SOLEDAD SONORA
En tanto acompaña mis ratos perdidos
esa radio amiga,
contemplo nostálgico aquel frontispicio
donde el sol refleja su mirada mágica.
Y el tictac de fondo,
mordiente, distancia.
Una suave brisa agita las hojas,
mueve la quietud;
oscilan nerviosas las piedras sombrías,
los mustios ladrillos de sobria fachada.
Y el tictac de fondo,
mordiente, distancia.
mueve la quietud;
oscilan nerviosas las piedras sombrías,
los mustios ladrillos de sobria fachada.
Y el tictac de fondo,
mordiente, distancia.
La soledad habla sin parar, no cesa
su discurso nunca; alegra y aflige,
bendice y confina.
Siempre tan sonora, ella nunca calla.
Y el tictac de fondo,
mordiente, distancia.
su discurso nunca; alegra y aflige,
bendice y confina.
Siempre tan sonora, ella nunca calla.
Y el tictac de fondo,
mordiente, distancia.
Apago la radio. Y del sol me escondo.
E ignoro los árboles. Y dejo de ver
la casa de enfrente. (Lo oscuro deslumbra…
El silencio llama…)
Y el tictac de fondo,
mordiente, distancia.
E ignoro los árboles. Y dejo de ver
la casa de enfrente. (Lo oscuro deslumbra…
El silencio llama…)
Y el tictac de fondo,
mordiente, distancia.
[jul. 1996]
Images III: "Mouvement", Debussy
Me encanta, Una suave brisa agita las hojas
ResponderEliminarmueve la quietud:
oscilan nerviosas las piedras sombrías
los mustios ladrillos de sobria fachada.
Y el tictac de fondo
mordiente distancia.
Bravo!
Gracias por apreciar el poema.
ResponderEliminarUn saludo.