domingo, 20 de octubre de 2019

Un cuento y muchos cuentos

El contador de cuentos (1900) de Jules Zermati


La brevedad es la hermana del talentoAntón Chéjov

Un cuento es una novela despojada de ripiosHoracio Quiroga

La variedad de cuentos es sumamente numerosa. Más aún, los cuentos varían respecto a al autor y su estilo, además de los que se transmiten oralmente (cuentos populares o tradicionales) que dependen tanto del orador como de su cultura. Los cuentos pueden ser eruditos (Jorge Luis Borges), desconcertantes (Julio Cortázar), angustiosos (Franz Kafka), misteriosos (Edgar Allan Poe), conmovedores (Charles Dickens) y así podríamos enumerar gran cantidad de rasgos estilísticos.
Mito, leyenda, fábula, apólogo y parábola
Pero ¿qué cuentan los cuentos? Todo lo que afecta a los humanos; lo que nos preocupa, lo que nos atrae, lo que nos atemoriza, lo que nos fascina.

Entre los grandes escritores de cuentos de la historia hemos de incluir a Edgar Allan Poe, Nikolái Gógol, Antón Chejov, Robert Louis Stevenson, Guy de Maupassant, Jack London, Franz Kafka y Horacio Quiroga. Si pensamos en autores españoles que han escrito cuentos, hemos de recordar, entre otros, a Don Juan Manuel, Leopoldo Alas “Clarín”, Emilia Pardo Bazán, Benito Pérez Galdós, Pío Baroja, Vicente Blasco Ibáñez, Ramón Valle-Inclán o Ignacio Aldecoa; sin olvidar los muchos cuentos que Miguel de Cervantes insertó en sus novelas. Pero el poeta José de Espronceda, tiene uno que aquí traemos: La pata de palo.  Así comienza:
Voy a contar el caso más espantable y prodigioso que buenamente imaginarse puede, caso que hará erizar el cabello, horripilarse las carnes, pasmar el ánimo y acobardar el corazón más intrépido, mientras dure su memoria entre los hombres y pase de generación en generación su fama con la eterna desgracia del infeliz a quien cupo tan mala y tan desventurada suerte. ¡Oh cojos!, escarmentad en pierna ajena y leed con atención esta historia, que tiene tanto de cierta como de lastimosa; con vosotros hablo y mejor diré con todos, puesto que no hay en el mundo nadie, a no carecer de piernas, que no se halle expuesto a perderlas. 
Y puede leerse entero AQUÍ, e incluso escucharse, pues adjunta audio. 

El abuelo cuenta una historia (1884) de Albert Anker

Pero no olvidemos que muchos de los cuentos literarios beben de los cuentos populares, de transmisión oral. Reparemos primeramente en los orientales de Las mil y una noches, o los cuentos del mulá Nasrudín. Por otra parte, los cuentos populares españoles quizá no sean tan famosos como los cuentos de hadas que adaptaron otros autores europeos, como el francés Charles Perrault (Caperucita Roja, Pulgarcito, La Cenicienta, La bella durmiente, Barba Azul, El gato con botasGrisélidis, Piel de asno), los alemanes Hermanos Grimm (Blancanieves, Hansel y Gretel, El príncipe ranaRapunzel) o el danés Hans Christian Andersen (El patito feo, La sirenita, El traje nuevo del emperador, La reina de las nieves). Sin embargo, no han de ser desdeñados los que nuestra tradición ha preservado (ver en “Enlaces”).

Cabe también hacer una diferenciación entre mitos, leyendas y cuentos. Tenemos una explicación de sus peculiaridades AQUÍ.

El mito es una narración fantasiosa de algún suceso o fenómeno para el cual el ser humano no encuentra explicación lógica. La leyenda es un relato que exalta las virtudes de un pueblo* basándose en personajes y sucesos reales, mezclando realidad y fantasía. [Podemos incluir la saga.] El cuento es una narración breve, oral o escrita, de hechos y personajes ficticios, inspirados o no en situaciones y personas reales, mediante la voz de un narrador, que a su vez puede ser uno de los personajes, y que siempre tiene un principio, un nudo y un desenlace.

