La relación médico-paciente puede ir más allá de la jubilación.
Encuentro en la calle de un médico recién jubilado con un paciente que desconoce su nueva situación.
—Hola, M., ¿Que tal le va?
—Bien. ¿Y a usted, doctor?
—En el retiro. Ya me llegó la hora.
—¡No, no, no...!
Sentir una emoción indefinible, por un paciente emocionado, hace brillar lo bueno y olvidar todo lo malo. Todo finaliza... y nada acaba.
Melodía (op. 38 n.º 3, de Piezas líricas), Edvard Grieg
No hay comentarios:
Publicar un comentario