The difficulty of literature is not to write, but to write what you mean.
ROBERT LOUIS STEVENSON
ROMANCE DE STEVENSON
Un escritor admirable,
escocés de nacimiento,
que desde niño, curioso,
siempre al mundo estuvo atento.
Abogado sin bufete
quien pudo ser ingeniero,
siguiendo la tradición
de su padre y de su abuelo,
especialistas en faros
que orientan con sus destellos
(altas torres en las costas
queridas por marineros,
que a los barcos en peligro
advierten desde muy lejos).
Abierto a las aventuras,
pronto Stevenson bohemio,
un espíritu tan libre
no podía estarse quieto.
Contempladlo sonriente,
vitalista… pero enfermo;
tuberculosis romántica
hizo de él un viajero,
en busca de climas cálidos
que aliviaran su resuello.
Entre tos y pesadillas,
debía buscar remedio;
América y Polinesia,
con Escocia en el recuerdo,
los escogidos destinos
contra su mal así fueron.
…………………………….........
Reposó su amor en Fanny
y ella le dio su aliento;
y publicó su primera
obra: Viaje tierra adentro.
Con más enjundia después,
plasmó atracciones y miedos
en La isla del tesoro,
mundo de filibusteros,
donde el niño Jim se enfrenta
a John Silver, Largo y fiero.
En plenitud creativa
escribió intrigantes cuentos,
contados a la manera
de las Noches de otro tiempo.
Dr. Jekyll y Mr. Hyde
fue un best seller novelesco,
el extraño caso de
personal desdoblamiento.
Inquieto e imaginativo,
dejó escritos sus recuerdos
en Memorias y retratos;
lo cercano estando lejos.
La flecha negra o El señor
de Ballantrae son ejemplos
de otras famosas novelas
que al de Edimburgo dan mérito.
Y fue ensayista y poeta
(entre sus poemas: «El viento»);
observador Stevenson,
junta idea y sentimiento.
…………………………….........
En Samoa echó raíces,
concretamente en un pueblo,
Vailima, al sur de Apia,
capital del archipiélago;
allá en los Mares del Sur,
finalmente se hizo isleño.
Al extraño con cariño
los nativos acogieron;
lo llamaron Tusitala
—que es «el contador de cuentos»—,
asombrados escuchando
al creador extranjero;
sus amigos samoanos
lo admiraron y quisieron.
También él se interesó
por la cultura de ellos,
por su vida y sus problemas;
supo mostrarles aprecio.
Stevenson vivió alegre
y en su isla murió contento;
abiertamente lo dijo
en su epitafio, previendo
lo inevitable. Fulminante
ictus se lo llevó, abriendo
una botella de vino.
Desplomado, quedó muerto…
Yace el joven donde quiso,
vuelto del mar, marinero,
y del monte, cazador.
Gozoso allí yo lo veo.
[2021, 25 abr]
"The Wind" by Robert Louis Stevenson & Giedrius Alkauskas
****
Por mi parte, viajo no para ir a ninguna parte, sino para ir.
Viajo por viajar. El gran asunto es moverse.
Robert Louis Stevenson (1850-1894). Apunte biográfico
Robert Louis Stevenson nació en Edimburgo, Escocia, en una familia de constructores de faros; su padre, su abuelo, sus primos y sus tíos se dedicaban todos a esa profesión. Su padre, ingeniero, lo animó a que estudiara ingeniería como él, y en principio se mostró de acuerdo, pero abandonó a poco de comenzar su carrera y decidió ser abogado. Y se licenció en Derecho en la Universidad de Edimburgo, aunque nunca ejerció la abogacía. Desde joven le fascinaba la idea de crear sus propias novelas, sobre todo históricas. En su inclinación literaria parece que influyó ya en la infancia su niñera, Alison Cunningham, que él apodó cariñosamente como Cummy; ella le contaba historias de terror, oscuras y siniestras. También los viajes que hizo en su juventud junto a su padre le estimularon su creatividad. Y le impactó el poeta William Ernest Henley, que había padecido tuberculosis de pequeño y, a consecuencia de la enfermedad, le habían tenido que amputar una pierna y usaba una pata de palo (Henley le inspiró el personaje John Silver el Largo, pirata de su novela La isla del tesoro). El propio Stevenson contrajo la tuberculosis, y en busca de un clima favorable para sus delicados pulmones, viajó continuamente, describiendo sus viajes en varios libros, los dos primeros: Viaje tierra adentro (1878) y Viaje en burro por las Cévennes (1879). En 1880 se casó con Fanny Osbourne, una estadounidense divorciada, diez años mayor que él.
