atender en seis minutos?

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    Respuestas
    1. La escasez de tiempo para la atención sanitaria, supone la falta de una "condición de base" de seguridad en el proceso de trabajo, y por lo tanto un factor de riesgo para la seguridad del paciente. Un hecho detectado y notificado, pero nunca corregido o mejorado. Y así estamos.
      Gracias, Concha, por tu visita.

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