domingo, 2 de abril de 2023

Las Vísperas de Rachmaninov

Fuente

Vísperas o Vigilia de toda la noche.

Muchas composiciones de música sacra son a capela (del italiano: a cappella ‘como en la capilla’), referida al canto puro, sin acompañamiento instrumental. La voz humana puede generar sola los sonidos necesarios con ritmo, melodía y armonía. Es interesante lo que dice Natalya Kaganovich:
La armonía vocal del canto a cappella puede disfrutarse sin importar el idioma que la acompaña. Las Vísperas de Rachmaninov o el canto gregoriano no conmueven tanto por sus palabras como por la habilidosa combinación de las voces y la intensa emoción que son capaces de producir. [Tomado de quinoff.blogspot.com]

Las Vísperas de Sergei Rachamninov (1893-1943) es una composición a capela conmovedora e impresionante; una obra para coro a cuatro voces más basso profondo. Es música melismática [de melisma]: el canto de una sola sílaba del texto se mueve entre varias notas musicales diferentes en sucesión*. Tan maravillosa como la Liturgia de San Juan Crisóstomo de Tchaikovksky o cualquiera de las grandes composiciones de Tomás Luis de Victoria. Es más, se considera esta obra musical la cumbre de la música sacra rusa. Para llevar a la isla desierta.

*Sergei Rachmaninov - Vísperas Op. 37

Esta sobrecogedora pieza sacra, con textos de la liturgia ortodoxa rusa, que Rachmaninov escribió impresionado por los horrores de la I Guerra Mundial, era la composición más querida del compositor (más conocido por sus piezas para piano, conciertos para este instrumento y obras sinfónicas), junto a la sinfonía coral Las Campanas, y tal vez sea su mejor creación; tanto es así que el compositor decidió que el V movimiento de las Vísperas –«Ahora, Señor, despide en paz a tu siervo», que tiene una impactante escala descendente de los bajos al final– se cantase en su funeral. Escuchar esta obra maestra es una experiencia única.

Vísperas, Sergei Rachmaninov
Coro de Cámara del Ministerio de Cultura de la URSS, dirigido por Valeri Polyansky

[La mejor grabación de Vísperas, según la crítica]

Apunte médico-melódico (Patobiografía de Rachaminov).– Ya hemos hablado AQUÍ del desequilibrio emocional que sufrió Rachmaninov, hombre de temperamento melancólico; tras el fracaso de su Primera sinfonía, sufrió una depresión y fue tratado por el doctor Nicolás Dahl.

Composiciones.- Aparte de Vísperas, nuestra obra de Rachmaninov para la isla desierta, debemos señalar las composiciones del músico ruso en las que el piano se erige como protagonista: Conciertos para piano, donde el segundo descuella por popularidad y el tercero por refinamiento; Rapsodia sobre un tema de Paganini, otro concierto atípico donde piano y orquesta dialogan sensual y poderosamente; 24 Preludios que suponen la esencia de su música para piano solo, junto a los Etudes-Tableaux. Pero aparte, su maestría orquestal le permitió elaborar 3 Sinfonías numeradas, donde la segunda sobresale por su embriagador embrujo melódico antes que por su estructura formal; sin olvidar la sinfonía coral Las campanas –para soprano, tenor, barítono, coros y orquesta–, basada en un poema de Edgar Allan Poe, las Danzas sinfónicas –tres piezas para orquesta– y el poema sinfónico La isla de la muerte, inspirado en un cuadro de Arnold Böcklin.

Acusado a menudo de romántico trasnochado, Rachmaninov prefirió ser epígono de Tchaikovsky (a cuya memoria dedicó su Trío elegíaco para piano, violín y violonchelo) en lugar de un creador original. Pero la belleza de su música e incluso algunas originalidades innegables lo hacen un digno compositor.


Fuente: Wikipedia
Rachmaninov en su finca Ivanovka,
cerca de Tankov, Rusia.

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