Una saeta por la atención primaria |
Siempre queda la esperanza de la resurrección.
¿Es posible un buen sistema sanitario sin atención primaria?
Hace casi una década sollozamos en un réquiem por el médico de familia. Ahora nos lamentamos en otro réquiem por la atención primaria en su conjunto. No lo hacemos en solitario, sino acompañados por otras voces, agudas y graves, en contrapunto. Decíamos hace un tiempo que estaba en la cuerda floja; ahora ya ha perdido el equilibrio. Muchos se lamentan de que se ha intentado salvar un primer nivel asistencial moribundo y que no se ha conseguido. «Los llantos de los profesionales son lágrimas que se pierden en la lluvia», canta una voz. Canta junto a otras voces que, desencantadas, se van apagando. Sólo algunos mantienen la esperanza, soñadores convencidos de que la realidad es superable. Ya no es una estación invernal complicada por la coyuntura de infecciones respiratorias leves que desbordan los recursos humanos, ni otra estival que los sobrepasa por estar mermados. Las cuatro estaciones se han vuelto problemáticas; el año entero se ha vuelo una carrera de obstáculos maratoniana, por los mismos males apuntados en el otro réquiem acentuados por las difíciles circunstancias de los últimos tiempos, y afectando también al resto de profesionales de la salud. Da igual el servicio de salud, dentro de un sistema invertebrado, y da igual el color político que lo dirija; creo que ningún territorio hispano se salva. El desastre organizativo es general, insoportable y matador. Así que, salvo los más optimistas, los protagonistas de la atención primaria están sumidos en un duelo. En un duelo que ojalá no sea eterno.
Un réquiem alemán: «Denn alles Fleisch es ist wie Gras», Johannes Brahms
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Reflexión pertinente
El concepto demagógico de «demora cero» ha hecho un tremendo daño. Y no se ha sabido rebatir. Ahora queda la enmienda tardía o seguir sufriendo, dejándose arrastrar por las aguas turbulentas de una asistencia absolutamente desordenada. De todos modos, la esencia de la atención primaria ya desapareció con la denominada «gestión integrada», que la desintegró.
En Gijón , un gran prohombre ,médico y coleccionista de Palacios por toda España , nos acaba de "conseguir " la implantación del Grupo Quirón , con una inversión de más de 40 millones de euros y 300 trabajadores.Con opiniones diversas , lo irremediable es la constatación de que se vislumbra negocio , habrá ilusiones , apoyo a ONGs , carreras solidarias , inmersión social ..múltiples conciertos con la medicina pública , y ésta se irá debilitando progresiva y sigilosamente hasta desembocar entre la Gran corporacion y la Beneficencia...Muy Progresista en definitiva . No espero llegar a verlo .Salu2 ( Un MAP ).
ResponderEliminarNo sabemos cuál va a ser la deriva definitiva del sistema sanitario, pero los grandes grupos de salud están tomando posiciones ventajosas en todo el territorio. Esperemos que la sanidad pública, un servicio impagable, no acabe desapareciendo.
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