Es sorprendente como pueden surgir amistades virtuales, sin el conocimiento personal, sin el calor de la palabra hablada, sin el factor emocional del encuentro. Solamente con el intercambio escrito en la espacial distancia. Almas parecidas o diferentes, forjan desde la abstracción imágenes que les inspiran simpatía. La fuerza de la palabra escrita se pone de manifiesto, mostrando su mejor cara. Lo evidencio en intercambios profesionales y desde este mismo blog, en comentarios y correspondencia online. Es sorprendente y no me deja de maravillar la aproximación afectiva en la distancia. Supone una inyección anímica que me hace mantener el entusiasmo comunicador. Que sea por mucho tiempo.
Amén, amigo José Manuel. Un abrazo.
ResponderEliminarNo se puede decir mejor con menos palabras. Y me refiero tanto al post como al comentario anterior. Así que, yo también digo: Amén.
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