sábado, 5 de junio de 2021

Ser español: de la vergüenza al orgullo

Catedral de Santiago de Compostela
 
La rebelión sentimental de las masas, el odio a los mejores, la escasez de éstos –he ahí la razón verdadera del gran fracaso hispánico–.
José Ortega y Gasset, «España invertebrada»

Partamos de un absurdo: la vergüenza o el delito de sentirse español en el presente. Olvidémonos de temporales gobernantes y hagamos balance de la historia de Iberia, de Hispania, de España: los grandes hechos que merecen recordarse superan a los malos momentos para el olvido. Consideremos los excepcionales logros artísticos de personas nacidas en territorio hispano: pintores, escritores, arquitectos, músicos... Pensemos en científicos hispanos dignos de reconocimiento, muchos de ellos ingeniosos inventores. Observemos la variedad paisajística de la Hispania peninsular e insular, la inmensa riqueza de su folklore, la huella cultural que tantos pueblos han dejado. Advirtamos la diversidad etnográfica, la enriquecedora pluralidad que conforma un pueblo singular. Y asumiendo las particularidades, reconozcamos los indiscutibles nexos que nos hermanan. Alegrémonos de la feliz coexistencia de lenguas propias con una lengua común. Y admitamos la compatibilidad de sentirse gallego, vasco, catalán... y español al mismo tiempo.

Dejemos de avergonzarnos y apreciemos lo bueno de una gran nación que tiene muchos motivos para enorgullecerse, superando los inconvenientes de designar a España como Estado español*. Proclamemos como Ainhoa Arteta:
—Yo soy vasca por los cuatro costados, y española. ¿Es que no puedo estar orgullosa de ser vasca y española? ¿Es un delito ser española? ¿En qué otro país del mundo te hacen sentir mal por querer a tu patria? Nos comemos a nosotros mismos. 
____ 
*La expresión o locución "Estado español" es utilizada por nacionalistas periféricos que no reconocen a España como una auténtica nación, sino como un estado que contiene varias, no compatibles con la idea de la nación española.

De España vengo – Ainhoa Arteta
(de El niño judío, zarzuela de Pablo Luna)
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Me opongo a una división en dos Españas diferentes, una compuesta por dos o tres regiones ariscas; otra integrada por el resto, más dócil al poder central [...] Pues tan pronto como existan un par de regiones estatutarias, asistiremos en toda España a una pululación de demandas parejas, las cuales seguirán el tono de las ya concedidas, que es más o menos, querámoslo o no, nacionalista, enfermo de particularismo.
José Ortega y Gasset, «España invertebrada»

Sobre España
De todas las tierras que hay desde el poniente hasta la India eres la más bella, oh, Hispania, sagrada y siempre feliz madre de príncipes y de pueblos... Merecidamente la naturaleza, muy bondadosa, te ha enriquecido con abundancia de todos los seres vivos... Así con razón ya hace tiempo que la dorada Roma, cabeza de los pueblos, te deseó y a pesar de que la misma virtud romúlea, primero vencedora, te desposó con sí misma, sin embargo, finalmente el floreciente pueblo de los godos, después de numerosas victorias en el orbe, con empeño te raptó y te amó... Rica, por lo tanto, en hijos, joyas y púrpuras, fecunda también en gobernantes y en hombres que poseen el don de mandar...
Ser de España o problema de España
El cuadro ‘Duelo a garrotazos’, de Goya, es un referente icónico de las Dos Españas... El debate intelectual ya aparece en el regeneracionismo de Joaquín Costa, siendo su obra más trascendente ‘Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España: urgencia y modo de cambiarla’, 1901; y en Ángel Ganivet, con ‘Idearium español’ y ‘El porvenir de España’, ambos de 1898. Surge de las posiciones enfrentadas entre los krausistas, como Gumersindo de Azcárate o Francisco Giner de los Ríos y su Institución Libre de Enseñanza, y los pensadores casticistas o reaccionarios, como Gumersindo Laverde o Marcelino Menéndez y Pelayo, autor de un descomunal estudio erudito donde identifica lo español con lo ortodoxamente católico ‘España: Historia de los heterodoxos españoles’, origen de la definición intelectual de «Antiespaña». Inmediatamente después, el Desastre de 1898 supuso un revulsivo conducente a la introspección y reflexión sobre sus causas, relacionándolas con el atraso relativo de España ante la modernidad, de forma paralela al concepto de naciones decadentes y naciones emergentes...
En los escritores del 98 (Azorín, Maeztu, Baroja, Unamuno) el amor a España se combina con el anhelo de europeización, muy vivo en su juventud. Apertura hacia Europa y revitalización de los valores propios, "castizos", se equilibran en una famosa frase de Unamuno: "Tenemos que europeizarnos y chapuzarnos de pueblo". Con el tiempo, sin embargo, dominará en casi todos ellos la exaltación casticista*.
*Valle-Inclán en cambio parece haber llevado un itinerario inverso en su ideología y compromiso político: pasó de posturas conservadoras o tradicionalistas a revolucionarias, aplaudiendo la revolución leninista; aunque se movía por impulsos emotivos y era contradictorio.

Una historia magnífica, una historia imperial, siempre tiene lo bueno y lo malo. Pero con una historia así de impresionante hay muchísimos motivos para estar orgulloso de ser español. Vamos, hay muchos más motivos para estar orgulloso de ser español que de ser británico, o incluso francés. Robert Goodwin
Desde finales del siglo XVIII, España se convirtió en destino preferido de cuantos en la civilizada Europa buscaban una experiencia exótica... 

mapa físico de la península ibérica

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