En 1882 publicó el libro de cuentos Las nuevas noches árabes, compuesta en tres secciones: «El Club de los Suicidas», «El Diamante del Rajá» y una sección de relatos independientes; un formidable ejercicio literario en su conjunto, destacando lo fantástico en una notable creación de atmósferas.
Poco después se dio a conocer como novelista con La isla del tesoro (1883), inolvidable historia de aventuras. Pasó una temporada en Suiza y en la Riviera francesa, y regresó al Reino Unido en 1884. La estancia en su patria, que se prolongó hasta 1887, coincidió con la publicación de dos de sus novelas de aventuras más populares, Secuestrado (1886) y La flecha negra (1888), así como su relato El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde (1886), obra maestra del terror fantástico.
Stevenson se aficionó a la navegación, adquirió un yate y navegó a través del océano, llegando a viajar a las islas de Hawai (donde tuvo amistad con el rey Kalākaua, gobernante de las islas) y a Nueva Zelanda. Los viajes, el aire fresco y las buenas temperaturas favorecían su salud. Diagnosticado de tuberculosis, el escritor escocés halló la libertad en un viaje sin retorno por América y la Polinesia, junto a su esposa. Estuvo en Nueva York, donde conoció a Mark Twain, y tuvo una corta estancia en San Francisco. Después inició un viaje de placer por el sur del Pacífico que lo condujo hasta la isla Upolu, en el archipiélago de Samoa. Y allí vivió, en el pueblo de Vailima, hasta su muerte, venerado por los nativos, que le llamaban Tusitala («El contador de cuentos»). Sobre esta experiencia, escribió En los mares del Sur (1896) con el subtítulo «Relato de experiencias y observaciones efectuadas en las islas Marquesas, Pomotú y Gilbert, durante dos cruceros realizados en las goletas Casco (1888) y Equator (1889)»; es un libro de viajes y, sobre todo, una colección de relatos antropológicos de los pueblos de esas latitudes.
La muerte de Stevenson acaeció mientras escribía su última novela, de un modo novelesco. En un momento de descanso, tomó una botella de vino y se dispuso a abrirla, cuando, de repente, exclamó: «¿Qué es eso? ¿Le pasa algo a mi cara?». Acto seguido, se desplomó y murió a las pocas horas por una hemorragia cerebral. Tenía 44 años. Los samoanos, que le tenían mucho cariño, lo enterraron en uno de los lugares de la isla con mejores vistas al mar. Enternecedor.
Bajo el vasto cielo estrellado
cavad mi tumba y dejadme yacer allí.
Alegremente viví y alegre moriré,
acostado con un último deseo.
Que sea éste el verso que graben para mí:
“Aquí yace donde quería yacer;
ha vuelto el marinero, ha vuelto del mar;
y de la colina ha regresado el cazador”.
Under the wide and starry sky,
Dig the grave and let me lie.
Glad did I live and gladly die,
And I laid me down with a will.
This be the verse you grave for me:
Here he lies where he longed to be;
Home is the sailor, home from sea
And the hunter home from the hill.
Además de las obras citadas, Robert Louis Stevenson dejó escritas, entre otras, las novelas El señor de Ballantrae (1888), Catriona (1893) –continuación de Secuestrado– y El dique de Hermiston, póstuma e inacabada. También merecen destacarse los relatos El diablo en la botella y Olalla. Y aparte de novelas, relatos y libros de viajes, dejó escritos ensayos y poemas.
Fuentes bibliográficas
Robert Louis Stevenson –Wiki
Robert Louis Stevenson –Biografías y Vidas
Robert Louis Stevenson –Epdlp
Robert Louis Stevenson –Profesor en línea
Robert Louis Stevenson –Zenda
Stevenson, Escocia, Hawai –El estado mental
Robert Louis Stevenson. De Escocia a los Mares del Sur –Nicholas Rankin
Fuente |
Excelente artículo, amigo mío. ¿Y qué me dice usted de "El diablo en la botella"?
ResponderEliminarGracias por la buena valoración. Y el relato que refiere, de ‘‘Cuentos de los Mares del Sur’’, es excelente.
Eliminar