On Old Age (De Senectute) |
El gran jurista, político, filósofo, escritor y orador romano Marco Tulio Cicerón (106 a. C. - 43 a. C.) escribió el diálogo De Senectute (Cato maior, sive de senectute: Catón el Viejo, o Sobre la vejez), un tratado que enseña el arte de aprender a envejecer, en el que habla de los beneficios de una vejez sana y las ventajas que reporta en experiencia y sabiduría. Como se puede leer en el artículo enlazado, “Cicerón pone en boca de Catón muchos argumentos que proceden de la tradición griega, especialmente de Platón”. Es una obra de aprendizaje para la vejez, incluso para saber disfrutarla. En ella se refutan cuatro motivos que hacen aborrecer la vejez (1/que aparta de las actividades, 2/que hace perder la fuerza física, 3/que priva de los placeres y 4/que aproxima a la muerte), con argumentos que tratan de convencernos de las posibilidades de realizar actividades, de mantener una condición físico-psíquica saludable, de que la disminución del deseo hace menos necesarios los placeres y de que, no siendo inmortales, es deseable que el hombre muera a su debido tiempo, porque la naturaleza pone limite a la vida.
Los argumentos de Cicerón a favor de la
vejez pueden cuestionarse, como todo en la vida (aunque hoy podrían considerarse como pautas de envejecimiento activo), pero es innegable que nos llevan hacia hermosas
honduras filosóficas. En otros escritos, el sabio pensador romano y maestro de la oratoria atacó los gobiernos
dictatoriales, defendió la existencia de una comunidad humana universal, por
encima de las diferencias étnicas, y la supremacía del derecho natural. También
se manifestó contra la crueldad y la tortura, lo que nos hace pensar en un
hombre bueno (con todas sus contradicciones y sus errores). Una obviedad, porque un hombre sabio no puede ser malo. Sería
interesante saber qué diría Cicerón, a más de dos mil años de estas
consideraciones, en este tiempo de creciente desprecio de la vejez, de trivialización de los valores humanos, cuando
todavía sigue habiendo dictaduras, enfrentamientos étnicos, violación de
derechos y castigos físicos, amén de mandatarios soberbios y gobernantes
corruptos. Seguramente haría suyo el sentencioso refrán que en boca de viejo advierte al joven: “Como te veo, me vi; como me ves, te verás”. Y tal vez tendría más dudas sobre cuál es el adecuado momento para
morir.
Biografía de Cicerón
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Una estupenda reflexión -como todas las tuyas, amigo José Manuel- que no creo que envejezca nunca... y sobre un personaje histórico por el que siento un cariño especial, ya que lo conocí a través de la versión de la novela de Taylor Caldwell que publicaba aquella "Selecciones del Reader's Digest" a la que estaba suscrito mi padre... y que leía casi al mismo tiempo que escuchábamos a Alberto Oliveras en su "Ustedes son formidables". Gratos recuerdos para mí, vinculados con una especial admiración por el que llamaban "garbanzo".
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Un garbanzo y negro, por apartarse del dogma. Siempre aprendo contigo, querido Francisco.
EliminarPor cierto, he hallado la cabecera del programa de Alberto Oliveras, con la música de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak:
https://www.youtube.com/watch?v=UYiab020smA
Un formidable abrazo.