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“Vigo es la única ciudad gallega que multa a los coches sanitarios. El Sergas negocia, quiere que el Concello les facilite un distintivo”
Este titular de prensa parece una chirigota, porque si se trata de coches sanitarios “oficiales” es de suponer que ya llevan el distintivo del SERGAS (Servizo Galego de Saúde). Y el contenido del artículo me empuja a otras consideraciones...
De lo que tengo conocimiento es que en alguna ocasión se ha tratado de negociar un distintivo para evitar multas a los recursos humanos de los centros de salud, es decir a los sanitarios que trabajan para la empresa pública (médicos/as y enfermeros/as) y que ponen a su disposición sus coches particulares. En este caso, el SERGAS tiene que hacer algo más que negociar: proporcionar los medios para la atención sanitaria en todo su ámbito asistencial, incluidos los vehículos para la domiciliaria. Lo que se da por hecho en cualquier administración pública, no ocurre en la sanitaria. Y la fuerza de la costumbre impide la revisión de esta grave anomalía.
Las tímidas reivindicaciones, sobre todo por enfermería, no han logrado hasta ahora su objetivo. El tratamiento en los medios tampoco ha sido el adecuado, dejando patente un gran desconocimiento de la situación real. Pero debe quedar claro que los sanitarios públicos no tienen obligación de tener coche (ni siquiera carnet de conducir); sus contratos no lo obligan a disponer de medios privados para su función pública. Se les exige capacitación profesional, faltaría más, pero no habilidad conductora.
Por eso ya va siendo hora de solucionar el eterno problema del transporte domiciliario, traído repetidamente a este blog (incluso en forma de ‘‘diálogo político-sanitario’’, como se puede comprobar al pie del artículo al que conduce el enlace).
Este titular de prensa parece una chirigota, porque si se trata de coches sanitarios “oficiales” es de suponer que ya llevan el distintivo del SERGAS (Servizo Galego de Saúde). Y el contenido del artículo me empuja a otras consideraciones...
De lo que tengo conocimiento es que en alguna ocasión se ha tratado de negociar un distintivo para evitar multas a los recursos humanos de los centros de salud, es decir a los sanitarios que trabajan para la empresa pública (médicos/as y enfermeros/as) y que ponen a su disposición sus coches particulares. En este caso, el SERGAS tiene que hacer algo más que negociar: proporcionar los medios para la atención sanitaria en todo su ámbito asistencial, incluidos los vehículos para la domiciliaria. Lo que se da por hecho en cualquier administración pública, no ocurre en la sanitaria. Y la fuerza de la costumbre impide la revisión de esta grave anomalía.
Las tímidas reivindicaciones, sobre todo por enfermería, no han logrado hasta ahora su objetivo. El tratamiento en los medios tampoco ha sido el adecuado, dejando patente un gran desconocimiento de la situación real. Pero debe quedar claro que los sanitarios públicos no tienen obligación de tener coche (ni siquiera carnet de conducir); sus contratos no lo obligan a disponer de medios privados para su función pública. Se les exige capacitación profesional, faltaría más, pero no habilidad conductora.
Por eso ya va siendo hora de solucionar el eterno problema del transporte domiciliario, traído repetidamente a este blog (incluso en forma de ‘‘diálogo político-sanitario’’, como se puede comprobar al pie del artículo al que conduce el enlace).
El Payaso - No me lo puedo creer
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Consideración anexa. Para la atención domiciliaria no se pide un coche con la tecnología de un Ferrari, por supuesto, ni con la belleza de un Citroën DS, aquel fabuloso ‘‘Tiburón’’, sino un modesto utilitario.
Sin duda Jose Manuel es un signo mas de la desvalorizacion politica y social del acto medico y sanitario en general..
ResponderEliminarEso si, los politicos no tienen ese problema : tienen su coche oficial y sus aparcamientos idemm.
Aqui en Madrid hay una imagen que vale por mil palabras:
un Centro de salud donde los medicos y el resto del personal del mismo, no pueden aparcar justito al lado de una delegacion de hacienda que tiene su aparcamiento oficial en la calle acotado para sus empleados.
Exactamente, amigo Juan, es evidente la desvalorización del acto médico y el desprecio de los profesionales sanitarios por parte de sus eventuales empresarios. Estos sí que se cuidan de disponer de cochazo oficial y de percibir suculentas dietas. A los sanitarios no se les proporcionan los medios de desplazamiento para su desempeño laboral y por encima corren el riesgo de sanción de tráfico. ¡Esperpéntico!
EliminarAcabo de leer en la prensa una "carta al director" de un médico de primaria que no tiene desperdicio, denunciando carencias frente a los recortes en sanidad. Intentaré traerla aquí.
Un saludo cordial.