No obstante, se suscitan paralelamente dos cuestiones. Una, la del tiempo para realizarlas, por la rigidez de las agendas y la sobrecarga asistencial. Otra, el medio de desplazamiento para salvar las distancias, obligadas para realizar muchas visitas domiciliarias (no siempre es posible ir a pie o en bicicleta). Respecto a esto último, hemos de decir a quienes no lo sepan que, salvo ambulancias para la atención urgente, no hay disposición de vehículo oficial en nuestro sistema público de salud para realizar los desplazamientos necesarios para una atención ordinaria, programada o demandada, a los pacientes que se hallan imposibilitados en su domicilio, sobre todo encamados permanentes o enfermos dependientes.
Hemos tratado reiteradamente el tema bajo la etiqueta “transporte domiciliario”. Nada se ha conseguido hasta ahora, a pesar de las demandas de los profesionales sanitarios de atención primaria. Es por ello que me parece oportuno traer aquí un comentario suscitado en la entrada que el Dr. Jiménez trata de la importancia de la atención médica domiciliaria. No haré ninguna interpretación al respecto, pues creo que es suficientemente explicativo. Que cada cual juzgue por sí mismo.
El admirable Dr. Ángel López Hernanz y su inseparable bicicleta |
[Comentario a entrada referida arriba]
No trabajo en asistencia sanitaria, mi mujer sí, en AP y NUESTRO coche ha sufrido un accidente siendo usado AL SERVICIO de la institución sanitaria del SERGAS. Hay algo evidente, por lo que hay que luchar por ser de derecho y que expongo en los puntos reivindicativos siguientes:
1.- El coche es un bien (en la mayoría de los casos) que pertenece a una SOCIEDAD DE GANANCIALES y que, en mi caso, como en otros muchos, no tenemos por qué utilizar para los desplazamientos por no estar vinculados laboralmente al servicio de salud y el facultativo tampoco está obligado a poner su patrimonio (coche) como medio para realizar su trabajo por no estar contemplado ni en contrato, nombramiento ni legislación alguna aplicable.
2.- El argumento que normalmente esgrima la administración sanitaria es que existe un COMPLEMENTO DE DISPERSIÓN GEOGRÁFICA. Este complemente tiene como FONDO el de retribuir la molestia de no permanecer en un único CENTRO DE TRABAJO, sino que el desempeño profesional se realiza en diferentes puntos dispersos que, EVENTUALMENTE, son centros de trabajo cuando se realizan actuaciones domiciliarias.
3.-En algunos casos se transportan, en un vehículo particular, muestras biológicas del enfermo, conllevando un riesgo potencial de contagio para el resto de usuarios del coche (familiares, niños y otros). Además de este riesgo, también se incumplen las mínimas medidas de manipulación y trazabilidad de estas muestras biológicas, con grave deterioro de la calidad asistencial.
Dicho esto INVITO a una ACCIÓN CONJUNTA de médicos y enfermeras, a nivel estatal para hacer frente a este ABUSO que redunda en PERJUICIO ECONÓMICO, POTENCIAL RIESGO POR RESPONSABILIDAD CIVIL, MULTAS, RETIRADA DE PERMISO DE CONDUCIR, y OTRAS derivadas del uso de nuestro vehículo. Los pacientes no deben sufrir las consecuencias de todo esto. Por ellos, por nosotros y por nuestros familiares que comparten esta injusta carga, DEBEMOS ASOCIARNOS Y LUCHAR JUNTOS HASTA CONSEGUIR JUSTICIA Y SI ES PRECISO LLEGAR HASTA LOS TRIBUNALES INTERNACIONALES QUE PUEDAN ENTENDER SOBRE ESTE ASUNTO.
¡Ay!, en atención primaria ni siquiera se dispone de una motocicleta...
La motocicleta - Los Bravos
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