*No siempre es así; pueden recoger otros aspectos, como sucede, por ejemplo, con las Leyendas de Bécquer.

Además, los cuentos literarios marcan algunas diferencias con fábulas, apólogos, alegorías y parábolas. Tenemos una explicación diferencial AQUÍ

[v. también conseja.]

La fábula (Aristóteles la considera en su Poética) es una composición literaria, generalmente en verso y protagonizada por animales, en la cual se utiliza una ficción alegórica para dar una enseñanza útil o moral (moraleja); viajando en el tiempo, llegamos hasta la fábulas de Esopo. El apólogo es la fábula de origen oriental; escrito en prosa, sus protagonistas suelen ser personas. La alegoría y la parábola son relatos alegóricos o simbólicos que, por analogía o semejanza, contienen una enseñanza (en la parábola de carácter espiritual: Parábolas de Jesús/Las parábolas de Jesús). Aunque, si queremos, ignorando sin maldad las eruditas reglas, podemos contemplar como cuentos estas variantes narrativas.

Como curiosidad cuentística, cabe recordar a Saturnino Calleja, creador y editor de cuentos infantiles en España (con distribución en Hispanoamérica y Filipinas), a principios del siglo XX, en formato minúsculo y baratísimos, accesibles a la mayoría de niños. Fueron tantos los cuentos de Calleja que en su tiempo se acuñó la expresión «¡Tienes más cuento que Calleja!».

Dejamos finalmente un vídeo sobre los mejores cuentos y cuentistas, así como el enlace a otro sobre cómo contar bien un cuento (cosas del cuentacuentos).

*** 
Cuentos y cuentistas. El canon del cuento

—Cómo escribir un cuento, teoría del cuento
La teoría del cuento de Edgar Allan Poe
Un cuento debe provocar en el lector el efecto de “unidad de impresión”; debe leerse en no más de dos horas y no menos de treinta minutos; cada elemento incorporado debe pensarse en términos del efecto que deje en el lector; ha de establecerse el tono del relato, y la trama ha de ajustarse al tono y al efecto. (Edgar Allan Poe)
7 consejos de Edgar Allan Poe para escribir buenas historias

– Conoce de antemano el final. 
– Sé breve. 
– Tienes que saber de antemano el efecto que quieres conseguir. 
– Establece un tono para tu trabajo. 
– Escoge un tema y las características que marcarán tu trabajo. 
– Establece el punto que funcionará como clímax. 
– Determina el contexto.

Decálogo del perfecto cuentista, por Horacio Quiroga
No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.
Apuntes sobre el arte de escribir cuentos, por Juan Bosch
Aspectos del cuento, por Julio Cortázar
Un cuento es malo cuando se lo escribe sin esa tensión que debe manifestarse desde las primeras palabras o las primeras escenas.


—Clasificación de los cuentos
De hadas, infantiles, de aventuras, de ciencia ficción, de terror, policíacos, realistas, fantásticos, históricos, populares (tradicionales)...
Hay tres grupos principales de cuentos: cuentos comunes u ordinarios (folclóricos), cuentos de animales y cuentos humorísticos. Aarne-Thompson añadieron dos nuevos grupos: cuentos de fórmula (siguen un patrón establecido, por ejemplo recopilaciones de cuentos) y cuentos no clasificados (no se pueden incluir en ninguno de los grupos anteriores). Cada grupo, a su vez, se divide en subgrupos (ej.: de magia, sobrenaturales, religiosos, románticos...).
Cuentos clásicos [Ciudad Seva]
Cuentos de terror. Valgan como ejemplos: «El gato negro», de Edgar Allan Poe, y «La pata de mono», de William Wymark Jacobs

—Cuentos de escritores famosos
Cuentos de Andersen (reseña)
Pushkin es el precursor de la literatura rusa

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